Diversidad y desarrollo (envés), en las dos caras existen diferencias a nivel de los tejidos y el número de estomas (éstos se presentan mayormente en el envés). Las flores son tetrámeras o pentámeras (con los componentes en múltiplos de 4 o 5, respectivamente), la estructura típica es la flor simple. Las raíces típicas son axonomorfas, puesto que presentan un eje principal y ramificaciones secundarias. Otra característica distintiva –quizá la más útil en la identificación– son los haces vasculares, que en este grupo se hallan dispuestos en un solo grupo central.
normalmente son trímeras (con los componentes en múltiplos de 3), la estructura típica es la inflorescencia. Las raíces son fasciculares, es decir, presentan ejes iguales sin diferenciación entre uno primario y ramificaciones secundarias. En un corte se observan los haces vasculares dispersos por todo el tallo en pequeñas masas aisladas. Las características de flor, raíz y hojas son muy útiles para la diferenciación de monocotiledóneas y dicotiledóneas, sin embargo existen algunos grupos de transición en los cuales esta diferencia no es notoria o puede llevar a confusiones, y la prueba final es realizar un corte a nivel del tejido vascular y ver la disposición del mismo. Ciclo vital
Fig. 7–23: Esquema resumen de las partes que componen a una flor tipo, donde se pueden apreciar estructuras ambos tipos de reproductoras y las envolturas períanticas.
Monocotiledóneas
El ciclo vital de las angiospermas es el más conocido. La fase dominante es el esporofito, que en su estado adulto produce al gametofito que se localiza en los órganos reproductores. El polen es dispersado por diversos medios y llega al androceo, donde penetra hasta llegar a los óvulos, donde ocurre la fecundación. Al igual que las briofitas y las gimnospermas, las angiospermas son embriófitas porque conservan el cigoto en la estructura reproductora femenina y el desarrollo se produce también dentro de ella. La fecundación da origen al embrión, el cual se halla recubierto por una envoltura de células estériles
Las monocotiledóneas se caracterizan por presentar un solo cotiledón en las semillas, el cual muchas veces está reemplazado por un endospermo que cumple la misma función. Estas plantas son herbáceas (sólo tienen crecimiento primario), con excepción de las Arecáceas (palmeras) que son las únicas monocotiledóneas con crecimiento secundario, característico en un tallo estípite. Al igual que en las dicotiledóneas, existen varias características morfo–anatómicas con las cuales se distinguen. Las hoja típicas de las monocotiledóneas tienen nerviación paralela y las hojas no presentan una diferencia entre haz y envés, ambas caras presentan los mismos tejidos y número de estomas. Las flores
Fig. 7–24: Ciclo vital característico de las angiospermas. El recuadro detalla los órganos sexuales de a flor, los cuales intervienen en la fecundación.
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