Un trayecto centenario

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CASA AMÈRICA CATALUNYA UN TRAYECTO CENTENARIO



CASA AMÈRICA CATALUNYA UN TRAYECTO CENTENARIO


FUNDACIÓN CASA AMÈRICA CATALUNYA Director General: Antoni Traveria Celda Adjunta a la Dirección: Marta Nin i Camps Jefe de Gabinete: Narci Caro Polo Departamento de Gestión Cultural: Ariadna Lluís i Vidal-Folch, Pau Janer, Francesc Montserrat Ponsà, Yolanda Viñals Verdes Responsable de Prensa y Comunicación: Josep Antoni Vilar Espada Responsable del Centro de Documentación: Cristina Borràs Planas Asesora de Historia de América Latina: Gabriela Dalla Corte Secretaria: Dolors Escofet, Teresa Maria de Manuel, Montserrat Riquelme Equipo Técnico: Zeus Moreno Romero EXPOSICIÓN Casa Amèrica Catalunya. Un trayecto centenario

CATÁLOGO Casa Amèrica Catalunya. Un trayecto centenario

COMISARIADO Marta Nin i Camps

REDACCIÓN Yolanda Viñals Verdes

COORDINACIÓN DE CONTENIDOS Ariadna Lluís i Vidal-Folch Yolanda Viñals Verdes

ASESORAMIENTO HISTÓRICO Gabriela Dalla Corte

INVESTIGACIÓN Y DOCUMENTACIÓN Gabriela Dalla Corte Cristina Borràs Planas PROYECTO Y DIRECCIÓN DE MONTAJE Pedro Stukelj Elgarte EQUIPO DE MONTAJE Jorge Montejano, Jimena de Gortari AUDIOVISUALES Zeus Moreno Romero REDACCIÓN Y MAQUETACIÓN DEL DIARIO Francesc Montserrat Ponsà CONTENIDOS INTERACTIVOS Josep Antoni Vilar Espada Zeus Moreno Romero Pau Janer Coll POSPRODUCCIÓN DE AUDIOVISUALES O’VIDEO DISEÑO DE LA APLICACIÓN INTERACTIVA Urbi et Orbi

COORDINACIÓN Y EDICIÓN Marta Nin i Camps Ariadna Lluís i Vidal-Folch TRADUCCIÓN Ainara Munt REVISIÓN DE ESTILO Carlota Torrents DISEÑO Estudi Jordi Duró FOTOGRAFÍAS Matteo Manfredi Víctor Pérez de Óbanos DOCUMENTACIÓN GRÁFICA Fundació Josep M. Figueras (Fuente: PR-UB) Pabellón de la República de la Universidad de Barcelona (Fuente: PR-UB) Fondo particular Jorge Vehils (Fuente: FJV) Casa Amèrica Catalunya (Fuente: CAmeC) ISBN: 84-85736-29-X DL: B-20.689-2007

MONTAJE INDUSTRIAL Ortiz & Pradas

Agradecimientos: Sra. Virgina Figueras, Sra. Lourdes Prades, Sr. Francesc Granell i Trias, Sr. Josep Maria Surís, Sr. Ramon Guardans, Sr. Dante Torres, Sr. Llorenç Gascón, Sr. Ramon Mulleras, Sr. Antoni Segura, Sr. Jorge Vehils, Sra. Margarita Obiols i Llandrich, Arxiu Nacional de Catalunya, Asociación Española de Americanistas Con el patrocinio de:

Con la colaboración de: Fundació Josep M. Figueras Pabellón de la República Universidad de Barcelona Centro de Estudios de Historia de Internacional de la UB (CEHI) Con el apoyo de:


1911. Exterior de la Casa de América de Barcelona, en el pasaje Méndez Vigo, el día de su inauguración. Fuente: PR-UB



Índice 9 13 23 37 45 81 97 107

Presentación I. Las semillas del americanismo II. Nuevos vínculos de unión entre América y Cataluña III. Barcelona, centro americanista IV. La Casa de América de Barcelona V. De Iberoamérica a Hispanoamérica VI. América y la transición española VII. Casa Amèrica Catalunya

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Anexos La importancia de un archivo. La memoria documentada El Consejo de Honor de la Casa de América de Barcelona Historia de una imagen corporativa Itinerando por la ciudad



Presentación

La Fundación Casa Amèrica de Catalunya —recuperada en 2006 gracias al apoyo de la Generalitat de Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) y los socios del Institut Català de Cooperació Iberoamericana (ICCI)— es, en realidad, una entidad centenaria que nació a principios del siglo XX, surgió del proyecto regeneracionista que intentó recuperarse de la pérdida de Cuba y Puerto Rico por parte de la monarquía española. No se trata de una entidad nueva, sino que es fruto de más de cien años de trabajo americanista, de la colaboración entre catalanes y latinoamericanos que potenciaron la tarea continuada de varias entidades, que dieron prioridad a las relaciones entre Cataluña y el continente americano en todas sus facetas. Así, la Fundación Casa Amèrica de Catalunya actual es la heredera de un pasado centenario, y del trabajo realizado por quienes desde 1911 impulsaron la Casa de América en Barcelona, así como por aquellas personas que, desde 1948, fomentaron el Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona. Algunos de los actores sociales que participaron de ella se imaginaron este proyecto y pudieron llevarlo a cabo: en 1911 crearon la asociación privada Casa de América de Barcelona, ubicada en el pasaje Méndez Vigo de la ciudad condal, y que fue la primera de Europa de su especie.

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La Guerra Civil española (1936 – 1939) interrumpió parcialmente las tareas de la asociación, que entonces era una entidad privada internacional, la Casa de América. Sin embargo, el auténtico freno al crecimiento de la entidad fue a causa de la larga dictadura de Francisco Franco. Fue su gobierno el que decidió fundar en Madrid el Instituto de Cultura Hispánica, y el que eligió a Barcelona como sede de una delegación de esta entidad, el Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona (IEHB). Era el año 1948. La Casa de América apenas logró sobrevivir hasta 1980, momento en el que sus socios, entre los que destacan Miguel Torres y Gustavo Gili, decidieron domiciliarse en el IEHB y conservar su personalidad jurídica. Entre tanto, el IEHB fue cambiando de nombre, llamándose Instituto Catalán de Cultura Hispánica en 1969 para, poco después, adoptar el nombre de Institut Català de Cooperació Iberoamericana, en catalán y cuya sigla es ICCI. La historia de la antigua Casa de América nos demuestra que Cataluña estuvo estrechamente vinculada a América desde mucho antes de la Guerra Civil española, tanto por el elevado flujo migratorio de catalanes que partieron del puerto de Barcelona para hacerse un lugar al otro lado del Atlántico, como por las experiencias empresariales llevadas a cabo por comerciantes y productores catalanes en el nuevo continente. Este vínculo se mantuvo durante el exilio republicano, y ha vuelto a fortalecerse durante estos últimos años con la llegada a Cataluña de muchos ciudadanos de origen latinoamericano. Hoy en día hemos recuperado el espíritu de aquella Casa de América, nos encontramos en un momento propicio: en Cataluña viven más de un millón de extranjeros, y los latinoamericanos representan un porcentaje muy importante de nuestra población. Es precisamente ahora cuando la Casa Amèrica Catalunya debería complementar el trabajo de cooperación de las instituciones públicas del país en un ámbito muy sensible: el de la cooperación cultural para el desarrollo. La Casa Amèrica Catalunya, definida y consolidada, ahora como fundación, gracias al apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional, la Generalitat de Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona y los socios del ICCI, pretende revitalizar y contribuir al afianzamiento de las relaciones culturales en la Comunidad Iberoamericana de las Naciones. Como director general, es para mí un placer presentar el catálogo de la exposición Casa Amèrica Catalunya. Un trayecto centenario, que ha sido posible gracias a la tarea de un equipo de investigadores y técnicos que, durante los últimos años, se ha hecho cargo de la recuperación, el inventario y la catalogación de su voluminoso fondo documental. Quiero expresar nuestro agradecimiento a la Fundació Josep. M. Figueras, a la Universidad de Barcelona y, en particular, al equipo que dirige el profesor Antoni Segura en el archivo histórico del Pabellón de la República del centro. También queremos recordar a todos los hombres y mujeres que, a lo largo del siglo XX, han contribuido de una u otra forma a la supervivencia de la Casa Amèrica Catalunya actual. 10


Esta muestra hace salir a la luz fragmentos ocultos de una historia que, como tantas otras, permanecía en la sombra. El objetivo no es otro que presentar el nacimiento, los primeros pasos y la continuidad en el tiempo de una institución que, pese a la multiplicidad de circunstancias adversas que tuvo que atravesar, está a punto de celebrar su centenario; precisamente en un momento histórico en el que también celebramos el bicentenario de las independencias latinoamericanas. Tanto la exposición como este libro se hacen eco de un capítulo de la historia del americanismo en Cataluña a través de una entidad que ha ido cambiando de nombre, de ubicación y de público durante sus casi cien años de historia, pero que siempre ha mantenido el mismo espíritu fundacional: ser una referencia de diálogo entre países que parecen muy lejanos entre sí pero que, en realidad, son más próximos de lo que indican los mapas geográficos.

Antoni Traveria Director general Fundación Casa Amèrica Catalunya

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I LAS SEMILLAS DEL

AMERICANISMO


Poco después de la pérdida de las últimas colonias españolas, el movimiento intelectual regeneracionista quiere determinar las causas de la postración y la decadencia de España al finalizar la Guerra Hispanoamericana contra los Estados Unidos. A finales del siglo XVIII, alentados por el decreto de libre comercio promulgado por Carlos III que facilita la navegación hacia tierras americanas desde puertos de Cataluña, muchos catalanes deciden cruzar el Atlántico para hacer las Américas. Cabe destacar que hasta mediados del siglo XVIII, en que la monarquía española finalmente permite a los catalanes emigrar hacia el nuevo continente, las grandes olas migratorias hacia tierras americanas procedían de Extremadura y Andalucía. Al principio estos nuevos emigrantes embarcan desde los puertos de Galicia y después, directamente desde el puerto de Barcelona, por fin abierto al comercio con América. Por otro lado, hasta que no se llevan a cabo las reformas borbónicas de 1765 y 1778, Sevilla y Cádiz, como ciudades y como puertos, tienen el monopolio financiero y mercantil del Imperio. La nueva normativa de Carlos III liberaliza el tráfico mercantil y establece 13 puertos españoles distintos para comerciar con América. A su vez, liberaliza también 24 puertos americanos, como el de Buenos Aires y Montevideo, para comerciar con los puertos españoles. Es entonces cuando el puerto de Barcelona se incorpora plenamente al comercio con América.

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Los indianos establecidos en Cataluña dejaron una gran huella en la arquitectura del país. Casa Xifré, propiedad del indiano catalán José Xifré Casas, exportador de cuero, café y azúcar. La planta baja aloja el restaurante Set Portes. Fuente: CAmeC


DECADENCIA Y RETORNO Año 1898. Cuba, Puerto Rico y Filipinas. María Cristina, madre de Alfonso XIII y reina regente, firma el Tratado de París que pone fin a la guerra entre los Estados Unidos y España. El imperio español se derrumba y las fortunas indianas se paralizan. La economía colonial desaparece y el Estado pierde los impuestos aduaneros de las colonias. Se abren nuevos mercados y empieza la competencia con los Estados Unidos, una competencia que las familias catalanas residentes en las Antillas no pueden afrontar. Cataluña es una de las regiones más afectadas por la nueva situación de principios del siglo XIX. La convulsión política que sufre el continente americano por los movimientos independentistas dificulta la supervivencia de muchas familias de comerciantes catalanes establecidos en sus ciudades, especialmente con la pérdida de Cuba y Puerto Rico a finales del siglo XIX. Por otro lado, la mayor parte de las primeras materias que antes llegaban de las antiguas colonias a bajo coste dejan de hacerlo. La industria catalana ya no es competitiva y muchas familias burguesas se resienten. Empieza el proceso de retorno y Barcelona se convierte en el puerto de llegada de muchos indianos. Entretanto, en Cataluña se producen muchos cambios y surgen realidades nuevas: el campo se transforma, las luchas sociales se intensifican, aumenta la autonomía municipal y la cultura se extiende. Barcelona empieza a crecer, en parte a causa de los campesinos que llegan a la ciudad atraídos por la industria textil. Esta situación obliga a pensar en nuevos modelos de crecimiento urbano con diseños racionales y funcionales como el de El Ensanche de Ildefons Cerdà.

Cataluña, con la pérdida de las últimas colonias, es una de las regiones más afectadas por la nueva situación de finales del siglo XIX La fiebre del oro, de Narcís Oller, retrata con gran detalle la nueva Barcelona cosmopolita de 1880 y las consecuencias de la especulación financiera y de la subida de la bolsa. Así es como describe los alrededores de la Rambla el día del estreno de Fausto en el Liceo, donde las localidades se pagan a precios inusitados: «La Rambla estaba animadísima. Los paseantes se paraban, se reunían, sin querer, como enjambres alre16


Detalle de la entrada del Palau Moja, propiedad de uno de los socios principales de la Casa de América de Barcelona: la Compañía Transatlántica, del marqués de Comillas. Fuente: CAmeC


dedor de la colmena negra de curiosos que se había formado delante del Liceo, y, todos juntos, ocupaban ya casi todo lo ancho del paseo. Por el empedrado de ambos lados se escurrían con estrépito y corrientes opuestas dos ríos de coches, encima de los cuales temblaban delgados látigos como un interminable vivero de mimbres azotados por la impetuosa corriente. Cuatro municipales a caballo con gran dificultad ponían en orden de desfile el peligroso embrollo que, al frenar el paso, formaban 18


Patio interior del Palau Moja, propiedad de los marqueses de Comillas. Ubicada en el número 1 de la calle Portaferrissa, es una de las construcciones más representativas de la arquitectura de la época en Barcelona. Fuente: CAmeC

los coches al lado de la calle de Sant Pau. De uno en uno, iban desgranándose, parando delante del porche, impregnado de luz. Abierta la portezuela, esos grandes estuches de laca vertían hermosas hembras, arregladas con flores, sedas de colores desmayados, terciopelos y pedrería deslumbrante. Las recibían hombres elegantes dándoles la mano, les ofrecían su brazo, y desaparecían con ellas, chupados, por los estrechos canales de las puertas de entrada, con sonoras risas y alegría en los ojos».

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MOVIMIENTOS REGIONALISTAS Y CATALANISMO Durante los reinados de Isabel II, de Alfonso XII, y la regencia de su viuda María Cristina, España vive una transformación social significativa: la vieja sociedad estamental es reemplazada por la sociedad de clases. La Restauración, ideada por Cánovas del Castillo e implantada en 1875, entra en crisis en el año 1900, principalmente a causa de la convulsa situación política española y la aparición de nuevos movimientos sociales: por un lado, los nuevos sectores catalanes exigen más poder y, por el otro, algunas regiones empiezan a reclamar más autonomía. Los movimientos regionalistas y, especialmente, el catalanismo ven el desastre de 1898 como un reflejo de la incapacidad del régimen de la Restauración. España ya no es protagonista del nuevo concierto económico mundial. En este contexto, Joaquim Costa, profesor de la Institución de Libre Enseñanza, denuncia la existencia de un sistema electoral fraudulento, la corrupción de los partidos políticos y la falta de participación ciudadana en la toma de decisiones importantes como las causas principales del atraso que vive el país. Es en este momento histórico en que el movimiento intelectual regeneracionista surge un claro objetivo: alcanzar la tan deseada modernización de España. En cuanto a Cataluña, el movimiento intelectual catalanista conocido como la Renaixença se remite a la época floreciente de la Cataluña medieval: reclama el uso de la lengua catalana y pide una política económica proteccionista. Enric Prat de la Riba, futuro líder de la Lliga Regionalista, colabora en la redacción de las Bases de Manresa, un texto que expresa claramente el deseo de fortalecer la sociedad y el Estado catalanes. Francesc Cambó, que participa activamente en el nuevo movimiento político catalán, es uno de los máximos ideólogos de la Casa de América de Barcelona.

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Soportal de la Casa XifrĂŠ del Pla de Palau de Barcelona. Fuente: CAmeC



II

NUEVOS VÍNCULOS

DE UNIÓN ENTRE

AMÉRICA Y

CATALUÑA


El movimiento regeneracionista surge en distintos puntos del territorio español, convertido en una metrópolis sin colonias con la que hay que establecer nuevas reglas del juego. Los nuevos vínculos entre América y Cataluña también deben articularse. América sigue siendo un continente muy atractivo para empresarios e intelectuales, pero ahora las relaciones son de igual a igual. En octubre de 1900 se celebra en Madrid el Primer Congreso Social y Económico Hispanoamericano. Más de 2.500 asociaciones de todo el territorio español y personas de ambos lados del Atlántico se adhieren a este acontecimiento que perfila los nuevos lazos entre España y las antiguas colonias, Cuba y Puerto Rico. Empieza a hablarse de americanismo: una corriente, un sentimiento y una voluntad de tratar a ambos continentes de forma equitativa. Hay que escuchar las voces de quienes han estado sometidos a la gran metrópolis hasta hace unas décadas. Si bien detrás de esto se esconde un claro interés empresarial, muchos de los primeros americanistas también ven en la cultura latinoamericana un fuerte nexo de unión. Uno de los americanistas más influyentes de la época es Frederic Rahola i Trèmols. Secretario de Fomento del Trabajo Nacional, entidad muy vinculada a los intereses empresariales catalanes, es uno de los participantes en el Congreso de Madrid. Rahola sigue muy de cerca las ideas comerciales que pronto pueden producirse entre América y Cataluña. Presidente de la futura Casa de América en 1911, su nombre será uno de los más pronunciados durante la primera historia del americanismo. 24


Anuncio de los Altos Hornos de Vizcaya publicado en la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio. Fuente: PR-UB


MERCURIO, EMBRIÓN AMERICANISTA «El interés mercantil es la gran palanca de nuestros tiempos, como los hechos demuestran a cada paso. Los pueblos no se mueven apenas por simpatías de raza, ni se ligan, como antes, por conveniencias puramente políticas, en el fondo de todas las alianzas internacionales se encuentran siempre el acicate económico y el espíritu comercial». Con esta declaración de intenciones, titulada «Nuestros propósitos», se presenta el primer número de la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio, el 3 de diciembre de 1901.

Mercurio, uno de los órganos de difusión más importantes de la futura Casa de América Josep Puigdollers i Macià, que importa y exporta a América Latina, funda en Barcelona la revista Mercurio, el órgano de difusión más importante del proyecto americanista catalán. El empresario, junto con un grupo de intelectuales y burgueses catalanes destacados congregados por él mismo, es el responsable de crear la publicación y otorgarle este nombre en honor al dios del comercio. Gracias, en parte, a distintas experiencias empresariales, entre las que destacan las de Puigdollers y su círculo más cercano, Cataluña empieza a recuperarse poco a poco del declive que ha sufrido el imperio español tras la pérdida de las colonias. A pesar de ser una revista poco conocida, Mercurio será una de las publicaciones más importantes editadas en Cataluña durante la primera mitad del siglo XX. El empresario Puigdollers crea primero un boletín publicitario y de información mercantil bajo el epígrafe de «revista hispanoamericana». Poco después, en 1902, cambia el nombre por el de «revista iberoamericana», acorde con los ideales políticos del nuevo sentimiento americanista. El nuevo círculo de empresarios catalanes busca el respeto entre ambos mundos. Además, la calificación de hispanoamericano es impropia por excluir a Portugal y a Brasil, un mercado nuevo e importante, aún por descubrir. Esta voluntad, promulgada desde Barcelona y concretada en las páginas de Mercurio, convierte a la capital catalana en la sede de las relaciones culturales y mercantiles entre España y América Latina.

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Encuadernaci贸n de los primeros n煤meros de la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio. Fuente: PR-UB


Primer número de la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio, del 3 de diciembre de 1901, en que apareció la declaración de intenciones titulada «Nuestros propósitos». Fuente: PR-UB



Mercurio, dirigida por Frederic Rahola i Trèmols hasta 1918, año de su muerte, combina la divulgación financiera y la edición ilustrada. Esta publicación constituye un valioso legado, pues nos muestra cómo eran las relaciones comerciales y culturales entre América Latina y España, así como la publicidad de la época. Su director artístico es Pedro Casas Abarca. Nacido en Barcelona en 1879, es un pintor y un escultor reconocido, pero la faceta más importante de su carrera la lleva a cabo en la revista Mercurio, para la que diseña las normas del anuncio artístico, desconocidas en la España de entonces.

La revista Mercurio muestra Cataluña a América, y América a Cataluña Casas Abarca conoce a Josep Puigdollers a principios de siglo. Aunque su carrera profesional no termina en la revista, permanece muchos años estrechamente vinculado a ésta, por lo que llega a conocer muy de cerca a sus máximos responsables, a quienes describe en sus memorias. De Josep Puigdollers explica cómo «me cautivó el entusiasmo con que aquel hombre exponía sus ideales y sus empeños. Hasta tal punto que yo fui el primer sorprendido de llegar, más tarde, a un contacto íntimo y afectivo con persona de tan marcadas actividades comerciales por las que yo tenía poca simpatía, siendo un apasionado por el Arte». A Frederic Rahola i Trèmols lo define diciendo que «fue a un tiempo buen poeta y buen economista, aunque éstos parezcan méritos antagónicos». Casas Abarca combina su tarea en Mercurio con la de la Junta de Museos, donde también es una voz destacada. Hay que agradecerle, después de mucho insistir, la adquisición por parte del Ayuntamiento de Barcelona del Palacio de la Virreina, uno de los principales espacios culturales de los que hoy en día goza la ciudad.

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Pรกginas de la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio, publicadas el 26 de agosto de 1920. Fuente: PR-UB


Anuncios publicados en la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio. Fuente: PR-UB



Según la época, Mercurio se edita mensualmente o quincenalmente, y alcanza tiradas de varios miles de ejemplares. La edición se lleva a cabo en distintos locales céntricos de Barcelona (en la calle Pelayo, en el Portal del Ángel y en la Rambla de las Flores) y del centro de Madrid (en las calles Madrazo, Hermosilla y Velázquez, sucesivamente). La publicación cuenta con una extensa red de colaboradores que envían información desde el otro lado del Atlántico. Es una revista ilustrada, atractiva, adaptada a los nuevos tiempos, que puede compararse con las mejores de la época; un proyecto que contribuye a ver Barcelona como el centro neurálgico entre Europa y América en el ámbito editorial, y que es asimismo el embrión de una idea revolucionaria: Casa de América, un espacio común para españoles y latinoamericanos para fortalecer los vínculos culturales y mercantiles de ambos lados del Atlántico.

Mercurio es una de las publicaciones más importantes editadas en Cataluña durante la primera mitad del siglo XX La idea de fundar el Centro Jurídico Iberoamericano surge de la dirección de Mercurio. Una vez más, detrás del proyecto está el empresario Josep Puigdollers Macià, quien cuenta con la estrecha colaboración de Narcís Verdaguer Callís, de su discípulo Francesc Cambó, que más tarde liderará la Lliga Regionalista, y del marqués de Comillas, importante empresario establecido en Barcelona y propietario de la Compañía Transatlántica. Los cuatro crean esta asociación con la intención de difundir en Cataluña la realidad legislativa de cada uno de los países iberoamericanos. Se trata de un órgano de formación e información jurídica para todos quienes quieran importar y exportar productos de América, o emigrar allí con ciertas garantías legales. Durante las primeras décadas del siglo xx Mercurio contribuye a difundir el sentimiento americanista y las ideas empresariales y culturales de sus seguidores. Un proyecto editorial que desaparece en 1938, poco antes de la victoria franquista.

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Anuncio de la compañía de transportes de Josep Puigdollers i Macià, Sociedad en Comandita, publicado en la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio con el lema «Esta casa tiene montada una sección especial para todo el mundo y en particular para América». Fuente: PR-UB



III BARCELONA,

CENTRo AMERICANISTA


Durante la Semana Trágica, en Barcelona se crean dos asociaciones americanistas: el Club Americano y la Sociedad Libre de Estudios Americanistas. La primera se ocupa de los intereses mercantiles de los indianos y la segunda, del interés cultural por el continente americano. De corta duración, ambas tienen una gran trascendencia en la creación de la futura Casa de América de Barcelona. Barcelona, finales de 1909. La ciudad todavía está alterada por los hechos de la Semana Trágica, una huelga que ha tenido lugar entre el 25 y el 30 de julio y que ha desencadenado actos de violencia. Los acontecimientos coinciden con el momento en que Alfonso XIII reanuda la guerra contra Marruecos. El sistema de reclutamiento provoca la negativa de muchos trabajadores y el Ejército, con el apoyo de la burguesía, castiga con una fuerte represión a los insurrectos populares. Las consecuencias de esta gran huelga general provocan el primer enfrentamiento grave entre clases sociales en Cataluña, y genera una gran desconfianza hacia los partidos burgueses. En medio de este ambiente crispado de finales de la primera década del siglo XX aparecen dos asociaciones americanistas: la Sociedad Libre de Estudios Americanistas y el Club Americano. Si bien ambas llevan a cabo funciones similares, su constitución interna y objetivos son diferentes. «Con el nombre de Sociedad Libre de Estudios Americanistas se constituye una Asociación, cuyo objeto es obtener y divulgar en España el conocimiento de los pueblos de la América Latina, como medio, el mejor, para

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Reproducci贸n de los Estatutos de la Sociedad Libre de Estudios Americanistas, redactados en 1910 por Frederic Rahola i Tr猫mols. Fuente: CAmeC


conseguir mayor intimidad en las relaciones iberoamericanas. La Sociedad irá desenvolviendo su acción, implantando estudios, creando los Museos Cultural y de Productos, y la Biblioteca Americanos, organizando conferencias y exposiciones, llevando su actividad a todos los ámbitos de España y realizando todo cuanto juzgue conveniente con relación a su objetivo, según se lo permitan los elementos con que cuente». Con estas palabras se constituyen los Estatutos de la entidad, redactados en el año 1910 por su fundador, Frederic Rahola i Trèmols, que será el presidente de la futura Casa de América de Barcelona en 1911. Rahola i Trèmols es, además, el primer catedrático de Estudios Americanistas en Cataluña, cargo designado por la Universidad de Barcelona, entonces el único centro de estudios superiores de la ciudad.

DOS CORRIENTES AMERICANISTAS EN LA CIUDAD CONDAL La Sociedad Libre de Estudios Americanistas tiene una naturaleza similar a la de la Institución de Libre Enseñanza, creada tres décadas antes, pues es una de las entidades más críticas con el resultado del desastre de 1898. El intelectual Joaquim Costa, ligado a esta institución, denuncia a finales del siglo XIX las principales causas del atraso que vive el país. Vinculada a la Universidad de Barcelona, la Sociedad Libre de Estudios Americanistas está formada por intelectuales de la época. Concentrados alrededor de la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio, que pretende ilustrar la realidad del continente americano, los miembros de esta entidad con sede en el número 1 de la Rambla de las Flores quieren articular su gestión con la de organismos similares aparecidos en otros puntos de la geografía española. Los integrantes de la Sociedad no son latinoamericanos, sino catalanes interesados en América Latina. Uno de ellos, Rafael Vehils, se convertirá en el líder de este movimiento americanista hasta la Guerra Civil española. El Club Americano, por su lado, está formado por indianos residentes en Barcelona. El 26 de diciembre de 1909 tiene lugar en la sede del Fomento del Trabajo Nacional la primera asamblea constitutiva, presidida por el empresario importador y exportador José G. del Valle. «No se trata sólo de tener un sitio donde puedan reunirse los muchos

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Imágenes 1, 2 y 3: reproducción del acta de la asamblea constitutiva del Club Americano, realizada en la sede del Fomento del Trabajo Nacional el 26 de diciembre de 1909. Fuente: CAmeC

Imagen 4: reproducción del «Reglamento para el régimen y gobierno de la Sociedad Recreativa Club Americano», que se establecerá en Barcelona. Fuente: CAmeC

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Imágenes 5, 6 y 7: reproducción de la portada del libro de actas y del acta de la reunión de los socios del Club Americano, celebrada el 18 de mayo de 1910 en el Mundial Palace bajo la presidencia de Jacinto Viñas Muxí. Fuente: CAmeC


americanos que residan o estén de paso en esta ciudad, sino de crear una asociación de verdadera utilidad que venga a servir de lazo de unión entre americanos y peninsulares». Entre los miembros del Club Americano, constituido por latinoamericanos, cabe destacar al uruguayo Jacinto Viñas Muxí y al puertorriqueño Ramón Méndez de Cardona, que serán presidentes de la futura Casa de América de Barcelona. La primera sede, provisional, se encuentra en el primer piso del número 3 de la plaza de Cataluña. El 18 de mayo de 1910 se celebra su primera reunión pública que, debido a las pequeñas dimensiones del local, tiene lugar en el hotel Mundial Palace. Según el reglamento, «con el nombre de Club Americano se constituye una asociación cuyo objeto es fomentar la relación social entre americanos y españoles proporcionándoles recreos y entretenimientos para contribuir a la labor de vinculación internacional ibero-americana». En esta época, el Club Americano ya cuenta con 200 socios, todos ellos empresarios.

El Club Americano está formado por indianos residentes en Barcelona y la Sociedad Libre de Estudios Americanistas, por empresarios e intelectuales catalanes En el transcurso de 1910 se producen dos acontecimientos destacados para el colectivo americanista. Primero, la celebración en América Latina del primer centenario de la independencia y, segundo, la creación de la Unión Panamericana de Washington, órgano representativo del continente a nivel internacional, y antecedente de la futura Organización de los Estados Americanos (OEA). Ambos hechos llevan a los empresarios, políticos y intelectuales catalanes a diseñar alternativas para frenar los posibles sentimientos antiespañolistas en América Latina, así como a disminuir la influencia que la Unión Panamericana está ejerciendo sobre las antiguas colonias españolas. Es entonces cuando los miembros de la Sociedad Libre de Estudios Americanistas y el Club Americano deciden unir esfuerzos y crear una nueva asociación donde coincidan los intereses de los españoles y los latinoamericanos. Así, en abril de 1911 nace la Casa de América de Barcelona.

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Miembros del Club Americano en el exterior de la Casa de América de Barcelona, en el pasaje de Méndez Vigo. A la derecha, en segundo término, Rafael Vehils. Fuente: PR-UB



IV

LA CASA DE AMÉRICA DE BARCELONA


Año 1911. Nace la Casa de América de Barcelona con la intención de establecer relaciones entre América y Europa. Esta institución será la sede de antiguos indianos, de americanistas catalanes y de latinoamericanos establecidos en la ciudad. Planteamientos innovadores, soluciones originales y vocación internacional son los ejes de esta nueva asociación.

«Este momento es decisivo, la Casa de América es ésta: está vacía. Alguien, al oír esto sonreirá; muy bien, nosotros, constructores, que conocemos el camino, abrimos un Mayor imaginario y escribimos con verdadera unción y un singular espíritu mercantil dos conceptos: en el Debe ponemos Porvenir y en el Haber, una fecha, la de hoy». Palabras extraídas del discurso de Jacinto Viñas Muxí durante la inauguración de la Casa de América de Barcelona. Es el 10 de marzo de 1911. La Casa de América de Barcelona se presenta ante la sociedad barcelonesa en la sede del pasaje Méndez Vigo. Aparece una reseña sobre la inauguración en la portada de La Vanguardia. Jacinto Viñas Muxí, miembro destacado del Club Americano, preside la nueva entidad, fruto de la fusión de dos asociaciones: la Sociedad Libre de Estudios Americanistas y el Club Americano. Daba así la bienvenida a los asistentes: «Desde dos años há un núcleo de españoles y americanos, no diré entusiastas, porque sería banal, pero sí tenaces, decididos á sellar la fraternidad trasatlántica tan decantada por poetas y prosistas, venimos trabajando

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con ahínco para crear un casal, para edificar una morada solariega, que encienda el ánimo, fecunde los amores y avive la voluntad que ha menester el ideal referido, patrimonio, al parecer, de muchos pueblos de esta vieja y reverenciada Europa, dominio propio, en realidad, de la España inmortal». Uno de los asistentes ilustres a la fiesta de inauguración es Federico Gamboa, el embajador de México, que encabeza una delegación de paz para corresponder al homenaje que España había rendido a su país con motivo de las celebraciones del centenario de su independencia. «Vais a ser el primer americano que atraviesa este umbral. Cuando después de ímprobos trabajos conseguimos la fuerza, el dinamismo suficiente para arraigar en el suelo catalán, dispuesto siempre á toda clase de nobles empresas, decidimos, aún antes de efectuar nuestra instalación, antes de exornar este querido hogar, congregarnos todos en una fiesta íntima».

«Queríamos entrar, no dos ni tres, sino una pequeña multitud entreverada de hispanoamericamos para tomar posesión de conquista». Jacinto Viñas Muxí El 2 de abril de 1911, la Casa de América de Barcelona abre formalmente sus puertas al público, y lo hace como asociación americanista. Dos días más tarde, de acuerdo con el artículo 4 de la Ley de Asociaciones del 30 de junio de 1887, se registran los estatutos para legitimar su constitución corporativa. El 20 de mayo la Casa de América de Barcelona organiza un baile de etiqueta. Los periódicos de la ciudad se hacen eco de la noticia. Las crónicas sociales describen la llegada de carruajes y automóviles al «bonito palacete». La fiesta, con una cena espléndida, reúne a las personalidades más selectas de la ciudad y a la numerosa y distinguida colonia americana. Una orquesta prolonga la fiesta hasta la madrugada, alternando valses y rigodones con two-steps y la cadenciosa danza puertorriqueña. Un día antes de esta crónica social se publica en La Vanguardia el siguiente anuncio: «A punto de terminarse la organización de la Casa de América, la junta directiva de dicha entidad lo hace saber a los americanos residentes en

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esta ciudad y a cuantos sientan simpatía por el ideal hispanoamericano o tengan interés en la vinculación comercial con aquellas naciones transatlánticas, a fin de que se den por invitados a concurrir y colaborar en la acción que ahora se inicia, aún cuando, por circunstancias fáciles de comprender, por el inmenso trabajo que supone organizar tan vasta empresa, no hayan sido requeridos de modo expreso y personal». (La Vanguardia, 19-V-1911).

PRESENCIA DEL CUERPO DIPLOMÁTICO El 27 de abril de 1911, la primera junta directiva de la Casa de América convoca a los cónsules americanos para constituir el Consejo de Honor. Una de las funciones más importantes de este órgano consiste en aprobar el nombramiento del director de la asociación. El primero en ostentar el cargo es Rafael Vehils, que la dirige hasta 1959, año de su muerte. Primer Consejo de Honor de la Casa de América de Barcelona Alberto L. Gache (Argentina) Joaquín Porta, en representación del cónsul Raymundo de Sá Valle (Brasil) José Daurella y Rull (Bolivia) Eusebio Cortés Gregory (Colombia) José Cruxent Borrell (Costa Rica) Joaquín Alsina (Cuba) Goycoolea Walton (Chile) Enrique Deschamps (República Dominicana) Leonidas A. Jerovi (Ecuador) Henry Mc Bride, en representación del cónsul Mr. Morgan (Estados Unidos de América) Jaime Fortuny y Durán, en representación del cónsul Ricardo Gómez Carrillo (Guatemala) Víctor de Cuadra (Honduras) Salvador Castelló (Estados Unidos Mexicanos) Manuel Ignacio Terán (Nicaragua) Vicente Vilalta (Panamá) José Morillo (Paraguay) Manuel María Moragas Manzanares (El Salvador) Pedro Company (Perú) Rafael Vehils, en representación de Lucas Rodríguez (Uruguay) Víctor A. Rodríguez (Venezuela) Víctor A. Rodríguez (Venezuela)

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Portada de La Vanguardia del 2 de marzo de 1911, en la que la Casa de AmĂŠrica de Barcelona es noticia.


Alberto L. Gache, cónsul de Argentina, expresa en esta primera reunión que la Casa de América de Barcelona está destinada a: «Irradiar mucha luz en lo futuro, como que va á cobijar en su seno el pensamiento de América, de esa América tan calumniada compuesta de hombres libres que luchan afanosamente preparando el porvenir, y que entreven á sus respectivas nacionalidades grandes y gloriosas. Un fin nobilísimo lleva la nueva institución: esparcir ideas que unan en un solo sentimiento de grandeza, en un generoso ideal de confraternidad y de amor á los pueblos latinoamericanos y la madre España». En efecto, la Casa de América de Barcelona, tal y como lo refleja en los Estatutos, se presenta siempre como entidad neutral, muy diplomática cuando se trata de opinar sobre determinados aspectos políticos americanos. «Al gran exploratore americano Signor Raffaele Weyls, suo admiratore e amico, A. Merletti». Dedicatoria del fotógrafo italiano Alessandro Merletti (1860-1943) a R. Vehils. En la fotografía, conservada en mal estado, vemos a Rafael Vehils (centro) con Frederic Rahola (derecha) en una cena celebrada en 1912. Fuente: FJV

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«La Casa acogerá desde luego toda manifestación de progreso y de conformidad hispanoamericana. Quedan excluidas de ella, sin embargo, las discusiones que versaren sobre objetos ó asuntos políticos ó religiosos, á los cuales será completamente ajena, sin que pueda la Casa tomar parte en acontecimiento público de dicho carácter, no estando expresamente autorizada para ello la Junta general». En agosto de 1912 la entidad americanista catalana se declara de utilidad práctica por Real Orden en los siguientes términos: «En atención a la bondad del pensamiento y la actividad con que lo realiza, fomentando a la vez los estudios americanistas y las relaciones comerciales». Rafael Vehils es considerado por sus contemporáneos, entre los cuales destaca el fotógrafo de prensa Alejandro Merletti, como un «explorador americano».


LA ORIGINALIDAD DE LA CASA DE AMÉRICA La asociación surgida en Barcelona destaca por ser la primera que une a españoles y latinoamericanos en una misma entidad. Sus socios muestran además una preocupación por la literatura, por el arte y por el comercio, una herencia de los intereses diferenciados que tenían los miembros del Club Americano y los de la Sociedad Libre de Estudios Americanistas, reflejada asimismo en las dos secciones en que se divide la entidad: la Cámara de Comercio y el Instituto de Estudios Americanistas. La primera representa el espíritu del Club Americano y guía los intereses de los socios que se dedican al comercio y a la exportación; la segunda, por su parte, tiene un cariz más cultural y se hace eco de los pensamientos de los antiguos miembros de la Sociedad Libre de Estudios Americanistas, fundadores de la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio y representantes del mundo académico de la ciudad condal. El 27 de septiembre de 1911 esta sección, más ilustrada que la primera, elabora un reglamento donde se expresa la clara intención de crear en Barcelona un archivo americanista de referencia europea. En general, los socios de la entidad americanista son muy activos y desempeñan un papel fundamental en la dirección y la promoción de la Casa de América de Barcelona en la ciudad. Muchos de ellos se convierten en accionistas y adquieren cédulas nominativas de 100 pesetas –amortizables a partir de 1914–, con las que la entidad se sostiene económicamente durante los primeros años.

La Casa de América de Barcelona no tarda en despertar el interés de editores, publicistas, políticos, intelectuales y empresarios, muchos de ellos aristócratas Las esposas de los miembros de la Casa de América de Barcelona acompañan a sus maridos a todas las actividades de la entidad. Pronto forman la Junta de Damas de Montepío y sus hijas, herederas de la alta burguesía catalana, crean la Junta de Señoritas Auxiliares. En general, las mujeres trabajan para mantener el ámbito de sociabilidad de la Casa de América organizando recepciones, tertulias y celebraciones. Sus funciones sociales tienen una gran importancia, puesto que ayudan a fortalecer los vínculos empresariales y políticos entre los distintos grupos familiares presentes en la asociación. 51


La Junta de Señoritas Auxiliares de la Casa de América de Barcelona. Fuente: PR-UB


Pronto la Casa de América de Barcelona contará con una nutrida colaboración de la banca local y del mundo empresarial. Entre otros, dan su apoyo a la recién asociación americanista la Banca Marsans, el Banco Hispano Colonial, el Banco Hispano-americano, el Banco Urquijo, el Banco Zaragozano, la Compañía Trasatlántica, la Compañía General de Tabacos de Filipinas, la Compañía Hispanoamericana de Electricidad (CHADE), La España Industrial, La Maquinista Terrestre y Marítima, La Seda de Barcelona S.A. y Manufacturas Sedó S.A. son algunas de las entidades que sustentan la reciente asociación americanista. Entre éstas también se encuentran empresas como Ford Motor Ibérica, Hispanoamericana Transacciones y los hoteles Avenida Palace y Ritz. Cabe destacar el apoyo de la editorial Gustavo Gili S.A. y de la Editorial Maucci, así como la constante ayuda de la Diputación de Barcelona y del Ayuntamiento de Barcelona. Destaca, asimismo, la vinculación de determinados prohombres y grandes empresas con la asociación: editores, publicistas, intelectuales, banqueros, políticos y empresarios de todo tipo configuran la lista de socios. Hay que recalcar la actuación de Francesc Cambó, mecenas de la asociación y presidente de la Compañía Hispanoamericana de Electricidad (CHADE), y la de Rafael Vehils, director de la entidad y de la empresa que se convertirá en el puntal económico más importante de la Casa de América de Barcelona.

VÍNCULOS INTERNACIONALES La Casa de América es la única entidad española inscrita en la Unión Internacional de Asociaciones de Bruselas. Su manifiesto circula por toda Europa y el continente americano, hace públicos sus ideales y propósitos innovadores y da a conocer los servicios que proporciona a particulares y empresas. Otro de los aspectos que ilustra la vocación internacional de la Casa de América de Barcelona es la designación de delegados al otro lado del Atlántico, escogidos entre empresarios, comerciantes o políticos establecidos en el continente americano. Esta red de corresponsales envía todo tipo de datos de interés económico y político a Cataluña y colabora con la edición de la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio. Hasta poco antes de 1936 estos delegados, representantes de la asociación en todos los países americanos (desde Argentina hasta Canadá) desempeñan una función primordial. A menudo ser delegado de la

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Agendas personalizadas de Francesc Camb贸 y Rafael Vehils con la imagen corporativa de la Casa de Am茅rica de Barcelona. Fuente: PR-UB

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Casa de América es un paso previo para ocupar cargos de cónsul y vicecónsul al otro lado del Atlántico. Los delegados envían libros especializados a la sede de la Casa de América, informan sobre las características del territorio, cuentan qué inversiones mercantiles pueden hacerse en cada país, comentan la opinión que los americanos tienen de España y las relaciones de los países americanos con otros estados europeos y, lo más importante, mandan a Barcelona informes confidenciales. No todos los socios pueden disponer de información sobre aspectos comerciales, culturales o políticos, y el acceso libre es exclusivamente para los miembros de la entidad que aportan una cuota económica más elevada. El resto tan sólo puede acceder a la información de libre consulta que se clasifica en la biblioteca de la Casa de América de Barcelona. A pesar de su disponibilidad, en los informes los delegados acostumbran a hacer referencia a las actitudes negligentes del gobierno español y a la incapacidad de los exportadores peninsulares para garantizar la presencia mercantil e inversora en América. Lluis G. Fàbrega i Amat, delegado en la capital de Perú, escribe en octubre de 1918: «Por desgracia podemos notar que, hasta hace poco, España no se ha dado cuenta de la importancia que tiene para su comercio y su porvenir el hecho de que las aspiraciones del comercio español estén presentes en las distintas plazas comerciales del mundo, especialmente en la América española, y gracias a la desidia de nuestras autoridades hemos visto como nuestros artículos quedaban atrás en todos los mercados suramericanos».

País Argentina

Uruguay

Delegados de la Casa de América de Barcelona al continente americano Antonio P. Aleu; Juan Torrendell; Antonio Freixas; Ricardo Monner Sans; Gervasio Díaz; José González; Benito Fernández; José Quintana; Pedro Tarrabadella; Manuel Cepeda; Heriberto Martínez; Salvador del Río y Cía.; Carlos Valenzuela Godoy Cruz; Emilio Martín; Asociación Española de Socorros Mutuos de Tucumán Víctor Arcelus (Helguera, Arcelus y Cía., importadors de teixits); Nicolás Inciarte; Bartolomé Tomás y Moll; Salvador García; Luis Nouriño; Mariano Comas; Ángel Gelpi 55


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Paraguay

Camilo Pérez Pérez; Carlos Santos

Brasil

Miguel Martín Romero; Celestino Cereijo; Luis Pérez; Federico Pastor; Manuel Sobrino; José Tous Roca; Nicasio Martínez y Fernández; Luis Sanz Quintana; Adolfo Morales de los Ríos; Secundino Troncoso; Aurelio V. García; Juan Díaz de la Rocha; Joaquín Martí; Francisco Jaime

Chile

D. M. Casanovas; Martín Pinedo; Bartolomé Balanda; Francisco Cañas; Fernando Daza y Nandó; Domingo Figueras; Manuel J. Masalías; Manuel Lueje; Bernardino Corral; Armando Fernández Valverde; Francisco Jaime

Bolivia

José Spa; Matías Mendieta; José Truniger; T. Crusellas Bach; Enrique Ruiz; José Oller

Perú

Humberto Artadi; Luis G. Fábrega y Amat; Justo Bernachea; José Eguren y Eguren; J. Alberto Bellido; José Altimira Mota

Ecuador

Pedro Maspons Camarasa; Jaime Tomás de Verdaguer García; José María Prats; Francisco Dalmau

Colombia

Tiburcio Anitua; Carlos Restrepo; José Carulla; José Sacasses Munné; Francisco Márquez

Venezuela

Alberto Fernández; Carlos Villanueva; Julio Añez; Juan Call y Marros

Panamá

Juan Ansola Martínez

Nicaragua

Vicente Rodríguez

El Salvador

Manuel S. Gutiérrez; Pedro S. Fonseca; Abraham Ramírez Peña

Costa Rica

Mariano Álvarez Melgar; Manuel García

Honduras

Antonio Fernández Fontecha

Guatemala

José Antonio Camacho; Federico J. Matéu

Haití

León Gouraige


República Dominicana

Domingo Hernández; Francisco Moll Llorens. José de C. Ariza

Cuba

Faustino Álvarez; Pedro Urquiza Bea; Ramon Planiol i Claramunt; Antonio de la Peña i Reyes; Miguel Pont; Manuel Arca Campos

Méjico

Rogelio Suárez; Faustino Díaz Caneja; Cipriano González Bravo; Eduardo de Noriega; Diego Carrasco; Pedro Granada; Germán García Chavarri; Francisco Ibargüengoitia; Federico de Sisniega

Estados Unidos Rafael Díez de la Cortina; Luis Llansó Caciña; Rafael de América Marín Delgado; Javier Esteve; Alejandrino Nisbal y Casas; Antonio Sánchez de la Sierra; Andrés Iglesias Pelayo; Juan Carlos Cebrián; Antonio Rafael Véjar Puerto Rico (EUA): José María Lomban Peña; Antonio Álvarez Navas Filipinas (EUA): Manuel Pérez de Olaguer Feliú; Luis Llansó Caciña; Buenaventura Guamis Admetlla; Lorenzo Bello Canadá

Juan Pijoan

Mapa de los delegados de la Casa de América de Barcelona. Archivo General de Economía, n. 1 (1923). Fuente: CAmeC

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Repertorio iconográfico de los delegados de la Casa de América de Barcelona. Fuente: PR-UB 123456-

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Brasil: Miguel Martín Romero (Manaos) Brasil: Manuel Sobrino (Bahia) Venezuela: Juan Coll Morros (Bolívar) Chile: Bernardino Corral (Concepción) Chile: Francisco Jaime (Punta Arenas) Estados Unidos de América: Rafael Marín (Nueva Orleans) 7- México: Rogelio Suárez i Fernández (Campeche y Yucatán) 8- Panamá: Juan Ansola Martínez 9- Paraguai: Camilo Pérez Pérez (Asunción) 10- Perú: José Altimira Mota (Iquitos) 11- Venezuela: Carlos Villanueva (Cumaná)


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2 Repertorio iconográfic de los delegados de la Casa de América de Barcelona. Fuente: PR-UB 1- República Argentina: José Quintana (Rosario). Fotografia con dedicatoria en el reverso 2- República Argentina: Emilio Martín (Corrientes) 3- Perú: Luís Fàbrega (Lima)


DESPUÉS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Las consecuencias de la primera gran guerra son nefastas para la Casa de América de Barcelona. Hasta este momento la entidad americanista tiene unos 500 socios, pero a partir de 1916 muchos de los miembros se ven forzados a darse de baja de la entidad por dificultades económicas. La falta de recursos obliga a los 300 socios que resisten la crisis a abandonar la sede de Méndez Vigo y a iniciar un periplo por distintos espacios de la ciudad. Gracias a las ayudas públicas, sin embargo, la entidad puede salir adelante en esta compleja etapa.

Dedicatoria a Rafael Vehils de Francesc Cambó, en el libro de Cambó Las Dictaduras (Buenos Aires, 1929). Fuente: FJV

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Una vez terminada la guerra, la Casa de América de Barcelona amplía su interés geográfico e incorpora nuevas actividades. En 1918 la asociación crea una sección dedicada a Filipinas, con una destacada participación de la Compañía General de Tabacos de Filipinas. Dos años después Francisco Jaime, el delegado de Punta Arenas, lidera una experiencia importante: organiza la «Copa Casa de América» en el marco de la conmemoración del IV centenario del descubrimiento del estrecho de Magallanes. Durante los últimos días de 1920 se celebra un campeonato de fútbol en el que participan las tripulaciones de los acorazados inglés, norte-americano, chileno, español y argentino entonces presentes en el estrecho. El equipo ganador de la «Copa Casa de América» es la tripulación argentina del acorazado Rivadavia, que se hace con el trofeo el 28 de diciembre de 1920.

Acta de la reunión de la sección de Filipinas de la Casa de América, celebrada el 5 de enero de 1918, y que recoge la designación de Frederic Rahola como presidente de dicha sección. Fuente: CAmeC

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La tripulación del acorazado argentino Rivadavia, ganadora de la «Copa Casa de América» en 1920. Los reversos de las fotografías originales muestran los detalles de la dedicatoria. Fuente: PR-UB


En 1923 la Casa de América de Barcelona organiza una de las actividades más importantes desde su creación: el I Congreso de Cámaras de Comercio Iberoamericanas, celebrado en Madrid el 1 de abril. El congreso es presidido por Alfonso XIII, muestra del apoyo real a la iniciativa catalana.

Sesión inaugural del I Congreso de Cámaras de Comercio Iberoamericanas, el 1 de abril de 1923. Fuente: PR-UB

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En esa misma década la Casa de América de Barcelona —aprovechando que Francesc Cambó, que acaba de fundar la Compañía Hispanoamericana de Electricidad (CHADE), está en el gobierno español ocupando, primero, el cargo de ministro de Fomento y el de ministro de Hacienda después— decide proyectar una sede de gran prestigio ubicada en el Portal de la Paz, cuyas fachadas laterales den al paseo de Colón y a la calle de Josep Anselm Clavé. Si bien esta gran sede nunca será una realidad, vuelve a despertar el interés de las empresas y, a finales de la década, la entidad americanista llega a tener 700 socios individuales y 400 corporativos.


NUEVOS ESTATUTOS PARA UN PROCESO DE INTERNACIONALIZACIÓN En 1928 la Casa de América, con el propósito de reforzar su papel en el ámbito internacional, decide cambiar de nombre y transformar el contenido de sus estatutos. Dado que en la época los institutos son considerados más importantes desde una perspectiva política y académica, la asociación americanista pasa a llamarse IDEA-Casa de América (donde IDEA corresponde a Instituto de Economía Americana), aunque los contemporáneos prefieren siempre dirigirse a la institución por su nombre original. Nuevamente la Casa de América vive años de acción y creatividad en distintos frentes. En 1929, un año después, organiza una importante conferencia de cámaras y asociaciones españolas de comercio en América. Coincidiendo con este nuevo impulso, la entidad se traslada al número 28 de la Vía Layetana, un edificio propiedad de Francesc Cambó. Asimismo, se diseña un ambicioso proyecto que requiere una superficie de 2.000 metros cuadrados: el primer Museo Permanente de Productos Naturales y Recursos Económicos de América, cuya finalidad es incentivar a los productores y comerciantes españoles a que se vinculen con América.

«Las cajas se van colocando en uno de los Palacios de la Exposición. Estamos sin Pabellón y con más de cien cajas llenas de muestras». Enrique Deschamps Barcelona va recibiendo muestras procedentes de prácticamente todos los países americanos. Salen cajas desde México, Colombia, El Salvador, Brasil, la República Dominicana, los Estados Unidos, etcétera, con el objetivo de ofrecer material especializado para el museo americanista. La exposición, que se quiere inaugurar aprovechando la Exposición Universal de 1929, constará de materias primas y artículos en bruto de todos y cada uno de los países americanos. «(...) Ni geográficamente ni industrialmente puede ser Sevilla centro apropiado para el caso, sino todo lo contrario... Es del todo indiscutible que Barcelona es el punto de España por excelencia para el desarrollo de la citada obra».

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Con estas palabras Enrique Deschamps, diseñador del espacio museístico, defiende el que tiene que ser el primer museo económico americanista de España sin éxito, pues no despierta el interés del gobierno español. A pesar de que el muestrario está completo, el museo no se materializa y es aplazado sine die por motivos económicos. Nunca se saca provecho del material recibido. Las administraciones catalanas, que hasta este momento han apoyado económicamente a la Casa de América, dejan de hacerlo. El ayuntamiento de la ciudad deja de subvencionar la entidad en 1931 y la Generalitat reduce en un 50% su aportación, que pasa de 10.000 a 5.000 pesetas.

MÁS PROYECTOS DE RENOMBRE En 1932, durante la II República española, Francesc Macià, presidente de la Generalitat de Cataluña, preside la creación del Superior Patronato de la Casa de América. En su discurso, presenta Barcelona como puerto natural de entrada de los productos americanos y la entidad catalana, como protagonista indispensable de esta empresa colectiva. En cuanto a la futura zona franca, que pronto se construirá en la ciudad, comenta: «Gracias a esta obra los americanos podrán aportar las materias primas y construir las fábricas necesarias, siempre que Cataluña suministre la mano de obra indispensable y la organización comercial, cosa que beneficiará a todo el mundo». En los próximos años, estas y otras ilusiones de la innovadora sociedad americanista catalana se verán truncadas definitivamente al estallar la Guerra Civil.

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Folletos publicados por la Casa de América de Barcelona: 1 – Asociación Internacional de Expansión Económica Iberoamericana, Estatutos y reglamento internos. Barcelona, 1924 2 – Información española en la prensa americana. Servicio cablegráfico diario, Casa de América, Asociación Internacional Iberoamericana. Barcelona, 1920 3 – La Casa de América en Barcelona. Asociación Internacional Iberoamericana, orientación, estructura y organización. Barcelona, 1919. 4 – La Casa de América: bosquejo histórico y descriptivo. Barcelona, 1911.


Varias imágenes que ilustran la vida social en la Casa de América de Barcelona. Miembros e invitados de la asociación en la sede del pasaje Méndez Vigo en 1911. Fuente: PR-UB



ADHESIONES A LA CASA DE AMÉRICA DE BARCELONA Desde sus inicios, la Casa de América de Barcelona recibió el apoyo de la sociedad acomodada, tanto local como del continente americano. Era una apuesta decidida que nacía en 1911, y que desde muy temprano se hizo un lugar entre políticos, intelectuales, empresarios y comerciantes. Las autoridades relevantes de la época vieron con buenos ojos esta atenta mirada hacia el mundo americanista. Las páginas siguientes reproducen algunas de las dedicatorias que recibió la Casa de América de Barcelona en sus primeros años de vida y que fueron compiladas en La Casa de América. Orientación, estructura y organización, un volumen ideado por Cambó para demostrar el carácter internacional de la asociación.

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Fuente: PR-UB


S.A.R.Dª ISABEL DE BORBÓN

Excmo. Sr. CONDE DE ROMANONES

Infanta de España

Presidente del Consejo de Ministros

«La infatigable acción de la Casa de América es excelso patriotismo.»

«Aplaudo sin reservas la obra de esa asociación, llamada a acrecentar el caudal de hechos eficaces para estrechar los lazos con los pueblos de Ultramar.»

Hon. Sr. FRANCISCO GINER DE LOS RÍOS

Ilm. Sr. JACINTO BENAVENTE

Profesor de la Institución Libre de Enseñanza

«Mi adhesión incondicional al laudable pensamiento de la Casa de América, que es de verdadera importancia para el porvenir de España en América.»

«Me adhiero a cuanto se propone realizar la Casa de América. Las peculiaridades de su organización tienen un cierto sello de novedad.»

Escritor y diputado


Excmo. Sr. FRANCESC CAMBÓ Ex ministro y diputado

Excmo. Sr. RAFAEL ALTAMIRA Senador del Reino. Profesor de la Universidad Central

«Me adhiero a la empresa, que considero de una oportunidad y de una urgencia indiscutibles.»

«La Casa de América está llamada a influir con claridad en el propósito de ligar nuestra vida nacional con la de los pueblos americanos de origen español.»

Hon. JOAN MARAGALL

Ilm. Sr. BENITO PÉREZ GALDÓS

Escritor «La organización de la Casa de América me parece una obra de gran importancia que seguramente será útil para el objeto que se propone. Tal como yo la veo y la siento puede producir resultados inestimables.»

Escritor y ex diputado «Me asocio a los proyectos y a los trabajos de la Casa de América. ¡Ojalá existiesen en España muchas instituciones como esa!»


Hon. Sr. JOSEP CARNER Escritor «La Casa de América me parece una obra completa que exige imperiosamente el patriótico concurso de todos.»

Hon. Sr. ALBERTO I. GACHE Cónsul general de la República Argentina. Decano de los señores cónsules americanos acreditados en Barcelona «La Casa de América es, a mi juicio, una institución destinada a irradiar mucha luz en lo futuro, uniendo la previsión y la energía, la inteligencia cultivada y la esencia activa y práctica, unión que concentra todo aquello que hay de mejor en la naturaleza humana.»

Hon. Sr. GREGORIO MARTÍNEZ SIERRA Escritor «Aplaudo con entusiasmo la fundación de esta Casa, y hago votos porque, aunándose todos los esfuerzos, sea la Casa de América el centro de todas las inteligencias de España y el continente colombino.»

Hon. Sr. JOSÉ ENRIQUE RODÓ Escritor uruguayo «Si en algo pueden contribuir mi nombre y mis fuerzas a la realización de idea tan alta y generosa, yo me pongo en absoluto a la disposición de la Dirección de esa Sociedad, asegurándola que ningún título halagará en mayor grado mi orgullo que el de haber cooperado eficazmente a su grande obra.»


Excmo. Sr. J. FIGUEROA ALCORTA

Hon. Sr. MANUEL UGARTE

Ex presidente de la República Argentina

«En cien años la simiente ha sufrido modificaciones fundamentales, un hálito nuevo emana de los territorios que descubrió Colón. Las jóvenes Repúblicas se han improvisado una personalidad vigorosa e indiscutida; pero si auscultamos el hervor de estos pueblos, sentimos latir aún la respiración de España. Eso es lo que conviene mantener y fortificar para bien de todos.»

«Formulo los más sinceros votos para el éxito de sus trabajos, que nos permitirán mancomunar esfuerzos en bien recíproco y general.»

Escritor argentino

Hon. Sr. M. DE OLIVEIRA-LIMA

Hon. Sr. ALCIDES ARGUEDAS

Escritor. Ministro plenipotencia rio de los Estados Unidos de Brasil

Escritor. Diplomático y diputado de la República de Bolivia

«Para mí será un gran placer colaborar en esa empresa y contribuir a que sea conocida si se basa, como creo, en una sana y superior inteligencia del internacionalism o ibero-

«Me adhiero a sus propósitos, y felicito a los directores por haberlos asentado en esa gran capital, Barcelona, de nobles y hermosas iniciativas, reputada por la energía de su esfuerzo.»


Hon. Sr. FELIPE SASSONE

Hon. Sr. CARLOS R. TOBAR

Escritor peruano

Ministro plenipotenciario de la República de Ecuador

«Para contribuir a que América conserve siempre el amoroso respeto que debe a la Vieja Conquistadora, para hacer que España ame y conozca mejor a nuestra América, yo tengo y tendré siempre un enorme caudal de energías, de actividad y de entusiasmo, que pongo, desde luego, al servicio de esa simpática obra.»

Excmo. Sr. GIL FORTOUL Ex presidente de la República. Ministro plenipotenciario de Venezuela «Si el proyecto se mantiene en los límites de su programa, como indudablemente sucederá, la empresa será honrosa, y yo desde luego expreso para ella mis más cordiales sentimientos.»

«Ese organismo surgió como natural consecuencia del deseo vehemente que experimentan los pueblos del continente americano de origen español y la madre patria de estrechar los vínculos de solidaridad con que los ligara la naturaleza y la historia, mediante un acercamiento cordial y un continuo cambio de ideas.»

Excmo. Sr. BELISARIO PORRAS Ex presidente de la República de Panamá «Quisiera poder corresponder como se merece al esfuerzo de esa asociación, pues para mi es gratísimo contribuir al mayor acercamiento de estas repúblicas con la madre patria. Desde luego habré de prestarle atención y deséole buen éxito.»


Excmo. Sr. ANTONIO GÓMEZ RESTREPO

Excmo. Sr. SANTIAGO PÉREZ TRIANA

Escritor. Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia

Ministro plenipotenciario de Colombia

«Aplaudo con el más vivo entusiasmo el propósito que anima a esa institución, poniéndome desde ahora a las órdenes de la Dirección para cuanto estime oportuno, haciendo votos por el éxito feliz del noble y trascendental pensamiento.»

«En mi calidad de americano y de amante de España, no puede menos de complacerme la labor que la Casa de América tiene entre manos, y por mi parte haré cuanto a mi alcance esté para su buen éxito.»

Excmo. Sr. R. FERNÁNDEZ GUARDIA

Hon. Sr. FROILÁN TURCIOS

Ex ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica «Los propósitos de la Casa de América me parecen excelentes. El espíritu de solidaridad ibérica representa para los españoles y americanos de tronco común uno de los intereses y una de las aspiraciones más nobles y principales.»

Ex ministro de la República de Honduras «Considero muy estimables los propósitos de esa institución que considero necesario difundir lo más ampliamente posible en estos pueblos.»


Hon. Sr. RUBÉN DARÍO

Excmo. Sr. J. YVES LIMANTOUR

Escritor nicaragüense

Ministro de Hacienda de la República de México

«No puedo menos que aplaudir con todo entusiasmo la obra que realiza la Casa de América. La idea principal lleva a altos y generosos propósitos, y el haberse establecido la institución en Barcelona es una garantía de actividad. Para ella será siempre mi cooperación más entusiástica.»

Hon. Sr. RAFAEL MONTORO Secretario de la Presidencia de la República de Cuba «Enteramente de acuerdo con los fines y propósitos de esa Asociación, le envío mis votos por el mayor éxito en su meritorio esfuerzo.»

«Grande es mi deseo de colaborar en tan vasta empresa como la que se propone la Casa de América, caracterizada sobre todo por el nuevo sentido con que considera el problema de la solidaridad ibero-americana.»

Hon. Sr. ALFONSO HERNÁNDEZ CATÁ Escritor cubano «Me adhiero a ella de un modo sincero, confiando verla en breve fuerte y robusta. Mis felicitaciones a sus directores que dan la sensación de algo firme, silencioso y metódico.»


Excmo. Sr. FEDERICO GAMBOA Ex embajador extraordinario de la República de México «La Casa de América será la puerta de oro por donde entrarán todos los americanos que a España acudan.»

Excmo. Sr. FEDERICO HENRÍQUEZ Y CARVAJAL Secretario de Estado de la República Dominicana «La Casa de América como sereno y alto exponente de una organización internacional es de alcance civilizador merced a su programa de solidaridad social y jurídica ibero-americana.»

Hon. Sr. AMADO NERVO Diplomático y escritor de la República de México «Considero de sabia y de vasta trascendencia la labor que se viene realizando en esa Casa de América. Llama la atención al tratar con sus directores la comprensión que denotan de nuestras cosas y de nuestros problemas.»

Hon. Sr. E. V. D. RÓBINSON Economista. Profesor de la Universidad de Columbia de Nueva York. Facultad de Ciencias Políticas «La Casa de América merece mis simpatías por los amplios puntos de vista y buen sentido en que se desarrolla. Tal como está organizada forzosamente ha de tener buen éxito. Por esta causa, me alegraría que la Casa de América incluyese a los Estados Unidos en su radio de acción.»



V DE IBEROAMÉRICA A HISPANOAMÉRICA


Finalizada la Guerra Civil, la posición de la Casa de América de Barcelona es compleja. Son años en los que la entidad debe luchar para sobrevivir. Algunos de sus máximos dirigentes encuentran su destino en el continente americano. Durante el conflicto bélico español, y con la derrota republicana, la Casa de América de Barcelona atraviesa un momento delicado. La asociación, que recibe el apoyo del gobierno republicano de Francesc Macià, y que durante los años previos a la Guerra Civil promociona la creación de un Superior Patronato formado por cámaras de comercio y asociaciones americanistas, vive la ausencia de dos de sus pilares más representativos, Francesc Cambó y Rafael Vehils, que escogen Argentina como país de destino.

DIFICULTADES ECONÓMICAS La entidad americanista intenta reorganizarse alrededor del editor Gustavo Gili, que hace lo posible para que no cesen las actividades habituales de la Casa de América de Barcelona. Se trata de un intento imposible de llevar a cabo, pues la asociación americanista está bajo mínimos. Sin fondos económicos, la nueva dirección tiene que rescindir el contrato de sus trabajadores, vender las máquinas de escribir de las oficinas y la biblioteca, y malvender el papel viejo. A pesar de todo Gili no decae y, en calidad de presidente, se dirige al gobernador de la provincia de Barcelona y le muestra su interés por hacer que la entidad vuelva a recibir apoyo institucional.

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Reproducci贸n de la carta enviada por Gustavo Gili al gobernador civil de la provincia de Barcelona el 31 de enero de 1941. Fuente: CAmeC


Para ello, el 31 de enero de 1941 le envía una carta en la que se indican las publicaciones, los balances internos, las listas de socios, los reglamentos y los estatutos de la Casa de América de Barcelona, y en la que se especifica el inventario de sus bienes, conservados gracias al apoyo del cuerpo consular latinoamericano durante el conflicto entre 1936 y 1939.

A pesar de los esfuerzos por recuperar el vigor del pasado, la Casa de América de Barcelona se ve eclipsada por las nuevas instituciones del régimen franquista El ideal iberoamericano defendido siempre por la Casa de América de Barcelona pierde fuerza ante el ideario hispánico del nuevo escenario franquista. La entidad catalana se ve eclipsada por el Instituto de Cultura Hispánica que nace, de la mano de Manuel Fraga, un año después de la muerte de Cambó en Argentina. Esta institución franquista desplaza la Casa de América de Barcelona y, en 1948, abre una delegación en la ciudad condal con el nombre de Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona (IEHB).

UNA INAUGURACIÓN CEREMONIAL PARA EL IEHB Entre los primeros socios fundadores del Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona están Antoni Romeu, Miguel Siguán, J. Roig, Ciprià Montserrat, Felip Mateu Llopis, Pere Font, Delfín Escolà, Joaquim Forn, Claudi Colomer, Esteve Molist, Juan Carandell, Ramon Viladas y el presbítero Joan Tusquets Terrats. Entre el 14 y el 15 de mayo de 1948 tienen lugar los festejos de inauguración del IEHB. La sesión inaugural tiene lugar en el Salón Dorado de la Diputación del palacio de la Generalitat, bajo la presidencia del ministro de Asuntos Exteriores, Alberto Martín Artajo, y la atenta mirada de algunos embajadores latinoamericanos. El 15 de mayo la fiesta inaugural se celebra en el edificio de la Lonja de Mar. Juan Carandell i Marimón asume la presidencia de la nueva entidad desde la primera junta del IEHB. Asisten al acto constitutivo Ramon Viladas, secretario general; Manuel Riera, responsable de la Sección de 84


Imagen superior: El 14 de mayo se inaugura el Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona (IEHB) en un acto celebrado en el Salón Dorado de la Diputación. Acompañan a Juan Carandell, presidente del IEHB, algunas autoridades del gobierno del Estado como Joaquín Ruiz Giménez, Director del Instituto de Cultura Hispánica (Madrid), Raimundo Fernández-Cuesta, Ministro de Justicia, Alberto Martín-Artajo, Ministro de Asuntos Exteriores, y Eduardo Baeza, Gobernador civil de Barcelona. Fuente: CAmeC

Imagen inferior: Salón de la Lonja del palacio de la Generalitat. Cena de gala inaugural del IEHB, celebrada el 15 de mayo de 1948. Fuente: CAmeC


Colocación de la primera piedra del Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona, el 12 de octubre de 1949. Enrique Luño Peña, profesor de la Facultad de Derecho de la UB, y el obispo Gregorio Modrejo firman los documentos simbólicos propios de este tipo de actos. Fuente: CAmeC


Estudios; Francesc Farreras, encargado de los colegios mayores; Albert Claveria, responsable de la administración; Alfred Rubio de Casterlanas, a cargo del protocolo, y Dionisio Riduejo, organizador de cursos y conferencias. Otros miembros destacados de la nueva institución son Albert Puig, Fèlix Gasull, Joan Claudi Güell, Ramon Cunill, Joan Torras, Joan Sedó, Peris Mencheta y Jordi Valls Fradera. Este grupo de socios y responsables del IEHB decide trasladar la sede y alquilar el entresuelo del número 23 de la calle Valencia, propiedad del marqués de Mura. Aprovechando los festejos del 12 de octubre de 1949, en la plaza Pío XII se coloca la primera piedra del edificio del IEHB. Enrique Luño Peña, rector de la Universidad de Barcelona, participa en el acto público, de gran trascendencia. A pesar de la ceremoniosa celebración, esta nueva sede del IEHB nunca llega a construirse. Tan sólo dos años más tarde, durante las obras del Congreso Eucarístico hallan la piedra fundacional junto con toda la documentación propia de aquellos actos simbólicos. En ésta se lee: «El Gobernador de España, don Francisco Franco Bahamonde, Generalísimo de los Ejércitos de tierra, mar y aire, y siendo el día 12 de octubre de 1949, día de la Hispanidad, aniversario del descubrimiento de América, se reunió con las autoridades de la ciudad para colocar solemnemente la primera piedra de la sede social del Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona». El 4 de mayo de 1948, días antes de la inauguración del IEHB, se presentan los Estatutos del Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona al gobierno civil, que no son aprobados hasta el 28 de agosto de 1953. Según el artículo quinto, el instituto ostenta «la representación en Barcelona del Instituto de Cultura Hispánica de Madrid», es decir, coordina las manifestaciones hispánicas en la ciudad condal como delegación de la entidad madrileña. Pese a estas especificaciones legales, el IEHB mantiene cierta independencia respecto al régimen de Francisco Franco. A pesar de la estrecha relación entre el Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona y el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid, cabe destacar que mientras que este último es una entidad oficial, la sede de Barcelona tiene las características propias de una asociación privada. La institución central se ramifica en distintas delegaciones que surgen en todo el Estado como consecuencia de la implantación de un proyecto expansivo, de carácter hispánico, que tiende a crear nuevas relaciones con América, cambiando la perspectiva iberoamericana por la hispánica.

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DEL AMERICANISMO AL HISPANISMO DELEGADO La Asociación de Colaboración Cultural Iberoamericana, un grupo de universitarios barceloneses en cuyo pensamiento destaca la idea iberoamericana, acabará integrándose en este proyecto hispanista como la sección universitaria del IEHB. Según consta en las actas de reuniones, el Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona se presenta «como una entidad autónoma con una personalidad firme y potente», y acuerda por unanimidad sumar esfuerzos para «proceder en mutua inteligencia y estructurar las cosas de manera que la Asociación Cultural Iberoamericana de Barcelona venga a ser en definitiva, conservando su personalidad, el nutrido grupo universitario que nuestra asociación necesita». Dichas actas del IEHB reflejan asimismo la subordinación de la sección universitaria: «esta asociación barcelonesa debe mantener estrecha colaboración con el Instituto y representar en Barcelona el espíritu y las funciones esenciales que, con carácter general, aquél realice». Uno de los actos más

Asamblea de entidades adheridas al Instituto de Cultura Hispánica (ICH), celebrada en Madrid en 1952. Fuente: CAmeC

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destacados organizado por la Asociación Cultural Iberoamericana es la Semana Hispánica, celebrada en 1955. Alrededor del Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona se reunían intelectuales, empresarios y políticos que intentaban retomar las relaciones con el continente americano a través de distintas entidades que ya trabajaban en esta empresa.

Pese a la visión centralizada del ideario hispánico, Barcelona sigue siendo un foco de propuestas americanistas Una de las actividades más destacadas del IEHB es la inauguración, en 1952, del Colegio Mayor Hispanoamericano Fray Junípero Serra, que además de albergar a estudiantes universitarios latinoamericanos acoge los cursos de verano en la Universidad de Barcelona o la promoción de la fundación de la Federación de Estudiantes Iberoamericanos en Barcelona. A partir de este año Ramon Mulleras Cascante, cofundador de la Asociación Cultural Iberoamericana, asume la dirección del IEHB y, posteriormente, la presidencia, cargo que desempeña hasta la década de los noventa. A partir de 1960 el Instituto se dedica también a poner en contacto a empresarios catalanes y latinoamericanos mediante el programa Conversaciones Comerciales Iberoamericanas. En el ámbito cultural, el IEHB convoca desde 1959 el premio de poesía Juan Boscán en homenaje a quien fue, junto con Garcilaso de la Vega, el gran transformador de la poesía castellana del siglo XVI. Entre los títulos premiados se encuentran trabajos de poetas de gran trayectoria como Juan Goytisolo, Blas de Otero, Caballero Bonald, Jesús Lizano, Eduardo Zepeda o Isabel Abad. En colaboración con la editorial Barral, también se organiza el Seminario Juan Boscán, dirigido por el poeta Francisco Galí y por el escritor Josep Maria Castellet.

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Títulos de poesía premiados y editados en el certamen Juan Boscán, organizado por el Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona. Fuente: CAmeC

Durante estos últimos años de la década de los sesenta y principios de los setenta, el IEHB mantiene una gran actividad al incorporar la Sección de la Oficina de la Cooperación Iberoamericana, de carácter comercial. Poco después añade a sus competencias las cámaras de comercio de Argentina, Chile, Uruguay y Brasil. Otra de las actividades, iniciada en esta época y mantenida hasta los años noventa, es la programación de cursos de estudios hispánicos para

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extranjeros, que ejercen un papel importante en la integración de los recién llegados, pues reciben clases de cultura española. A partir de 1959 el IEHB, con Ramon Mulleras al frente, participa en la creación del Pabellón Iberoamericano de la Feria de Muestras, y que incluye el mundo hispano, Cataluña, Portugal y Brasil. Durante estos años las ferias de muestras son las actividades más destacadas del Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona. De hecho, la Junta de la Feria de Muestras aporta una parte de la subvención del IEHB. 91


EL ECLIPSE DEL AMERICANISMO CATALÁN Las intensas relaciones que Cataluña y América Latina mantienen hasta la Guerra Civil, proseguidas por muchos de los catalanes exiliados en tierras americanas, van decayendo. Esta pérdida de presencia coincide con la celebración de las bodas de oro de la Casa de América de Barcelona, en 1961, y con la edición de un opúsculo redactado dos años después de la muerte de Rafael Vehils por su sucesor, como director, Francesc Carbonell. Portada de Bodas de Oro de la Casa de América. Fuente: CAmeC

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El libro Bodas de oro de la Casa de América refleja el apoyo dado por las personalidades que han visitado la institución: políticos, cónsules y escritores españoles y latinoamericanos. Manuel Aznar Zubigaray, abuelo de José María Aznar, ex presidente del gobierno español, es la última visita que firma en estas páginas. El 6 de marzo de 1969 escribe: «Al Instituto de Economía Americana (Casa de América) ruego con toda el alma que no decaiga en el empeño de promover una colaboración estrecha de España con la América nuestra, porque ése es el gran horizonte del porvenir». A pesar de que la Casa de América de Barcelona disminuye sus actividades, los miembros de la entidad catalana se esfuerzan por subsistir y mantenerse en el escenario americanista. Así, por ejemplo, crean una Federación de Cámaras de Comercio Iberoamericanas en Barcelona, un viejo proyecto de la asociación desde que se fundara en 1911. De este modo, la Casa de América de Barcelona deja claro el contenido de su proyecto iberoamericano, alejado del modelo hispano. Una vez más, la Casa de América de Barcelona recibe el apoyo del continente americano a través de las cámaras de comercio de varios países como Argentina, Brasil, Chile, Cuba, la República Dominicana, Colombia o Venezuela, todas ellas radicadas en la capital catalana.

La Casa de América redacta unos nuevos estatutos en un intento de adaptarse mejor a la realidad de la década de los sesenta Poco después, en 1964, los socios de la Casa de América de Barcelona deciden modificar los estatutos para adaptarlos a la Ley de Asociaciones del 24 de diciembre de 1964. Estos nuevos estatutos, reconocidos por la Dirección General de Política Interior y Asistencia Social del Ministerio de la Gobernación, prevén que, en caso de disolución, los bienes de la entidad sean transferidos a una fundación análoga a la Casa de América o a una fundación benéfica. Cuatro años más tarde, los socios de la entidad barcelonesa publican sus estatutos, hecho que confirma su intención de mantener viva la Casa de América de Barcelona a pesar de las presiones del IEHB. José Samaranch y Ramon Guardans, yerno de Francesc Cambó, se incorporan a la junta directiva de la entidad americanista barcelonesa.

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Madrid, 1967. El jefe de Estado Francisco Franco en su despacho durante la reunión con Fray Gabul y Gregorio Marañón, director del Instituto de Cultura Hispánica (ICH), en la que Franco firmó el Libro de Oro de la Rábida que Fray Gabul y Gregorio Marañón le presentaron. Fuente: CAmeC

En un extracto de los Nuevos Estatutos de la Casa de América 1968 se puede leer: «Bajo el Patronato de las Cámaras y Asociaciones Americanas de Comercio y Producción, la asociación tiene por objeto todos aquellos estudios, informaciones y modos de acción útiles para el fomento de las relaciones económico-sociales de aquellos países con las naciones europeas. El Instituto podrá realizar cuantas iniciativas de cultura o de cooperación internacional considere convenientes, siempre que se relacionen con sus fines, y entender la acción que realice en beneficio de los intereses americanos. No podrá inmiscuirse el Instituto en cuestiones de carácter político». Los estatutos aceptan como miembros de la Casa de América a personas residentes fuera de España. Cabe destacar que, asimismo, se designa el español como lengua oficial de la asociación y se abren las puertas a otras lenguas del continente americano. Durante el mismo año en el que se redactan estos estatutos, el Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona se traslada al octavo piso del número 21 de la calle Buenos Aires y adopta el nombre de Instituto Catalán de Cultura Hispánica.

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Arriba: Manuel Fraga Iribarne en la XVI Feria de Muestras de Barcelona, 1969. Participa en el «Seminario Iberoamericano», organizado por el Instituto Catalán de Cultura Hispánica (ICCH). Fuente: CAmeC Abajo: Pabellón de México de la XVI Feria de Muestras de Barcelona, 1969. Fuente: CAmeC



VI AMÉRICA Y LA TRANSICIÓN

ESPAÑOLA


La Transición abre nuevas vías a las asociaciones americanistas de la ciudad condal. El Instituto Catalán de Cultura Hispánica vuelve a establecer vínculos directos con las comunidades catalanas del continente americano y adopta el nombre de Institut Català de Cooperació Iberoamericana, más conocido por sus siglas ICCI.

Durante la década de los setenta, el Instituto Catalán de Cultura Hispánica organiza distintas actividades para acercar Cataluña a los países iberoamericanos. En 1979 decide cambiar su nombre nuevamente, un cambio que coincide con el nuevo rumbo de la entidad, que cree que la cooperación es la mejor forma de vincularse con el continente americano. Así, pasa a llamarse Institut Català de Cooperació Iberoamericana (ICCI), catalanizando definitivamente su nombre. En el momento del cambio Narcís de Carreras es el presidente de la asociación americanista y Ramon Mulleras, su director. Son los primeros años de la Transición. El ICCI es el delegado en Cataluña del Instituto de Cooperación Iberoamericana, con sede en Madrid, y ejerce, según sus estatutos, «las funciones y servicios del Instituto de Cooperación Iberoamericana, por delegación de éste, y procura colaborar en cuantas iniciativas o manifestaciones de carácter hispanoamericano se desarrollen en Cataluña sin perjuicio de la representación que corresponda al delegado del Gobierno».

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Con la llegada de la democracia, el ICCI se implica con los centros catalanes de América, y promueve y acoge su primer encuentro, celebrado del 28 al 31 de enero de 1980 en la sede de la calle Buenos Aires. En la imagen, el vicepresidente del ICCI, Esteve Bassols, y el director de la institución, Ramon Mulleras. Fuente: CAmeC

En 1980, el Institut Català de Cooperació Iberoamericana organiza la primera exposición itinerante de la entidad, que tiene como objetivo dar a conocer la realidad de Cataluña al continente americano. Otro de los actos que organiza, ese mismo año, con gran éxito es la Primera Trobada de Casals Catalans, un primer encuentro de entidades catalanas que permite mantenerlas, vincularlas con América y unir la cultura latinoamericana con Cataluña.

A principios de los ochenta se recurre de nuevo a un cambio de nombre para marcar las nuevas rutas de la institución. La cooperación pasa a ser un eje primordial de las relaciones con la comunidad iberoamericana

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La junta directiva del ICCI programa distintas jornadas para trabajar el ámbito económico y comercial entre Cataluña y el continente americano. En 1985 organiza, junto con la casa de América de Barcelona, la Asamblea de Cámaras de Comercio Iberoamericanas en España, patrocinada por el Departamento de Comercio, Consumo y Turismo de la Generalitat de Cataluña. Una de las ponencias, presentada por Pedro Solbes, secretario general técnico del Ministerio de Economía y Hacienda, trata de la deuda externa de los países iberoamericanos y su repercusión en el desarrollo del comercio exterior. Estas asambleas continúan celebrándose hasta 1991, en que los miembros de la Casa de América dejan de reunirse. Además, en 1990 se organiza el seminario empresarial Cataluña-Chile y, un año más tarde, en el marco de la Semana Cultural Chilena, se dan dos charlas: «Chile, historia del cambio» y «Chile, país turístico, país de negocios». Más adelante, en 1994, el ICCI organiza las jornadas Procesos de integración NAFTA y Mercosur (Mercado Común del Sur).

Asamblea de Cámaras de Comercio Iberoamericanas en España. Organizada por el ICCI-IDEA el 26 y 27 de septiembre de 1985, cuenta con el patrocinio del Departamento de Comercio, Consumo y Turismo de la Generalitat de Cataluña. Ramon Mulleras (centro) y Pedro Solbes (segundo por la izquierda). Fuente: CAmeC

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En 1989 el ICCI traslada su sede al número 299 de la calle Córcega. Durante los noventa y con el cambio de siglo, el ICCI poco a poco va adaptado su sede a las nuevas tecnologías y va ampliando su equipo humano. En 1995, el economista Xavier Ramírez toma el relevo a Ramon Mulleras en la dirección. La tarea de divulgación cultural sobre la realidad americana sigue llevándose a cabo en forma de conferencias, presentaciones de libros y exposiciones de artistas latinoamericanos, entre otras actividades. En 1999 la dirección del ICCI pasa a manos de Iago de Balanzó, etapa en la que se registra la marca Amer&Cat para algunas de las actividades de la casa, como el dominio web y la colección editorial del mismo nombre. Durante este período aumenta la producción bibliográfica propia y se celebran cursos, ciclos de cine y otras actividades culturales. Por otro lado, el ICCI también celebra actividades en instituciones catalanas de renombre. El 13 de octubre de 1997, en el marco de los actos de celebración del día del descubrimiento de América, antes celebrado como día de la Hispanidad, se llevan a cabo en el Palacio de la Generalitat. El mismo año, la Universidad Pompeu Fabra organiza, junto con el ICCI, las jornadas «El Fortalecimiento de las Instituciones y la Consolidación Democrática en América Latina». Incluso dentro del Fórum Universal de las Culturas, que tuvo lugar en Barcelona en 2004, el ICCI organiza el diálogo «Diversidad e identidades de los lenguajes narrativos», en el que participan escritores como José Saramago, Carlos Fuentes o Nélida Piñón.

LA CASA DE AMÉRICA DE BARCELONA DURANTE LA TRANSICIÓN Durante los años de la Transición, la Casa de América de Barcelona continúa ejerciendo distintas tareas. La junta directiva, presidida por el editor Gustavo Gili, cuenta con José Esteve, Ramon Guardans, José M. Juncadella, Apeles Llargués, Agustín Llanas, Jorge de Molina, José Soldevila, Miquel Torres, Francesc Granell y José M. Surís. Los dos últimos, director y secretario de la entidad respectivamente, también participan de forma activa en la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Barcelona, entidad que hasta 1980 subvenciona parcialmente a la Casa de América de Barcelona.

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La relación con la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Barcelona empieza unos años antes. En enero de 1975, durante una asamblea de la entidad americanista catalana, el presidente Gustavo Gili expone a los asistentes su deseo de abandonar el cargo. Este hecho pone de relieve, una vez más, la imposibilidad de seguir compitiendo con las instituciones diseñadas por el franquismo y que conservan una gran presencia a finales del régimen. Para evitar daños mayores en relación con la decisión del editor, entre diciembre de 1976 y enero de 1977 Ramon Guardans y José M. Juncadella mantienen correspondencia con Andreu Ribera, presidente de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Barcelona, y le solicitan un permiso para domiciliar la Casa de América de Barcelona en la sede de esta entidad oficial catalana. Con esta petición quieren integrar los servicios de la asociación americanista en el Departamento de Comercio Exterior y Relaciones Internacionales de la Cámara.

RELACIONES DE VITAL TRASCENDENCIA Pocos días después de recibir dichas cartas, el 4 de enero de 1977, Andreu Ribera escribe a Ramon Guardans, entonces vicepresidente de la Casa de América de Barcelona. En la carta le indica que la Cámara puede acoger la Casa de América de Barcelona «en los locales donde están ubicadas las oficinas y despachos de la Cámara y mientras las necesidades de la Corporación lo permitan». Durante estos años Josep M. Figueras, director del Centro de Historia de Cataluña, es nombrado presidente de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Barcelona. Desde el primer momento, Figueras muestra interés por el fondo documental del archivo y de la biblioteca americanista de la entidad, intacto desde 1936. Así, el nuevo presidente de la Cámara se ofrece a hacerse cargo del fondo, que Guardans y Juncadella le ceden por escrito a través de una carta enviada el 26 de junio de 1979. Sin embrago la Casa de América finalmente no se traslada a la Cámara de Comercio, sino que pasa directamente a la sede del Institut Català de Cooperació Iberoamericana.

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En 1980 la entidad americanista decide instalarse en la sede del Institut Català de Cooperació Iberoamericana (ICCI), en la calle Buenos Aires. El 15 de febrero de 1980 se firma el acuerdo entre el ICCI y la Casa de América de Barcelona, que permite a la entidad nacida en 1911 conservar su personalidad jurídica. Los miembros de la junta directiva de la Casa de América de Barcelona pasan a formar parte de la del ICCI, si bien los cargos de presidente y director siguen siendo designados por el ICCI. A partir de esta unión legal, el ICCI se considera heredero de la tradición americanista de la Casa de América de Barcelona y organiza distintas actividades, culturales y económicas, a ambos lados del Atlántico.

En 1980 el IDEA-Casa de América de Barcelona fija su domicilio en el ICCI. Momento de la firma del acuerdo entre Ramon Guardans y Josep M. Juncadella, en nombre del IDEACasa de América de Barcelona, y Narcís de Carreras y Llorenç Gascón, en representación del ICCI. Fuente: CAmeC

Una de las actividades destacadas de estos años es la enseñanza del catalán y de la historia de Cataluña a los doctorandos latinoamericanos que, becados por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), llegan anualmente a Barcelona. Además, organiza conferencias como «Argentina: situación económica, posibilidades que ofrece al empresario español», celebrada en 1980, y patrocina la convocatoria del premio Josep Tarradellas, cuya primera edición es también en 1980. Sobresale, además, la exposición «Culturas precolombinas de la Patagonia», inaugurada en 1984 en el Museo Etnológico con motivo del V centenario del descubrimiento de América.

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Información promocional del curso intensivo «Introducción a Cataluña para iberoamericanos», 1979. Fuente: CAmeC

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La última asamblea de la Casa de América de Barcelona tiene lugar el 26 de febrero de 1991. Entre los miembros que asisten a esta última reunión destacan Ramon Guardans, Gay de Montellá, José M. Surís, José M. Juncadella Burés, Agustín Llanas, Albert Roca y José Soldevila. Hasta el momento de la reunión, la programación de actividades se fue debilitando. A pesar de todo, la entidad nunca ha desaparecido del escenario americanista internacional y hasta la fecha, parte de su legado, en particular su fondo documental, se conserva en importantes archivos y bibliotecas de Cataluña (Archivo Nacional de Cataluña, la Biblioteca del Pabellón de la República de la UB y el Centro de Documentación de Casa Amèrica Catalunya) como testimonio de este pasado.


Arriba: el «Pati dels Tarongers» del Palacio de la Generalitat acoge en 1983 a los participantes de la primera Asamblea de Cámaras de Comercio Iberoamericanas en España, congregados alrededor del entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y del director del ICCI, Ramon Mulleras. Fuente: CAmeC

Abajo: Museo Etnológico, enero de 1984. Inauguración de «Culturas precolombinas en la Patagonia», exposición organizada por el ICCI, el Ayuntamiento de Barcelona y la Comisión Nacional del V centenario del descubrimiento de América. Entre las autoridades asistentes se encuentra el entonces alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall. Fuente: CAmeC



VII CASA AMÈRICA CATALUNYA


En el año 2006 el Institut Català de Cooperació Iberoamericana se integra a la Fundación Casa Amèrica Catalunya, un proyecto nuevo para el siglo XXI que pretende situar a la entidad como punto de referencia entre Cataluña e Iberoamérica. En enero de 2005 el Institut Català de Cooperació Iberoamericana pasa a estar bajo la dirección de Antoni Traveria Celda. El nuevo director se marca el objetivo de revitalizar y dar forma a un impulso renovado a un proyecto americanista adecuado a las necesidades y a los retos del siglo XXI. Se trata de convertir la entidad en un instrumento útil de cooperación con Latinoamérica y, al mismo tiempo, impulsar el trabajo con los colectivos de los distintos países latinoamericanos residentes en Cataluña. La primera herramienta de transformación es la creación de la Fundación Casa Amèrica Catalunya, que integrará a los socios del ICCI. Otra decisión es proponer la incorporación del Ayuntamiento de Barcelona en los órganos de gobierno de la nueva fundación. Dicha incorporación se lleva a cabo en la sesión plenaria del Consistorio del 14 de octubre de 2005, por unanimidad de todos los grupos políticos con representación municipal. El lunes 19 de diciembre de 2005 se toman dos decisiones paralelas que influirán en la consolidación del proceso. Por un lado, la Junta directiva del ICCI aprueba unánimemente los estatutos y la carta fundacional de la futura Fundación Casa Amèrica Catalunya; por el otro, la Asamblea de socios del ICCI da el visto bueno a su inclusión en el Patronato de la Fundación. El 16 de junio de 2006, en un acto celebrado ante notario, la fundación privada Casa Amèrica Catalunya queda formalmente constituida. El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación de España, a través de la AECI, la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona son

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El 16 de junio de 2006 se firma el documento según el cual el ICCI pasa a ser la Fundación Casa Amèrica Catalunya. De izquierda a derecha, Margarita Obiols, representante de la Generalitat de Cataluña, Aurora Díaz-Rato, de la AECI, y Assumpta Escarp, miembro del Ayuntamiento de Barcelona. Fuente: CAmeC

sus patronos fundadores institucionales, y los socios del ICCI, sus patronos no institucionales. Acto seguido tiene lugar la primera reunión de la entidad, donde Antoni Traveria es nombrado director general de la Fundación. Otro momento significativo reciente es la presentación pública de la Fundación Casa Amèrica Catalunya, celebrada en el Auditorio del Palacio de la Generalitat el 7 de septiembre de 2006. El acto es presidido por Pasqual Maragall, presidente de la Generalitat de Cataluña, y cuenta con las intervenciones de Leire Pajín, secretaria de Estado de Cooperación Internacional; Maravillas Rojo, concejal del Ayuntamiento de Barcelona y asistente en representación del alcalde de Barcelona; Carlos Fuentes, escritor mejicano y Premio Cervantes de Literatura; y Antoni Traveria, director general de la Fundación.

La Fundación Casa Amèrica Catalunya se presenta a la sociedad el 7 de septiembre de 2006, en el Palacio de la Generalitat Durante la presentación se proyectan un saludo del secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, y un documento audiovisual sobre las actividades de la Fundación. El acto se cerró con las piezas Te recuerdo Amanda y Alfonsina y el mar, interpretadas por el maestro de guitarra clásica Eulogio Dávalos, de origen chileno y residente en Barcelona desde hace más de 25 años.

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La Fundaci贸n Casa Am猫rica Catalunya ha recibido la visita de un gran abanico de personalidades que han participado en las actividades organizadas por la entidad. Fuente: CAmeC



Acto de presentación de la Fundación Casa Amèrica Catalunya, el 7 de septiembre de 2006. De izquierda a derecha: Carlos Fuentes, Leire Pajín, Pasqual Maragall, Maravillas Rojo y Antoni Traveria. Fuente: CAmeC

La Fundación, con energías renovadas, sigue trabajando para difundir las culturas latinoamericanas en Cataluña y la cultura catalana en los países iberoamericanos a través de actividades de índole muy diversa. Seminarios, exposiciones, debates, ciclos de cine, conferencias, jornadas, participación en foros internacionales, elaboración de informes técnicos, forman parte, entre otros, del abanico de actos que organiza periódicamente la entidad. La agenda de actividades de la Fundación aparece constantemente y con regularidad en los principales medios de comunicación del país: prensa, radio, televisión, Internet y distintas publicaciones de contenido social y cultural, algunas de las cuales están dirigidas específicamente a la comunidad latinoamericana. También puede consultarse en el sitio web de la fundación, www.americat.net, donde además se tiene acceso a noticias actualizadas de forma permanente. El sitio web de la Fundación Casa Amèrica Catalunya, creado en septiembre de 2005, permite acceder, entre otros, al contenido del Centro de Documentación de la Fundación, obtener información sobre la gestión de las becas para estudiantes extranjeros concedidas por la AECI, o consultar la lista de enlaces a otros sitios web vinculados con Iberoamérica.

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En 2006, el Canal Latino concede a la Fundación el Premio Latino «por el conjunto de propuestas culturales de Casa Amèrica Catalunya destinadas a la comunidad latinoamericana». Casa Amèrica Catalunya lleva a cabo una acción permanente de colaboración con todas las representaciones consulares de los países iberoamericanos presentes en Cataluña. Las colaboraciones e intervenciones de la Fundación en jornadas, ciclos, seminarios y mesas redondas organizadas por universidades, instituciones, colectivos y distintas asociaciones culturales y sociales van en aumento. Este refuerzo de la presencia institucional se completa con el establecimiento de convenios marco de colaboración firmados con instituciones y entidades con objetivos similares, como la Universidad de Barcelona, la Universidad Autónoma de Barcelona, la Fundación Carolina, el CIDOB o la Diputación de Barcelona, por citar unas cuantas.

Recuperación de la memoria histórica a través de la catalogación del archivo La Fundación Casa Amèrica Catalunya ha reforzado su Centro de Documentación americanista, que consta de una biblioteca, una videoteca, y un archivo. Ofrece además un fondo bibliográfico centrado en ámbitos específicos, como las lenguas amerindias, el cine producido en Latinoamérica, la literatura, y estudios sociales, económicos, culturales y políticos.

Fachada del archivo del Pabellón de la República. Fuente: CAmeC

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Con el voluminoso archivo se ha llevado a cabo un trabajo de recuperación y catalogación de la memoria de la entidad, mediante la realización de un inventario completo de su documentación histórica. Esta documentación se encuentra repartida entre varios archivos: el Pabellón de la República de la Universidad de Barcelona, el Archivo Nacional de Cataluña y el Centro de Documentación de la Casa Amèrica Catalunya. En los últimos años, ocho documentalistas y bibliotecarios han trabajado en este proyecto bajo la coordinación de Gabriela Dalla Corte, Doctora en Historia y asesora de la Fundación, y han creado una base de datos con un total de 3.069 registros que describen aproximadamente 10.000 documentos. Además de la documentación privada de la asociación, el inventario incluye también los sumarios de la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio, editada por la Casa de América de Barcelona entre 1901 y 1938, así como una selección de los opúsculos y folletos americanos recibidos por la entidad hasta la Guerra Civil. Toda esta documentación histórica, ahora inventariada, estará al alcance del público general, profesional o académico, que podrá consultarla a través de una base de datos de acceso abierto en el sitio web de la Fundación, www.americat.net. Así, a partir de mayo de 2007 la Fundación Casa Amèrica Catalunya pone al alcance del mundo académico iberoamericano uno de los archivos americanistas más significativos de la primera mitad del siglo XX.

Exposición «Exvotos contemporáneos», con ochenta y ocho obras de cuarenta y un artistas mexicanos. Primavera de 2006. Fuente: CAmeC

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APOYO A PROPUESTAS CULTURALES Y A ESTUDIANTES EXTRANJEROS Asimismo, cabe mencionar que Casa Amèrica Catalunya sigue facilitando la acogida de los estudiantes becarios latinoamericanos de la AECI, y ahora también de la Fundación Carolina. De hecho, el primer contacto de estos estudiantes —casi 300 al año— con Cataluña y la realidad catalana se produce en la Fundación. El objetivo prioritario de Casa Amèrica Catalunya es, en definitiva, divulgar el conocimiento de Latinoamérica de una forma rigurosa y digna, alejada de los tópicos y orientada a todo tipo de públicos. En 2007, Casa Amèrica Catalunya destina una parte de su presupuesto a colaborar en proyectos de cooperación cultural para el desarrollo. Esta iniciativa es producto de la firme convicción que tiene la entidad de que la cooperación cultural es un valioso instrumento de desarrollo social y económico y de progreso sostenible. «Cerca del centenario de su nacimiento creemos, con humildad, que la Fundación Casa Amèrica Catalunya desempeña hoy un papel definido de servicio a la sociedad iberoamericana, en un país en el que la presencia de ciudadanos y ciudadanas latinoamericanos de origen que viven y trabajan en Cataluña es muy significativa. Una Casa abierta a la participación, al diálogo intercultural y a la integración, que reconoce, a su vez, los orígenes», palabras de Antoni Traveria en el acto celebrado el 7 de septiembre de 2006 en el Palacio de la Generalitat. Éste es el trayecto centenario de Casa Amèrica Catalunya camino del año 2011, al que se invita a todo el mundo a participar.

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ANEXOS



LA IMPORTANCIA

DE UN ARCHIVO. LA MEMORIA DOCUMENTADA


«Se establecerá una Biblioteca y un Gabinete de lectura con todos los periódicos, revistas y publicaciones españoles y americanos que se estimen convenientes». Esta declaración de intenciones está recogida en los estatutos de 1911 de la Casa de América de Barcelona. Desde sus inicios, esta institución considera una prioridad crear una biblioteca y un fondo documental formado por libros, revistas, informes confidenciales, mapas, fotografías, cuadros y banderas procedentes del otro lado del Atlántico y del resto de Europa. Así, y con la colaboración de muchas personas involucradas en el proyecto americanista catalán, empieza a hacerse realidad el que será uno de los archivos más importantes del siglo XX en Europa. En la etapa más temprana del archivo la parte más importante de material de consulta corresponde a la sección de prensa, pues la casa de América estuvo reuniendo y clasificando desde sus inicios más de 150.000 recortes de periódicos y revistas, archivados por temáticas y países, extraídos de cerca de 200 rotativos de América y Europa, como El Imparcial de Puerto Rico, El Heraldo de La Ceiba de Honduras, El Hispano de Argentina, La Nación de Colombia, El Comercio de Cuba, The Financial Age de los Estados Unidos, Il Corriere della Sera de Italia, L’Exporteur Français de Francia y el Sudamerika Export de Alemania. El material no está ordenado por el nombre del rotativo, sino por la temática de las informaciones contenidas y los países a los que hace referencia. Estos recortes formarán el importante Archivo General de Economía, sobre América y Europa. La Casa de América de Barcelona recibe el apoyo de los delegados designados al otro lado del Atlántico. Nombrados por los socios de la entidad, éstos son elegidos de entre las personas más representativas de la comunidad española en el extranjero. Los delegados deben representar a la institución, divulgar su finalidad y atender a los asociados y a las personalidades recomendadas en tierras americanas. Sin embargo, su tarea más importante consiste en recoger y enviar sistemáticamente documentos, publicaciones, muestras y, evidentemente, información comercial, legal y cultural sobre el continente americano al archivo de la Casa de América de Barcelona. La actividad de los delegados es una de las herramientas más importantes de la asociación americanista catalana, pues permite conocer la legislación comercial de cada país, las estrategias mercantiles de cada momento y las necesidades empresariales de los americanos.

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Reproducci贸n de libros de gran formato de la colecci贸n de la Casa de Am茅rica de Barcelona. Fuente: PR-UB


Las bibliotecarias clasifican la información recibida en unos archivadores de gran formato, de piel granate y de tipo caja, que identifican con el nombre de cada país americano, y que hoy en día todavía se conservan.

Fuente: CAmeC


Los primeros fundadores de la Casa de América de Barcelona consideran esta información una pieza fundamental para abrir nuevos negocios en el continente americano. De hecho, son muy pocas las personas que tienen acceso a la documentación más confidencial: tan sólo los socios de honor y aquéllos que aportan más capital a la entidad. El resto de datos se publica en la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio o se edita en folletos informativos, casi siempre monotemáticos. Con el tiempo, toda esta correspondencia con los delegados, junto con los numerosos ejemplares de prensa local y la bibliografía que también llega a la entidad desde América, va configurando un archivo patrimonial muy importante, representativo de la historia de la Casa de América de Barcelona, así como de la realidad de los países a los que la entidad representa en Europa. Durante esta época, las tareas de documentación las llevan a cabo una veintena de bibliotecarias, todas mujeres, que colaboran activamente con la entidad. Clasifican la información recibida en unos archivadores de gran formato, de piel granate y de tipo caja, que identifican con el nombre de cada país americano, y que todavía hoy se conservan. El archivo consta de diez secciones diferentes (economía de la producción, economía social, economía monetaria, finanzas, comunicaciones y transportes, comercio, seguros, cultura e instituciones, política y mercados) que sirven para clasificar el material y hacerlo accesible a las personas que acuden a consultar la biblioteca y el archivo. En la década de los años veinte, con Francesc Cambó como principal mecenas de la entidad y con la Compañía Hispanoamericana de Electricidad (CHADE) como principal empresa patrocinadora de las actividades americanistas en Cataluña, es tal el crecimiento del fondo documental de la Casa de América de Barcelona que llega a proporcionar información económica, social y política a muchas empresas, políticos e intelectuales interesados en invertir en América Latina. En este momento, hay cerca de medio centenar de personas dedicadas exclusivamente a ordenar toda la documentación de la sede.

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EL ARCHIVO DESPUÉS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL «Por desgracia en España se sermonea mucho, y los que vivimos en este continente vemos que no se hace nada sólido, y que todo son palabras y palabras». Esta declaración de Luis G. Fàbrega i Amat, delegado de la Casa de América en Lima, capital de Perú, es remitida a la entidad en 1918. Tras la Primera Guerra Mundial varios países afianzan sus lazos con el continente americano. Alemania, por ejemplo, vuelve a comerciar con América Latina; Inglaterra, por su lado, reinstaura las líneas de transporte; en cuanto al gobierno francés, al igual que el italiano, comercia con éxito con Chile. Mientras los otros países se posicionan en la región, los delegados de la Casa de América en Barcelona ven que el gobierno de Alfonso XIII no muestra ningún interés por volver a establecer tratados comerciales con América Latina, y que no se esfuerza para estar presente en el continente. Bernardino Corral, delegado chileno, escribe a Rafael Vehils, director de la entidad americanista, que «mientras que España tiene una representación de segunda o tercera categoría, Inglaterra, Francia, Italia, Estados Unidos, han mandado embajadas de primer orden. Hasta el Japón tuvo su embajador para preparar tratados de comercio y ventajas recíprocas en el intercambio comercial y de emigración».

NEGOCIOS Y AGENCIAS DE NOTICIAS Una vez finalizada la Primera Guerra Mundial, en un informe interno de 1920 publicado bajo el título de Información Española en prensa Americana, se hace la reflexión siguiente: «La guerra ha puesto de manifiesto la importancia que en la lucha económica tienen hoy las grandes agencias internacionales de información (…). Resulta patente la inferioridad de España, cuyas relaciones vitales con las repúblicas iberoamericanas aparecen sometidas a tendenciosos controles periodísticos de los países extranjeros competidores». Impulsada por este motivo, la institución catalana estudia la posibilidad de organizar un centro informativo internacional a partir de un modelo de agencias existentes

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Arriba: en el archivo americanista llegaron a trabajar unas cincuenta mujeres. Fuente: PR-UB

Abajo: imagen del archivo americanista de la Casa de AmĂŠrica de Barcelona. FotografĂ­a conservada por Rafael Vehils y su hijo, Jorge Vehils, en Argentina. Fuente: FJV


ya en otros países, como Reuters o Associated Press. Finalmente se decide vincular la Casa de América de Barcelona con una antigua agencia de noticias fundada en 1905 y radicada en Brasil: la Agencia Americana. Desde un principio la institución anuncia claramente sus propósitos: «La Agencia Americana se obliga a publicar en la prensa de la América Central, Antillana y del Sur, informaciones económico-políticas de España, tendientes sistemáticamente a la aproximación del Reino con aquellas Repúblicas, poniendo de relieve la importancia y los valores Españoles de todo orden, sobre un término medio de cien a ciento cincuenta palabras diarias, transmitidas a América por tres distintos puntos de irradiación: Río de Janeiro, Santiago de Chile y México (…). A fin de dar a las informaciones un carácter de sistemática continuidad, haciéndolas en todo momento oportunas, actuales y autorizadas, para bien de su eficacia y garantía de los intereses españoles que subvencionen el servicio, tanto la redacción como la administración del mismo serán inspeccionadas y controladas por la Dirección de la Casa de América, la que revisará los textos y examinará la contabilidad y comprobará, por medio de sus Delegados propios en América y con los ejemplares originales de los periódicos de América, la publicación en los mismos de los despachos remitidos desde España». Siempre más cercana a Europa que a la España de la época —como otras iniciativas de la Casa de América de Barcelona—, ésta tampoco llega a materializarse.

Reproducciones de algunos libros de gran formato de la colección de la Casa de América de Barcelona. Fuente: PR-UB


EL ARCHIVO AMERICANISTA, UN PATRIMONIO INTERNACIONAL A mediados de 1936, la tensión la tensión en la Barcelona republicana es cada vez mayor. En períodos de guerra o de revolución, destruir la información es un tipo de lucha que tiene como pretexto borrar el pasado. La entidad, presidida en este momento por Ramon Méndez de Cardona, teme que el archivo americanista corra peligro. La complicidad del cuerpo consular latinoamericano es absoluta y decisiva para el futuro del archivo y ha permitido que se conservara hasta el día de hoy. Entre agosto y octubre, estos diplomáticos se reúnen varias veces en la sede de la Casa de América, en la segunda planta del número 28 de la Vía Layetana, con la intención de establecer medidas para proteger la documentación. Hacia las cinco y media de la tarde del 31 de octubre de 1936 se aprueba, en asamblea extraordinaria, que «la Biblioteca y el Archivo son únicos en España, han sido nutridos en los 25 años que tiene de existencia el Instituto por entidades oficiales americanas, se ha conseguido colocar la citada Biblioteca y el Archivo de nuestra Asociación bajo la protección de los señores cónsules americanos». Los cónsules de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, la República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela deciden firmar un documento que conseguirá salvaguardar el archivo americanista; un tesoro que ni se confisca ni se dispersa, pues es considerado como patrimonio «internacional» de América Latina. Entre el 18 de julio de 1936 y el 27 de enero de 1939, la Casa de América suspende todas sus actividades, se deshace del personal y hasta llega al extremo de alquilar las máquinas de escribir y vivir de la venta de papel viejo. A partir del 1939 dejan de publicarse los informes y boletines iberoamericanos. Ya nada volverá a ser lo mismo para la entidad americanista catalana. El Centro de Documentación de la Casa de América de Barcelona no puede mantener su espíritu durante el franquismo, y nunca vuelve a ser tan activo como en la época de Francesc Cambó y de Rafael Vehils, su jefe de gabinete. Con el nuevo régimen dictatorial se paraliza la adquisición de material nuevo para el archivo, por lo que deja de ser fuente de información estratégica para empresas y comerciantes y se convierte en un fondo documental. A pesar de estar congelado 1940, su valor histórico va aumentando con los años.

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Retratos de M. Orellana, c贸nsul de Guatemala (arriba) y Andr茅s Blay Pigrau, c贸nsul de Paraguay (abajo). Ambos firmaron el documento para salvaguardar el archivo de la Casa de Am茅rica de Barcelona en la asamblea de 1936. Fuente: PR-UB


Documento firmado el 30 de octubre de 1936 por los c贸nsules latinoamericanos acreditados en Barcelona. Fuente: PR-UB


Acta de la reuni贸n de la Junta directiva de la Casa de Am茅rica de Barcelona, del 31 de octubre de 1936. Fuente: CAmeC



DE LA TRANSICIÓN AL ARCHIVO DEL SIGLO XXI Llegada la Transición, la década de los años 80 aporta novedades al archivo de la antigua Casa de América de Barcelona. Si bien el Centro de Historia de Barcelona, dirigido por el entonces presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona Josep M. Figueras, acoge el fondo, parte del material documental se reparte entre el Archivo Nacional de Cataluña y el Institut Català de Cooperació Iberoamericana (ICCI). Tras la muerte de Josep M. Figueras la familia decide remitir el conjunto del fondo a la Biblioteca del Pabellón de la República de la Universidad de Barcelona, donde pueden consultarse documentos administrativos, información comercial y fotografías, la biblioteca y la hemeroteca. Es justo hacer un reconocimiento público a la Fundació Josep M. Figueras por su voluntad de conservación y cuidado del archivo.

La Biblioteca del Pabellón de la República de la Universidad de Barcelona conserva parte del fondo de la Casa de América de Barcelona. Fuente: PR-UB

Hoy en día en el Archivo Nacional de Cataluña se puede consultar el Archivo General de Economía, creado por la Casa de América de Barcelona a partir de los recortes de prensa americana y europea de la época. Por otro lado, la actual Fundación Casa Amèrica Catalunya conserva parte de la documentación más privada de la asociación, que se puede consultar. Una de las tareas más importantes de los últimos años de la entidad ha sido catalogar, digitalizar y clasificar el conjunto del archivo. Este


proyecto ideado por Iago de Balanzó, director del ICCI desde 1999 hasta 2004 y desde enero de 2005, lo ha desarrollado Antoni Traveria, su director general actual. En colaboración con la Universidad de Barcelona y con el apoyo del catedrático Antoni Segura, director del Centro de Estudios Históricos Internacionales (CEHI), y su equipo, la Fundación Casa América Catalunya ha tenido a su disposición ocho documentalistas dirigidos por Gabriela Dalla Corte, Doctora en Historia y colaboradora de Casa Amèrica Catalunya. Estos profesionales han trabajado durante tres años en las tres sedes que albergan el archivo americanista. Ha habido una voluntad clara de actualizar el fondo documental y, sobre todo, de conocer exhaustivamente su contenido, de gran valor patrimonial, documental e historiográfico para la historia de Cataluña. Una forma de recuperar la memoria de una institución que va camino del centenario. El deseo de futuro de Casa Amèrica Catalunya es volver a unificar el que ha sido uno de los archivos americanistas más completos del siglo XX y convertirlo en un importante archivo del siglo XXI.

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EL CONSEJO DE HONOR DE LA CASA DE

AMÉRICA DE BARCELONA


EL PAPEL DE ALGUNOS MIEMBROS DESTACADOS DE LA CASA DE AMÉRICA La Casa de América siempre ha contado con socios de honor, una tradición iniciada por las asociaciones precedentes: el Club Americano y la Sociedad Libre de Estudios Americanistas. El Club establece categorías de socios en la primera reunión pública, celebrada en el hotel Mundial Palace el 18 de mayo de 1910. Las aportaciones por parte de cada miembro a la institución —que cuenta con unos 200 socios, todos ellos empresarios— determinan la categoría de los socios. Son protectores de honor aquéllos que donan más de mil pesetas; por otro lado, los estatutos de la Sociedad Libre infrascritos por Frederic Rahola i Trèmols en 1910, también hacen referencia a la figura del socio de honor. Sin embargo, en la Casa de América la cuestión económica no es un factor decisivo para obtener la categoría de socio de honor. Según sus estatutos, «serán socios de honor aquellas personalidades que por sus relevantes méritos o por sus estudios sean nombrados tales por la Junta Directiva, dando de ello cuenta a la Junta General. Disfrutarán de los mismos derechos que los demás y tendrán opción a usar una insignia especial». El 27 de abril de 1911, pocos días después de la redacción de los estatutos, se constituye el Consejo de Honor de la Casa de América. Con la participación de los cónsules latinoamericanos, se establece que una de las funciones más importantes de dicho consejo será dar el visto bueno al nombramiento del director de la asociación americanista catalana, una entidad pionera. El cargo recae sobre Rafael Vehils, que lo ejerce hasta el año de su muerte, 1959, en Argentina.

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Reproducción de la primera página de los estatutos de la Casa de América de Barcelona. Fuente: PR-UB


Los primeros presidentes de la Casa de América de Barcelona Todos los retratos son obra del pintor J. Ferrer i Pallejà. Fuente: CAmeC

Jacint Viñas Muxí

Empresario exportador de origen uruguayo establecido en Barcelona. Es uno de los fundadores del Club Americano, entidad asociativa formada por indianos establecidos en España. Al fundarse la Casa de América de Barcelona tras la fusión entre el Club y la Sociedad Libre de Estudios Americanistas, Viñas y Muxí se convierte en el primer presidente de la entidad americanista, cargo que ejerce entre 1911 y 1914; es decir, hasta poco antes de estallar la Primera Guerra Mundial.

Salvador de Samà i Torrents marqués de Marianao

Grande de España, marqués de Vilanova i la Geltrú, diputado por Barcelona y abogado. Proviene de una familia de indianos de Cuba y controla las exportaciones de tabaco. Alcalde de Barcelona dos veces, es recordado por haber mandado construir en Cambrils el Parc Samà, un parque diseñado entre 1881 y 1887 por el arquitecto Josep Fontseré Mestre con la colaboración de Antoni Gaudí. Este parque ha sido declarado jardín histórico por la Generalitat de Cataluña y contiene representaciones de la jardinera romántica del siglo XIX. Presidente de la Casa de América de Barcelona entre 1914 y 1915, participa activamente en la institución como uno de los principales accionistas, socio vitalicio y vocal de distintas juntas directivas.


Ramon Méndez de Cardona i de Arcaya

Empresario exportador de origen puertorriqueño, en dos ocasiones desempeña el cargo de subsecretario de Hacienda en Puerto Rico, y es diputado en las Cortes. Preside la Casa de América de Barcelona durante épocas conflictivas de la entidad: entre 1915 y 1917, es decir, durante la Primera Guerra Mundial; entre 1924 y 1928, etapa en que la asociación se convierte en un organismo de naturaleza iberoamericana internacional; durante los años 1929 y 1931, como sustituto de Juan Antonio Güell López cuando éste asume la alcaldía de Barcelona; y, finalmente, entre 1939 y 1940, último período de la Guerra Civil española e inicios del régimen franquista.

Frederic Rahola i Trèmols

Mariano Viada i Lluch

Senador catalán, ejerce durante años de secretario de Fomento del Trabajo Nacional y es uno de los fundadores de la Sociedad Libre de Estudios Americanistas en la Universidad de Barcelona. Designado primer catedrático de Estudios Americanistas por dicha universidad, no llega a ejercer el cargo porque fallece en 1918, poco después de su nombramiento. Autor de numerosas obras sobre economía catalana, lidera la primera misión oficial en la América meridional (Uruguay y Argentina), reestableciendo, así, los lazos internacionales de España con sus antiguas colonias tras la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Es elegido por sus compañeros para presidir la Casa América de Barcelona entre 1917 y 1919, mas no llega a ejercer todo su mandato.

Es presidente de la Casa de América de Barcelona entre 1919 y 1924. Durante un tiempo, dirige la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio, publicación que establece las bases de la organización de la asociación americanista en la ciudad condal.


MEDALLAS Y DIPLOMAS Desde un comienzo, la dirección de la Casa de América concede medallas de honor a los miembros más distinguidos. En el anverso de éstas se ve a dos hombres de constitución fuerte que sostienen la inscripción «Casa de América». Entre éstos figura un grabado en el que se lee «Asociación Internacional Iberoamericana. Barcelona. España». Las cinco flechas atadas con una cuerda que aparecen en el reverso de la medalla están enmarcadas por las palabras «Unitas Firmat. Dispersum Fragile». Esta inscripción latina hace referencia a la idea de que la unidad iberoamericana proporciona firmeza, mientras que la dispersión de los países hermanos puede comportar fragilidad; una idea recogida hoy en día en las cumbres iberoamericanas, las reuniones anuales con los representantes de los distintos países iberoamericanos organizadas por la Secretaría General Iberoamericana. 140


Anverso y reverso de la medalla de honor de la Casa de América de Barcelona, otorgada a sus miembros más distinguidos. Fuente: PR-UB

Sin embargo, la iconografía más alegórica es la que aparece en el Diploma de la Asociación. El título, que se entrega a los miembros destacados de la entidad y a los delegados establecidos en ultramar, muestra la personificación de América observando el continente americano. Con una mano sostiene firmemente una llama y, con la otra, agarra el mapa del continente ocultando una parte de los Estados Unidos. La ilustración está encabezada por la inscripción «Casa de América» y, como si de un retablo se tratara, está flanqueada por tres carabelas a la izquierda y una imagen de la sede de la entidad en el pasaje Méndez Vigo de Barcelona a la derecha. El dibujo, diseñado por Pedro Casas Abarca, director artístico de la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio, incluye todos los escudos latinoamericanos, referencias precolombinas y simbolismos a través de animales y frutas tropicales. 141



Diploma de la Asociaci贸n Internacional Iberoamericana, otorgado a los miembros m谩s destacados de la entidad y a los delegados establecidos en el continente americano. Fuente: PR-UB



HISTORIA DE UNA IMAGEN CORPORATIVA


UNA IMAGEN PARA CADA ETAPA Desde el principio, la Casa de América de Barcelona cuenta con una imagen que la identifica. Los empresarios, exportadores y comerciantes que dirigen la entidad en sus inicios son conscientes de la importancia de tener una marca con la que puedan darse a conocer internacionalmente. Los logotipos de la asociación han ido cambiando en función de las etapas vividas por la institución y el país durante las primeras décadas del siglo XX.

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El conservadorismo del Plus Ultra

Recuperación de los vínculos con América

Durante los primeros años de la Casa de América de Barcelona se usan dos logotipos. Éste, diseñado por Pedro Casas Abarca, director artístico de la Revista Comercial Iberoamericana Mercurio, sólo se emplea en folletos y publicaciones de la entidad americanista. El término Plus Ultra denota un fuerte conservadurismo. Esta locución, que significa «más allá», fue utilizada por Carlos I de España y V de Alemania como lema personal para expresar el dinamismo expansivo del Imperio y para desafiar a las potencias europeas.

De los dos logotipos diseñados por la Casa de América de Barcelona, éste es el que tiene más difusión. Es el que la junta de gobierno estampa en la documentación pública y en la correspondencia privada de la entidad. Su diseñador también es Pedro Casas Abarca, y en este caso muestra el proceso de recuperación del vínculo con América Latina, aunque sin romper con la idea colonial.

La expresión Plus Ultra se ha usado en España y América para hacer referencia al expansionismo hispánico. Cabe añadir, además, que este logotipo no incorpora a Cataluña, puesto que, en este momento, los impulsores de la nueva asociación americanista catalana pretenden representar al continente latinoamericano en Europa a través de una federación formada por las entidades americanistas de España. El proyecto, no obstante, fracasa.

A pesar del concepto de fusión entre ambos mundos, el dibujo es bastante imperial. Con cordialidad, el hombre indígena y el hombre conquistador viajan juntos hacia Occidente, es decir, hacia América, continente que aparece simbolizado con una gran letra A. Este logotipo incorpora, además, elementos florales y vegetales, y tres imágenes precolombinas: el sol, que representa a la nueva sociedad naciente, el ave, y el quetzalcoatl, una serpiente emplumada.


Internacionalización de la Casa de América Después de la Primera Guerra Mundial, la Casa de América de Barcelona cambia radicalmente su imagen gráfica con el fin de hacer coincidir sus objetivos de internacionalización y de poner de manifiesto su deseo de representar a América en Europa. Diseñado también por Pedro Casas Abarca, el nuevo distintivo expresa la transformación de la entidad catalana en un organismo plenamente iberoamericano. En él cabe destacar la importancia concedida al nombre «Casa de América»; la inclusión de Canadá, los Estados Unidos y Alaska; y, por último, el tamaño exagerado de las Antillas Mayores, esto es, Cuba, Puerto Rico, la República Dominicana y Haití. En este logotipo están trazadas las fronteras de los distintos países, se hace referencia a la Corona y, por primera vez, hay un símbolo catalanista: las cuatro barras de la senyera, la bandera catalana.

En cuanto a la representación de las sociedades originarias, se sustituye la figura humana por unas flechas alegóricas que simbolizan la naturaleza guerrera de los indígenas. En el logotipo, con un cuerpo de letra menor que el del nombre de la entidad, se puede leer «Asociación Internacional IberoAmericana». El interés de esta inscripción yace en que viene motivada por la entrada de la Casa de América de Barcelona en la Unión Internacional de Asociaciones de Bruselas.


Cambio de ubicación, nueva imagen Durante los años veinte se produce el traslado de la sede de la Casa de América de Barcelona al número 28 de la Vía Layetana, edificio propiedad de Francesc Cambó, donde también se encuentra la oficina de la Compañía Hispanoamericana de Electricidad —más conocida como CHADE—, que opera en Argentina, y cuyo vicepresidente es el mismo Cambó. Con el tiempo, la decisión de hacer coincidir la Casa de América de Barcelona y la CHADE será esencial, pues la empresa de electricidad será el principal socio de la asociación hasta poco después del inicio de la Guerra Civil española. Cambó muere en Buenos Aires en 1947. Estos son años de cambios que afectan también al nombre y a la imagen de la asociación americanista. La entidad pasa a llamarse Instituto de Economía Americana-Casa de América, más conocido como IDEA, por lo que desaparece el epígrafe «Casa de América» del logotipo. Las razones expuestas por los socios son de peso: la palabra casa, muy usada en América a finales del siglo XIX y principios del XX, y que se ha recuperado para bautizar a entidades como Casa Asia, en Barcelona, o Casa África,

en Las Palmas de Gran Canaria, originalmente hacía referencia a un espacio de reunión, especialmente relacionado con los emigrantes que se habían ido a América en busca de un mundo mejor. El abandono de la idea de casa y de casal o centro implica un salto cualitativo: la institución intenta dejar de ser un punto de encuentro para convertirse, con el apoyo del Estado, en un organismo privado con funciones públicas. El Instituto de Economía Americana aspira, asimismo, a hacer de Barcelona un centro de proyección europea. En esta nueva imagen corporativa se mantienen los símbolos precolombinos y el mapa utilizados en el logotipo anterior. Como novedad, se le añade una leyenda en latín: Et docere et rerum exquirere causas, una locución que indica la voluntad de la entidad de investigar los hechos sociales, políticos y económicos, así como indicar sus causas, un objetivo que los principales socios siempre han intentado lograr. Ejemplo de ello es el voluminoso archivo americanista que la Casa de América de Barcelona ha ido construyendo durante las primeras décadas del siglo XX.


La abstracción de los años sesenta Desde finales de la Guerra Civil hasta principios de los sesenta, el IDEA-Casa de América restringe sus actividades y publica muy pocos opúsculos. Entre tanto, durante la década de los cuarenta se funda en Madrid el Instituto de Estudios Africanos, conocido con la misma sigla que la asociación americanista catalana: IDEA. Esta coincidencia obliga a la entidad catalana a escribir su nombre entero en el logotipo, si bien los socios dejan de lado el nombre de Casa de América una vez más. Desde los sesenta, la entidad americanista catalana se revitaliza con el trabajo de una nueva generación de socios, entre los que destaca el editor Gustavo Gili, que es nombrado presidente y le da un enfoque preferentemente editorial. El IDEA-Casa de América utiliza una nueva imagen corporativa que durante algunos años convive con la anterior, pero que sólo estampa en los estatutos y en los papeles destinados a la correspondencia privada. Se trata de una imagen abstracta mucho más sencilla que las utilizadas por la Casa de América hasta el momento. Este nuevo distintivo, el primero que

no diseña Pedro Casas Abarca, fallecido en 1958, será el sello que identificará a la entidad hasta 1990, año en que los miembros de la Casa de América dejan de reunirse.


Competición por América Durante el franquismo se mantiene el espíritu americanista, pero no se concentra alrededor de la Casa de América de Barcelona, que va perdiendo poder. En septiembre de 1947 nace, como entidad autónoma, la Asociación de Colaboración Cultural Iberoamericana (ACI). Poco después esta entidad entra en contacto con el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid, cuyo secretario es Manuel Fraga Iribarne, y la ACI adopta el sello de la institución madrileña. Un año más tarde, en 1948, se crea el Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona. Si bien este nuevo organismo sustituye a la Casa de América de Barcelona, no la hace desaparecer. Funciona con un logotipo propio: un sello que representa los continentes americano y africano, y una parte del europeo. Este globo terráqueo incompleto está encabezado por una carabela, imagen metafórica que recuerda los

primeros barcos que cruzaron el Atlántico en dirección al continente americano, cuyo soporte es el escudo de la ciudad de Barcelona. Aunque el globo terráqueo se mantiene durante varios años, el epígrafe va cambiando. Entre 1948 y 1969 se puede leer «Instituto de Estudios Hispánicos». Entre 1969 y 1979, en cambio, este nombre es reemplazado por el de «Instituto Catalán de Cultura Hispánica».


Nuevos aires con el ICCI

Fundación Casa Amèrica Catalunya

En 1979 la entidad adopta el nombre de Institut Català de Cooperació Iberoamericana (ICCI) y no lo cambia hasta 2006, año en que se crea la Fundación Casa Amèrica Catalunya.

En 2004, Antoni Traveria Celda es nombrado director general de la entidad. Empieza, así, un importante proceso de renovación institucional. Una de las prioridades es convertir la entidad en la Fundación Casa Amèrica Catalunya. Este paso adelante también queda reflejado en la nueva imagen corporativa, que une América Latina y el Caribe con Cataluña. El nuevo logotipo simboliza los intensos vínculos que existen entre ambas sociedades, que siguen dispuestas a profundizar en su relación, ahora mediante la cooperación cultural al desarrollo.

En 1980, la sede del IDEA-Casa de América se traslada de la Vía Layetana a la calle Buenos Aires. En abril de 1989, la institución vuelve a cambiar de domicilio y se establece en el entresuelo del número 299 de la calle Córcega, su ubicación actual.



ITINERANDO

POR LA CIUDAD


AVENIDA CASA AMÉRICA La Casa de América de Barcelona ha tenido distintas sedes en la ciudad. Estos cambios, no siempre voluntarios, han sido provocados por los contextos sociales que ha vivido la institución: conflictos bélicos, crisis económicas, transiciones políticas. Incluso los sueños, no siempre hechos realidad, han influido sobre la ubicación, ya sea de la antigua Casa de América de Barcelona como del Instituto de Estudios Hispánicos o del Institut Català de Cooperació Iberoamericana, las tres entidades que forman parte de la herencia centenaria de la actual Fundación Casa Amèrica Catalunya.

Pasaje Méndez Vigo: el palacio del marqués de Villarreal de Álava La primera sede abre sus puertas el 2 de abril de 1911. En enero del mismo año Jacinto Viñas Muxí, representante del Club Americano, Rafael Vehils, miembro de la Sociedad Libre de Estudios Americanistas, y José María de Palacio, en representación del marqués de Villarreal de Álava, propietario de la mansión, firman el contrato.

Contrato de alquiler del edificio del pasaje Méndez Vigo de Barcelona, propiedad del marqués de Villarreal de Álava. Fuente: CAmeC

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Primera sede de la Casa de América, en el pasaje Méndez Vigo, en dos imágenes de la época. Fuente: PR-UB


La sede de la entidad americanista tiene dos salas, una para la conversación y otra para la lectura. Además, en el interior hay una biblioteca con un gran fondo bibliográfico y hemerográfico, y un archivo formado por la correspondencia privada de la asociación, informes confidenciales y más de 200 revistas americanas y europeas. El edificio de Méndez Vigo también alberga un salón de actos y fiestas, una oficina de relaciones internacionales y un economato. También dispone de un Estudio Jurídico Iberoamericano, especializado en leyes, códigos y estatutos de los estados americanos, y en los litigios surgidos entre empresarios latinoamericanos y españoles. El alquiler del edificio le cuesta a la entidad 9.000 pesetas anuales. La Casa de América de Barcelona se va consolidando. Sus miembros organizan importantes reuniones para informar a la sociedad barcelonesa sobre temas latinoamericanos, y el número de socios aumenta. En 1914, con tan sólo tres años de vida, la entidad cuenta ya con más de 500 afiliados. Cuando nada hace prever que la asociación americanista pueda entrar en crisis, estalla la Primera Guerra Mundial, un conflicto que transforma el escenario mundial y las relaciones de los empresarios con ultramar. Durante los cuatro años que dura la primera gran guerra, son muchos los socios que se dan de baja: mientras que algunos no pueden hacerse cargo de la cuota de la entidad a causa de las dificultades económicas, otros deciden volver a casa, al continente americano. En dos años, la Casa de América de Barcelona pasa de 500 a 300 afiliados. Este hecho, sumado a la falta de subvenciones del Estado, obliga a la directiva de la entidad a rescindir el contrato de alquiler del palacio de Méndez Vigo y a buscar un espacio más económico.

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Interiores de la Casa de AmĂŠrica de Barcelona en el pasaje MĂŠndez Vigo. Fuente: PR-UB


Del paseo de Gracia a la Rambla La Casa de América de Barcelona traslada su sede al número 35 del paseo de Gracia, una de las calles con más edificaciones de indianos de la ciudad catalana. El edificio, ocupado por el Círculo de Bellas Artes, será la sede de la entidad americanista por un tiempo muy breve. Rafael Vehils, que conoce de cerca la crisis económica de la asociación, decide alquilar dos despachos a cambio de 400 pesetas mensuales, en los que concentran la dirección, la secretaría, la sala de juntas, el archivo y la biblioteca americanista. Este paso por el Círculo de Bellas Artes, presidido por José A. de Trías, es muy importante para garantizar la continuidad de la Casa de

Número 35 del paseo de Gracia de Barcelona. Fuente: Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona-Archivo Fotográfico (A. M. Virgili)


América de Barcelona. El Círculo se convierte en una institución protectora de la entidad americanista. Ambas instituciones comparten servicios, espacios y actividades de interés mutuo, aunque a los socios de la asociación americanista catalana no se les considera miembros activos del Círculo, sino transeúntes. A pesar de estas facilidades, el fondo económico de la entidad no puede garantizar la permanencia en este edificio del Ensanche, por lo que los socios, entre los que figuran importantes empresas y familias catalanas, se trasladan temporalmente al número 12 de la Rambla de los Estudios. La guerra avanza y la entidad americanista sigue haciendo grandes esfuerzos para mantenerse en funcionamiento. De hecho, en parte lo consigue gracias a las ayudas oficiales que llegan desde el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, de la Dirección General de Bellas Artes.

Izquierda: Documento de la subvención otorgada por la Dirección General de Bellas Artes a favor de Rafael Vehils, por valor de 5.000 pesetas. Firmado a 21 de abril de 1917. Fuente: CAmeC Derecha: Contratoconvenio firmado por José A. de Trías, presidente del Círculo de Bellas Artes, y Rafael Vehils, director general de la Asociación. Fuente: PR-UB


Una sede de prestigio que mira hacia el mar Finalizada la guerra, y con el proceso de recuperación económica en marcha, la Casa de América de Barcelona se plantea una nueva ubicación. En 1919 Francesc Cambó, miembro destacado de la entidad americanista, es ministro de Fomento y en 1921, de Hacienda; dos cargos importantes que lo convierten en uno de los primeros catalanes que participa en las decisiones que toma el gobierno central en Madrid. Cambó intenta utilizar su influencia en la capital para alcanzar el objetivo de Rafael Vehils, presidente de la entidad americanista, que en 1919 quiere instalar la Casa de América de Barcelona en el puerto de la ciudad. Hace falta una sede de prestigio. Según las palabras del propio Vehils: «Ni la Unión Panamericana de Washington, ni el Instituto Internacional de Agricultura de Roma atrajeron la atención internacional antes de que Mr. Carnegie y el Rey Víctor Manuel las asentaran definitivamente en sus edificios actuales de Van Ness Place y del Parque Borguese». El arquitecto Eduardo Sánchez Eznarriaga, muy vinculado a la monarquía española, confecciona los planos de la nueva ubicación de la Casa de América de Barcelona. «Convencida la Casa de América de la necesidad de ampliar su organización de servicios, haciéndola definitiva en edificio propio, construido para ella, se propone llevar en realidad el proyectado por D. Eduardo Eznarriaga, aprobado por el Consejo de Gobierno, asentándolo en una área de 204.000 metros cuadrados, situado en la Puerta de la Paz, con fachadas laterales, al Paseo Colón y a la calle de José Anselmo Clavé, de Barcelona, propiedad hoy del ramo de guerra, que tiene en ella instalado el Gobierno Militar», según consta en el proyecto presentado. La sede proyectada en 1919 dispone de tres plantas con distintos espacios destinados a la secretaría y a las oficinas (emigración, previsión, mutualidad, estadística, comercio general, propiedad intelectual, legislación comparada, deudas públicas americanas, sociedad, aranceles y tratados, gráficos, análisis industriales, traducción, prensa y política), un despacho de colectivos españoles de ultramar, y un espacio dedicado a la Unión Interparlamentaria Iberoamericana. Por otro lado, también tiene previstas otras áreas como una peluquería, una sala de lectura, dormitorios, un comedor de honor para diplomáticos, una sala de conferencias o un laboratorio gráfico. Además, el diseño arquitectónico prevé unos espacios óptimos para el archivo y la biblioteca, la creación

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Proyecto arquitect贸nico de la Casa de Am茅rica de Barcelona de 1919. Fuente: PR-UB


de una amplia sala de recepción y una sección especial dedicada a las Filipinas. Una Real Orden del 24 de mayo de 1918 aprueba el proyecto, que queda supeditado al acuerdo con el Ramo de Guerra, propietario del solar, y con el Ayuntamiento de Barcelona. Rafael Vehils, director de la Casa de América de Barcelona, quiere hacer coincidir la inauguración de la nueva sede con la Exposición Internacional de Industrias Eléctricas y General Española, prevista para el 21 de marzo de 1921. Sin embargo, y a pesar de no haber ninguna explicación documentada, el Gobierno Militar no cede el espacio a la directiva de la Casa de América de Barcelona, por lo que el proyecto arquitectónico nunca llega a llevarse a cabo. Hoy en día el edificio sigue siendo de propiedad militar.

Vía Layetana, 28 Superada la desilusión, en los años veinte Francesc Cambó traslada la Casa de América de Barcelona al tercer piso del número 28 de la vía Layetana, edificio propiedad de su familia. En este mismo espacio está la sede de la CHADE, empresa dedicada a la producción de electricidad en Argentina, cuyo vicepresidente es el propio Cambó. El 20 de septiembre de 1927 el presidente de la Casa de América de Barcelona, Ramón Méndez Cardona, firma el contrato de alquiler por un valor de 10.000 pesetas anuales. Este inmueble de vía Layetana acoge el archivo, que cuenta entonces con 80.000 documentos, una biblioteca con miles de libros gestionada por Evenor Házera, salas de comisiones, los despachos de la presidencia y la dirección, secretarías, un seminario y un vestíbulo, un gabinete cartográfico, el salón del consejo y, finalmente, el salón de actos. Además, la entidad americanista cede un espacio a la Cámara de Comercio, Industria y Navegación Hispanobrasileña y a la Asociación de Comerciantes, Importadores y Exportadores. El espléndido interior de la sede de la vía Layetana permite a la entidad programar distintas actividades. En este momento, la directiva de la asociación decide adoptar el nombre de Instituto de Economía Americana, con las siglas IDEA-Casa de América. Puesto que considera relevante la proyección internacional, otorga más voz y representación a los cónsules establecidos en Barcelona. Una de las fotografías que se conservan de esta sede muestra este espíritu, reflejado en todas las banderas de América y de Filipinas, que ondean en las ventanas. 164


El coste total del traslado y la instalación del IDEA-Casa de América en la vía Layetana es de 122.419 pesetas, cantidad que supera con creces los recursos económicos de la institución. Para poder hacer frente a estos gastos, se valen de las subvenciones concedidas por el Ministerio de Estado, del Ministerio de Economía, de la Diputación Provincial de Barcelona (10.000 pesetas), del Ayuntamiento de Barcelona (5.000 pesetas) y de la Generalitat de Cataluña (10.000 pesetas). Además, también hay que tener en cuenta las cuotas anuales procedentes de la CHADE (12.000 pesetas), así como las de otras entidades y empresas vinculadas a la institución americanista.

Contrato de alquiler del número 28 de la vía Layetana por valor de 10.000 pesetas, firmado en 1927 por el presidente de la Casa de América de Barcelona, Ramón Méndez de Cardona i Arcaya, y Jesús Cambó, director-gerente de la Inmobiliaria Catalana S.A. Fuente: CAmeC

Reproducción del documento de traslado de la Casa de América de Barcelona en la vía Layetana, entre 1927 y 1928. Fuente: PR-UB


Para completar los recursos necesarios, la CHADE aporta 6.500 pesetas y Rafael Vehils, director de la CHADE y del IDEA-Casa de América, 21.919 pesetas más. Vehils y la empresa argentina de electricidad son puntales económicos de la entidad americanista catalana en momentos históricos muy complejos, garantizándole la permanencia en más de una ocasión.

Sede que, desde 1927, ocupa la Casa de América de Barcelona en el número 28 de la vía Layetana. En la fachada ondean varias banderas americanas. Fuente: PR-UB

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A principios de 1928 la asociación tan sólo cuenta con 0,80 pesetas. Poco después del traslado, el patrimonio líquido de la entidad asciende a 2.500 pesetas, gracias al capital cedido por el mecenas más importante de la asociación americanista, Francesc Cambó. Para poder hacer frente a los gastos y, al mismo tiempo, garantizar el funcionamiento privado de la asociación sin depender directamente de los gobiernos, la dirección del IDEA-Casa de América pone en marcha una estrategia que había tenido un gran éxito durante la Primera Guerra Mundial: emite 100 acciones por un valor de 1.000 pesetas anuales, con un interés del 10% a cobrar a partir del año siguiente. Llegan tiempos de cambios políticos, económicos y sociales. A pesar de las dificultades, el IDEA-Casa de América sigue haciendo de puente entre Cataluña y el continente americano. El 14 de abril de 1931 se proclama la República española y en noviembre de 1932 se celebran las elecciones al Parlamento de Cataluña, en las que Francesc Macià es elegido presidente la Generalitat. El IDEA-Casa de América intenta adaptarse a los cambios políticos. Después de recibir una subvención de la Diputación Provincial de Barcelona decide incluirla como miembro activo de la entidad americanista.

Interior de la Casa de América de Barcelona en su sede de la vía Layetana. Fuente: PR-UB

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Pero estalla la Guerra Civil española y, una vez más, un conflicto bélico hace tambalear la institución. Poco tiempo después, la crisis económica vuelve a afectar a muchos de los socios del IDEA-Casa de América que, poco a poco, se van dando de baja y el fondo de la entidad vuelve a menguar. Ramon Méndez de Cardona i Arcaya, entonces presidente de la institución, consigue implicar al cuerpo consular americano en la protección del archivo y de la biblioteca de la entidad americanista. Este apoyo se ratifica el 31 de octubre de 1936 mediante un importante documento privado que declara el carácter internacional del archivo, y firmado por gran parte de los cónsules americanos. El 20 de noviembre de 1936 muere en Madrid el dirigente anarquista Buenaventura Durruti. Dos días más tarde su cuerpo llega a Barcelona y es expuesto en la sede anarquista, situada en la vía Layetana, que pasa a llamarse Durruti. Los anarquistas confiscan las propiedades de Cambó. Méndez de Cardona, director de la entidad americanista durante los años de la Guerra Civil, consigue que la sede del IDEA-Casa de América no sea incautada ni expoliada. Pero todo tiene un precio y, para poder permanecer en el lugar, la institución tendrá que pagar a los anarquistas una cuota anual de 7.800 pesetas. Este contrato de alquiler se firma el 21 de diciembre de 1938. Falta poco para que las tropas franquistas bombardeen la ciudad. El IDEA-Casa de América toca fondo y su continuidad se hace muy difícil.

Contrato de alquiler, por 7.800 pesetas anuales, del tercer piso del número 28 de la vía Durruti, firmado el 7 de septiembre de 1938 entre Ramon Méndez de Cardona i Arcaya, natural de Villa de Aguadilla (Puerto Rico), y el director general de Propiedades y Contribución Territorial. Fuente: CAmeC


Valencia, 231 Con la llegada del franquismo, muchos miembros destacados de la Casa de América de Barcelona emigran hacia el continente americano. Uno de ellos es Francesc Cambó, que viaja con Rafael Vehils a Argentina para dirigir la CHADE, compañía eléctrica de su propiedad. En Barcelona, el editor Gustavo Gili, en calidad de presidente de la entidad americanista, intenta proseguir con las actividades. Es una tarea complicada que obliga a mantener la institución adormecida hasta 1948. Cambó, que nunca vuelve de su exilio forzoso, muere en Buenos Aires, y Alfredo Sánchez Bella se hace cargo del Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona, una delegación del Instituto de Cultura Hispánica creado por Manuel Fraga en Madrid. En este momento la junta directiva de la nueva entidad decide trasladarse al entresuelo del número 231 de la calle Valencia, un edificio propiedad del marqués de Mura que acogerá a la entidad hasta 1968.

Imagen actual del edificio ubicado en el número 231 de la calle Valencia de Barcelona. Fuente: CAmeC


Buenos Aires, 21 En 1968 el Instituto de Estudios Hispánicos de Barcelona adopta el nombre de Instituto Catalán de Cultura Hispánica. En este momento recibe una aportación económica importante del Instituto de Cultura Hispánica, y la dirección de la institución la aprovecha para adquirir el octavo piso del número 21 de la calle Buenos Aires. Los 350 m2 destinados a la nueva sede cuentan con una biblioteca, una sala de juntas, despacho, una sala de exposiciones, un auditorio y una cafetería.

Fachada actual del edificio del IEHB, posteriormente ICCH, en el número 21 de la calle Buenos Aires de Barcelona. Fuente: CAmeC

Discurso del presidente del ICCH, Narcís de Carreras, durante la inauguración de la sede de la calle Buenos Aires. Fuente: CAmeC

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Actos del ICCH en la sede de la calle Buenos Aires de Barcelona. Fuente: CAmeC


Córcega, 299 Fachada del edificio donde está ubicada actualmente la Fundación Casa Amèrica Catalunya, en el entresuelo del número 299 de la calle Córcega de Barcelona. Fuente: CAmeC

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Con los nuevos aires democráticos, la entidad catalaniza su nombre y en 1989 pasa a llamarse Institut Català de Cooperació Iberoamericana. Cambia el ático de Buenos Aires por un entresuelo en la calle Córcega. Pierde en altura pero gana en amplitud. El nuevo espacio es la sede actual de la fundación provada Casa Amèrica Catalunya, con 650 m2. Dispone de un auditorio para más de cien personas, una biblioteca, una zona de oficinas y de recepción de estudiantes becados y una sala de exposiciones.




Este libro se ha terminado de imprimir con tipografĂ­a Weidemann el 23 de abril de 2007, DĂ­a Internacional del Libro.


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