Revista julio 2013

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CÁRITAS DEL SOCORRO Entre todos contribuyendo a crear un ambiente de acogida. Julio 2013

“Virgen en la capilla” de José Luis Cerdán.


Pag. 3/ Editorial. Después de estos años… Pag. 4/ Fragmentos de la encíclica Lumen Fidei del Papa Francisco. Pag. 7/ Atando Cabos. La comunicación directa (Y sin vergüenza) Pag. 8/ Las fiestas de agosto de un año impar en Aspe. Pag. 10/ La historia del joven en silla de ruedas que sobrecogió a tres millones en Copacabana.

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Comité editorial: Dirección: Carmen Amanda Pérez Colaboradores: Santiago Estradera, Carlos Aznar, Ricardo Bencomo Pérez, Pedro Abad, Gracia Torres.


Después de estos años…

Es buen momento para hacer un balance de la revista CÁRITAS… desde enero de 2010 se ha publicado periódicamente cada mes y hemos tratado de incluir temas de interés general para despertar interés del público en general, sin olvidar el objetivo principal de la revista: la función de CÁRITAS en pro de la ayuda a los más necesitados, tanto en el aspecto material como la ayuda espiritual; escuchar, orientar y mostrar que se puede salir de esas situaciones con tesón, interés y fe. En la revista de CÁRITAS tratamos además temas culturales, psicología, problemas que atañen al pueblo, así como las festividades que cada mes se celebran en Aspe. Por ahora nos despedimos deseándoles que tengan un agradable y feliz verano.


La luz de la fe La tradición de la Iglesia ha indicado con esta expresión el gran don traído por Jesucristo, que en el evangelio de San Juan se presenta con estas palabras “ yo he venido al mundo como luz, y así el que cree en mi no quedara en tinieblas”. También San Pablo se expreso en los mismos términos… ¿Una luz ilusoria? Sin embargo al hablar de la fe como luz, podemos oír la objeción de muchos contemporáneos nuestros. En la época moderna se ha pensado que esa luz podía bastar para las sociedades antiguas, pero que ya no sirve para los tiempos nuevos, para el hombre adulto, ufano de su razón, ávido de explorar el futuro de una nueva forma. En este sentido, la fe se veía como una luz ilusoria que impedía al hombre seguir la audacia del saber. De esta manera, la fe ha acabado por ser asociada a la oscuridad. Se ha pensado poderla conservar, encontrando para ella un ámbito que le permita convivir con la luz de la razón. El espacio de la fe se crearía allí donde la luz de la razón no pudiera llegar, allí donde el hombre no pudiera tener certezas. La fe se ha visto así como un salto que damos al vacio, por falta de luz, movidos por un sentimiento ciego; o como una luz subjetiva capaz quizá de enardecer el corazón, del consuelo privado, pero que no se puede proponer a los demás como luz objetiva y común para alumbrar el camino. Poco a poco, sin embargo, se ha visto que la luz de la razón autónoma no logra iluminar suficientemente el futuro; al final este queda en la oscuridad y deja al hombre con el miedo a lo desconocido.


De este modo el hombre ha renunciado a la búsqueda de una luz grande, de una verdad grande y se ha contentado con pequeñas luces que alumbran el instante fugaz pero que son incapaces de alumbrar el camino. Cuando falta la luz, todo se vuelve confuso, es imposible distinguir el bien del mal, la senda que lleva a la meta de aquella otra que nos hace dar vueltas y vueltas, sin una dirección fija. Una luz por descubrir Por lo tanto, es urgente recuperar el carácter luminoso propio de la fe, pues cuando su llama se apaga, todas las otras luces acaban languideciendo… Porque una luz tan potente no puede provenir de nosotros mismos; ha de venir de una fuente más primordial, tiene que venir, en definitiva de Dios…. El señor, antes de su pasión dijo a Pedro “He pedido por ti, para que tu fe no se pague”. El año de la fe ha comenzado en el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II. Esta coincidencia nos permite ver que el Vaticano II ha sido un concilio sobre la fe. Estas consideraciones sobre la fe, en línea con todo lo que el Magisterio de la Iglesia ha declarado sobre esta virtud teologal, pretenden sumarse a lo que el Papa Benedicto XVI ha escrito en las Cartas Encíclicas sobre la caridad y la esperanza. El ya había completado prácticamente una primera redacción de esta Carta Encíclica sobre la fe. Se lo agradezco de corazón, y en la fraternidad de Cristo asumo su precioso trabajo, añadiendo al texto algunas aportaciones. Abrahán, nuestro padre en la fe La fe nos abre el camino y acompaña nuestros pasos a lo largo de la historia… Abrahán no ve a Dios pero oye su voz. De este modo la fe adquiere un carácter personal. Lo que esta Palabra comunica a Abrahán es una llamada y una promesa. En primer lugar es una llamada a salir de su tierra, una invitación a abrirse a una vida nueva, comenzó con un éxodo que lo lleva hacia un futuro inesperado. Lo que se pide a Abrahán es que se fie de esta Palabra. La fe entiende que la palabra, aparentemente efímera y pasajera, cuando es pronunciada por el Dios


fiel se convierte en lo más seguro e inquebrantable que puede haber, en lo que hace posible que nuestro camino tenga continuidad en el tiempo. …Abrahán reconoce en esa voz que se le dirige una llamada profunda, inscrita desde siempre en su corazón. La fe de Israel Israel se abre a la intervención a Dios que quiere liberarlo de su miseria. La fe es la llamada a un largo camino para adorar al Señor en el Sinaí y heredar la tierra prometida. Por otro lado, la historia de Israel también nos permite ver como el pueblo ha caído tantas veces en la tentación de la incredulidad. Aquí, lo contrario de la fe se manifiesta como idolatría. …La fe, en cuanto asociada a la conversión, es lo opuesto a la idolatría, es separación de los ídolos para volver a Dios vivo, mediante un encuentro personal… En la fe de Israel destaca también la figura de Moisés, el mediador. El pueblo no puede ver el rostro de Dios, es Moisés quien habla en la montaña y transmite a todos la voluntad del señor. La plenitud de la fe cristiana …que los patriarcas se salvaron por la fe, pero no la fe en el Cristo ya venido, sino la fe en el Cristo que había de venir… La mayor prueba de fiabilidad del amor de Cristo se encuentra en su muerte por los hombres. En cuanto resucitado, Cristo es testigo fiable, digno de fe, apoyo sólido para nuestra fe.


Ricardo Bencomo Pérez Psicólogo clínico Profesor asociado Departamento de Psicología de la Salud Universidad Miguel Hernández de Elche La Comunicación Directa (y sin vergüenza) Para una comunicación directa y sin tapujos se utiliza la Asertividad. Esta estrategia bien vale la pena conocerla ya que nos permite desarrollar habilidades de comunicación que nos generan grandes beneficios. En primer lugar, la Asertividad enseña que existen tres tipos de comunicación: comunicación Agresiva, Pasiva y Directa (o Asertiva). Las personas que tienden a utilizar la comunicación Agresiva, con frecuencia desconocen los derechos de los demás, utilizan la manipulación para conseguir lo que quieren y utilizan el miedo como estrategia. Las personas que utilizan una comunicación Pasiva, tienden a dejar que los demás pisoteen sus derechos, no defienden sus opiniones, no expresan sus necesidades y son víctimas de la manipulación. En cambio, las personas que practican la comunicación Asertiva, tienden a expresar sus opiniones sin ofender a los demás, respetan los derechos propios y los de otras personas, saben escuchar a los demás, no suelen ser manipulados con facilidad y poseen un buen entendimiento de los sentimientos. Las personas Asertivas tienden a ser más felices en sus vidas, no porque sean optimistas empedernidos, sino porque saben conducirse adecuadamente cuando ocurren situaciones de conflictos. En la actualidad existen textos y vídeos que pueden ilustrar los principios básicos de la Asertividad, de manera que cualquier persona tiene al alcance de su mano la información para iniciar un camino de cambio que seguramente le traerá múltiples beneficios y satisfacciones en todos los ámbitos de su vida.


Carlos Aznar Pavía Cronista Oficial de Fiestas La calle Virgen de las Nieves. De las fiestas de esta calle viene una crónica muy completa en el Semanario “El Mensajero” del 19 de agosto de 1917. Nunca han dejado de celebrar sus fiestas bienales en honor a la Imagen que desde su capilla preside la calle, las celebraciones son similares al resto de las calles. Desde el año 1993 en que celebraron la reconstrucción de la actual capilla, vienen celebrado la eucaristía debajo del arco que la sostiene. Este año la Imagen de la Virgen de las Nieves será trasladada a la Basílica el día 4 de agosto después de la eucaristía y celebraran su fiesta el fin de semana del 10 y el 11 de agosto, con el retorno de la imagen de la Virgen de las Nieves, a la capilla que preside la calle.

Los vecinos de las calles: Teodoro Alenda, Concepción, Ramón y Cajal, le dedican su fiesta a la Virgen de la Asunción La ermita de la concepción se encuentra en la calle del mismo nombre, y en esta ermita estuvo la imagen de la Virgen de la Asunción, posiblemente desde su construcción y hasta que fue rescatada del asalto y destrucción de todas las imágenes el 13 de agosto del año 1936. En las mencionadas calles se celebra desde muy antiguo un original concurso de sandias. Esta fiesta a la Virgen de la Asunción, al ser festiva no se tiene que recurrir al fin de semana siguiente y el 15 de agosto la procesión con la imagen de la Virgen, la más antigua de todas las que se encuentran al culto en la Basílica de Nuestra Señora del Socorro, recorre las citadas calles, incluso pasa por la puerta de la ermita donde presidio su altar mayor durante muchísimos años.

Los vecinos de las calles: Sol, Vereda, Colón, “Rincón de pan paere”, Peñas, Nia, y no sé cuantas calles más, capitaneadas por unos vecinos de la calle Sol y en la actualidad también por otros de Vereda y Colón han hecho que la fiesta de San Cayetano se recupere y vuelva a su antiguo esplendor en los años impares, como era tradición.


Manuel Cremades Cremades en su libro Compendio Histórico de España hace historia sobre el origen de la devoción a San Cayetano por las citadas calles: “A primeros del siglo XIX, Salvador Gabaldón tenía una casa a un kilómetro del pueblo en dirección a los molinos, que es conocida con el nombre de casa de Chavito. En ella tenía una capilla con la Imagen de San Cayetano. Su dueño todo los años le hacía la fiesta al santo; se traía a la iglesia en procesión, formada por un sacerdote y numeroso público, alumbrando. Al día siguiente, después del sermón y la misa mayor, se trasladaba a su santuario, con los mismos honores que se había traído. Se estuvo honrando al Santo en esta forma durante muchos años, hasta que los vecinos de las calles de la Vereda y del Sol, hicieron otra imagen, y se le hacía fiesta en las citadas calles, amenizándola como es costumbre con dulzainas, música y fuegos artificiales, bajando al santo en procesión hasta la iglesia, donde se celebraba misa mayor con el correspondiente panegírico. En el año treinta y seis, quemaron los revolucionarios, a la imagen de San Cayetano que tenían los vecinos de las referidas calles, y en el año 1839, Rafael Prieto le compró a Luís Díez el santo que había escondido en la casa de Salvador Gabaldón, y es el que hoy está en la capilla de la calle.” Los vecinos de las mencionadas calles ya están preparando sus festejos para el fin de semana del 16 y 17 de agosto. Los días 7-8-9 y 10 tendremos las Fiestas de Moros y Cristianos, pero estas se merecen un punto y aparte.


RÍO DE JANEIRO, 27 Jul. 13 / 07:37 pm (ACI/EWTN Noticias).- El joven brasileño Felipe Passos conmovió a los cerca de tres millones de participantes de la Jornada Mundial de la Juventud, incluyendo al mismo Papa Francisco, cuando relató durante la Vigilia en la playa de Copacabana, la historia que lo llevó a una silla de ruedas y a descubrir el valor de la Cruz en la vida del cristiano. Felipe, de 23 años, explicó que su historia comenzó al final de la pasada Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, donde se había comprometido espiritualmente a guardar la castidad hasta el matrimonio y a trabajar intensamente para que su grupo de oración de su natal ciudad de Ponta Grossa, en el estado de Paraná, pudiera participar en la Jornada Mundial de la Juventud, que el Papa Benedicto anunció para Rio de Janeiro. De modestos recursos, Felipe y sus amigos comenzaron a juntar fondos mediante múltiples y sacrificados trabajos, al tiempo que se preparaban espiritualmente, orando, participando en adoraciones eucarísticas, ayunando y realizando obras de solidaridad. “Pero el mes de enero de este año, dos días antes de cumplir los 23 años, dos jóvenes entraron en mi casa, armados, con la intención de robar el dinero que habíamos juntado con tanto sacrificio”. “Pensé en los meses de esfuerzo, de sacrificio de mi familia, de mis amigos y compañeros… en lo que nos sería arrebatado y decidí que no lo daría”. Felipe salvó los ahorros del grupo, pero recibió un disparo que casi termina con su vida. “Estuve clínicamente muerto, tuve varios paros cardiacos, y el médico dijo a mis padres en el hospital ‘este joven no tiene esperanzas’… pero aquí estoy, y mi comunidad está aquí por la misericordia de Dios".


El joven paranaense, ante la multitud enmudecida y un Papa Francisco que lo miraba atentamente, relató cómo estuvo en coma, respirando por un tubo, mientras su comunidad ofrecía oraciones y sacrificios por su recuperación. Finalmente, cuando recuperó la conciencia, lo primero que hizo fue pedir la Eucaristía; y tras recibirla, su recuperación se aceleró. Sin embargo, Felipe quedó confinado a una silla de ruedas: “esta es mi cruz, la cruz que me envió el Señor para acercarme más a Él, para vivir más abierto a su gracia y su amor”, explicó. Cuando la multitud irrumpió en un aplauso, Felipe interrumpió: “¡Silencio! ¡Escuchemos al Espíritu Santo!”. El joven de 23 años pidió luego a cada uno de los presentes tomar en sus manos y dirigir la mirada a la cruz del peregrino que cada uno llevaba en su pecho, y los invitó a meditar en silencio sobre “cuál es la cruz que el Señor me ha dado, cuál es la cruz que él quiere que lleve por su amor”. El momento de oración y meditación ante la cruz fue seguido por todos los presentes, incluyendo los obispos y cardenales, que contemplaron su propia cruz pectoral, y creó un raro momento de profundo silencio a todo lo largo de la playa de Copacabana. Felipe concluyó su testimonio pidiendo oraciones y la bendición del Papa Francisco.



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