Apocalipsis revisión 2013 v2

Page 72

Algunos piensan que pudiera tratarse de Moisés y de Elías, porque al igual que este primero, azotan la tierra con plagas; y como el segundo, que tiene el poder para hacer detener la lluvia. Es cierto también que tanto Moisés como Elías, aparecieron al Señor en el Monte de la Transfiguración, acto ese que fuera un atisbo del Reino Milenial. Elías fue arrebatado vivo al cielo, y el cuerpo de Moisés fue escondido por Dios donde jamás pudiera ser hallado. Todo ello constituye un misterio el cual un día nos será fehacientemente desvelado, mientras tanto, aunque pudieran ser ellos dos los dos Testigos, no conviene ser dogmáticos en cuanto a este asunto. Pienso que poco importa ahora mismo, porque ni siquiera el mismo Señor se lo dijo a Juan, ni Juan los vio, o al menos no dijo nada al respecto. Lo importante es que el Señor vuelve por segunda vez ¡y ahora en gloria! Pero como dije antes, una cosa sí sabemos estos dos Testigos son los dos ungidos que ahora mismo están en pie ante el Dios de toda la tierra. Son dos seres con mucha autoridad y poder, así como santidad, ante Dios. (V. 5) “Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera”: Nadie podrá parar lo que vienen a hacer, ningún hombre ni ningún demonio. Cumplirán con los propósitos de Dios. Evidentemente se tratará de seres corporales, aunque sobrenaturales; ¿Qué ser humano normal puede vomitar fuego de su boca hasta el punto de devorar a sus enemigos? (V. 6) “Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran” : Estos dos seres sobrenaturales, además de escupir fuego por sus bocas y hacer morir a los que les atacan de la misma manera como ellos son atacados (aunque a ellos no les ocurrirá nada), pueden hacer que no llueva en todo el tiempo de su ministerio, y al decirlo, probablemente así ocurrirá. Además pueden convertir las aguas en sangre y herir la tierra con toda plaga (nótese que dice que ellos pueden hacer estas cosas). Aunque estas actuaciones sobrenaturales nos recuerdan a Moisés y a Elías, no significa que tienen que ser ellos en persona los Testigos como muchos comentaristas afirman, aunque, no podemos negar tampoco esta posibilidad. Sencillamente, no lo sabemos con certeza ahora mismo. Insistimos que, al mencionar todas las cosas que pueden hacer a modo de juicios, entendemos que las harán. Por ello serán odiados por los impenitentes como veremos. (V. 7) “Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará”: Sólo cuando hayan acabado su santo trabajo, la Bestia Anticristo como tal, es decir, el hombre de pecado, el octavo emperador que es de entre los siete (17: 11), el hombre que murió (13: 3, 12) y aparentemente volvió a vivir (plagiando al Salvador), les acabará matando. ¿Por qué está tan rabiosa la Bestia Anticristo hasta el punto de matarles? Porque entre otras cosas, esos Testigos advierten a la población acerca de su verdadera identidad. Este querrá silenciarles para siempre, y por un momento, parecerá haberlo conseguido; sólo será cuando ellos hayan acabado su ministerio. El asesinato de los Testigos parecerá una victoria del Anticristo, pero sólo es un recurso de Dios para que aquellos que rechazan a Dios se entreguen totalmente al mesías de Satanás, porque es necesario que de modo claro todos y cada uno tomen partido, hacia un lado o hacia el otro. (V. 8) “Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado”: Se nos dice que sus cuerpos sin vida quedarán en el centro de Jerusalén. La ley mosaica ordenaba que las ejecuciones se realizaran fuera del campamento. Pero aquí vemos una nueva profanación de la Ley de Dios por mano del mismo diablo en la persona de su enviado. Fueron muertos dentro de la ciudad y permanecerán en ella por unos días. Esa ciudad necesariamente es Jerusalén, porque allí fue crucificado nuestro Señor. La mención de la muerte de Jesús en Jerusalén hace resaltar el privilegio de esos dos Testigos que de igual manera dieron sus vidas por la causa de Dios. También nos dirige a una reflexión acerca de los que quitan la vida, pero nada más pueden quitar. La muerte en sí, no es el final. Dice al respecto Ray C. Stedman: “La maravillosa verdad que se nos enseña aquí es que ese es el destino de cualquiera que crea en Jesús. Todos tendremos que morir, excepto los que sean llevados al cielo al final e incluso ellos serán transformados en un abrir y cerrar de ojos. Si morimos resucitaremos y ascenderemos al cielo para estar con el Señor para siempre, por lo que ese es también el destino de estos dos testigos fieles. No tenemos que sorprendernos de que Dios se ocupe de los suyos de este modo, porque lo hace por todos los que confían en Cristo. Tampoco es sorprendente que los que viven en la tierra sientan terror cuando suceda esto. ¿Quién puede derrotar al Dios de la resurrección?”. En sentido espiritual, la Jerusalén terrenal actual es Sodoma y Egipto; es decir, un lugar de corrupción y vicio (Sodoma); un lugar de persecución hacia los verdaderos creyentes (Egipto); así como Roma- “la gran ciudad” - (Ver Ap. 17: 18) es Babilonia, es decir, confusión y poder religiosos (Ap. 17). En aquel tiempo, Jerusalén será una ciudad donde reinará el pecado, ya que será hollada por los paganos gentiles. (V. 9, 10) “Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a

72


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.