El Hombre Multiorgasmico

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4. El estudio está basado en una información recogida por ochocientas cinco enfermeras profesionales, de las cuales el 42,7 por ciento eran multiorgásmicas. Esta investigación se publicó en Psychology Today (vol. 25, núm. 4 [Julio-agosto, 1992]: 14). 5. Una empresa que suministra aparatos médicos electrónicos ha desarrollado un ordenador de retroalimentación con una protuberancia con forma de tampón que puede ser introducida en la vagina para indicarle a la mujer la fuerza de sus contracciones. Este pequeño ordenador vale más de mil dólares, pero en realidad, todo lo que necesitas para fortalecer la totalidad de la vagina es un huevo de piedra como los que han usado las taoístas durante miles de años. 6. Las tradiciones sexuales orientales han reconocido que las mujeres pueden eyacular. En los últimos veinte años, la eyaculación femenina ha sido confirmada en laboratorio (ver Ladas et al. The G spot), filmada en vídeo, embotellada y analizada. Aunque su origen y funciones no están muy claras, el análisis químico de los fluidos eyaculatorios femeninos sugiere que su composición es similar a la de los fluidos eyaculatorios masculinos (ver capítulo 4). 7. Mead concluyó que ante la falta de expectativa social acerca del orgasmo, las mujeres arapash no lo experimentaban realmente. Ésta es otra explicación posible: las mujeres arapash pueden haber estado experimentando lo que nosotros, en Occidente y en nuestros laboratorios llamaríamos orgasmo, pero sin llamarlo así. También puede ser el caso de muchas mujeres occidentales, como ha señalado Lonnie Barbach. 8. Barbach, For each other.

CAPÍTULO SIETE: YANG Y YANG 1. Tannahill, Sex in history. 2. Stephen T. Chang, The Tao of sexology.

CAPÍTULO OCHO: ANTES DE LLAMAR AL FONTANERO 1. The secrets of the jade chamber, citado en Jolan Chang, The Tao of love and sex. 2. Tanagho y McAninch, Smith’s general urology (Collins et al, 1983; Legros, Mormont, and Servais, 1978; Montague et al., 1979; Spark, White, and Connolly, 1980). 3. Hay tratamientos tales como aparatos de vacío, inyecciones intracavernosas de vasodilatadores, y prótesis para el pene que permiten a los hombres con problemas sexuales orgánicos seguir teniendo erecciones. 4. Los relatos sobre prolongación del pene no son nuevos. En una novela clásica del siglo XVII, The carnal prayer mat, Li Yu describe la implantación quirúrgica de un pene de perro al protagonista para aumentar su dotación natural. Sea una historia real o simplemente la fantasía del autor, es muy posible que hubiera médicos chinos que, de forma similar a los cirujanos plásticos actuales, estuvieran más motivados por el dinero que por la medicina. Sin duda, también había hombres, entonces y ahora, que estaban dispuestos a pasar por el bisturí con la esperanza de poder aumentar su «hombría».

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