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Lectura fácil: Métodos de redacción y evaluación
Índice de complejidad silábica: cuanto más próximo a cero, más lecturable. ff Índices léxicos: se recomienda que el vocabulario sea cotidiano y próximo a la lengua hablada, así como que se eviten palabras abstractas. Índice de diversidad de palabras: cociente entre el número de palabras diferentes del texto y el total de palabras, considerando palabras distintas a cualquier variación flexiva (género, número, desinencia). Índice de frecuencia léxica: cociente entre el número de palabras léxicas de baja frecuencia y el número de palabras léxicas. Se tomarán como referencia el «Corpus de la Real Academia Española» (CREA) y el «Gran diccionario del uso del español actual». Índice de palabras abstractas: cociente entre el número de palabras de contenido abstracto y el número de palabras léxicas. La pauta de interpretación será: Índice de diversidad de palabras: un número próximo a cero implica una excesiva redundancia de términos iguales, que origina un texto tedioso, mientras que un número próximo a uno significa una gran diversidad, que lo hace menos lecturable. Índice de frecuencia léxica: cuanto más próximo a cero, menor uso de palabras infrecuentes y más lecturable. Índice de palabras abstractas: cuanto más próximo a cero indica un mayor uso de términos concretos. ff Índices sintácticos: la recomendación es redactar oraciones breves y simples, evitando estructuras subordinadas, principalmente. Índice de palabras por frase: cociente resultado de la división entre el número de palabras del texto y el número de oraciones. Índice global de complejidad oracional: resultado de dividir el número de proposiciones entre el número de oraciones. Índice ponderado de complejidad oracional: se contabilizan las oraciones de cada tipo y se multiplica cada cifra por su coeficiente, según la propuesta de Salvador Mata. Se suman todos los resultados y se divide por el número total de oraciones del texto.
CAPÍTULO 5. Técnicas de evaluación de textos de lectura fácil
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La pauta de interpretación será: Índice de palabras por frase: para que un texto sea de lectura fácil, la extensión de las oraciones debe estar entre 15 y 20 palabras como máximo. Por tanto, se tendrá en cuenta esta referencia para valorar la lecturabilidad. Índice global de complejidad oracional: el valor mínimo es 1 y el máximo es infinito, aunque por encima de 5 es complicado mantener la coherencia y la claridad en la expresión. Índice ponderado de complejidad oracional: la interpretación es idéntica al anterior. La selección de los índices se ha hecho teniendo en cuenta la pertinencia para la evaluación de textos de lectura fácil y la redundancia (aunque matizada) de los índices según los diferentes autores, desechándose aquéllos que profundizaban en el análisis de conceptos que teóricamente no deben contener los textos de lectura fácil (coordinación, subordinación…), los que partían de referencias antiguas (Spaulding, vocabulario G-H…) y los que implicaban una excesiva complejidad para el resultado a obtener (desviación típica, media más 2,58 sigmas…). Se ha optado por presentar índices cuyos cocientes no se multiplicaran posteriormente por coeficientes porcentuales o similares. Por último, se ha creado el índice de palabras abstractas, aunque parte de un mecanismo de control fijado por el GUAM-LF (hoy, Grupo DILES). No obstante, no conviene sobrevalorar los resultados que se obtienen de estos índices. Como afirma Rodríguez Diéguez 28, una valoración alta no garantiza la comprensión de un texto por parte de los lectores. De hecho, se pueden escribir textos sin sentido que den altos niveles en los índices. Por eso, junto con los índices hay que considerar la coherencia del texto, de modo que estas fórmulas sean una ayuda para mejorar la lecturabilidad de un texto. La finalidad es la comprensión de forma sencilla, no tener una nota alta. 5.3 Evaluación con usuarios El examen fundamental que deberá superar el texto en lectura fácil es su comprensión por parte de los lectores. Para ello, es necesario realizar
28 RODRÍGUEZ DIÉGUEZ, José Luis, Marzo-mayo 1994, p. 111.