Generación de empleo y desarrollo sostenible en las obras de recostrucción informe final estrategia

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Asomimbre, Bio Fuit Napoli, Asamir, Asoprofinar, Asprogua, Corpoagraria, Agromira, Agromora, Agrofortaleza, Agroparcar. Amenazas El conflicto armado que ha azotado al país ha tenido un impacto considerable sobre Nariño, lo cual se ha visto reflejado en dos aspectos. Por un lado, este departamento es el segundo a nivel nacional con mayor nivel de desplazamiento, pues cerca de 179.232 personas fueron afectadas por esta problemática a diciembre de 2011. Por otro, el conflicto también ha incrementado el número de homicidios y secuestros que se registran en el departamento, lo cual tiene una clara repercusión negativa sobre la seguridad de la población nariñense. De hecho, a cerca de 13% de la población del departamento se le ha violado sus derechos humanos en algún modo. Adicionalmente, estos problemas de orden público afectan sobre todo a las comunidades indígenas y afrodescendientes de Nariño, lo cual acentúa no solamente los niveles de desplazamiento sino también la situación de vulnerabilidad de estas poblaciones. Según se indica en el Plan de Desarrollo de Nariño, las acciones armadas han generado sobre estas comunidades un “desarraigo (…) de sus formas tradicionales de vida, enfrentándolas a contextos vivenciales que no les ofrecen mayores posibilidades para la restitución de sus derechos” (Gobernación de Nariño, 2012). Así las cosas, el conflicto armado se constituye en una amenaza importante para el desarrollo del departamento a nivel social y cultural. De otro lado, en el diagnóstico cualitativo se identifica que las precarias condiciones del campo en el país, acompañadas de la violencia que ha azotado al departamento de Nariño desde mediados del siglo pasado, han reducido el capital simbólico del trabajo rural a su mínima expresión. Esta situación puede representar un obstáculo para el desarrollo de proyectos en las zonas rurales del departamento, pues, como lo expresa la población con la que se trabajó, las personas jóvenes no quieren realizar trabajos agrícolas por las pérdidas que conlleva y las bajas condiciones del nivel de vida de los trabajadores. “La agricultura de hoy en día prácticamente ya no es rentable, muchos los hijos de los agricultores se van a estudiar, el que puede, pero menos en agricultura, estamos en la agricultura los más necios, los más curtidos, que somos nosotros.” (Tangua) Esta realidad del campo se traduce en falta de oportunidades para los jóvenes, que en muchas ocasiones encuentran en las actividades ilegales una salida fácil a los problemas económicos y sociales característicos de la población pobre y rural del país. Tal como se plantea en Tangua: “Los niños que le digo de la vereda que conozco, son niños que oscilan entre los 10 años, y los otros prácticamente ya estarían entre los 13 y los 15 años, y también ellos se están involucrando mucho en la violencia, aquí se está presentando mucho lo de las pandillas, se forman grupos, ahí viene la violencia entre ellos mismos para con los vecinos.” (Tangua) Esta situación de violencia y falta de oportunidades ha generado desmembramiento de las familias en dos sentidos; por un lado, los jóvenes que se van a buscar mejores oportunidades, legales o ilegales, en otras zonas de departamento, y por el otro, mujeres que se van a las ciudades a buscar trabajo para sostener a las familias dadas las pocas oportunidades que ofrece el campo. Informe final – Incluye comentarios

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