Revista El Llanete nº 16

Page 25

.

. ..,., .~...

,

~z:.

. '

Opinión

Chacón que aquí no se iitilizaba otra denominación; que esto que "ni es potaje, ni es pisto" en Montellano es boronía. Decía Rosarito: <<En mi pueblo, 'bot.onía'. Y aqní y en los libros, 'alboronía'u. Y ante la insistencia, concluía: *Por 'alhoronía' no lo van a conocrr; lo van a conocer por

"BORONIA" vs

.

Pues bwn. ha aasado el tiemao v, hasta los más vieios empiezan a decir 'alboronía'. Y los más jóvenes, huyendo d r lo que entienden una incorrrrción en el habla, más. Podría admitirse, no sin discusión, la procedencia d~ la rectificación si el término usado de antiguo fuera desatinado. No es 6 s t ~el caso. Tiramos de diccionario, leemos y euiso) f. albororoniamos: "boronía. (Del ár. buranivva. *, .~ nía." Nos remite, pues, a alboronía.

Dedi<-m10 ÉI M Z R ~ I UOPr~l i z A l e a l á 6

,

~ai.r~stigiastr i-cstaiirnalor.

U

liará como unos quince años me invitaron a colaborar en una revista que proyectaba publicar la Concejalía de ~ ~ ,correspondí l ~ ~ con~ un ~escrito . en el que recogia mis reflexiones sobre viejas y nuevas costiimbres de nuestro pueblo. Por razones que no vienen al caso, aquella publicación se quedó en mero proyecto y ,/"' no Ileeó a ver la luz. Sin embrago, he conservado una copia de aquel escrito, del que extraigo un párrafo que puede servir de punto de partida para esta reflexión de hoy. u

"A nuestros festivales flamencos se les ha dado en Uamar 'citas', cuando en otros lugares se ha recurrido acertadamente a una referencia culinaria: 'aotaje', 'caracolá' o 'gazpacho'. ¿Por qué [me preguntaba entonces] no puede Uamarse aquí 'Boronía de Montellano' y poner así en órbita una de las muestras más genuinas de nuestra cocina?". Hasta aqní la cita. Nuestros festivales flamencos siguieron siendo conocidos por un tiempo como 'ritas'. Por el contrario, algo ha cambiado: la boronía ha alcanzado alturas insospechadas. Es ya un plato reconocido, gracias a la presentación que se hizo en "Tal como somos", y gracias tamhi6n al tesón y buen hacer de nuestros 'restauradores' locales.

Y en esas estamos. Siempre se conoció aquí ese plato con el nombre que vengo utilizando: boronía. Y hete aquí que, por no sé que arte de corrección lingüística va y se le presenta en sociedad con el nombre de alboronía, y así lo oyeron todos los andaluces (y andaluzas) que presenciaron desde su mesa-camilla aquel programa. No importaba que la inolvidable Rosarito insistiera una y otra vez ante Maite

Y allá vamos y de allí copiamos: "alboronía. (Del ár. a u u r a n i y y a , guiso qu* Ueva el nombre de Rurán, esposa del califa al-Ma'mún) f. Guisado de diferentes hortalizas picadas y revueltas." Así aparece recogido en /

,,,%,-~iu

el Diccionario de la Lengica Española, editado por la Real Academia Española (1992). Da por buenos los <los términos. La diferencia estriba en qiie uno de eUos ('alboronía') integra e1 sustantivo precedido del artíciilo árabe de an origen: romo albañil (albanní) 'el constructor', alcabala (al-qabala) 'la contribución', alcuza (alhuza) 'el jarrito', alhufer a (al-buháira) 'la laguna' ... y tantísimas más.

Indagando en otras fuentes hallamos recogidas igualmente las dos entradas y con ellas unas informaciones complementarias. Así, el Diccionario Enciclopédico Espasa (12 tomos. Espasa Calpe. Madrid 1985), abunda sobre la famosa esposa del califa, precisando que sus "bodas fueron muy sonadas". Obvia decir si entre los platos del menú se incluyó la boronía; sin embargo, añade que "este manjar se cita en las Mil y una noches'!, con lo que su prestigio queda rotundamente documentado y su antigüedad, suficientemente datada. Y no deja de pormenorizar sobre sus ingredientes en la definición: "Guisado de berenjenas, tomate, calabaza y pimiento, todo mezclado y picado". Se trata, pues de una boronía a la que le faltan los garbanzos y le sobra la berenjena. El plato es, pues, bien antiguo. Pero ¿y la palabra con que lo designamos? Quien quisiera argüir sobre la preponderancia de uno 11 otro término basándose en la mayor antigüedad, presente la partida de nacimiento.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.