CAPÍTULO 43
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RECOLECTANDO BAYAS
El setenta por ciento de este país estaba cubierto por bosques, de modo que las personas vivían tranquilamente como parte de la naturaleza. Cuando el mundo ya no se encontraba bajo el tono plateado del invierno, una suave brisa acariciaba gentilmente las mejillas y daba lugar a un cálido mundo de verde. Una vez que llegaba el verano, las mujeres de la aldea estaban ocupadas recolectando bayas. Todas traían grandes canastas y salían a recoger estas preciadas bayas. Existe una gran abundancia de bayas en el bosque. Se dice que hay docenas de especies diferentes de ellas. El día de hoy deambulé por el bosque con Sieg. Primero llegamos a un lugar que tenía bayas color morado. —Estas son famosas, así que debes conocerlas, ¿cierto? —Mora azul, eh. —Ajá. De las bayas más famosas a nivel mundial, tenemos tres clases en nuestro bosque. Los arbustos de mora azul estaban un poco más abajo que el nivel de nuestras rodillas. Como prosperaban sobre el suelo, era un poco cansado recogerlos mientras estábamos en cuclillas. —¡Ahora bien, comencemos! —Entendido. De esa forma, iniciamos la recolección de bayas, aunque solo tomábamos las que estaban maduras. A diferencia de otros frutos, las bayas no siguen madurando aun después de que son cortadas. Tenemos que esperar hasta que maduran en el arbusto. Por eso, somos cuidados al momento de elegir qué bayas recoger. Al revisar el tallo es posible discernir si una mora azul está madura o no. Si estaba morada, entonces ya había madurado. Si estaba roja, todavía le faltaba tiempo. Las moras azules inmaduras poseen un sabor fuerte, amargo y agrio; de modo que no son apropiadas para comer. Las personas que desconocen cuándo es adecuado cosecharlas, a veces creen que las moras azules deben saber de esa forma. Las que e stán totalmente
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