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Menos Mal que escuché a las Brujas
Desde tiempos inmemoriales se me viene recordando sobre el poder del sueño, de la voz alta, de la invocación. Hasta técnicas y nombres pomposos como 'estado alfa' llamando la atención para que no lo pierda, para que no lo olvide. Trillones de titulares de autoayuda repitiéndolo hasta-hacia el tedio.
Y por dentro, desde el fondo de las entrañas esa punzada ardiente, ese impulso terco, esa mirada de reojo a las estrellas, esa pregunta....‘¿y si yo....?'
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Pero la domesticación ha sido endiabladamente fuerte ('se cree libre porque anda suelto, mientras le cuelga la soga al cuello') y la razón una herramienta de doble filo.
Es que qué feo desear y no poder, sentir el no poder, qué feo el sentimiento de incapacidad, de impotencia.....
Menos mal que escuché a las Brujas.Las MagasEllas siguen ahí silenciosas.
A pesar del génesis, a pesar de las hogueras, de las guillotinas, a pesar de la puerilización, de convertirlas en hadas infantiles,
A pesar,A pesar...Ahí siguen...Ahí seguimos, ofreciendo la manzana del conocimiento,
Seguimos invitando a salir del paraíso, a vivir con los pies en la tierra fresca y fértil, o árida, o pantanosa, pero nuestras al fin y al cabo.
No queremos una cárcel lujosa de amplias praderas, queremos la arcilla para crear infinitos