El Mototaxi.

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-Aló, policía, los tipos que pusieron la bomba en la plaza, están escondidos en el edificio abandonado de la 19 con 20- dijo el muchacho en susurros. -¿Está usted seguro señor?- respondió la operadora. -Que sí, venga rápido, están en el segundo piso, antes que se vayan. Se escuchó el sonido de un disparo. Pero al contrario de lo que Pechi esperaba el que estaba en el suelo no era Lastre, sino el paisa. Lastre ahora apuntaba a el patrón. -Ahora sí, perro malparido ¿Por qué no te buscas tu pistola y vemos quién es más macho aquí?- dijo Lastre mirando al patrón. Pechi sin querer había encontrado la entrada y caminó por el pasillo que daba hasta la luz blanca de la habitación donde había ocurrido el disparo. -Lastre, deja la maricada y salgamos de aquí, ni siquiera sabes si alguien te siguió- dijo el patrón. -Mire, Don Marcelo, no me crea tan marica, usted de aquí no sale vivo- dijo Lastre. Pechi se asomó a la habitación y vio como el calvo se preparaba para disparar. -Hasta aquí llegaste Marcelo Guevara, ahora si te vas a morir, pero de verdad.- dijo Lastre, antes de que Pechi entrara a la habitación y apuntara el arma hacía el. -Quédate quieto, Lastre- dijo el muchacho. Lastre no estaba de paciencia para una situación tensa de negociación y se volteó a dispararle a Pechi. -Ahora si te mando para el otro mundo, mototaxi marica- dijo Lastre escondiéndose en una de las mesas. Lastre disparó y la bala dio en uno de los sacos de arena a pocos centímetros del lugar donde Pechi estaba. Pechi trató de disparar pero el arma solo disparó dos veces y quedó descargada. Lastre se rio y se salió del escondite. -Ahora si hora de que te mueras perro hijueputa- dijo Lastre.

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