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ÍNDICE


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SITUACIÓN DE LOS ADULTOS MAYORES EN LA DÉCADA DE LOS 90

En el modelo económico neoliberal los viejos, al igual que los pobres, sobran

A

finales de la década de los noventa, el envejecimiento de la población mexicana significaba uno de los retos principales de cara al siglo veintiuno. La ciudad de México no escapaba a esta situación, de allí que autoridades, académicos y organizaciones de la sociedad civil emprendieron un extenso debate sobre las políticas de atención para los adultos mayores.

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El propósito era garantizar la atención de las necesidades de este sector poblacional y elevar su calidad de vida, ante la exclusión que enfrentaban y que se reflejaba en rezagos en materia económica, de salud, educativa y social. Para ello era necesario, antes que nada, hacer un diagnóstico sobre la situación de los ancianos que habitaban en el Distrito Federal, conocer su problemática para desarrollar propuestas tendientes a proteger los derechos de estas personas en todos los ámbitos. En 1997, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal organizó el foro El adulto mayor en el Distrito Federal. Por una sociedad integral en el siglo veintiuno, en el que participaron académicos y representantes de la sociedad civil, cuyas conclusiones sentaron las bases de las políticas públicas dirigidas a ese sector de la sociedad capitalina.

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A mediados de esa década, según el Conteo de Población y Vivienda, 7.7 por ciento de la población total del Distrito Federal tenía 60 años de edad o más, es decir, poco más de 650 mil personas, que significaban la décima parte de los adultos mayores de todo el país. Para 2010, el número de adultos mayores se incrementó a más de 902 mil en la ciudad de México, lo que significa 10.2 por ciento del total de los habitantes de la capital del país. En el estudio Experiencia institucional y situación social de los ancianos en la ciudad de México, Verónica Montes de Oca, especialista del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, señala que en la capital la esperanza de vida es significativamente mayor que en el resto de México, de allí que 10 por ciento de la población de 75 años o más viva en la ciudad. En dicho texto, que forma parte del libro Las políticas sociales en México al fin del milenio. Descentralización, diseño y gestión, coordinado por Rolando Cordera y Alicia Ziccardi, publicado en el año 2000, la investigadora afirma que las personas de la tercera edad que viven en la ciudad se concentran principalmente en

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las delegaciones Iztapalapa y Gustavo A. Madero, las de más alto grado de pobreza y violencia urbanas. Añade que la población femenina de 60 años o más es mayor a la de hombres, en ese mismo rango de edad, pues por cada 70 personas del sexo masculino hay 100 mujeres. Incluso, dice la autora, el índice de personas del sexo masculino disminuye aún más en los grupos de más años, llegando, por ejemplo, a 47.7 hombres por cada 100 mujeres con 85 años o más. Según el conteo de población, 575 mil 703 adultos mayores sabían leer y escribir; sin embargo, sólo 133 mil 958 habían terminado la primaria y 33 mil 373 la secundaria, mientras 163 mil 327 no concluyeron esos estudios. Respecto de su estado civil, 305 mil 136 ancianos estaban casados, 12 mil 732 se habían divorciado y 179 mil 184 eran viudos. 543 mil 769 personas vivían con algún familiar.

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Condiciones laborales Tras el llamado error de diciembre de 1994, la tasa de desempleo en el país creció de modo considerable. Diversos estudios refieren que uno de cada 10 afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) perdió su empleo, y si bien en los años subsecuentes se crearon nuevas fuentes de trabajo, en muchas ocasiones no contaban con ninguna prestación. Dicha circunstancia se agravaba en el anciano, advirtió Edith Pacheco Gómez en su participación en el citado foro de la ALDF. Y es que en la década de los noventa sólo 142 mil 246 trabajaban; de éstos, 72 mil 669 eran empleados u obreros, 51 mil 291 desempeñaban un puesto laboral en el que fungían como patrones, mientras que 9 mil 854 trabajaban por su cuenta. En cuanto a los ingresos, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 26 mil 919 personas de este sector ganaban un salario mínimo, 15 mil 655 entre tres y cinco y 10 mil 709 de cinco a 10 minisalarios.

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En la actualidad, según el censo de población de 2010, la cifra de adultos mayores asciende a 279 mil 877, es decir, apenas un poco más de la cuarta parte del total de ese sector de la población. En la ponencia Edad laboral y mercado de trabajo, Pacheco Gómez destacó: “podemos apreciar que las condiciones de trabajo de la población en general, y de los ancianos en particular, se encuentran deterioradas. Se nos ha dicho que en la medida que crezca el país, en términos económicos, el impacto en el empleo será importante. Sin embargo, el crecimiento económico no redunda automáticamente en la generación de nuevos puestos de trabajo, ni en el mejoramiento de la calidad de vida. “La falta de oportunidades laborales y los rezagos en los programas de jubilación y pensiones convirtieron a las personas mayores de 65 años en un sector vulnerable desde el punto de vista económico, y en muchas ocasiones en individuos incapaces de mantenerse por sí solos”.

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Pacheco Gómez explicó que a diferencia de otras naciones más desarrolladas, como Japón, Gran Bretaña o Estados Unidos, en México “la jubilación no era una verdadera garantía para la población”. Estas condiciones convirtieron a los adultos mayores en “cargas” para hijos y nietos, y además de no representar para el núcleo familiar un ingreso en términos monetarios, agravaba la situación, pues muchos no contaban con seguridad social y, por tanto, había que absorber en su totalidad los gastos médicos.

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El entorno familiar La estigmatización por ser adulto mayor y el hecho de no contar con posibilidades reales de satisfacer por sí solos sus necesidades materiales provocaron que los mayores de 65 años de edad enfrentaran condiciones de desventaja en el propio entorno familiar. En el mismo foro, con la ponencia El entorno familiar del senecto, Martha Patricia Flores Ayón advirtió sobre “la pérdida” de valores de nuestra cultura sobre el respeto y la participación de los viejos en el núcleo familiar y “la ignorancia” de los derechos de este sector de la sociedad. “Los ancianos se ven a sí mismos y son vistos por sus parientes como generadores de conflictos intrafamiliares y no como un elemento con el mismo valor que cualquier otro miembro. El adulto mayor es presentado por muchas familias como el motivo aparente de disfunciones familiares”. 19


La especialista también refirió que esta situación se agravaba, pues en no pocas familias “la cercanía física no garantiza que los miembros entablen comunicación verbal y, paradójicamente, se expresan no dirigiéndose la palabra, no viéndose y comparten más que los servicios domiciliarios”. Sondeos realizados en la década de los 90 en familias con presencia de uno o más ancianos dejaban claro que la mayoría de los adultos mayores sufrían de soledad, aislamiento y actitudes de rechazo. La sicóloga Elizabeth Mora Chabert, en su ponencia Familia y comunidad en la tercera edad expuso que ese sector de la sociedad “en muchas ocasiones” se encuentra “en estado de indigencia, desamparo y marginación”. Manifestó que dichas condiciones se debían “al desconocimiento que se tiene acerca de cómo ayudarlos social, emocional y asistencialmente. Situación que también enfrentan los integrantes de la familia por ignorar qué hacer y cómo atender al adulto mayor cuando se encuentra con alteraciones en su salud física, orgánica, sicológica y mental”.

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El flagelo del maltrato Una de las preocupaciones principales externadas por los participantes en dicho foro organizado por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal fue las vejaciones en agravio de las personas mayores de 65 años. En un esfuerzo por abordar el problema de forma integral se advirtió que en ocasiones “la persona que maltrata tiende a estar abrumada”, y dicha práctica está vinculada a una serie de factores económicos, sociales y culturales, por lo que algunas actitudes de abuso se daban de manera involuntaria

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por ignorancia o por falta de conocimiento del proceso de envejecimiento. Expusieron cinco tipos de maltrato: físico, sicológico, sexual, económico y social. En la primera categoría está golpear, herir, forzar, restringir, empujar, quemar y sacudir, entre otras acciones que provocan lesiones. “Algunos familiares que asumen el cuidado de un adulto mayor por obligación o por culpa no proporcionan las condiciones materiales mínimas de dignidad ni comodidad” en beneficio de la persona que está a su cargo. Respecto del maltrato sicológico, explicaron que es muy difícil detectarlo, pues a las agresiones verbales y actitudes 25


impositivas hacía el adulto mayor se sumaban otras acciones igual de violentas, como ignorarlos o “infantilizar el trato hacia ellos”, lo cual, apuntaron los especialistas, “es una forma de aversión al envejecimiento”. Entre las manifestaciones para detectar maltrato sicológico en una persona mayor de 65 años de edad se encuentran: “retraimiento social, depresión, desórdenes de ansiedad o conductuales”. Los ancianos son también víctimas de agresiones económicas como el despojo de bienes, la utilización ilegal de la pensión o la tarjeta bancaria, no utilizar el dinero del anciano para sufragar los gastos de su cuidado y presionarlo a distribuir o heredar sus bienes en vida. A finales de la década de los noventa se consideraba que el maltrato social hacia el adulto mayor tenía su origen en el miedo al envejecimiento y los prejuicios que existían en torno 26


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a este sector de la sociedad. Otros ejemplos de maltrato social son: no cederles el paso en las calles, ser impacientes con ellos, segregarlos e ignorarlos en los espacios públicos. “Simplemente pareciera que no son parte de la sociedad y que se abusa de la vulnerabilidad del viejo”. El sicólogo Francisco Ernesto Feria Ruiz, en su ponencia Maltrato en el adulto mayor planteó la importancia que juega la familia en el proceso de atención a los adultos mayores y la necesidad de encontrar la forma de “reintegrarlos a la vida social como ciudadanos de pleno derecho” y no como personas dependientes. Feria Ruiz propuso apoyar a las familias en temas sociales y de salud, desarrollar leyes como respaldo legal a las personas de la tercera edad, ampliar la orientación y educación hacia la población en general de temas gerontológicos y “dar apoyo financiero a las personas de la tercera edad para que puedan llevar a cabo una vida independiente”. 28


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Atención médica y seguridad social Los servicios de salud han servido de parámetro para analizar el funcionamiento de los programas que se han desarrollado para atacar la pobreza. Si ésta continúa o se incrementa se verá reflejado en el deterioro de las condiciones sanitarias de los sectores más pobres de la población, que con el paso del tiempo se constituyen en un proceso de polarización epidemiológica que consiste en agudizar las desigualdades en salud o el aumento de la brecha entre los sectores de la sociedad. En la década de los noventa, de los 7 millones de ancianos que había en el país, sólo 30 por ciento eran derechohabientes de alguna institución de seguridad social, el resto resolvía los problemas de salud acudiendo a clínicas privadas, pero por los costos sólo se atendían enfermedades de corta duración, porque el ingreso económico no les permitía tener otra opción.

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En la ciudad de México, según datos del Censo General de Población y Vivienda 2000, de los 7 30 mil 640 ancianos mayores de 60 años que vivían en la ciudad de México, 511 mil 17 contaban con atención médica en alguna institución de seguridad o asistencia social. Hoy día, según el censo de 2010, el número de personas que tienen acceso a este servicio asciende a 790 mil 572. Sin embargo, de acuerdo con Montes de Oca, la calidad de los servicios que organismos como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) proporcionaban a sus derechohabientes había disminuido en los 10 años anteriores, a grado tal que los casos de personas de la tercera edad con deterioro mental eran canalizados a algún hospital del Sector Salud para su atención, “haciendo con ello patente su incapacidad y debilidad para hacer frente a cambios epidemiológicos en el futuro cercano”. Los ancianos, en la década de los noventa, comenzaron a jugar un papel protagónico como población blanco de este tipo de 33


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problemas económicos, porque en este sector se conjunta la fragilidad biológica a consecuencia del desgaste que provocó el envejecimiento, además de las condiciones sociales y demográficas, expuso el doctor Rafael Lozano, coordinador de análisis de necesidades de salud, de la Fundación Mexicana para la Salud. En esa década las defunciones ocurrían después de los 63 años, cuando años atrás en México la gente no pasaba de los 50. Mientras que en el Distrito Federal, de acuerdo con la investigadora Verónica Montes de Oca, pese a la carencia de un diagnostico sobre la situación demográfica, epidemiológica y social del anciano, la esperanza de vida era significativamente más alta que en el resto del país: 71.3 años para las mujeres y 68.4 para los hombres. Otros estudios han arrojado que los adultos mayores son presa fácil del ciclo enfermedad-pobreza. El doctor Rafael Lozano expuso que al aumentar la edad no sólo se incrementa la probabilidad de enfermarse, también se merman la capacidad 37


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de adaptación y el estado de alerta, las actividades que se desarrollan se realizan con mayor lentitud y, en general, se presentan cambios fisiológicos que predisponen a enfermedades. Ante dicho escenario, el adulto debería gozar de los beneficios de la seguridad social o, en su defecto, contar con suficientes recursos económicos para poder gastar en la atención de los males que lo aquejan y con ello evitar que a la par que se da el envejecimiento se inicie un proceso de empobrecimiento. En esa década se identificaron tres factores que favorecían el ciclo enfermedad-pobreza en los ancianos: el tipo de enfermedad que predominaba en ellos, su bajo nivel de ingresos y las dificultades que tenían para acceder a los servicios. Los largos periodos de enfermedad que enfrentaban mermaban sus recursos económicos hasta llegar a la falta de éstos para atenderse, lo que provocaba que empeoraran los niveles de salud debido también al abandono o postergación de los procedimientos curativos.

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Había entonces una ley inversa de la utilización de los servicios de salud: los que tenían más recursos y menos necesidades son los que más utilizan los servicios públicos y privados. En 1993, de los siete millones de ancianos que había en el país, sólo 30 por ciento eran derechohabientes de alguna institución de seguridad social, el resto resolvía los problemas acudiendo a clínicas particulares, pero por los costos sólo se atendían por enfermedades de corta duración, porque el ingreso económico no les permitía ir más allá.

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Las enfermedades que padecían los ancianos hacían más entendibles las implicaciones económicas, y más si se conoce cuáles son los principales padecimientos que tenían los adultos mayores, en particular las que corresponden a los sectores con mayor pobreza. Anteriormente la principal causa de enfermedades estaba asociada a problemas de salud de larga duración que a enfermedades transmisibles, como cardiopatía isquémica, diabetes mellitus, enfermedad cerebrovascular o enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Además estaban las enfermedades que les generaban incapacidad, sin que necesariamente causaran la muerte, pero sí los hacía grandes consumidores de servicios de salud. Entre éstas destacan: demencia, caídas, artritis reumatoide, osteoartritis y depresión. A esta última generalmente los médicos no ponían mucha atención. De acuerdo con datos estadísticos de 1990 sobre la población con 60 años o más en el Distrito Federal, las defunciones por enfermedades crónico degenerativas, cardiovasculares y digestivas, cáncer, diabetes y respiratorias, principalmente, dominaban los registros en una proporción de 90 por ciento.

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Padecimientos más recurrentes Diabetes. Es una enfermedad caracterizada por excesiva excreción de orina cargada de glucosa, acompañada con sed inextinguible y adelgazamiento corporal progresivo. La diabetes mellitus era la principal causa de muerte en personas de 60 años o más, está asociada al sobrepeso y a la obesidad por alto consumo de grasas, azúcares y alimentos ricos en colesterol. Otro tipo, la diabetes no insulínica, se adquiere de manera progresiva y es la más común en grupos de la tercera edad. Con la madurez suelen presentarse problemas de salud mental que se caracterizan por cambios que limitan la adaptabilidad del organismo a su entorno.

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Neurosis: Esta enfermedad se presentaba por lo general en individuos que ya tenían una personalidad mal adaptada y a menudo es el recrudecimiento de un trastorno ya manifestado mucho antes de la senectud. Depresión. Es extremadamente fuerte en los ancianos. Su presencia puede afectar no sólo a personas de la tercera edad que en la juventud habían tenido alguna fase depresiva, sino también a aquellas en las que no existía manifestación alguna. Es una vivencia de tristeza profunda que tiene una estructura compleja, donde sobresalen los sentimientos de desdicha, aburrimiento o apatía, sensación de torpeza y pesantez corporal, trastornos corporales y opresión precordial. Los cuadros depresivos muchas veces están asociados a la soledad, las preocupaciones socioeconómicas, la pérdida de empleo, la jubilación o el abandono de la familia.

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Demencia senil. Consiste en la pérdida de las facultades intelectuales debido a una intensa atrofia cerebral que puede sobrevenir a partir de los 60 o los 65 años. El denominador común de todo proceso demencial consiste en una destrucción de la personalidad y la inteligencia, casi siempre progresiva e irreversible. Su aparición es originada por una lesión cerebral orgánica de cierta importancia y puede presentarse desde el principio con una importante pérdida de la memoria para los hechos recientes. Esta enfermedad se presentaba más en mujeres que en hombres y se manifiesta por el desarrollo gradual de un déficit de la memoria para los hechos inmediatos, un embotamiento afectivo con fugaces brotes de irritabilidad, marcha torpe, movimiento tembloroso, pérdida de energía y otros. Alzheimer. Empieza de forma lenta y gradual con un curso de deterioro progresivo y la pérdida de la memoria reciente, así como del intelecto; desajustes conductuales y una total desorientación del espacio-tiempo, sobre todo en las etapas más avanzadas. Esta enfermedad se había clasificado como la cuarta causa de muerte de personas de 60 a 65 años o más, porque se trata de una enfermedad de origen, diagnóstico, duración y tratamientos desconocidos, lo que la convirtió en uno de los problemas de salud mental más serios. La alimentación es muy importante en la salud del adulto mayor porque su falta o deficiencia acompañan la degeneración y el avance de las enfermedades.

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Ejercicio de la sexualidad La sexualidad es parte inherente de la vida humana. Sin circunscribirla a una sola etapa, se nace explorándola y experimentándola; sin embargo, el anciano, según diversos analistas, es un ser asexuado, pero al mismo tiempo sexualizado por el entorno social y cultural. En esos años las instituciones y programas asistenciales para los viejos presentaban enormes carencias en cuanto a ese tema, pues no había presupuestos suficientes para tener los servicios pertinentes. Tampoco había personal calificado para su atención y los sistemas que existían era poco propicios para mantener y alimentar la intimidad y posibles relaciones amorosas entre ellos.

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Entonces, como ahora, se favorecía la interacción, lo que ha constituido una muestra de rechazo a la vida sexual del senecto. El órgano sexual más importante es el cerebro y la ancianidad puede concebirse más como un estado mental que físico, por lo cual limitarlo a un ser asexuado coarta su calidad de vida. En su participación en el foro de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, la investigadora Edith Zúñiga Vega resaltó que en el caso del varón, su nivel fisiológico sexual, capacidad sexual y de fecundidad se extienden hasta los 90 años; sin embargo, la espermatogénesis (producción de células sexuales) disminuye por la reducción de los niveles de testosterona en sangre. En el hombre, a partir de los 50 años el proceso de erección, de acoplamiento y de eyaculación es más lento. En edad más avanzada puede llevarle de 12 a 14 horas lograr una erección a partir de la última eyaculación. Dicha involución sexual en el hombre puede ser causada por diversos factores: monotonía en las relaciones sexuales, preocupación profesional, problemas económicos, fatiga mental y física, exceso de comida y/o bebida, enfermedades físicas y/o mentales –o de su pareja–, y temor por el desempeño sexual. Pero destaca que los elementos que bloquean la ejecución sexual en ésta y otra etapa de la vida son fundamentalmente sicológicos. También influyen el miedo a la desaprobación y el ridículo, que lo pueden llenar de conflictos de amor sexual. La combinación de la depresión social con la pérdida biológica gradual puede dar lugar a la impotencia. Es por esta causa, y para mantener el respeto por parte de la sociedad, que el hombre de edad 57


avanzada puede aniquilar su vida sexual activa, consciente o inconscientemente. La influencia que ejercen el entorno sociocultural y su doble moral sexual es de destacar porque exige al varón, en todo momento, demostrar su hombría, que se refuerza y lo incita a ejercer su sexualidad, porque de esa forma socialmente apuntala su estatus viril. Pero al llegar a la tercera etapa de su vida la misma sociedad, que le solicitaba ser un “as” sexual, lo obstaculiza, se lo reprueba e incluso se lo prohíbe. Los calificativos peyorativos se dan en todo momento: “viejo libidinoso” o “rabo verde” podrían ser algunos. Por ello, frente a esta situación, los ancianos, al percibir deseos sexuales podrán llegar a sentirse avergonzados, culpables o incluso anormales. En esta condición de declive biológico sexual e invalidación sociocultural el anciano experimenta deterioro y pérdidas en las otras áreas que anteriormente confirmaban su identidad

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masculina, entre las cuales están su autoconcepto, su autoestima. Suele ocurrir el retiro laboral o la jubilación asociados a pensiones disminuidas. Ese papel de profesional social –incluso familiar–, de poder y autoridad que antes poseía, se desvanece. Entonces empieza a rondar el fantasma más temido: la muerte. En el caso de la mujer, luego de pasar los 50 años, con la llegada de la menopausia empieza un cambio biológico. En esa etapa ocurre el cese normal de la fecundidad y de la ciclicidad hormonal: la desaparición del periodo menstrual. En este caso se presenta una atrofia de la mucosa vaginal, que origina que disminuya la lubricación. En términos generales, la intensidad de las reacciones fisiológicas y la duración de las respuestas anatómicas con la estimulación se reducen con los años. A diferencia del hombre, la mujer es mujer en la medida de su capacidad reproductiva, en la posibilidad de ser esposa y madre, para ella la menopausia la hace recibir un golpe directo a su autoestima femenina. Un fenómeno que en ambos sexos se puede experimentar, y quizá tenga que ver con una sociedad mercantilista y de consumo, es que se han generado ecuaciones tales como: sexo igual a juventud y belleza, delimitando estándares de atracción muy altos en edades previas a la senectud e imposibles de alcanzar. 59


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Sin embargo, en la mujer ocurre lo contrario, lejos de sentir su vida sexual acabada hay un cambio positivo, presenta una renovado interés, porque si bien disminuyen los niveles de progesterona y estrógenos, no sucede así con la testosterona, que es también llamada hormona de la libido, lo que le abre la oportunidad de convertirse en una amante audaz y desinhibida, incluso hay algunas mujeres que llegan a descubrir el orgasmo después de la menopausia. Otra de las circunstancias adversas que pueden experimentar los ancianos para dar por terminada su vida sexual es la muerte del cónyuge. Sin embargo, socialmente, para un hombre es más fácil iniciar otra relación que para una mujer.

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PolíƟca social de paliaƟvos En la década de los 90, la política social implementada por el Estado mexicano en favor de los adultos mayores se reducía a acciones de índole asistencial y recreativa, como la formación de clubes y talleres de artesanías y manualidades, así como la creación de asilos. Esta estrategia, afirmaron los participantes en el foro realizado por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, limitó la posibilidad de desarrollo productivo de las personas mayores de 60 años con capacidad para participar en el proceso económico del país, pero sobre todo les impidió el reconocimiento, aceptación y respeto de sus familias. 62


Por el contrario, coincidieron legisladores locales, académicos y activistas, las políticas neoliberales implementadas por el gobierno federal afectaron las condiciones de vida de los ciudadanos, incluidos los ancianos, dejándolos, a muchos de ellos, en la marginalidad. Así, concluyeron, en una sociedad en la que rigen las leyes del mercado, en la que el Estado evade sus responsabilidades para regular la actividad económica y reduce el gasto social, el único proyecto de vida viable para una proporción importante de la población, incluidas las personas de la tercera edad, es la sobrevivencia, pues como definió el maestro Carlos Welti Chanes, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), “en el actual modelo económico los viejos, al igual que los pobres, sobran”. En su participación en el citado evento, advirtió que los problemas que enfrentaban los ancianos estaban ligados de

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manera indisoluble al crecimiento de la pobreza y a la desaparición de los sistemas de seguridad social. Esta condición de marginalidad, agregó, que en general significa la exclusión de los beneficios sociales, para los viejos entraña la imposibilidad de pasar la última etapa de su vida en condiciones aunque sea mínimamente aceptable. Marco Antonio Sánchez, catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, criticó el funcionamiento de instancias públicas, como el entonces Instituto Nacional de la Senectud (Insen) y el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), que “publican programas muy buenos para los ancianos, se quedan escritos, pero nunca se ponen en práctica”. Y es que, indicó, “se trata de hacer pasar por política asistencial medidas encaminadas a fortalecer el modelo imperante de la eficiencia económica, apertura comercial y productividad,

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manteniendo finanzas públicas estables y reduciendo el gasto público”. Ante ese panorama, señaló la especialista Verónica Montes de Oca, el Gobierno del Distrito Federal, el primero surgido de un proceso electoral, enfrentaba el reto de integrar a los adultos mayores con una visión global de desarrollo colectivo, es decir, revalorar a un segmento olvidado, marginado o excluido de los beneficios del crecimiento. Las autoridades de la ciudad de México se plantearon la necesidad de abatir los grandes rezagos en los campos de salud, económico, educativo y social que enfrentaban los adultos mayores. Reconocieron que eran “invisibles a los programas, acciones sociales y servicios del Estado, orillándolos a una situación de vulnerabilidad”. Para tal efecto, se trabajó en la realización de acciones públicas que permitieran construir una sociedad incluyente, que respete a este sector de la población. Ante la falta de políticas públicas efectivas para ese sector de la población en la capital del país, concluyeron los participantes en el foro citado, se hacía necesario que la administración local tomara “medidas radicales” para garantizarle una buena calidad de vida, con acciones como la creación de una ley en la materia, una procuraduría para la defensa de sus derechos, 66


el desarrollo de una cultura gerontológica, vivienda y empleo dignos, e impulsar el autocuidado de la salud. Una de las primeras acciones emprendidas por la administración local para atender a los adultos mayores fue dar al DIF del Distrito Federal la responsabilidad de poner en marcha programas dirigidos a los ancianos, los cuales consistían, principalmente, en la entrega de despensas y la impartición de talleres y clases de baile, manualidades, paseos culturales, recreativos y de convivencia. Sin embargo, la Revista de Administración Pública de la UNAM –número 109– aseguraba que esta estrategia era signo de que la política social implementada en esos años tenía como objetivo ofrecer atención y asistencia inmediata, dejando a un lado el ejercicio de sus derechos y la participación ciudadana”. 67


Sistema de pensiones Los servicios de salud han servido de parámetro para analizar el funcionamiento de los programas que se han desarrollado para atacar la pobreza. Si continúa o se incrementa se verá reflejado en el deterioro de las condiciones sanitarias de los sectores más pobres de la población, que con el paso del tiempo constituyen un proceso de polarización epidemiológica que consiste en agudizar las desigualdades en salud o el aumento de la brecha entre los sectores de la sociedad. En la década de los noventa, de los siete millones de ancianos que habitaban el país, sólo 30 por ciento eran derechohabientes de alguna institución de seguridad social, el resto resolvía los problemas de salud acudiendo a clínicas privadas, pero por los costos sólo se atendían enfermedades de corta duración porque el ingreso económico no les permitía ir más allá. En 2000, según el Censo General de Población y Vivienda –un lustro después de la aprobación de las reformas a la Ley del

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IMSS–, de la población senecta que residía en el Distrito Federal sólo 155 mil 434 contaban con pensión, cifra que en 2010 casi se duplicó, al registrarse 307 mil 67 jubilados y pensionados, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Empleo. Académicos y especialistas advirtieron entonces que uno de los problemas que traía consigo la reforma, en especial lo que tenía que ver con el nuevo sistema de pensiones, no sería suficiente para cubrir de manera satisfactoria las demandas de la vejez. Las modificaciones a la Ley del IMSS, señaló Alejandro Aguirre, investigador de El Colegio de México, en la ponencia presentada en el foro organizado por la ALDF, se resumen en implementar un sistema de capitalización, por medio de cuotas, para integrar la pensión de los trabajadores, pero a diferencia del modelo original de capitalización colectiva, se optó por que éste fuera

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individual, es decir, cada trabajador tiene su propia cuenta, y se va acumulando. Es un fondo para el retiro. Este sistema de financiamiento, advirtió, tiene pocas posibilidades de funcionar, debido a la inestabilidad de los mercados financieros, lo que trae como consecuencia que no se generen intereses suficientes para obtener una pensión digna. Aunado a eso, agregó, en los cálculos de ese sistema de financiación de las pensiones, se considera que el trabajador está activo permanentemente, pero en los periodos de desempleo deja de cotizar y por ende de acumular ese dinero en su fondo para el retiro. Berenice Ramírez López, especialista del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, en su artículo Las reformas al IMSS y las perspectivas sociales y económicas frente al envejecimiento, publicado en 2000 en la página de Internet de la Red de Estudios de la Economía Mundial, ya alertaba de que el éxito de las nuevas pensiones dependía de las posibilidades reales de crear fuentes de trabajo asalariado y de contar con ingresos dignos, situación que se vislumbraba difícil, debido a la crisis económica que afectaba al país.

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Derechos humanos Es sabido que el de los adultos mayores es uno de los sectores de la sociedad más vulnerable. Las condiciones que enfrentan, que no en pocas ocasiones son de abandono, y la visión errónea de que al no ser productivos económicamente son sujetos de menosprecio, han provocado que se conviertan en víctimas de la estigmatización. Para revertir este fenómeno se han propuesto diversos términos que pretenden ser más incluyentes. A finales del siglo pasado los mayores de 65 años pasaron de ser ancianos a personas de la tercera edad, incluso se hablaba de una cuarta edad, que comenzaba a partir de los 75 años. En el foro realizado por la Asamblea Legislativa en 1999, el doctor Luis Leñero Otero advirtió que el término anciano suele tener una connotación un tanto negativa, es decir, se llama así a las “personas decrépitas o que están en la última etapa de la vida, en decadencia”.

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Aunado a esto, dijo, los adultos mayores generalmente desconocen sus derechos y los medios para hacerlos valer. De allí que en el umbral del siglo veintiuno, con frecuencia los ancianos carecen de los recursos necesarios para acceder a la justicia, pues están más preocupados por satisfacer sus necesidades básicas o no dar problemas a las personas con las que viven. El principal problema que enfrentaban las personas de la tercera edad a finales de los noventa era la discriminación en todos los ámbitos, expresaba el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, la cual se hacía más grave ante la situación de vulnerabilidad económica en que vivían, además de que se les negaba el acceso a los servicios de salud y al empleo, y cuando llegaban a obtenerlo su remuneración era desigual y se les impedía ascender. Sin embargo, la discriminación de que son víctimas proviene la mayor de las veces de particulares, ya sea de la propia familia o las personas que los rodean, lo cual no es competencia de las comisiones de derechos humanos.

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Organizaciones no gubernamentales Los adultos mayores se sentían “segregados tanto de la familia como de la sociedad”, alertó en esa ocasión la maestra María Guadalupe Zetina Lozano, investigadora asociada del Instituto Mexicano de Estudios Sociales. De allí que el trabajo de las organizaciones civiles de apoyo a ese sector de la población fue fundamental para evitar que se agravara la situación. Dichos grupos tienen como propósito vigilar que los adultos mayores tengan un buen desarrollo humano y que sus garantías individuales no fueran conculcadas por sus familiares, la sociedad y las instituciones públicas o privadas, en pos de garantizarles el acceso a una vida de calidad, autoestima, autosuficiencia, apoyo económico, espiritual y convivencia. De ahí la importancia de crear alianzas entre gobierno, profesionistas de la salud, grupos de voluntarios comunitarios, organismos de la sociedad civil, educadores y sacerdotes para alcanzar esa meta.

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Se trata, explicó Zetina Lozano, de que los ancianos puedan tener una vida social con la creación de clubes de intereses varios, en los que se puedan reunir y compartir experiencias; de contar con grupos de voluntarios que les proporcionen apoyo social y emocional cuando viven solos o están enfermos. Entre las organizaciones que trabajan en favor de las personas de la tercera edad en la ciudad de México está la Junta de Asistencia Privada, que en 2000 afiliaba a 430 instituciones que brindaban algún tipo de servicio social, de las cuales 39 atendían población senecta, especialmente en asilos; sin embargo, expresó Verónica Montes de Oca, el discreto manejo financiero y la lucha de intereses políticos provocaban que la asistencia social dejara de ser “un espacio de filantropía para ser un espacio de negociaciones económicas y políticas de gran poder financiero”. Por otra parte, señaló la académica, están las asociaciones de la sociedad civil, muchas de las cuales trabajaban casi sin apoyo económico en su tarea por hacer conciencia social de la problemática de la vejez; aunque muchas, concluyó, representaban a la población adulta mayor más privilegiada en su condición social.

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Aún así, las organizaciones no gubernamentales eran importantes, pues habían heredado el trabajo de algunas fundaciones religiosas y caritativas de dar servicio social a los ancianos, con todo y que “algunas se evidencian como administradoras de capital privado, cuyo camino legalmente se desvía a la trayectoria impositiva”.

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Hacia una ley para los adultos mayores Ese crecimiento de la población senecta, el abandono y el desamparo en que vivía llevaron al primer gobierno electo del Distrito Federal a emprender acciones no sólo tendientes a mejorar la calidad de vida, sino que planteó que dichas estrategias fueran elevadas a rango de ley para que fuera obligatorio garantizar una buena calidad de vida a los ancianos, tanto en los aspectos económico y social, como cultural. Para tal efecto, se elaboró un diagnóstico sobre la situación de los adultos mayores desde una perspectiva biológica, sicológica y social, cuyos resultados fueron puestos a disposición de académicos y organizaciones civiles, así como de los mismos adultos mayores, para su evaluación.

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Por su parte, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal realizó el foro El adulto mayor en el Distrito Federal. Por una sociedad integral en el siglo veintiuno, con el propósito de discutir acerca de la situación de los viejos en la ciudad de México, pero sobre todo construir un marco jurídico que protegiera los derechos humanos de ese sector de la población. Con todo esto y las propuestas presentadas por los partidos Verde Ecologista de México, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática, la Asamblea Legislativa aprobó la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores del Distrito Federal, el primer paso para emprender una política integral de atención a los ancianos de la ciudad de México.

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EL ANCI ANO EN L A LITER ATUR A CL ÁSIC A CĆėđĔĘ MĔēęĊĒĆĞĔė Para los griegos el hombre fue siempre mortal. Para el primer escritor bíblico, no. En la Biblia la mortalidad deriva del pecado. En la Biblia los muchos años de vida de un hombre, por acercarlo más a la dimensión de su anterior inmortalidad, era una bendición, no una maldición, y acaso por ello según los relatos bíblicos las primeras generaciones vivieron centenares de años. Después, a la tierra prometida se aparejó la promesa de la descendencia y la no menos alarmante de la prolongada vejez. No en vano se usa esta expresión para referirse a Dios mismo: el Anciano de días. La vejez, que deriva del pecado, pues, fue al mismo tiempo, paradójicamente, señal de bendición por el recuerdo o sombra de la pasada inmortalidad. Entre los griegos, por el contrario, la vejez y la muerte fueron constantes de la naturaleza humana. Cuando los hombres aspiraban a la inmortalidad llegaban a desearla por sí misma, olvidando que los dioses también poseían una juventud o una madurez inmortal. Es decir, en los dioses se descubría la condición eterna de una etapa de la vida, sea la infancia, en el caso de Eros, la juventud, en el caso de Afrodita, o la madurez, en el caso de Zeus. Los dioses no eran inmortales llanamente; en ellos contemplamos la eternidad de una edad. Significativo resulta, por ello, que a algunos dioses grecorromanos se les haya representado como ancianos, particularmente a Carón, el barquero que conducía las almas de los muertos por el Aqueronte. Su vejez acaso resaltaba la condición de los mortales que al final de sus días llegaban a él, también envejecidos. Virgilio vio a Carón con una

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barba abundante y desordenada, ya canosa, y en un verso magnífico de la Eneida explicó: Jam senior, sed cruda deo viridisque senectus, que Rubén Bonifaz Nuño tradujo así: “ya viejo, mas para el dios es la senectud fresca y verde”. Virgilio empleó para calificar y describir la vejez de Carón dos voces: cruda, “verde”, “precoz”, “naciente”, “vigoroso”, y viridis, “verde”, “fresco”, “fuerte”, “nuevo”, “reciente”. En parte sinónimos, como un eco de lo inmaduro y nuevo, Virgilio habla de la vejez del dios a través de esas voces como si hablara de un verde fruto, de una inicial estación de la vida. Hesíodo llamó “Anciano” al

padre de las Nereidas, a Nereo, hijo de Ponto, porque sólo tenía pensamientos justos y benignos. En su Teogonía, propuso además que la vejez no era precisamente el resultado de la prolongación de la vida humana, sino una fuerza anterior, una fuerza del mundo. Veintidós versos dedicó a enlistar a los hijos de la Noche. En un primer grupo mencionó a la Muerte, a un Angel letal llamado Ker y al Destino. En otro grupo ubicó al Sueño, a los Ensueños, a Momo, personificación de un dios acusador, al Dolor y a las Hespérides. Un tercer grupo lo constituyeron las Parcas, que determinaban para cada ser humano el pasado, presente y futuro.


En otro grupo reunió al Engaño y a la Discordia y a dos entidades más con un rasgo común: la ambivalencia de una naturaleza que no es total o visiblemente dañina. La primera, Némesis, divinidad que veía por el orden y la justicia, pero que asimismo castigaba sin concesiones toda alteración del orden del mundo, en particular la causada por la arrogancia que llamaron los griegos hybris y que fue, según Aristóteles, el motivo principal de las tragedias griegas. La segunda entidad fue Filotes, término que significa amistad, amor, compañerismo, pero también amor carnal; dado el contexto de los hijos de la Noche, debemos entender que este Amor puede producir un padecimiento, no un goce, una pasión tenebrosa, no liberadora; su ambivalencia se aviene perfectamente con el doble valor de Némesis y, por supuesto, con el del Engaño y la Discordia. Con este grupo de hermanos nació la Vejez, que también participa del bien y del mal: por un lado, la bondad

doble valor de la vejez, su paradoja, esta limitación a la gloria de la vida humana, la ejemplificaron los antiguos con dos historias: la de Titonos y la de la Sibila de Cumas. La historia del primero se narra en el Himno a Afrodita, uno de los más bellos poemas del compendio conocido como Himnos Homéricos. Ahí Afrodita ilustra con el amor de la Aurora el terror que por la vejez sienten los inmortales. La Aurora se enamoró perdidamente del apuesto Titonos y por ello le rogó a Zeus que lo hiciera inmortal. El dios accedió a la súplica, pero por tanto amor la diosa olvidó pedir también para él la juventud eterna. Cuando a Titonos le brotaron las primeras canas, la Aurora se alejó para siempre. Titonos fue colocado en una alcoba para que eternamente envejeciera. Con el tiempo, sólo llegó a escucharse su voz, prendida a un abismo inmortal. Ovidio narró la historia de la Sibila de Cumas en sus Metamorfosis. El dios Apolo en vano

ella pidiera; tendida en la playa, la doncella tomó un puñado de arena y le rogó vivir tantos años cuantos granos de arena le mostraba en la mano. Mil años cupieron en el puño de la virgen de Cumas. Emocionada por la promesa del dios, olvidó, sin embargo, pedirle a Apolo la juventud para los mil años de vida. Setecientos años después Eneas la encontró, según relata Ovidio, y confesó melancólica, dulcemente, que aún le faltaban vivir tres siglos más, que se tornaría cada vez más pequeña, tanto que nadie la reconocería, ni siquiera el dios que llegó a amarla, y que sólo por la voz sería escuchada, que la voz le dejarían los hados. El final de su historia la leemos en el Satiricón de Petronio, cuando Trimalción afirma haberla visto ya muy empequeñecida por la vejez; se hallaba dentro de una botellita que colgaba; los niños se acercaban a jugar con ella y le preguntaban “¿Qué quieres?”, y ella respondía, “Quiero morir”. Esta respuesta de la Sibila es

de una larga vida; por otro, el debilitamiento atroz que consume. Este

la requirió de amores hasta que le prometió concederle el deseo que

quizás una de las enseñanzas más claras de la antigüedad clásica sobre

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de los ancianos, les dieron a conocer su identidad; salieron de la choza y ascendieron con ellos a lo alto de una colina. Al volverse, los ancianos pudieron ver que en lugar del pueblo había ahora un lago habitado por garzas y sólo su choza quedaba en pie sobre las aguas; al poco rato la vieron transformarse en un templo de altas columnas, con muros y pisos de mármol. Los dioses permanecieron un instante más con ellos, para concederles su mayor deseo. El anciano reflexionó y pidió que les concedieran servir como guardianes del templo y que ninguno de ellos se viera en el amargo trance de preparar las exequias del otro. Los dioses accedieron. Al cabo de varios años, doblegados por el peso de la vejez, sentados en el prado del templo, una mañana se fueron cubriendo de abundante follaje y comenzaron a transformarse en un

la vejez: a saber, que ayuda a morir, que ayuda a desear la muerte; que es el estado humano en que se aprecia por qué la vida ha sido nuestra; por qué la vida debe dejarse con la voluntad de morir, con la aceptación de abandonarla. No siempre esto es resultado de una reflexión filosófica, moral o íntima, pues destaca más el terror a la vejez que la comprensión de nuestra condición mortal. En su juventud, la Sibila deseó vivir mil años; en su vejez, deseó morir. Esta ambivalencia del alma humana resulta, pues, de ambas edades: en una, porque creemos comprenderlo, deseamos vivir; en otra, porque creemos comprenderlo, deseamos morir. En una amplia tradición literaria el anciano es defendido

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también por dioses y héroes. En la Ilíada, por ejemplo, se ultraja al anciano sacerdote de Apolo, Crises, al que Agamenón ordena abandonar el campamento; Apolo se venga provocando la mortandad. Es decir, el ultraje a un anciano provoca la ira de un dios. Una leyenda proveniente de Frigia, que registró Ovidio en las Metamorfosis, refiere también la religiosidad en los ancianos. Zeus y Hermes recorrieron aquella región para comprobar la hospitalidad humana, fingiendo ser peregrinos. La anciana Baucis y su esposo Filemón fueron los únicos que recibieron hospitalariamente a los dioses y compartieron con ellos miel y fruta en una humilde mesa. Los dioses, agradecidos por el trato

roble y en un tilo. Cuenta Ovidio que los ancianos se miraban con dulzura mientras las ramas los cubrían y, según la traducción de Bonifaz Nuño, “Y ya sobre los gemelos rostros creciendo el follaje/, mutuos, mientras fue lícito, devolvíanse dichos, y: “Adiós,/ oh cónyuge”, a un tiempo dijeron; a un tiempo cubrió las ocultas/ bocas el ramaje... La transformación de ninfas, dioses y hombres en árboles o en flores fue un tema recurrente en la literatura griega. El tema llegó a los escritores medievales, cuyo más célebre caso fue quizás el de Tristán e Isolda: el símbolo del amor en amantes que tras la muerte siguen unidos. En el caso de Filemón y Baucis, resalta la leyenda por la avanzada edad de los protagonistas. Es quizás el primer caso literario donde la vejez y el amor no son opuestos, no son excluyentes. Posiblemente las mejores páginas de Séneca se encuentran en su tratado De la brevedad de la


vida y en sus Epístolas a Lucilio. Para Séneca el anciano puede poseer una visión más completa del destino humano; a él se le revela, en el espacio, en el universo de la ancianidad, la verdadera dimensión del hombre; no sólo se pondera la vida, sino, en la mayoría de los casos, también comienza a comprenderse y a desearse su fin. “Magnífica cosa

es aprender a morir”, dice en una de sus epístolas. “Quizás pienses que es superfluo aprender lo que ha de hacerse una vez. Por esto mismo debemos meditar en ello; siempre hemos de aprender lo que no podemos volver a experimentar cuando ya lo sepamos.” La vejez le permitió a Séneca encontrar dos grandes verdades.

La primera, que “Todo lo que de nuestra vida quedó atrás, lo tiene la muerte.” La segunda, que pese a la más prolongada vejez, pese a la mayor abundancia de días, “Nadie es tan viejo que no sea digno de esperar el siguiente día.” Palabras que él mismo escribe participando ya de esa misma esperanza. La Jornada/ 1º de septiembre de 2003

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RETRATO DE MI AMIGO CARLOS Al fondo la ciudad, su cielo gris, sus pájaros confusos; a la derecha un teatro de arrabal y el reparto de seres en la noche alburera. A la izquierda la cultura entre poeta, sabio y puta callejera. Detrás de tus anteojos miras pasar los seres y las cosas. Los calificas y te arrepientes pronto. Tu arte es rectificar, contradiciéndote te mueves sin parar, siempre estás vivo. Te ríes con una forma de tristeza, te duele tu serena inteligencia. Nadie conoce tu ser silencioso; todos se apresuran a asignarte papeles, pero huyes; tú siempre estás huyendo y eres de esta ciudad de cielo gris, de pájaros confusos.


LA FOTO DEL ABUELO En el camino cántabro,

Veo muchas fotos

entre chopos,

con amados muertos,

álamos bajo el viento

fotos amarillentas

y los rebaños

que me hablan

que dan forma

de un día de romería,

a las almas de la tarde,

del sol pasiego,

me detengo a pensar

del cuévano que deja

en el abuelo:

su memoria

Tenía una hermosa letra,

en la cruz

sus aes se alargaban y subían

de los hombros.

con celeridad gótica. Mantenía con mi madre

Señor abuelo,

–a quien no conocía–

cuando miro tu letra,

una correspondencia infatigable.

tus palabras, tu vieja foto,

Sus hijos en América crecían.

pienso en las mañanas,

A Corvera llegaban

en el Valle de Pas

las cartas de mi madre

con sus rebaños,

con su olor

en la vaca paciente y generosa

de cercanas lejanías.

que confirma

Contestaba el abuelo

la bondad de la tierra.

con sus nuevas de familiares nuevos

Aquí, abuelo, están la casa,

y exprimía su dolor

el prado, la higuera de mil años,

en cada letra

los caminos. Todo está aquí

cuando hablaba de España

tan fiel y permanente.

y sus tormentas.

Tú ya no estás

Veo fotos de mi abuelo

y estás a tu manera.

–yo no lo conocí– y de sus manos.


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Un viejo anhelo consumado

C

onsiderados por años como un sector vulnerable de la sociedad capitalina, los adultos mayores vieron consumado, en diciembre de 1999, un viejo anhelo: la protección del Estado de sus derechos fundamentales. En la Asamblea Legislativa del Distrito Federal confluyeron todos los grupos parlamentarios en su preocupación por mejorar las condiciones de

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vida de las personas de edad avanzada; cedieron al diálogo y al consenso y aprobaron la Ley de los derechos de las personas adultas mayores. Ese fue el primer paso para consolidar todo un esquema de derechos de ese sector de la sociedad. Dos años después, recién iniciada su gestión al frente del Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador creó el Programa de Apoyo Alimentario para las

personas de la tercera edad, mediante el cual se otorgaba un apoyo económico mensual a todos los adultos de setenta años de edad o más. Assa Ebba Christina Laurell, entonces titular de la Secretaría de Salud, y Octavio Romero Oropeza, oficial mayor del gobierno de la ciudad, enfrentaron la difícil tarea de diseñar y operar ese esquema de apoyo económico. La labor no fue fácil, pero se logró consolidarlo.


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Recién iniciada su gestión al frente del Gobierno del Distrito Federal, López Obrador creó el Programa de Apoyo Alimentario para las personas de la tercera edad

Los resultados satisfactorios de ese programa gubernamental motivaron al mandatario capitalino a convertirlo en ley, con lo cual se garantizaba su permanencia, sin importar los vaivenes políticos o afectaciones presupuestarias. El 17 de septiembre de 2003, Andrés Manuel López Obrador entregó a la Asamblea Legislativa la iniciativa de ley que establece el derecho a la pensión alimentaria para los adultos mayores de setenta años residentes en el Distrito Federal. El dictamen y aprobación por los diputados locales pasó por un complicado proceso

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legislativo, en el cual de entrada los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y Verde Ecologista se manifestaron en contra de ese programa de apoyo público. Sin embargo, salió adelante con el apoyo de las bancadas de los partidos de la Revolución Democrática y del Trabajo, y el 19 de noviembre –un día después de ser publicado el dictamen en la Gaceta Oficial de esta ciudad– tuvo plena vigencia, aunque su aplicación formal se dio en 2004, una vez que los legisladores locales asignaron el presupuesto suficiente para entregar a los adultos de 70 años o más

una pensión diaria no menor a la mitad del salario mínimo vigente en el Distrito Federal. Cuatro años más tarde, el 29 de agosto de 2008, en la administración de Marcelo Ebrard Casaubon, la Asamblea Legislativa hizo extensivo este derecho a un mayor número de adultos mayores, al reducir de 70 a 68 años la edad para recibir el apoyo económico. Con esta nueva disposición, a partir de septiembre de 2009 a junio de 2011 cerca de 100 mil personas, en ese rango de edad han sido incorporadas al padrón de beneficiarios para recibir una pensión mensual no menor a la mitad del salario mínimo vigente en el Distrito Federal. Un análisis reciente sobre el cambio en la pirámide poblacional en la capital del país revela lo oportuno y acertado que resultó enfocar la política social a este sector de la población. Datos oficiales evidencian que la ciudad de México entró en un periodo de envejecimiento, al disminuir los grupos de edades más jóvenes y aumentar los de mayores. •


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Reconocer derechos, primer paso hacia una vida digna

C

on base en el diálogo y el consenso, los grupos parlamentarios representados en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) dieron vida, en 1999, a la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores en

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el Distrito Federal, única en su tipo, que años después no sólo sería replicada en otros estados de la República, sino que se consolidaría como el punto de partida para que en 2003 se fijara la pensión alimentaria como derecho universal de esa población.


El 30 de diciembre de 1999, durante la sesión ordinaria de la ALDF, los diputados capitalinos conocieron, debatieron y aprobaron la iniciativa de ley de los derechos de las personas adultas mayores que fue propuesta por el entonces jefe de Gobierno, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, cuyo objetivo principal era garantizar una mayor calidad de vida de las personas de sesenta años de edad en adelante. Los datos expuestos por los legisladores de PRD, PAN, PRI y PVEM daban muestra de la situación “grave” que en ese entonces enfrentaban los adultos mayores en la ciudad de México. La perredista Virginia Jaramillo resaltó ante el pleno una realidad innegable: la gente de la tercera edad

“es el sector más olvidado de nuestra sociedad”. Y para no dejar lugar a dudas citó datos oficiales, según los cuales de los 651 mil 126 adultos mayores que vivían en la ciudad de México, la mayoría carecía de seguridad social. “Sólo 18 por ciento recibe una pensión, que en 90 por ciento de los casos equivale a un salario mínimo, en contraste con las oprobiosas pensiones que reciben algunos altos

funcionarios del gobierno federal, como es el caso de los señores (José Ángel) Gurría (ex secretario de Hacienda) y Óscar Espinosa (último regente de esta capital)”, remachó. David Sánchez Camacho, también legislador perredista y promovente de esa iniciativa, abonó al diagnóstico: “actualmente, más de 30 por ciento de los hogares de esta ciudad son sostenidos por personas

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mayores de 65 años; son quienes se han convertido en cabezas de familia que deben cumplir dobles o triples jornadas de trabajo, que van desde la aportación de un ingreso a la casa y el cuidado de los niños y jóvenes, hasta cumplir con las labores domésticas”. Las objeciones a crear ese nuevo marco legal en el Distrito Federal prácticamente no existieron en la Asamblea Legislativa. Había un común denominador: la ausencia de una política social integral en favor de ese sector de la población. “La ciudad de México es compleja y agresiva – sentenció en su discurso David Sánchez–, y si no se hace un esfuerzo adicional, las dificultades de las crisis económicas y sociales pueden llevarnos a estados

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de exclusión, olvido y abandono, que hacen que los grupo vulnerables que aquí habitan caigan en situaciones de marginalidad extrema”. Sara Isabel Castellanos, coordinadora del Partido Verde y presidenta de la entonces Comisión de Atención a la Tercera Edad, Jubilados y Pensionados de la ALDF, leyó en tribuna el dictamen de la naciente ley, en cuyos considerandos siguió la misma línea de sus antecesores: “Especialistas en la materia nos dicen que 72 por

ciento de la población de personas adultas mayores que viven en el Distrito Federal se encuentra inactiva, y su única fuente de manutención es la paupérrima pensión que reciben, o el apoyo de algún familiar, lo que las ubica en una situación de vulnerabilidad económica, que las obliga a ser dependientes o bien dedicarse a actividades de sobrevivencia, sea en la economía informal o, en los casos extremos, en la mendicidad e indigencia, siendo que un gran porcentaje de ese sector

mantiene su capacidad, sus facultades y su deseo de participar en los roles sociales productivos y creativos”.

TESTIGOS DE ESA HISTORIA En esa histórica sesión de diciembre de 1999, las tribunas de la primera Asamblea Legislativa del Distrito Federal estaban pletóricas de gente adulta, quienes veían coronado su reclamo de tener garantizados sus derechos y su plena integración a la sociedad.

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Frente a ellos, Sara Isabel Castellanos destacó el esfuerzo que las distintas fracciones parlamentarias estaban haciendo para mejorar la vida de ese sector de la población, y enumeró las tres iniciativas de ley para la protección de los adultos mayores, que desde 1998 formalizaron ante la ALDF primero ella, luego la priísta Angélica Luna Parra, y al final, un año después, el perredista David Sánchez Camacho, las cuales finalmente dieron cauce a la nueva Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores en el Distrito Federal.

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El dictamen fue sometido a votación por el pleno, logrando el apoyo de todos los diputados presentes: 54 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones. La Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores en el Distrito Federal fue publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el 7 de marzo de 2000, y entró en vigor un día después, con lo que se establecía la protección y el reconocimiento de los derechos de ese sector de la población para proporcionarles una mejor calidad de vida y su plena

integración al desarrollo social, económico, político y cultural de esta capital.

DERECHOS Y OBLIGACIONES En ese ordenamiento se dejó en claro que las personas de 60 años de edad en adelante tendrán derecho a una vida sin discriminación, violencia ni explotación; por el contrario, se fomenta que vivan en un entorno seguro, digno y decoroso, donde prevalezca el respeto hacia ellas. Incluso, se creó el Consejo Asesor para la Integración, Asistencia,


Promoción y Defensa de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, como un órgano de consulta, asesoría y evaluación de acciones de concertación, coordinación, planeación y promoción necesarias para favorecer la plena integración y desarrollo de la gente de la tercera edad. Los órganos locales de gobierno, a su vez, deberán brindarles apoyo en lo relativo al ejercicio y respeto de sus derechos, por medio de instituciones como el DIF, Tribunal Superior de Justicia, procuradurías competentes y la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.

Respecto del DIF y la Secretaría de Salud, se les asignó la encomienda de poner en marcha un programa para entregarles los medicamentos que requieran para una buena salud. Al mismo tiempo, el DIF tendrá que ofrecerles asistencia y orientación jurídica, en especial en lo relativo a la seguridad de su patrimonio. Asimismo, la Secretaría de Salud local deberá garantizar el acceso a la atención médica en las clínicas y hospitales, con una orientación especializada para las personas adultas mayores, además de proporcionarles una cartilla médica

de autocuidado para ser utilizada en las instituciones públicas y privadas. La Secretaría de Desarrollo Social y las delegaciones promoverán con la Federación y las instituciones educativas políticas y programas de educación y capacitación para la gente de la tercera edad. Al entonces Instituto de Cultura se le asignó la tarea de ver que en los eventos culturales, ese sector de la población tenga acceso gratuito o descuentos especiales, mientras que la Secretaría de Turismo impulsará actividades turísticas y de recreación. •

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Debate legislativo: Congelar la iniciativa, consigna opositora

L

a aprobación de la Ley que establece el derecho a la pensión alimentaria para los adultos mayores de 70 años residentes en el Distrito Federal –en la actualidad aplicable a partir de los 68 años de edad– no fue fácil. En la Asamblea Legislativa del Distrito Federal esa ley debió pasar por un largo y acalorado debate entre los diputados del Partido de la Revolución

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Democrática y los representantes populares de los grupos parlamentarios de oposición. La sesión legislativa del 11 de noviembre de 2003 –fecha en que se votó y aprobó esa legislación– fue vasta en argumentos, réplicas, alegatos, interpelaciones y en continuos llamados al orden. La estrategia que en esa ocasión desplegaron las fracciones de los

partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y Verde Ecologista se hizo manifiesta desde un principio: no dejar pasar la iniciativa de ley, que hasta ese momento

Para el perredista Gerardo Villanueva, la pensión universal para las personas de 70 años o más era un tema pospuesto en esta ciudad durante muchos años


operaba como un programa social –instaurado por el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador–, el cual tenía gran aceptación y cada día se consolidaba entre ese sector de la población capitalina.

LAS PIEDRAS EN EL CAMINO En la tribuna legislativa, el diputado panista José de Jesús López Sandoval develó

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esa estrategia detractora al presentar una moción suspensiva, con lo cual su fracción pretendía que el dictamen sobre la ley de pensión alimentaria fuera regresado a las comisiones dictaminadoras de Desarrollo Social y de Presupuesto y Cuenta Pública para su reelaboración. El argumento principal era que el planteamiento que les había hecho el gobierno de la ciudad bien se podía integrar a la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, en lugar de convertirse en una nueva norma. Con un discurso que descansaba en una supuesta preocupación por la gente de la tercera edad de esta capital, el panista alegó que la iniciativa carecía de una proyección financiera a largo plazo, así como de

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Obdulio Ávila, integrante de esa bancada panista, resumió un decálogo de razonamientos en contra del dictamen sobre la iniciativa de ley de pensión alimentaria

transparencia y técnica legislativa. Si bien sólo hicieron uso de la tribuna cuatro legisladores para hablar –dos en contra y dos a favor– acerca de ese recurso legislativo, en el debate intervinieron más diputados, ya fuera para cuestionar al orador en turno o para interrumpir los discursos. Para el perredista Gerardo Villanueva, la


pensión universal para las personas de 70 años o más era un tema pospuesto en esta ciudad durante muchos años, y remató: “se busca el consenso para el tema político, pero no se buscan consensos para temas que son de gran trascendencia y que impactan en la vida cotidiana de, hasta el momento, 355 mil adultos mayores”. Y acotó: “no vamos a permitir –porque se han cumplido todas las normas que la Ley Orgánica (de la Asamblea Legislativa) señala– que se tome esa moción suspensiva como una práctica dilatoria que impida que esta Asamblea mande un mensaje muy claro a la ciudadanía: que los adultos mayores de 70 años van a tener garantizado ese apoyo en una ley que va a estar a su favor”.

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Obdulio Ávila, integrante de esa bancada panista, resumió un decálogo de razonamientos en contra del dictamen sobre la iniciativa de ley de pensión alimentaria, y citó, entre otros, que el partido del sol azteca pretendía utilizar esa ley como herramienta de “clientela electoral”, que no reduciría la desigualdad y que se carecía de los recursos suficientes para su sostenimiento a lo largo de los años. El también perredista Julio Escamilla aseguró a los detractores que “si esos programas convertidos en ley les espantan, que no les espanten, compañeros, porque ésta es la nueva ruta que debe perseguir este país: justicia social, ese es el nombre”.

GOLPETEO SIN CONCESIONES Tras varias intervenciones en tribuna, la moción suspensiva fue sometida a votación económica. Al final fue rechazada con la mayoría de sufragios de los diputados de los partidos de la Revolución Democrática y del Trabajo, y la sesión siguió adelante. La segunda etapa de la estrategia de las bancadas blanquiazul, tricolor y verde de frenar la Ley que establece el derecho a la pensión alimentaria para los adultos mayores de 70 años residentes en el Distrito Federal fue desplegada al emitir en tribuna votos particulares y exponer los razonamientos. Y no hubo tregua. Los votos particulares fueron expuestos por el

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LEY QUE ESTABLECE EL DERECHO A LA PENSIÓN ALIMENTARIA PARA LOS ADULTOS MAYORES DE SETENTA AÑOS RESIDENTES EN EL DISTRITO FEDERAL Artículo 1.- Los adultos mayores de setenta años residentes en el Distrito Federal tienen derecho a recibir una pensión diaria no menor a la mitad del salario mínimo vigente en el Distrito Federal. Artículo 2.- El jefe de Gobierno del Distrito Federal deberá incluir en el proyecto de Presupuesto de Egresos del Distrito Federal la asignación que garantice, efectivamente, el derecho a la pensión alimentaria a todos los adultos mayores de setenta años residentes en el Distrito Federal. Artículo 3.-La Asamblea Legislativa del Distrito Federal deberá aprobar, en el Decreto de Presupuesto anual, el monto suficiente para hacer efectivo el derecho a la pensión alimentaria. Artículo 4.-La forma como se hará valer la pensión alimentaria, la verificación de la residencia, la elaboración y actualización permanente del padrón de beneficiarios y demás requisitos y procedimientos necesarios para el ejercicio del derecho establecido en esta ley, se fijarán en el reglamento correspondiente. Artículo 5.-Los servidores públicos responsables de la ejecución de esta ley que no cumplan con la obligación de actuar con apego a los principios de igualdad e imparcialidad, incurrirán en falta grave y serán sancionados conforme a los ordenamientos legales aplicables.

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priísta Mauricio López Velázquez y el panista Obdulio Ávila, mientras los razonamientos de voto corrieron a cargo del coordinador pevemista Francisco Agundis; Norma Gutiérrez de la Torre, del tricolor, y el coordinador panista José Espina. Sus consideraciones poco variaron. Resaltaron que el dictamen presentaba “graves irregularidades conforme al proceso legislativo”; insistían en reducir la edad de ese beneficio a 60 años, aunque no presentaron una corrida financiera, que sí exigían a los perredistas respecto de la ley que se debatía. De esa manera fueron tejiendo alegatos que iban en la misma línea del contenido de la moción suspensiva, con el añadido de que proponían

modificar el dictamen principal, incorporaban innumerables candados para su operación, como el de que no fuera universal, sino sólo para los ancianos que no recibían pensión, e incrementar de tres a cinco años la residencia en el Distrito Federal. Francisco Chiguil, de la bancada perredista, respondió: “por qué pretenden excluir a los adultos pensionados, si en la Cámara de Diputados pretenden incluirlos en el pago del IVA en alimentos y medicamentos; esto, sencillamente, significa una total incongruencia”. Concluida esa etapa, el presidente de la Comisión de Desarrollo Social de la Asamblea Legislativa, Juventino Rodríguez Ramos, subió a la tribuna para

fundamentar la iniciativa y puntualizar que “de acuerdo con diagnósticos nutricionales, en 89 por ciento de las personas adultas mayores de setenta años se presentan agravamiento de las enfermedades, deterioro de la funcionalidad y pérdida de autonomía, lo cual obliga a mejorar el ingreso de estas personas y sus condiciones socioeconómicas, con la firme intención de proteger la seguridad de los ancianos”. Citó, incluso, la cuestión financiera. Detalló que la pensión alimentaria propuesta “tiene la característica básica de que es cubierta con recursos fiscales, ya que no constituye una pensión contributiva mediante la cual se tuvieran que crear reservas actuariales con las aportaciones de los beneficiarios para cubrir los

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compromisos a futuro, como sucede en otros sistemas públicos de pensión”.

RESPALDO AMAÑADO Al votarse en lo general, los diputados de los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y Verde Ecologista sufragaron a favor del dictamen, con el argumento de que se preocupaban por la gente de la tercera edad de esta ciudad, pero luego todos se reservaron los artículos de la ley propuesta por López Obrador. Esa acción fue calificada de “burda” por los perredistas.

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En lo general las cifras quedaron 60 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones. Sólo que ese panorama contrastó con el continuo desfile de legisladores de oposición en tribuna tratando, de nueva cuenta, de congelar la incipiente ley. Sus esfuerzos fueron infructuosos, a pesar de los alegatos, alusiones, interrupciones en tribuna y propuestas para que se abriera un receso, con el fin de discutir a fondo la nueva norma. Ese día, las gradas del salón de plenos del recinto legislativo de Donceles y

Allende estaban atestadas de personas de edad avanzada, quienes reclamaban aprobar ya la ley de pensión alimentaria, y, según los argumentos expuestos por los legisladores, abucheaban o apoyaban. Guadalupe Chavira, del partido del sol azteca, sostuvo que con la postura firme de respaldar esa ley “estamos siendo congruentes y responsables de no formular falsas expectativas que comprometan las finanzas de la ciudad; también, que mucho de este presupuesto proviene de programas de austeridad, que se van a seguir aplicando.


final: el dictamen se aprobó por 39 votos a favor, 14 en contra y ocho abstenciones. De los 39 sufragios a favor 37 fueron de los perredistas y dos de los pevemistas Bernardo de la Garza y Sofía Figueroa. De los 14 en contra, 13 fueron de Acción Nacional y uno de la diputada independiente Martha Teresa Delgado. Las abstenciones fueron de los priístas (seis) y de los pevemistas Arturo Escobar y Francisco Agundis. El 18 de noviembre de 2003 se publicó en la Gaceta Oficial del Distrito Federal la Ley que establece el derecho a la pensión alimentaria para los adultos mayores de 70 años residentes en el Distrito Federal, y comenzó a tener vigencia el día siguiente. •

“Lo de los 70 años es un asunto que financieramente nosotros hemos discutido, hemos analizado; se hicieron las proyecciones, se hizo la discusión en comisiones, se plantearon los diferentes escenarios y creemos que para poder cumplir a cabalidad y poder estar a la altura de la responsabilidad que implica ajustarnos a ese criterio, vamos a insistir en los 70 años y no vamos a hacer ofrecimientos demagógicos que no seamos capaces ni siquiera de aplicar en los gobiernos donde otros partidos tienen representación”, remarcó. Después de más de una docena de reservas de artículos por la oposición y de desechamientos de las mismas, se pasó a la votación

DISTRITO FEDERAL. Atrición (reducción absoluta) por grupo de edad en un lustro Grupo de edad al inicio del periodo

90-95

95-00

00-05

90-95 %

95-00 %

00-05 %

0-4

-48,125

-16,611

-66,355

-5.8

-2.1

-9.0

5-9

-55,834

-42,480

-59,144

-6.7

-5.4

-7.7

10-14

10,650

16,541

-2,706

1.3

2.1

-0.4

15-19

11,954

-15,899

-32,708

-1.2

-1.9

-4.1

20-24

-71,154

-123,588

-97,076

-7.9

-12.8

-11.7

25-29

-53,432

-95,508

-84,887

-6.9

-11.5

-10.1

30-34

-15,670

-69,290

-52,462

-2.4

-9.6

-7.2

35-39

-44,771

-86,863

-59,433

-8.2

-13.5

-9.1

40-44

-15,627

-58,131

-40,687

-3.7

-11.6

-7.3

45-49

-13,191

-28,498

-727

-3.9

-7.1

-0.2

50-54

-38,694

-55,408

-44,042

-14.1

-17.0

-11.08

55-59

-10,737

-8,546

-6,617

-4.8

-3.6

-2.5

60-64

-33,340

-37,608

-34,584

-17.4

-17.7

-15.2

65-69

-25,809

-24,368

-11,024

-17.7

-15.4

-6.3

70-74

-24,367

-26,977

-23,833

-25.5

-22.5

-17.7

75-79

-23,471

-19,653

-20,218

-33.5

-27.6

-21.8

80-84

-41,652

-39,163

-44,771

-50.0

-44.3

-44.4

Fuente: Hernández Llamas, Héctor, ¿Cuántos somos en el DF?

111


Incorporar a mรกs adultos mayores, otra lucha legislativa 112


C

inco años después de la entrada en vigor de la Ley que establece el derecho a la pensión alimentaria para los adultos mayores de 70 años residentes en el Distrito Federal, la Asamblea Legislativa determinó reducir a 68 años la edad para recibir la pensión alimentaria en la capital. Aunque el día de la sesión, el 29 de agosto de 2008, no hubo un acalorado debate como el protagonizado años atrás por los diputados de las diferentes fuerzas políticas representadas en el órgano legislativo,

71 por ciento de los adultos mayores se atendían en instituciones del sector público, 2 por ciento en el privado y 26 por ciento no tenían cobertura de salud

la propuesta, ya dictaminada, llegó hasta el pleno de diputados precedida de una larga discusión entre los integrantes del grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática. Un año antes, el 6 de diciembre de 2007, la diputada perredista Laura Piña había presentado la iniciativa de reformas a la Ley que establece el derecho a la pensión alimentaria para los adultos mayores de 70 años residentes en el Distrito Federal, con el propósito de reducir a 65 la edad para recibir el apoyo económico. Nuevos datos sobre el proceso de envejecimiento de la población del Distrito Federal y el acceso de los adultos mayores a diferentes servicios, en particular al de salud, sirvieron de base para poner énfasis en la necesidad de ampliar el apoyo económico a un mayor número de personas de edad avanzada. De acuerdo con las cifras proporcionadas por la perredista, en el periodo comprendido entre 1995 y 2005 la población en su conjunto había aumentado

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a una tasa de 0.27 por ciento anual, mientras que el grupo de edad de 60 o más años había crecido a una tasa promedio de 3.19 por ciento. De tal manera que los adultos mayores habían incrementado su presencia respecto del total de la población, tanto en términos absolutos como relativos: “en 1995 había 651 mil adultos mayores y en 2005 existían 859 mil, con lo que la proporción de adultos mayores pasó de 7.6 por ciento a 9.85”.

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Esa tendencia, advirtió, iría a la alza, pues según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), para 2030 habría un millón 822 mil adultos mayores en el Distrito Federal, que significarían 21.3 por ciento de la población total en la ciudad de México. Los adultos mayores no sólo iban en aumento, sino que el acceso a los servicios para su bienestar era insuficiente. La seguridad social era uno de ellos.

Una encuesta sobre salud, bienestar y envejecimiento aplicada en el Distrito Federal por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), reveló que 71 por ciento de los adultos mayores se atendían en instituciones del sector público, 2 por ciento en el privado y 26 por ciento no tenían cobertura de salud, o lo que es lo mismo, dos de cada 10 adultos mayores no contaban con atención médica profesional.


Esa situación, argumentó la perredista, impactaba de manera negativa los ingresos de los adultos mayores, quienes se veían obligados a disponer de buena parte de ellos para cuidar su salud. Sin embargo, el planteamiento, aun con estos razonamientos, enfrentó la oposición de un grupo de diputados del PRD pertenecientes a la corriente Izquierda Unida. En declaraciones a la prensa, el entonces presidente de la Comisión de Desarrollo Social, Hipólito Bravo, argumentó que de efectuarse la modificación se pondría en “riesgo” la viabilidad de

la pensión universal, pues se incrementaría considerablemente el presupuesto. La propuesta de reducir la edad de 70 a 65 años implicaba incorporar, en 2009, más de 200 mil beneficiarios al programa y, en consecuencia, aumentar en más de 2 mil millones de pesos anuales el presupuesto para su operación. Ante esa disyuntiva, la Comisión de Desarrollo Social propuso realizar, durante junio y julio de 2008, una serie de foros y consultas con especialistas para analizar la viabilidad de la iniciativa. Como resultado se optó por reducir sólo dos años la edad límite. Con la

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nueva propuesta el programa incluiría a poco más de 100 mil personas, con recursos adicionales del orden de 955 millones 859 mil 760 pesos. El consenso alcanzado se reflejó en la sesión en la que se presentó el dictamen. De este hecho dio cuenta el legislador perredista Hipólito Bravo, quien en la tribuna aludió que el dictamen de ley contaba con el aval de todas las fracciones parlamentarias. Al razonar su voto, la diputada promovente, Laura Piña, subrayó que con

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estas reformas la Asamblea Legislativa dejaba constancia de su trabajo en favor de los derechos sociales de los que menos tienen y más calamidades enfrentan. La diputada del Partido Acción Nacional (PAN) Margarita Martínez Fischer refrendó el apoyo de su bancada, porque “tiene un valor social tan importante para nuestros adultos mayores, que va por su dignificación y por apoyar a las personas que más lo necesitan”. No hubo objeciones a la reforma y la votación quedó

45 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones. La Asamblea Legislativa modificó así el título de la ley y reformó los artículos 1 y 2, en los que se estipula que los adultos mayores de 68 años de edad residentes en el Distrito Federal tienen n derecho a recibir una pensión sión diaria no menor a la mitad tad del salario mínimo vigente mo vigent en la capital del el país, y la obligatoriedad de d del jefe d e Gobierno del Distrito Federal F de al de incluir en ell presupue presupuesto esto la la asignación que e garantice ese derecho. •


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118


Ataques y clientelismo, obstáculos a vencer ASSA EBBA CHRISTINA LAURELL, EX TITULAR DE LA SECRETARÍA DE SALUD DEL DISTRITO FEDERAL 2000‐2006

–¿Cómo se origina este programa? –Cuando Andrés Manuel López Obrador hizo su campaña para la jefatura de Gobierno del Distrito Federal tenía 40 compromisos, y entre los prioritarios estaba el de los adultos mayores, específicamente la pensión alimentaria universal o la pensión ciudadana universal. Ese programa respondía a algo que no se había

visto en el resto del país, no porque no existiera sino porque era una sensibilidad respecto de un problema social emergente que abarca a millones de mexicanos, que es llegar a la edad de 70 años y no contar con un sustento económico. Esto ha significado, entre otras cosas, el empobrecimiento de los adultos mayores porque no tienen posibilidad, en

muchos casos, de trabajar y no cuentan con una pensión. Por otra parte, si bien es cierto que la mayoría de los adultos mayores tienen posibilidad de atenderse a sí mismos, dependían exclusivamente para su alimentación de lo que los hijos les daban o lo que ellos podían conseguir por medio de algún empleo temporal. La idea era dar una solución a esa problemática

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social emergente, que desde luego está ligada al incremento en la esperanza de vida. Lo que decía Andrés Manuel es que no solamente se trata de tener más años, sino una vida digna. Ese es el contexto. Hubo una discusión inicial respecto de si esa pensión debería ser para los pobres o universal, entendido esto como que todas las personas que cumplen con el requisito de tener 70 años y ser residente en el Distrito Federal ya

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tienen ese derecho, o solamente debía ser para la gente que estaba en extrema necesidad, es decir, el enfoque neoliberal de que solamente los muy pobres deben tener un subsidio del Estado. Hay muchos argumentos en favor de los programas sociales universales. El primero es conceptual, porque si estamos hablando de derechos entonces estamos hablando de que los derechos son de todos, no de

un grupo. La universalidad es un derecho y este programa ayudó mucho a aclarar. Ese es el primer paso, teníamos una idea principal en nuestro programa político respecto de cómo construir una sociedad con derechos sociales básicos y universales. –¿De origen traía esa concepción de universalidad? –El punto era la necesidad de dar ese apoyo económico y cuando íbamos a instrumentarlo. Lo discutimos y se llegó a esa


Cuando un adulto mayor no quería ser incorporado al programa –tuvimos aproximadamente 2 mil que declinaron– le pedíamos que nos firmara que no aceptaba el apoyo

conclusión. Teníamos que ir por un programa universal y no por uno selectivo. En segundo lugar, hay estudios que demuestran que los programas focalizados, es decir, los que van dirigidos nada más a un grupo, tienen muchísimas desventajas, que van desde la fluctuación

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de la condición de pobre del beneficiario, que no se mantiene toda la vida, sino que cambia, y son muy caros administrativamente porque requieren de un aparato burocrático y eso genera además una intermediación entre quien va a recibir un apoyo y el Estado. Es poner a alguien que decide quién entra y quién no, abriendo un inmenso espacio de discrecionalidad, mientras que la universalidad es un instrumento muy fuerte en contra de la creación de clientelas y controles corporativo sobre la gente.

–Se instrumentó en muy poco tiempo, al tercer mes de que llegaron al gobierno. ¿Tuvieron un trabajo de planeación previo? –Hicimos el anuncio de que íbamos a hacer el programa en enero, pero empezamos a trabajar desde diciembre de 2000 con las educadoras para la salud, mil 200 mujeres que visitaban casa por casa, levantando un censo de adultos mayores y dónde vivían. ¿Por qué hacer un levantamiento casa por casa? Porque los datos que se tenían respecto de cuántos

Decidimos que tenía que ser una transferencia monetaria para que ese dinero lo pudieran utilizar los adultos mayores como más les conviniera

adultos mayores existían en el Distrito Federal iba de entre 325 mil a 350 mil. Eso también nos permitió explicar a la gente en qué consistía el programa y cómo podían hacer para incorporarse. –¿Sobre la decisión de depositar en una tarjeta en lugar de dar efectivo, despensa o vales? –Una de las instrucciones que nos dio Andrés

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Manuel fue que los programas no deberían significar un gasto, que el dinero destinado al programa debía ir directamente a los beneficiarios sin intermediaciones ni aparatos burocráticos o un alto costo en la distribución de los recursos. Entre nosotros hubo algunos que propusieron dar una despensa. Sin embargo, había dos inconvenientes muy fuertes: el primero, se tenía que distribuir y eso es muy costoso o se tiene que poner en un lugar y el beneficiario debe ir por ella, lo que en algunos casos le costaría mucho más de lo que contiene.

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a las empresas de traslado de valores e incluso investigamos sobre las entregas por correo. Una de las propuestas que nos hicieron los bancos fue que querían más o menos el 5 por ciento sobre el monto total para hacer la dispersión del dinero en las tarjetas. Al final llegamos a un acuerdo con la ANTAD (Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales). Aquí quiero aclarar que fue un acuerdo absolutamente transparente, de que daríamos una tarjeta de débito donde se depositaría el dinero. Resultó muy positivo porque desde el principio no

El segundo era que nosotros, con qué elementos íbamos a decidir qué tipo de bienes necesitan los adultos mayores, porque no consume lo mismo, por ejemplo, una persona con problemas de diabetes. Entonces decidimos que tenía que ser una transferencia monetaria para que ese dinero lo pudieran utilizar los adultos mayores como más les conviniera. Se hizo un estudio bastante amplio, invitamos a los bancos, a todos, para que nos hicieran una propuesta, cuánto costaría, cuáles eran los tiempos por depósito y qué garantía había de entregar las tarjetas. Invitamos también

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pagamos ni por la tarjeta, ni por la dispersión ni nada. En esos términos teníamos cero gasto administrativo; fue la opción más barata. Fue un trabajo muy intenso y jugaron un papel muy importante las educadoras. Yo siempre decía, cuando estaba en la Secretaría de Salud, que eran las personas que mejor conocían la ciudad, porque cada año la recorrían más o menos cinco veces y llegamos a una cobertura completa, es decir, se cumplió la universalidad del programa en octubre de 2002, o sea, que en 20 meses alanzamos la meta de cobertura universal. Cuando un adulto mayor no quería ser incorporado al programa

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–tuvimos aproximadamente 2 mil que declinaron– le pedíamos que nos firmara que no aceptaba el apoyo, porque uno de los flancos de ataque al programa, tanto del PRI como del PAN, era que estábamos haciendo entregas discrecionales, e incluíamos nada más a gente que simpatizaba con el PRD. A mí me llegaron listas y listas de diputados, senadores, asambleistas y líderes de organizaciones diciendo “ésta es mi gente para el programa”.

Invariablemente las rechazábamos, respondíamos que había un procedimiento y debían acudir al centro de salud más cercano, pero debía ser el adulto mayor o un familiar. Toda la tradición corporativa salió a flote, estaban enojadísimos, muy molestos todos los que mandaban sus listas, pero les explicábamos cuál era el procedimiento, que era bastante sencillo porque lo único que tenían que llevar era una constancia de residencia y comprobar la edad.

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–¿Se dijo también que quebrarían las finanzas de la ciudad? –Una de las críticas más fuertes fue que estábamos quebrando la ciudad. Quiero explicar por qué el hecho de dar medio salario mínimo: porque eso es aproximadamente lo que corresponde al costo de la alimentación de una persona. Además teníamos muy claro que tenía que ser un programa económicamente sustentable. Cuando yo dejé el programa, en 2006, costaba más o menos 3 mil 500 millones de pesos. Todo ese costo y mucho más fue lo

que ahorramos con el plan de austeridad. Se discutía, y parece de sentido común, que va a haber más y más adultos mayores, lo que en términos absolutos es correcto, pero lo que vale en ese tipo de análisis no es cuántos adultos mayores hay, sino cuál es el índice de dependencia. Este factor lo que mide es cuántas personas dependientes hay por cada persona en edad de trabajar, o sea, si sumamos los niños menores de 15 años a los adultos mayores, en este caso de 70 años, y como la tasa de natalidad está

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bajando más rápidamente que el crecimiento de los adultos mayores, ese índice de dependencia nosotros lo teníamos bien calculado; era declinante durante los próximos 30 años. En 2000 ese índice de dependencia era de 0.43, esto quiere decir que hay 0.43 personas en edad de dependencia por cada uno de los activos, y baja a 0.35. Para 2030 está en 0.40, o sea 0.40 dependientes por cada persona en edad de trabajar. Es más favorable, incluso, y eso es lo que en todo el mundo se conoce como bono demográfico. También se dijo que estábamos endeudando a la ciudad para pagar las pensiones. –¿Pero no se pueden financiar programas sociales con deuda pública? –Además, quien aprueba el endeudamiento es la

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Cámara de Diputados. Eso fue una vil mentira. Nosotros levantamos cada año una encuesta a los que recibían la pensión. La ley se hizo en noviembre de 2003, teníamos cobertura universal desde noviembre de 2002, y quiero destacar una cosa que creo que es importante: esta ley se hizo muy comprensible para la población.

Lo que dice es que es un derecho para todos los adultos mayores de 70 años o más que tienen su residencia en la ciudad, es un derecho y por lo tanto una obligación del gobierno. El jefe de Gobierno está obligado a incluir en el presupuesto una partida para el programa y es obligación también de la Asamblea Legislativa del

Distrito Federal aprobar ese presupuesto. En este derecho está el mecanismo de financiamiento y una cuestión que tiene que ver con que cualquier manipulación por parte de los funcionarios que están a cargo del programa, aunque no lo dice con esas palabras, es una falta grave y en términos legales tiene pena de cárcel. Se hicieron auditorías al programa, es el más auditado del mundo, yo creo, y si no mal me recuerdo, no tengo los datos, en total encontraron en auditoría en campo que había cinco tarjetas duplicadas, de 350 mil, y bueno, de eso se hizo un escándalo, hicieron muchísimo ruido y cuando me preguntaban yo decía, bueno, creo que los bancos estarían muy satisfechos de tener unos resultados así, porque eso no es nada. –¿Este programa vino a modificar la visión que se tenía sobre la universalidad de los programas sociales? –Sí. Pero además encontramos, y esta es otra parte importante del programa, que revalorizó a los adultos mayores dentro de la familia y dentro de la sociedad como gente que tiene un lugar y un reconocimiento. Incluso en muchos casos en familias pobres, la pensión les permitía a los adultos mayores contribuir al gasto. Como un 50 por ciento más o menos en las encuestas que hacíamos dicen que se sienten más seguros, más valorizados, entonces no es nada más un impacto económico, tuvo también un impacto sociosicológico muy importante. •

131


Austeridad y combate a la corrupción, origen de los recursos OCTAVIO ROMERO OROPEZA, EX OFICIAL MAYOR DEL GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL 2000‐2006

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–Se cumplen 10 años de la Pensión Alimentaria para Personas Adultas Mayores que se financió con ahorros del plan de austeridad. ¿Recuerda cómo desarrollaron ambas acciones? –Haciendo un poco de historia, dentro de los compromisos de campaña de Andrés Manuel López Obrador, uno tenía que ver con el apoyo a los adultos mayores. Siempre comentó que lo íbamos a arrancar desde el principio; yo no tenía muy claro cómo, pero desde la etapa de la transición empezamos a trabajar en el asunto. El problema eran los recursos, porque se puede planear todo lo que quieres hacer, pero necesitas el recurso y cuando nosotros llegamos no había nada de esto, no existían estos programas, de manera que llegué a imaginar que íbamos a arrancar en el segundo año. Además, Andrés Manuel planteó que uno de los ejes centrales de su gobierno iba a ser el combate a la corrupción, pero sobre todo el programa de austeridad, que por el cargo que yo tenía tuve la oportunidad de operar. Hay resistencias en la misma administración, tantos años trabajando de una manera y de repente alguien te dice “va a haber un programa de austeridad, y va en serio.” Lo oyes en el discurso y cuántas cosas se dicen en campaña, que al final no se aterrizan. Cuando realmente empezamos a “darle vuelta a la tuerca”, por supuesto que enfrentamos resistencias.

La primera medida que se tomó fue reducir los sueldos de los funcionarios15 por ciento, que dicho sea de paso ya eran bastante moderados, en comparación con los del gobierno federal. A todos los trabajadores sindicalizados no sólo no se les disminuyó el sueldo, sino que se les incrementó dos puntos por arriba de la inflación. Bajas el sueldo a los de arriba y lo subes a los de abajo.

Hay resistencias en la misma administración, tantos años trabajando de una manera y de repente alguien te dice “va a haber un programa de austeridad, y va en serio.”

Allí es dónde el programa de austeridad y el combate a la corrupción toman una relevancia importantísima, porque nos fuimos en serio. De las cosas que me acuerdo, en fotocopiado y consumo de papel era algo así como 360 millones de fotocopias anuales, casi un millón diarias, incluidos sábados y domingos. Logramos reducirlas casi a la mitad; hicimos convenios con las empresas que nos daban el servicio, metimos contadores de copias y otros controles importantes y hubo una disminución. Otro de los compromisos fue no comprar ni un solo vehículo para funcionarios públicos en los seis años que estuvimos en el gobierno. Se compraban patrullas, ambulancias, unidades para transporte público, todo lo que tenía que ver con servicios a la ciudad, pero a funcionarios, nada.

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De hecho, Andrés Manuel viajaba en un Tsuru blanco. Entonces la bronca para nosotros era, pues si el señor anda en un Tsuru, ¿en qué ando yo? Recuerdo que tampoco abundaban los Tsuru. Nosotros decíamos: él anda en un Tsuru, pues búscate un Tsuru. Sí, pero no hay Tsurus y tampoco se pueden comprar porque está prohibido. De los carros que quedaban, en mi caso la única salida que tuve fue un Sentra. En aquel entonces no eran tan lujosos como ahora. Él, creo que traía un modelo 99, y el Sentra era 96. Era de más nivel, pero más viejito, entonces se compensaba. La línea era austeridad y el ejemplo lo marcaba el jefe. Pero era hasta de risa porque los carros más austeros, los Tsuru, los perreábamos, los andábamos buscando.

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Es que era realmente una estructura obesa y había que atreverse a desafiar lo establecido. Por eso decía al principio que hubo muchas resistencias

–¿El plan de austeridad siguió generando ahorros los años siguientes? Una constante del gobierno era que año con año se fijaban retos. Recuerdo que Andrés Manuel nos citaba a reunión de gabinete y nos pedía hacer un ejercicio de austeridad, de disminución de gasto y todo mundo decía: ¿más, licenciado? Métanle otro y nos vemos en una semana. Llegábamos a la semana y preguntaba, ¿a ver, de tu

secretaría, cuánto? No pues que cinco centavos. Ah, bueno ¿Y tú? 25 centavos ¿Tú? Yo 50, dependiendo del tamaño de la secretaría. Y decía, en vista de que no pudieron quiero un 10 por ciento general para todos en esta partida, en ésta y en ésta. Y entonces todo mundo pensábamos que iba a paralizar la administración, que el gobierno ya no iba a caminar. Nunca se paró y año con año hubo apretón de tuerca sobre apretón de tuerca, o sea, no hubo un solo año en que no hubiera austeridad sobre austeridad, reducción de gasto sobre el que ya había, porque además, si tenías un presupuesto de 100 pesos este año y te gastabas 80, ya tu techo presupuestal del siguiente año era de 80,


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y si le pegabas otro apretón de cinco, entonces era de 75 pesos. –¿Eso fue suficiente para aumentar el número de pensionados año con año? –Ese programa, y el de madres solteras y discapacitados sale de todo este programa de austeridad el primer año, y con mucha facilidad, ya en el segundo, se metió al presupuesto, porque es producto del ahorro. Además el programa se convierte en ley y había que meterle apretón sobre apretón, porque ni modo de decirle a los viejitos, “nomás tengo para 10, pero hay dos más y no entran.” –¿Lo planearon así desde la etapa de la transición de poderes? –Creo que el gran éxito del gobierno va en función de que se hace una transición como creo que pocas veces se ha hecho de una administración a otra. La elección se gana en julio y se asume el cargo el 5 de diciembre. Es un periodo larguísimo que no se desaprovecha ni un minuto. Andrés Manuel nos convoca, casi puedo asegurar que al día siguiente. Ya ganamos, ora vénganse para acá, y empieza a formar los equipos. Nos enteramos con anticipación de muchas broncas que íbamos a heredar, como el problema de los terrenos en Santa Fe. Me pidió que consiguiera los organigramas de las dependencias y le hiciera propuestas de reducción. Eran cuadritos y cuadritos, subsecretarías, direcciones, subdirecciones y yo decía ¿aquí qué tumbo? Le ponía

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tímidamente una crucecita acá y por acá. ¿Así, licenciado? No. A ver, tas, tas, tas, toda esta área no funciona. Es que era realmente una estructura obesa y había que atreverse a desafiar lo establecido. Por eso decía al principio que hubo muchas resistencias. ¿Qué tan importante es que quites, por ejemplo, una dirección general? Quitas a un director general del

cual dependen varios directores de área, de los cuales dependen varios subdirectores, que tienen también varios coordinadores, y de repente quitas 200 gentes de primer nivel, con altos sueldos. De eso estamos hablando. –¿Acciones contra la corrupción? –Una cosa muy sonada, porque se armó un escándalo con empresarios que surtían


Lo criticaron y luego lo copiaron, pero no cual debe ser. Aquí en el DF nadie le puede quitar a un adulto mayor el derecho a la pensión

al gobierno calzado para los trabajadores sindicalizados. Tenemos que hacer licitaciones para adquirir botas con protección, con casquillos de acero y algunas especificaciones más. Damos la instrucción de revisar las bodegas de todas las dependencias a fin de saber qué tenemos, y nos llega información de que hay miles de pares de botas y de zapatos almacenadas, y digo, ¿cómo voy a licitar para comprar, si allí están? Comenzamos a ver que había un problema de corrupción con una serie de empresas que en los últimos 11 años siempre ganaban las licitaciones. Hablamos con los representantes de la Cámara Nacional de la Industria del Calzado, los citamos a una reunión y planteamos lo que necesitábamos y en qué volumen, para que ellos, con diferentes fabricantes, nos hicieran una propuesta. Nos dicen que sí, pero no responden. Los volvemos a llamar y nos dicen, la verdad ese territorio, el del GDF, ya tiene dueño, siempre ganan los que ganan. Pensaban

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que era pura simulación y nos costó trabajo convencerlos. El resultado fue que el precio que se había fijado el año anterior, en 1999, nunca lo alcanzamos en todo el tiempo que estuvimos nosotros. –Y como ese caso ¿hubo muchos más en licitaciones? –Para que veas la magnitud de las cosas, los famosos permisos administrativos temporales renovables, los famosos PATR, son espacios públicos o propiedad de la ciudad que se da a particulares para que hagan un negocio a cambio de una contraprestación.

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El licenciado López Obrador me instruyó revisar por qué se daba el caso de que en un estacionamiento, por ejemplo, la contraprestación a la ciudad era de un peso por cajón al mes, mientras el titular podía cobrar hasta 20 pesos por hora. No recuerdo muy bien las cifras, pero esa era más o menos la magnitud. Al final decíamos: esto, ni es permiso, ni es temporal ni es renovable. Era una bronca quitárselos legalmente, entre otras cosas porque también había corrupción, jueces y dentro del propio gobierno


la defensa se hacía muy mal, se perdían los plazos legales para meter recursos y nos ganaban. En el caso, por ejemplo, de Six Flags, hicimos la revisión y encontramos que los señores entregaban a la ciudad, por decirte algo, 10 millones de pesos. Hablamos con ellos, hicimos una auditoría consensuada, nos llevó como dos años, pero

finalmente hubo un incremento de más del doble. En el caso de los estacionamientos, lo mismo. Tampoco era una cosa arbitraria, se hablaba con ellos y si no estaban de acuerdo hacíamos un estudio. El caso más espectacular fue el del Metro, un permiso que concesionaba todos los espacios de publicidad. Quien lo tenía daba

a la ciudad algo así como menos de 4 millones de pesos anuales, una cifra ridícula. Y no sólo era eso, los espacios estaban desaprovechados y los muebles deteriorados, no les daba mantenimiento. Hablamos con él para que aumentara la contraprestación y diera una imagen digna al Metro. No quiso y empezó el pleito. Al final le ganamos y la instrucción fue

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Con Patrimonio Inmobiliario logramos recuperar muchĂ­simos terrenos y edificios que pertenecĂ­an a la ciudad, pero estaban en manos de particulares

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hacer una licitación, algo así como una subasta. Gana el que entregue más recursos a la ciudad, y quien se lo quedó ofreció 200 millones de pesos. Otro caso fue el de Eumex, concesionaria de los mupis (mobiliario urbano con publicidad integrada). Con ellos nos llevamos casi toda la administración. Era un permiso muy mal dado y actuaban de muy mala leche porque la contraprestación era mínima y además el gobierno tenía que pagar la

luz y los impuestos. Al final la ciudad no recibía nada. Finalmente los jueces nos dieron la razón y la empresa que quedó no solamente paga más del doble, sino que se hace cargo de la luz y los impuestos. Eran muchos los PATR y en todos los casos se fueron logrando mayores ingresos para la ciudad. Entonces combinamos las dos cosas, por un lado el programa de austeridad, que liberaba recursos, y por otro el combate a la corrupción.

Otra cosa importante, con Patrimonio Inmobiliario logramos recuperar muchísimos terrenos y edificios que pertenecían a la ciudad, pero estaban en manos de particulares. Recuerdo, no sé si en Revolución o Constituyentes, encontramos un terreno grandísimo con una construcción de una empresa que se dedicaba al servicio de mensajería. Nada más que el terreno era de la ciudad, se hizo un avalúo y se lo vendimos porque ya estaba instalada.

141


Pero la parte más importante fue la de Santa Fe con La Mexicana, con aquel famoso (Federico) Escobedo, el de El Encino. Esa es una historia de corrupción brutal. Este señor Escobedo traía permisos administrativos dese la época de (Carlos) Hank González para explotar arena y grava en La Mexicana, estoy hablando de treinta y tantas hectáreas en una de las zonas más exclusivas de la ciudad. Desde esa época tenía paralizados todos los inmuebles del gobierno en Santa Fe, y cuando le revocamos el permiso administrativo lo desalojamos. Otro predio que se recuperó allí en Santa Fe

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fue muy importante porque se permutó con Cementos Mexicanos por el equivalente a todo el concreto que se utilizó en el segundo piso del Periférico. Recuperamos muchísima propiedad del gobierno que permitió hacer muchas obras. Conseguimos que el terreno funcionara como si fuese efectivo y además el precio de lista de Cemex traía hasta un 51 por ciento de descuento con relación al del mercado. Igual, el terreno que se llamaba R-42, que fue un proyecto fallido para construir un reclusorio, se permutó por la construcción de los puentes de Los Poetas y la ampliación de la avenida Centenario.


Así van saliendo los recursos, no solamente para los programas de desarrollo social, sino para la construcción de los puentes, los segundos pisos, hospitales, universidades, preparatorias. Y el programa de adultos mayores fue tan cuestionado, los de la derecha lo calificaban de populista, pero es una idea que traía Andrés Manuel del Estado de bienestar. Lo criticaron y luego lo copiaron, pero no cual debe ser. Aquí nadie puede quitar a un adulto mayor el derecho a la pensión, mientras viva en la ciudad. •

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La pensi贸n universal, un derecho social

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l Programa de Apoyo Alimentario, Atención Médica y Medicamentos Gratuitos para Adultos Mayores de 70 años Residentes en el Distrito Federal se convirtió en el cimiento de lo que hoy día, diez años después, es el Sistema de Pensión Universal más importante en México, y quizá de América Latina. El primer piso terminó de construirse en 2003, al elevarse a rango de ley el derecho a la pensión universal para los adultos mayores de 70 años, con lo que este sector de la población dejó de ser beneficiario y se convirtió en derechohabiente. Dos años después se publicó el acuerdo por el que se estableció el Programa de Visitas Médicas Domiciliarias, y en 2006 se aprobó la ley que garantiza el derecho de 148


acceso gratuito a los servicios médicos y medicamentos a las personas adultas mayores residentes en la ciudad de México que no cuentan con seguridad social laboral. En 2007, el Gobierno del Distrito Federal creó el Instituto para la Atención de los Adultos Mayores (IAAM-DF), y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal redujo la edad de 70 a 68 años para acceder a la pensión alimentaria. La universalidad de este programa no considera raza, religión o situación económica, los únicos requisitos son: tener 68 años o más y comprobar una residencia mínima de tres años en la ciudad de México. Hace diez años, al comenzar el programa, sólo cuatro de cada 10 personas de 70 años contaban con pensión de seguridad social. A junio de 2011 el padrón de derechohabientes era de 473 mil 360.

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Este año el Programa de Pensión Alimentaria contará con un presupuesto de 165 millones 491 mil 86 pesos, con el fin de que este sector de la población no sólo tenga acceso a los bienes y servicios que le provean de una atención integral: alimentación, salud, vivienda, recreación, medio ambiente saludable y educación, sino una forma de trasladarse por la ciudad. Nelson Severino, asesor del IAAM-DF en el desarrollo de programas, destacó que la meta de la política del Gobierno del Distrito Federal es lograr un cambio en el modo de pensar, sentir y actuar de toda la población, que signifique un mejor trato y valoración de los adultos mayores de la ciudad de México. Ello implica una percepción diferente sobre la vejez y el envejecimiento, pues este problema no se resuelve sólo con pensiones, atención a la salud y medicamentos. Es necesario, además, que los adultos mayores sean reconocidos como personas útiles, valiosas y respetables, los cuales han dado los mejores años de su vida a México. Las políticas de protección social del gobierno capitalino reconocen al adulto mayor como una persona con derechos y no como pensionado, paciente o sujeto pasivo, mero receptor de bienes y servicios de diverso orden.

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El asesor del IAAM-DF resumió que en estos diez años los derechohabientes del programa no sólo han mejorado su alimentación, sino que se sienten más seguros, más independientes para salir, incluso con frecuencia, de su domicilio. Además ha mejorado su relación con la familia al aportar al gasto y dejar de sentirse o ser una carga, y muchas veces se le toma en cuenta para la solución de algunos conflictos familiares. El Distrito Federal fue la primera entidad del país en contar con un programa con estas características, y “podemos decir que somos famosos, pero es un programa que continúa en construcción, que no está acabado, pero hemos logrado en este tiempo cumplir la primera meta: mejorar la alimentación de los adultos mayores. Y vamos por más, a fin de mejorar su calidad de vida”, afirmó Severino.

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Ana Luisa Gamble Sánchez Gavito, coordinadora de Gerontología del IAAM-DF, recordó que en 2005 se presentó a Marcelo Ebrard Casaubon, entonces secretario de Desarrollo Social del Gobierno del Distrito Federal, el acuerdo para la realización de las visitas médicas domiciliarias a los adultos mayores. En su gestión como jefe de Gobierno del Distrito Federal se han entretejido a la Tarjeta de la Pensión Alimentaria una serie de acciones en materia de salud, por medio de las visitas de las Profesionales en Servicio a Adultos Mayores (Educadoras Comunitarias), de médicos especialistas capacitados en atención médica preventiva a adultos mayores y por un grupo de médicos con especialidad en geriatría pertenecientes también a este programa. Eso, aunado a la dotación de medicamentos gratuitos a los que viven en las zonas de más marginación en la ciudad. Personal del IAAM-DF está pendiente de aquellas adultas y adultos mayores que viven solos y que, debido a problemas de salud, son vulnerables y requieren de visitas constantes.

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Para darles certeza jurídica en cuanto a su identidad, se estableció el Programa de Registro Extemporáneo, mediante el cual los derechohabientes de la pensión pueden obtener su acta de nacimiento por primera ocasión de manera gratuita. Y para no heredar problemas ni conflictos a sus familias, los adultos mayores pueden hacer su testamento. Por medio de trípticos, volantes y carteles el IAAM-DF difunde información sobre el programa de testamentos a bajo costo. El trámite cuesta 400 pesos y el adulto mayor lo puede pagar en una sola exhibición o hasta en cuatro mensualidades con la Tarjeta de Pensión Alimentaria. Asimismo, por ser la disminución de la audición el segundo problema relacionado con los sentidos, después de la visión, con mayor frecuencia en el Distrito Federal, el instituto apoya con la entrega gratuita de prótesis auditivas para la sordera a los adultos y adultas mayores que viven en zonas de alta marginación. El costo promedio de cada aparato es de 8 mil pesos. •

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–¿Cuándo cambió la percepción de los ciudadanos? –Cuando empezamos a llevar suplementos alimenticios a las embarazadas, a mandar a la gente a los centros de salud. Por ejemplo, los papanicolau se hacían 10 al día y al comenzar las pláticas el número de mujeres que solicitaba el serv icio subió a 30. Aunque surgió otro problema: no había suficiente material en los centros de salud. Después de unos GĆćėĎĊđ Ć GĚęĎĴėėĊğ AČĚĎđĆė meses de trabajo los responsables de los Gerontóloga centros se dieron cuenta de la relación que teníamos con la gente y nos pidieron l 1º de octubre de1998, durante la apoyo para vacunar a niños y perros. moc uhté Cua de n ració inist adm Nos fuimos preparando y adquirimos Cárdenas, un ejército de mil 200 experiencia en la calle. mujeres de entre 18 y 25 años de edad –¿Dónde entregaron las primeras Tarjetas comenzó a recorrer las calles de la ciudad de Pensión Alimentara? de México, tocando puerta por puerta. –La entrega de tarjetas empezó en La finalidad: aplicar una encuesta que las zonas de alta marginalidad. Por permitiera hacer un diagnóstico sobre la cédula que teníamos sabíamos la situación de la población que vivía, dónde había más adultos de 70 años especialmente, en zonas de media, alta o más. La primera delegación donde y muy alta marginación. se distribuyó fue Gustavo A. Madero, “Preguntábamos al jefe o jefa de luego Iztapalapa. En Benito Juárez viven familia cuántos eran, edades, a qué se muchos adultos mayores, aunque no es dedicaban, si estaban enfermos, de qué, de alta marginación. si había niños, si estaban vacunados, –¿Cuál fue la primera reacción? si las mujeres se realizaban el papani–Muchos la rechazaron. Algunos creían colau, la mastografía. La idea era hacer que era una tarjeta de crédito que un diagnóstico en varios aspectos de después se les iba a cobrar con intereses. la población”, recuerda la gerontóloga Otros decían que no la necesitaban Gabriela Gutiérrez Aguilar. porque tenían los medios para vivir –¿Cómo fue ese primer contacto con la tranquilamente. Entonces se reforzó la población? campaña de difusión de que la tarjeta –Fue difícil abrirnos paso entre la era un derecho universal para todos los comunidad, porque éramos desconoadultos de 70 años o más. cidas. No confiaban en el gobierno y –¿Podían adquirir lo que quisieran? creían que íbamos a cobrar o a pedir –Al principio se les explicó que no algo por lo que estábamos haciendo. podían comprar cigarros ni alcohol; sin Se les explicaba que no era así, que era embargo, se llegó a la conclusión de que una atención a la ciudadanía. Incluso eran adultos y podían comprar lo que teníamos prohibido hablar de partidos quisieran, era su dinero. El Instituto para y de política. la Atención de los Adultos Mayores es el En algunas zonas nos llegaron a primero en respetar esa decisión. Como corretear perros y en otras los vecinos muchos no saben, suponían que nos con palos o armas de fuego. En las dábamos cuenta de lo que compraban. colonias Santa Bárbara y Santa Catarina, –¿Cambió la percepción de la gente con de la delegación Azcapotzalco, desconfiaban mucho.

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Tocando puertas nos ganamos la confianza

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la tarjeta? llevan al cuarto más alejado. En las –Cuando vieron que era real y que no se habitaciones principales se instalan los les pedía nada a cambio, empezaron a hijos e hijas, los nietos y nietas. Esto pasa tener más confianza en el programa. Al no sólo en zonas de alta marginalidad. estar en contacto con ellos nos contaban –¿Qué tan común es verlos aislados en su situación personal, sus conflictos su propia casa? familiares. Nos dimos cuenta de que –Es más común de lo que quisiéramos. muchos ancianos eran víctimas de Detectamos que el respeto a los adultos agresiones físicas, sicológicas o patrimayores se ha perdido, sobre todo en las moniales. Todo esto se reportaba y sirvió zonas de alta marginalidad. Cuando ya para ir aumentando los serv icios que se son disfuncionales están arrumbados, les brindaban. abandonados, y cuando todavía son –¿Qué significó para ellos tener este funcionales, en especial las mujeres, apoyo? se dedican al cuidado de la casa, de los –Les hemos preg untado eso. Para nietos. muchos es todo lo que tienen. Es su Es natural para la gente que la abuela único ingreso, es con lo que comen y no tenga vida propia. Para la familia se visten. Para otros significó que la su obligación es que haga quehacer, familia los tomara en cuenta, porque ya la comida y cuide a los nietos. Es una podían aportar algo al gasto. Hay gente de las situaciones que las educadoras que nunca salía de su casa. Cuando les tratamos de cambiar. Como la mayoría dimos la tarjeta uno de los objetivos de de las personas de esa edad no tenían las educadoras fue motivarlos a salir. pensión, era la manera de corresponder Si el adulto es funcional y puede lo al hijo o hija que le da techo y comida. convencemos de que firme la tarjeta, Hay mujeres que trabajan haciendo entonces la familia se ve obligada a limpieza en otras casas, lavan y llevarlo a hacer compras. Para muchos planchan o venden algo, a veces con es su único paseo, aunque hay quien mucho esfuerzo, porque están enfermas. acompaña al adulto con la finalidad –¿De 2008 a la fecha ha habido avances decidir qué comprar. Muchas veces se –Sí. Los adultos no sabían que tenían sienten a gusto de aportar algo, les eleva dere chos. Esto es algo que han difundido la autoestima, crecen a los ojos de la mucho las educadoras. Les hablamos de familia, los toman más en cuenta. sus derechos y a qué instancias pueden –¿Confían en las educadoras? acudir. Esto les ha ayudado; incluso, –Al estar tan cerca una se da cuenta la sola visita de la educadora los pone de muchas cosas. Por ejemplo, se les contentos, tienen con quien conversar, preg unta si son maltratados física, si tienen alguna duda le preguntan qué emocional o de alguna otra manera pueden hacer, porque muchas personas por alguien de su familia. Responden están solas, otras tienen familia, pero ésta que no, pero se sueltan a llorar. A trabaja y están solas gran parte del día, no veces la presencia de un familiar no les tienen con quien platicar y se deprimen. permite explayarse, los inhibe. Entonces Otros han accedido a formar grupos de buscamos el momento adecuado y se adultos mayores, a tener una vida para platica con ellos. Así nos dimos cuenta ellos, ahora saben que no es obligación de la violencia patrimonial que había. estar como sirv ientes en la casa de Conforme el adulto se va deteriorando sus hijos o nietos. Ahora saben que el los hijos o la familia empiezan a disponer Instituto para la Atención de los Adultos de su casa, su ropa, su dinero. Muchos Mayores los respalda, se les orienta si son dueños de la casa, sin embargo los tienen un problema, si están enfermos. • 159


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Creación del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores Para garantizar el bienestar de este sector de la población, Marcelo Ebrard Casaubon, jefe de Gobierno del Distrito Federal, creó el 2 de julio de 2007 el Instituto para la Atención de los Adultos Mayores (IAMM-DF), cuyo eje central es la operación de la pensión alimentaria, sobre el que giran los programas de visitas médicas y domiciliarias para los derechohabientes. El instituto es el órgano del gobierno de la ciudad de México responsable de promover el bienestar de las personas adultas mayores en el Distrito Federal. El objetivo del IAAM-DF es proponer programas de atención integral para las personas adultas mayores, con el fin de impulsar el ejercicio pleno de sus derechos y fomentar la cultura del envejecimiento activo. El Programa de Pensión Alimentaria arrancó en 2001 con mil 200 educadoras comunitarias, las cuales, al

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crearse el instituto, fueron incorporadas como trabajadoras del Gobierno del Distrito Federal. El programa de visitas domiciliarias a los adultos mayores por personal del instituto es una experiencia innovadora en el país. Por medio de éstas se da seguimiento permanente a los pensionados, se puede detectar cualquier problema y/o riesgo que afecte al adulto mayor y proporcionarle respuesta inmediata. En la actualidad el IAAM-DF cuenta con mil 300 Profesionales en Servicios a Adultos Mayores (conocidas como Educadoras), 95 enlaces territoriales, 22 líderes coordinadores delegacionales distribuidos en las 16 delegaciones y mil 352 unidades territoriales, cuya responsabilidad es visitar a los adultos mayores para verificar los requisitos, entregar la Tarjeta de Pensión Alimentaria, dar seguimiento a los pensionados para corroborar la sobrevivencia, residencia y detectar violencia y/o maltrato. Además de acompañar a los médicos del Programa de Visitas Domiciliarias, las Profesionales en Servicios a Adultos Mayores promueven y difunden los programas y acciones encaminados a mejorar las condiciones de vida de los adultos mayores, su familia y la comunidad en general. • 164


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La Tarjeta de la Pensión Alimentaria La Pensión Alimentaria para los Adultos Mayores Residentes en el Distrito Federal es un apoyo económico al que por ley tienen derecho desde 2001 las personas mayores de 70 años. A partir de septiembre de 2009 la edad se redujo a 68 años, explicó Norma Angélica Licona, directora de la Pensión Alimentaria en el Instituto para la Atención de los Adultos Mayores del DF. La pensión alimentaria encuentra sustento en los principios de universalidad, territorialidad, exigibilidad, transparencia y garantía de seguridad económica básica para este sector de la población, lo cual contribuye al mejoramiento de sus condiciones de vida en lo social y emocional. “Saber que pueden adquirir productos y bienes les genera confianza, seguridad, además los hace sentir parte activa y un apoyo para su familia”, abundó. 169


Licona detalló que el Gobierno del Distrito Federal deposita cada mes al derechohabiente el equivalente a medio salario mínimo vigente en la ciudad de México en una tarjeta plástica, con la cual pueden adquirir diversos productos y bienes en 3 mil 508 centros comerciales, pequeños comercios y mercados públicos afiliados en esta ciudad. Aclaró que esta tarjeta no puede utilizarse en cajeros automáticos ni canjearse por dinero en efectivo. Por ser un derecho universal en el Distrito Federal todos y todas las personas de 68 años de edad o más pueden solicitar la Tarjeta de Pensión Alimentaria, sin importar su condición social y/o económica, o si goza o no de otro apoyo económico (IMSS o ISSSTE), pero deben demostrar una residencia mínima permanente de por lo menos los últimos tres años en la ciudad de México. ¿Dónde se puede solicitar la pensión alimentaria? En los módulos de atención del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores en el Distrito Federal, con la Profesional en Servicios a Adultos Mayores (Educadora Comunitaria), en las delegaciones y en el 170


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módulo central, ubicado en Venustiano Carranza 49, entre Bolívar e Isabel la Católica, en el Centro Histórico, delegación Cuauhtémoc, código postal 06000. De lunes a viernes de 9 a 15 horas. ¿Qué documentos se requieren? Al momento de solicitar la pensión en cualquiera de los espacios autorizados, el adulto o la adulta mayor debe mostrar una identificación oficial, dar su nombre completo, dirección y delegación donde reside de forma permanente en el Distrito Federal. Cuando por algún problema de salud el adulto mayor no puede acudir a los módulos, un familiar o vecino puede iniciar el trámite, sólo debe llevar una identificación oficial que lo acredite como representante del adulto mayor, y la identificación del interesado. Después de hacer la solicitud, ¿qué sigue?

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Una vez que el adulto mayor realizó su solicitud una Profesional en Servicios a Adultos Mayores o Educadora Comunitaria acude al domicilio que refiere de residencia permanente en la ciudad de México para verificar el cumplimiento de los requisitos fijados en la ley. Durante la visita, el adulto mayor debe mostrar un comprobante de edad, que puede ser el acta de nacimiento, CURP o pasaporte; en el caso de los hombres, la cartilla del servicio militar. Cuando el solicitante sea extranjero podrá presentar acta de naturalización, pasaporte, formato FM2 o FM3. El comprobante de residencia puede ser la credencial de elector o una constancia de residencia emitida por la delegación política. La identificación oficial puede ser (credencial de elector, pasaporte o cartilla militar). Se requieren original y copia fotostática porque la Profesional en Servicios a Adultos Mayores o Educadora 173


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Comunitaria, después de cotejar la información y verificar que no existe ningún problema, procede a llenar la solicitud correspondiente y recoge la copia con el propósito de integrar el expediente del adulto mayor. ¿Tiene costo el trámite? No. La solicitud, visitas domiciliarias, entrega de la Tarjeta de Pensión Alimentaria e información sobre el programa son totalmente gratuitos. ¿En cuánto tiempo se entrega la tarjeta? El reglamento de la ley señala que el Instituto para la Atención de los Adultos Mayores del DF cuenta con

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un plazo de hasta seis meses para entregar la tarjeta. ¿Cuál es el monto actual de la pensión alimentaria? Para 2011 es de 897.30 pesos; es decir, el equivalente a medio salario mínimo vigente en el Distrito Federal. Este monto se actualiza cada año con base en el incremento al salario mínimo. ¿Quién es la Profesional en Servicios a Adultos Mayores o Educadora Comunitaria? Es la persona autorizada por el Instituto para la Atención de los Adultos Mayores en el DF para realizar las visitas domiciliarias a los adultos mayores; se les puede identificar por su chaleco color beige con los logotipos impresos del GDF, del instituto o de Red Ángel. Asimismo porta una identificación que la acredita como personal de este instituto.

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¿Por qué motivos puede acudir a los domicilios? El objetivo de la visita domiciliaria es establecer un vínculo de comunidad, de identidad, que dignifique a los adultos mayores. Estas visitas son fundamentalmente de seguimiento y para proporcionar servicios médicos y sociales al derechohabiente por el instituto. Las visitas no se realizan como mero trámite burocrático, ya que durante éstas se han podido detectar situaciones que lesionan los derechos de las personas adultas mayores, vinculadas a maltrato físico, sicológico, patrimonial y/o por abandono. La realización de las visitas domiciliarias tiene sustento en el artículo 26 del reglamento, el cual establece que se deben realizar para verificar la residencia del derechohabiente, el ejercicio del derecho de la pensión alimentaria, sobrevivencia y atención de dudas, corroborar casos especiales reportados por familiares, vecinos o personas cercanas al adulto mayor, así como para 178


recopilar información. ¿Se pueden programar las visitas? No. La normativa vigente de la pensión alimentaria establece que la Profesional en Servicios a Adultos Mayores (Educadora Comunitaria) no debe acordar cita o citas con los adultos que la solicitan por vez primera la pensión o que ya son derechoabientes. Las visitas pueden ser de lunes a viernes de 9 a 15 horas. ¿Qué se debe hacer en caso de cambio de domicilio? El Instituto para la Atención de los Adultos Mayores en el DF cuenta con un área especial para atender los casos de cambio de domicilio. Sabemos que por las características de vulnerabilidad en cuidados y atenciones que requieren, en ocasiones los adultos mayores viven de manera temporal con algún familiar, por eso es importante conocer el lugar 179


donde habitan los derechohabientes, para que las Educadoras Comunitarias sepan dónde realizar la visita. En 2010 se recibieron 12 mil 93 solicitudes de cambios de domicilio. En caso de robo, extravío o daño de la tarjeta, ¿dónde se puede reportar? Se debe llamar al teléfono 9126 9999 o a Locatel 5658 1111. La cancelación se realiza de manera inmediata. El operador informa al que reporta del número de reporte, fecha y hora, así como el saldo existente al momento de cancelar la tarjeta. El reporte inmediato del robo y/o extravío de la Tarjeta de la Pensión Alimentaria garantiza que no pueda ser utilizada por terceras personas. Posteriormente se hace entrega de una nueva tarjeta en el domicilio del adulto mayor. 180


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Para cualquier información respecto de los tiempos de entrega de la reposición de Tarjeta de la Pensión Alimentaria, se debe llamar al número telefónico 5208 3583 o enviar un mensaje al correo electrónico admayor@df.gob.mx La directora de la Pensión Alimentaria señaló que debido a que las tarjetas electrónicas sufren deterioro y la banda magnética deja de funcionar, están caducas o en mal estado, en marzo de 2011 el Instituto para la Atención de los Adultos Mayores puso en marcha el reemplazo de 469 mil 812 plásticos, por lo que personal de este órgano, encabezado por su directora, Rosa Icela Rodríguez, se dieron a la tarea de visitar las 16 delegaciones. Con esto se busca evitar contratiempos a los adultos mayores cuando realizan sus compras en los 3 mil 508 establecimientos de la ciudad de México donde es recibida la Tarjeta de la Pensión Alimentaria. •

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ARTÍCULOS MÁS IMPORTANTES DEL REGLAMENTO DE LA LEY QUE ESTABLECE EL DERECHO A LA PENSIÓN ALIMENTARIA PARA LOS ADULTOS MAYORES DE 68 AÑOS RESIDENTES EN EL DISTRITO FEDERAL Artículo 3º. Todo adulto mayor tiene derecho a recibir una pensión que garantice su seguridad económica básica, previo cumplimiento de los requisitos establecidos en el presente reglamento. DE LA INCORPORACIÓN AL PADRÓN DE BENEFICIARIOS DE LA PENSIÓN ALIMENTARIA Artículo 9. Son requisitos para ser derechohabiente, los siguientes: Tener sesenta y ocho años de edad o más al momento de solicitar su inscripción al padrón de la Pensión Alimentaria. Radicar permanentemente en el Distrito Federal, con una antigüedad mínima de tres años de residencia al momento de la solicitud de la pensión, lo que deberá acreditar a través de cualquiera de los medios reconocidos por la ley y el presente reglamento. DE LA BAJA DEL PADRÓN DE BENEFICIARIOS DE LA PENSIÓN ALIMENTARIA Artículo 32.- Son causas de baja del padrón de beneficiarios de la pensión: Cuando al menos después de tres visitas consecutivas en días y horarios diferentes la persona adulta mayor no es localizada en el domicilio reportado como residencia del mismo, según solicitud de inscripción y/o carta compromiso. Derogada. Cuando se compruebe documentalmente la existencia de una alta repetida. Cuando se verifique que el derechohabiente haya proporcionado información falsa y no cumple con los requisitos de edad o residencia establecidos para gozar de la pensión.

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Trae a su mente recuerdos de hace más de diez años. “Los adultos mayores eran muy desconfiados. Era difícil tener contacto con ellos, no creían que se les iba a dar un apoyo sin pedirles nada a cambio. A veces nos cerraban la puerta, hasta agua nos echaban, porque pensaban que íbamos de un partido político. Nos decían que no iban a ir a marchas, ni a reuniones o mítines. Incluso, al entregar las primeras JĔěĆ ēēĆ PĴėĊğ LĚēĆ tarjetas muchos las rechazaron. El apoyo Profesional Técnico en Atención a los era de 600 pesos al mes”. Adultos Mayores (Educadora Comunitaria) Después de muchas horas de caminar las calles de esta ciudad, las educadoras l adulto mayor debe saber lo aprendieron a valorar la importancia de irse importante que es sent que un adulto o adulta mayor, o su familia que aun do, querido y apapacha abriera la puerta de su casa, “porque ellos , ropa la en ches chin esté sucio, tenga lo transmitirían a sus vecinos. Era como huela mal o viva solo en un lugar donde esparcir la información por todas las z Pére no hay limpieza, afirma Jovanna colonias, y así nos fueron identificando”. a ezó emp s Luna, quien a los 18 año La estrategia era explicarles que el aria, unit com a ador trabajar como educ Gobierno del Distrito Federal quería en ico Técn nal esio Prof ada ahora llam darles ese apoyo por todo lo que habían . ores May ltos Adu los a ción Aten contribuido con el desarrollo de la tos cien a dido aten ha a De 1998 a la fech ciudad de México, y del país, pero sobre de adultos mayores, quienes en más todo, garantizarles que recibir la tarjeta confi de una ocasión la han hecho su no los obligaba a ir a ning ún lado. la a rla paña dente o le han ofrecido acom Poco a poco “las personas mayores de tahabi ad unid o ndad puerta de la veci 70 años comenzaron a salir a la calle, to. Tepi cional de nos buscaban para preg untarnos. En ad verd de que “He visitado a adultos ese tiempo (entre 2001 y 2003) teníamos que s otro dad; sole ema están en extr hasta 700 adultos mayores por colonia. tienen familia, pero no la ven, y a los Eran muchos”, rememora. que siempre han estado con sus hijos. A fines de 2003 se promulgó la Ley Así como hay casos felices, hay tristes. que Establece el Derecho a la Pensión ncia orta imp la or may to Le doy al adul Alimentaria para Adultos Mayores de a huel o o suci esté ue aunq e, que tien 70 años. “Esto creció poco a poco, se dio mal. Eso no importa, lo que quiero es importancia al adulto mayor; el apoyo hacerle saber que –él o ella– es imporcambió su entorno, su vida y su familia. con a bast s vece A ho. tante y vale muc Fue un despegue estupendo para ellos, orconf para to alien de bras unas pala no lo creían”. tarlo, para hacerlo sentir importante y Jovanna resume: “fue un trabajo arduo, querido”, reflexiona Jovanna. tomó diez años ganarnos la confianza, y r deci a ezó emp se do cuan que enta Com sobre todo que se dieran cuenta de que que el Gobierno del Distrito Federal era cierto lo que decíamos”. iba a apoyar a los adultos mayores, Las educadoras inician su jornada a las primero con el ingeniero Cuauhtémoc 8 de la mañana con una reunión con Cárdenas, y luego con Andrés Manuel su enlace. “Al día realizan en promedio López Obrador, “pensábamos que el ocho visitas, ya sea para entregar programa no iba a ser tan bueno”. reposiciones de Tarjetas de la Pensión

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El adulto mayor debe sentirse querido, apapachado

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Alimentaria, tramitar nuevos ingresos, llevábamos al médico, pero realmente verificar los datos de quienes solicitan la estaban mal: ya no veían ni escuchaban tarjeta, hacer el seguimiento del adulto bien, tenían hipertensión y diabetes. Así mayor, y, en casos especiales, ir con el iban por sus compras, porque eran muy doctor a las visitas médicas”. desconfiados. Cuando iba a visitarlos Jovanna ha trabajado en las delegaciones al escuchar mi voz me reconocían. Iztacalco y Cuauhtémoc; los pasados “Señorita, ¿cómo está?”. Yo respondía siete años en el barrio de Tepito. que bien y les preg untaba que cómo estaban ellos. Les decía que eran mis –¿No te da miedo entrar ahí? cons entidos. Ellos se ponían felices, –Sí, Tepito es una zona de alto riesgo. sonr eían , platicábamos un buen rato. Diario asaltan o venden droga, pero Los vecinos dicen que comían del bofe nos respetan. Corremos riesgos en las que guisaban para los gatos. Un día calles, no sabemos qué gente o conflictos mur ió uno de enfermedad, y al poco vamos a encontrar. A veces pasamos y se tiem po el otro, de tristeza. están peleando. Le avisamos a nuestro Al caminar por la calle Libertad más de jefe y él nos dice: “retírate, mejor vete un adulto mayor la saluda, le preg unta a otro lado”. Cuando nos enteramos cómo está, que cuándo los va a ver, pero por las noticias de que están los operatambién hay quien le reclama porque tivos o vemos los helicópteros, mejor no le han dado su tarjeta. Escucha a no salimos. todo s con paciencia, les explica que en Entramos a vecindades donde dicen que promedio tarda seis meses. venden droga, pero nosotras vamos a “Disfruto mucho mi trabajo, me gusta hacer un trabajo. Saludamos con respeto platicar con ellos, hacerlos sentir que a los chicos que están ahí. Te preg untan valen mucho, porque a veces, aunque adónde vas. Les respondes que a visitar tengan todo, o no, necesitan que los a tal o cual adulto mayor. Y te dicen: quieran, que los apapachen. A veces los “oke y, pásate”. Saben que vamos a visitar hijos no hacen eso”, asevera. a sus adultos, nos han detectado, saben quiénes somos, a qué vamos y que no Confiesa que ya no lo hace por dinero. vamos a meternos con ellos. Incluso, “Estamos en una situación de que no cuando los adultos mayores ven alguna hay trabajo, y si lo hay, está mal pagado. situación de riesgo, ellos nos sacan: “yo Éste nos permite hacer que el adulto se la acompaño a la puerta”. Nos dan las sienta bien, tenemos una remuneración alertas de que no pasemos por equis ni muy buena ni muy mala”. calle a tal o cual hora. O que lo hagamos Al visitar a “sus adultos”, como ella los más temprano. Algunos hasta nos dicen llama, Jovanna puede tardar una o dos que vayamos por ellos para que nos horas. “A lo mejor al otro día me tengo acompañen. El adulto mayor ha hecho que quedar más tiempo para terminar esa red de protección para nosotras”. con las visitas que tengo que hacer, pero –¿Algún caso te ha impactado? –se le eso no importa. Lo principal es que mi pregunta. adulto quede bien, esté contento, se desahogue y me platique qué tiene. Para Jovanna guarda silencio unos segundos. mí es una satisfacción muy grande. Ellos Sus ojos se llenan de lágrimas. siempre dicen: “mi vida fue un fracaso, –Había unos adultos mayores que no valió la pena vivirla”. Yo les digo que eran hermanos, vivían en Tepito. Se lo vean como una experiencia, que lo dedicaban a guardar y a sacar puestos, importante es que están vivos. Sabemos les pagaban cada ocho días. Tenían que hay adultos mayores que están solos familia, pero no los apoyaba. Estaban por el trato que dieron a sus hijos”. • bien solitos, andaban muy sucios, les

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Sector en crecimiento En 2001, los beneficiarios sumaron 250 mil; el año siguiente, 325 mil; 335 mil en 2003; en 2004, 352 mil; en 2005 hubo 381 mil; en 2006 ascendieron a 400 mil; en 2007 sumaron 416 mil; en 2008 llegaron a 430 mil; en 2009 alcanzaron los 434 mil, y en 2010, al incorporarse los adultos mayores de 68 años, 464 mil 998. De acuerdo con la Encuesta de percepción y situación de los derechohabientes levantada por el Instituto para la Atención de los Adultos Mayores en 2010, se detectó que la edad promedio es de 78 años y 84 por ciento sabe leer y escribir. De este porcentaje, 52 por ciento cuentan con primaria, 11 por ciento con secundaria, 4 por ciento con carrera técnica, 4 por ciento con bachillerato, 8

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por ciento con carrera profesional, uno por ciento son normalistas y un porcentaje similar tienen posgrado. Tres de cada 10 encuestados no cuentan con ninguna instrucción escolar. Los adultos mayores con carrera técnica, profesional y posgrado viven en las delegaciones Benito Juárez, Coyoacán y Cuauhtémoc. Esta última también cuenta con un universo de 28 por ciento de personas que no saben leer ni escribir. De las 16 delegaciones, Iztapalapa registró el nivel académico más bajo. El trabajo realizado por las autoridades capitalinas ha permitido que 93 por ciento de los adultos mayores conozcan sobre la pensión alimentaria, 66 por ciento saben que el gobierno creó el instituto para su atención y 89 por ciento consideran que el Gobierno del Distrito Federal se preocupa por atenderlos y apoyarlos, pues la última vez que fue visitado por una educadora, en 191


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88 por ciento de los casos, fue entre uno y seis meses. El trato recibido fue calificado de “muy bueno” y “bueno”, y sólo en 0.07 por ciento –tres casos– los encuestados señalaron que se les había solicitado cooperación o les habían condicionado la entrega de la tarjeta, que en 84 por ciento de los casos es utilizada en supermercados, 9 por ciento en farmacias y 5 por ciento en tiendas departamentales. Ocho de cada 10 adultos mayores destinaron el apoyo económico recibido a comprar alimentos, productos de higiene personal, medicinas, artículos de limpieza para el hogar, ropa y calzado. En menor medida adquirieron golosinas, blancos o electrodomésticos.Su percepción ha mejorado, pues han podido comprar alimentos que les gustan, se sienten más seguros por tener recursos propios, compran cosas para las que antes no les alcanzaba, colaboran con el gasto familiar, salen con mayor frecuencia, son más independientes, los toma en cuenta su familia, ya no se consideran una carga y cuentan con servicio médico y medicamentos gratuitos. Además, contar con la pensión les ha permitido mejorar su salud, al poder comprar medicamentos 193


que necesitan; están más tranquilos, acuden a los servicios del gobierno, los cuidan más sus familiares y han recibido consulta médica en su domicilio. En torno al aspecto laboral, 57 por ciento de los adultos mayores trabajaron como empleados u obreros, 18 por ciento lo hicieron por su cuenta, 3 por ciento eran jornaleros o peones, uno por ciento eran patrones, un porcentaje igual fueron trabajadores sin pago y 19 por ciento de los casos no trabajaron. Ello les ha llevado a recibir ayuda de sus familiares en poco más de la mitad de los casos, principalmente económica, de manera regular por un monto de entre 750 y mil 800 pesos mensuales. Sin embargo, 61 por ciento de los adultos mayores de la ciudad reciben, con todos estos apoyos, menos de un salario mínimo al mes. •

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Programa de Atención Domiciliaria a los Adultos Mayores DR. PEDRO????

En el Programa de Salud 2002-2006 del Gobierno del Distrito Federal se enunció como uno de los principales problemas que enfrenta la población de la ciudad de México la desigualdad en el acceso a los beneficios del sistema de salud y al tratamiento requerido, situación que provoca que la mayor parte del costo de la atención de la enfermedad recaiga en el paciente y la familia, sobre todo cuando no pertenece a una institución de seguridad social. La atención médica, incluso en el sector público, puede llevar a un gasto “catastrófico” para las familias de bajos ingresos, y peor aín, que no obtengan el tratamiento requerido.

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La desigualdad en el acceso a los servicios de salud y la desprotección social es más evidente en el grupo poblacional de adultos mayores, por lo que se requiere cubrir con nuevos beneficios a todo ese grupo, teniendo como objetivos principales la protección de la salud, el mejoramiento de las condiciones individuales de salud, la disminución de la desigualdad ante la enfermedad y la elevación de la calidad de vida. En este contexto, el Instituto para la Atención de los Adultos Mayores en el Distrito Federal (IAAM-DF) plantea la necesidad de atender de manera integral a las personas adultas mayores (AM). Ante este reto, se desarrolla el Programa de Visitas Médicas Domiciliarias para Adultos Mayores, el cual tiene por objetivos atender a la población que ha perdido la capacidad para valerse por sí misma y desplazarse hacia una unidad del sistema de salud. Para alcanzar esta finalidad es necesario establecer líneas estratégicas de actuación, dentro de las cuales se encuentra determinar el perfil del estado de salud del adulto mayor, con base en una valoración geriátrica integral (VGI). Esta evaluación tiene dos objetivos: establecer el sistema de atención social y/o de salud que requiere el adulto mayor y definir el perfil biosicosocial de este sector de la población.

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PĊėċĎđ ĉĊđ ĊĘęĆĉĔ ĉĊ ĘĆđĚĉ ĉĊ đĔĘ ĆĉĚđęĔĘ ĒĆĞĔėĊĘ ĉĊ ĚēĎĉĆĉĊĘ ęĊėėĎęĔėĎĆđĊĘ ĉĊ ĒĚĞ ĆđęĆ Ğ ĆđęĆ ĒĆėČĎēĆĈĎŘē En cumplimiento del objetivo de determinar el estado de salud con base en una evaluación biosicosocial se presenta el perfil del estado de salud de los adultos mayores residentes en las unidades territoriales de muy alta y alta marginación del Distrito Federal mediante un estudio descriptivo derivado de 79 mil 539 valoraciones geriátricas realizadas entre 2005 y 2007. Las VGI fueron realizadas por personal médico, con entrenamiento en atención al adulto mayor. Dichas valoraciones están compuestas por los rubros de

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mayor relevancia en la evaluación completa de los ancianos. La metodología e instrumentos utilizados se encuentran validados en el idioma español. Finalmente, la aplicación de dichos instrumentos (entrevistas) fue supervisado por especialistas en geriatría, y posteriormente capturadas en una base de datos para su subsecuente análisis estadístico.

RĊĘĚđęĆĉĔĘ: CĆėĆĈęĊėŃĘęĎĈĆĘ ĘĔĈĎĔĉĊĒĔČėġċĎĈĆĘ. GĴēĊėĔ Ğ ĊĉĆĉ El predominio de mujeres en las edades avanzadas es una característica mundial, lo cual tiene implicaciones para la sociedad y los propios individuos. La relación entre géneros es de 1.64 a 1, es decir, que por cada hombre casi existen dos mujeres. Lo anterior se encuentra en concordancia con lo reportado en diversas investigaciones internacionales, y forma parte del fenómeno conocido como “feminización del envejecimiento”, uno de cuyos componentes es precisamente la mayor proporción de mujeres respecto de los hombres. Esta relación se acentúa conforme se incrementa la edad, tal como se observa en la tabla 1, donde en el primer quinquenio se observa una relación de 1.64 a 1; contrastando la relación en el último quinquenio, donde la relación es de 2.31 a 1 mujeres/hombres. No obstante lo anterior, también es sabido que parte de esta feminización del envejecimiento conlleva un peor estado de salud para las mujeres, aunque sobrevivan más. El incremento de la relación mujer/hombre a partir de los 85 a 89 años de edad es un reflejo del aumento de la mortalidad en el género masculino, debido a una reducción de la población masculina de 51 por ciento respecto del quinquenio anterior, este fenómeno se continúa observando en los siguientes quinquenios, hasta llegar a 90 por ciento de mortalidad en los hombres y de 85 por ciento en la mujeres entre los quinquenios de 95 a 99 años y los mayores de 100. Dada la feminización del envejecimiento, las políticas públicas deben orientarse hacia este grupo en particular, ya que se trata de personas vulnerables, tanto por ser adultas mayores como por ser mujeres.

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TĆ ćđ Ć 1 POBLACIÓN POR GÉNERO Y QUINQUENIO Quinquenio

Hombres

Mujeres

Total

Relación Mujeres/Hombres

70 a 74 años 75 a 79 años 80 a 84 años 85 a 89 años 90 a 94 años 95 a 99 años Mayores de 100 años

11,171 9,422 5,742 2,594 792 287 38

18,241 15,239 9,177 4,439 1,680 621 88

29,412 24,661 14,919 7,033 2,472 908 126

1.63 a 1 1.61 a 1 1.59 a 1 1.71 a 1 2.12 a 1 2.16 a 1 2.31 a 1

Total

30,048

49, 491

79,539

1.64 a 1

EĘęĆĉĔ ĈĎěĎđ: ěĎĚĉĊğ Los hombres tienen menor frecuencia de viudez que las mujeres. Entre los factores que influyen está la mayor frecuencia de supervivencia de la mujer respecto del hombre. Se sabe que ser viudo o soltero es un factor de riesgo para muchos desenlaces adversos, tales como la disfuncionalidad y la muerte. Asimismo, los adultos mayores que viven solos suelen tener una precaria red de apoyo social, lo cual los coloca en situación de vulnerabilidad especial. Lo que hace necesario desarrollar programas de apoyo social para estas personas.

CĚĎĉĆĉĔėĊĘ Existe una diferencia por género en relación a los cuidadores, siendo de predominancia los hijos para la mujer (46.5 por ciento) y la pareja para el hombre (34.6 por ciento). Para ambos géneros existe un porcentaje de casi 30 por ciento que no cuentan con cuidador. Este dato se debe interpretar con cautela, ya que en un primer vistazo podría interpretarse como buen estado de salud de estos individuos; sin embargo, es posible que estos adultos presenten cierto grado de disfuncionalidad y no cuenten con el apoyo necesario para poder solventar dicho problema.

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EĘęĆĉĔ ċĚēĈĎĔēĆđ El estado funcional básico se determina por medio de la capacidad de la persona para realizar actividades cotidianas que le sirven para sobrevivir en su casa. Dentro de estas actividades se encuentra bañarse, vestirse, ir al baño, trasladarse dentro de su casa, la capacidad de continencia de la orina y comer. En el análisis individual de cada una de las actividades básicas de la vida diaria contenidas cabe resaltar que la actividad con mayor frecuencia de afectación es la continencia, con 85.20 por ciento de la población total con capacidad para realizarla; seguida de poder bañarse, con 88.6 por ciento; mientras que la actividad que desempeñan con menor dificultad es la alimentación, con sólo 97.9 por ciento de la población que logra realizarla, seguida de poder desplazarse, con 96.4 por ciento. (Gráfica 1)

Gė ġ ċĎĈ Ć 1 FUNCIONALIDAD BÁSIC A

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PĊėċĎđ ĉĊđ ĊĘęĆĉĔ ĉĊ ĘĆđĚĉ ĉĊ đĔĘ ĆĉĚđęĔĘ ĈĊēęĊēĆėĎĔĘ Ċē Ċđ DĎĘęėĎęĔ FĊĉĊėĆđ El crecimiento de la esperanza de vida podría traducirse como un éxito del sistema de salud del país; sin embargo, México envejece a una tasa para la cual parece no adecuarse y se refleja en el aumento de un sector de la población que requerirá cada vez más servicios y atención: la llamada “cuarta edad”, que se define como una población con pérdida de capacidad para las actividades de la vida diaria, problemas severos de salud relacionados con enfermedades crónico degenerativas y dependencia para el sostenimiento y el cuidado. Para México se propone el inicio de la cuarta edad a partir de los 75 años. La población de más de 80 años es la que aumenta con mayor rapidez en el país, la fragilidad de los adultos mayores de 80 años es prevalente: alrededor de 40 por ciento es dependiente por algún tipo de discapacidad, a diferencia de los que oscilan en los 65 años, que es de alrededor de 7 por ciento. “Sin embargo, su vulnerabilidad no es sólo física, sino también mental y social”. 207


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Dado que la esperanza de vida se ha incrementado, los casos de longevidad excepcional son cada vez mas frecuentes. Los centenarios constituyen el mejor ejemplo de envejecimiento satisfactorio, más que victimas son sobrevivientes, por consecuencia los adultos centenarios han desarrollado mecanismos que les han permitido vencer obstáculos de salud, sicológicos y sociales. Se refiere que los adultos de la cuarta edad, entre 30 y 50 por ciento, presentan un estado funcional y sicológico buenos1, 2, 3. El grupo de centenarios a escala mundial está creciendo rápidamente y se espera que llegue a 447 mil para 2040. 4 Los factores que predicen la longevidad excepcional y sus tendencias aún no se conocen a ciencia cierta. Algunos de los más importantes estudios de longevidad humana excepcional se han desarrollado en centenarios, precisándose numerosas variables implicadas, como la capacidad funcional.5 1 Ham-Chande, R.El envejecimiento: una nueva dimensión de la salud en México. Salud Pública Mex 1996,p 412. 2 Jene BW, Powel DI, Exception Lonegevity From Prehistory to the Present. Odese University Press 1995 3 Franceschi C, Bonfa M. Centenarians as a model for helty aging 2003 Biochemical Society. 4 Kimberly R, Powell, Daniel I, Kaplan F. Resi Longevity Studies. http://www.ntis.gov/ support/index.html 5 The Merck Manual of Geriatric. The Second Edition, 2000: 3-7.

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Probablemente los cambios en el estilo de vida, los cuidados de la salud, el saneamiento ambiental y las políticas de salud pública han contribuido a esta nueva generación de centenarios. Hay diversos reportes en la literatura que refutan la hipótesis de que las personas de 100 años o más son dependientes, dementes o discapacitados. Estos estudios han demostrado científicamente que existen centenarios saludables6, 7, 8 y constituyen el mejor ejemplo de envejecimiento activo, más que victimas son sobrevivientes y han logrado sobrevivir a las enfermedades relacionadas con la edad. La mayoría de los estudios mencionan cifras entre 30 y 40 por ciento de centenarios funcionales, pero en nuestra experiencia como ejecutores en el terreno de este estudio, apreciamos que el grado de función global se ve afectado, sobre todo en el análisis de las actividades instrumentadas de la vida diaria (AIVD) y en el hecho que generalmente hay afectación en al menos una de las actividades básicas de la vida diaria (ABVD), sobre todo para bañarse, más por cuestiones sobreprotectoras que por limitaciones físicas propias del centenario. Los 6 Martin, P., Rott, C., Hagberg, B., & Morgan, K. (Eds.). (2000). Centenarians: Autonomy versus dependence in the oldest old. Paris: Serdi and New York: Springer 7 Susuki M, Bradley W and Willcox. The Okinawa Centenarian Study. www.okinawaprogram.com/study.html 8 Cawthon RM et al. Characterization of Participants in Studies of Exceptional Survival in Humans: Recommendations for a Minimum Set of Measures. 2001.

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resultados finales de este estudio (aún en fase de campo) nos permitirán evidenciar algunas cuestiones. Los centenarios son la expresión de una longevidad excepcional y para su comprensión se hacen necesarias evaluaciones desde etapas previas, estableciendo indicadores del estado de la función que permitan el análisis de las distintas variables. Por ello la implementación de clínicas de evaluación de edades extremas (nonagenarios-centenarios). En el contexto de un centro especializado como el nuestro, desarrollaría la investigación en el campo de la longevidad, en el que se establezcan distintos marcadores de función mediante la validación de instrumentos que permitan evaluar de manera óptima la discapacidad en estas etapas. Por eso, el Instituto para la Atención a los Adultos Mayores en el Distrito Federal se fijó como meta determinar el estado de salud de 448 centenarios.

RĊĘĚđęĆĉĔĘ ĘĔĈĎĔĉĊĒĔČėġċĎĈĔĘ. GĴēĊėĔ Ğ ĊĉĆĉ Se incluyó a un total de 448 personas, de las cuales 71.17 por ciento son mujeres y 28.83 varones, con un promedio de edad de 101 años (100 a 112 años). (Gráfica 2).

Gė ġ ċĎĈ Ć 2 DISTRIBUCIÓN POR GÉNERO

28.83%

Hombres 71.17%

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Mujeres


CĔĒĕĔĘĎĈĎŘē ĉĊ đĔĘ čĔČĆėĊĘ Tomando en cuenta algunos datos de la composición de los hogares, podemos observar que una importante proporción (64.3 por ciento) vive con sus hijos; otros familiares, 18.4 por ciento; con un no familiar, 6.7 por ciento; mientras que 4.3 por ciento vive con su pareja solamente. (Gráfica 3)

Gė ġ ċĎĈ Ć 3 DISTRIBUCIÓNDELASPERSONASCONLASQUEVIVES

4.30%

6.30%

6.70% Hijos Con otros familiares

18.40% 64.30%

No familiar Pareja Solo

Es interesante notar que 6.3 por ciento de las personas reportaron vivir solas. Con base en una distribución por género se observa que 84.2 por ciento son mujeres y 15.8 por ciento hombres, lo que hace pensar en un pequeño grupo de personas con buenas condiciones de salud que les permiten vivir solas.

FĚēĈĎĔēĆđĎĉĆĉ Como se demuestra en el gráfica 4 sobre la capacidad para realizar las actividades básicas de la vida diaria (baño, vestido, aseo, alimentación, continencia y transferencia), la continencia está reducida en ambos géneros, siendo de mayor impacto para el género femenino, esto debido al efecto de género que presentan estas actividades. La de transferencia alcanzó la mayor diferencia entre el grupo de mujeres y de hombres, con 23 por ciento.

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Gė ġ ċĎĈ Ć 4 ACTIVIDADES BÁSIC AS DE L A VIDA DIARIA DE ACUERDO A GÉNERO

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EĘęĆĉĔ ĉĊ ĘĆđĚĉ Como se puede observar en el gráfica 5, las dos enfermedades (comorbilidades) de mayor frecuencia en esta población son la osteoartrosis (34.9%) y la hipertensión arterial sistémica (30.9%); la proporción de impacto de la insuficiencia vascular periférica (11%), la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (7.4%) y la diabetes mellitus tipo 2 (5%) está disminuida en esta población. •

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Gė ġ ċĎĈĔ 5 FRECUENCIA DE LAS DIEZ COMORBILIDADES MÁS FRECUENTES

34.90%

Osteoartrosis

30.90%

Hipertensión arterial sistémica 12.80%

Enfermedad ácido péptica

11.30%

Dolor

11%

Insuficiencia vascular periférica

8.60%

Otra cardiopatía

8.10%

Gingivitis y/o enfermedad periodontal

7.40%

Enfermedad pulmonar obstructiva crónica Trastorno funcional digestivo Diabetes mellitus

5.90% 5%

0.00% 5.00% 10.00% 15.00% 20.00% 25.00% 30.00% 35.00%

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que pedir fiado y endeudarse, como casi todos los fines de semana, con el marchante de la tienda o del mercado. Es más, la mañana de hoy hay algo más que desayunar, que muchos de los principios del día que no había para comer, para la mañana, la tarde y la noche, “más que frijoles”. Para José el cambio le dio nueva vida. RĔĘĆ MĆėŃĆ Ğ JĔĘĴ Pese a estar jubilado, tenía que salir Derechohabientes de la Tarjeta de la Pensión desde temprano a conseguir lo que fuera Alimentaria que le permitiera obtener algún ingreso más allá de su pensión para sostener a de vida su urante buena parte de los hijos que aún le quedaban en casa. ía Mar Rosa , años sus más de 80 “De albañil, de carpintero, de plomero, Merlo se levantaba con el Jesús de lo que fuera, y muchas veces no había en la boca. Su día era una constante de nada”. complicaciones, de búsquedas. Había El dinero se esfumaba entre las necesicial espe o olfat un que salir de la casa con dades, las urgencias, los esfuerzos y las s, cado mer los e entr para hallar la desesperación para mantener a la prar com a podí e dond rs súpe los as, tiend familia. Así la pasaba. Ahora, con un más barato lo necesario para subsistir gesto de tranquilidad, de orgullo, el , José de n ació con el dinero de la jubil hombre se siente nuevo. su marido, cuya pensión no alcanzaba Después de 32 años de trabajar como . nada para cartero, recibió de pensión 4 mil pesos, co. vuel un dio vida Pero hace 10 años su que apenas alcanzaban para pagar la do cuan calle la o iend barr a “Un día estab luz, el teléfono y el gas, situación que lo le No : dice me y rita seño una llegó sumía en una angustia y depresión al no gustaría tener una ayudita? Le dije ¡claro poder proveer lo necesario a su familia o com fue Eso creí. que sí!, pero nunca le o vivir siempre “endrogado”, pese a que zo mar en o lueg y , 2000 de re en noviemb siempre ha sido un hombre de trabajo. que cosa ta, tarje la egó entr me y esó regr Lejos ha dejado la tentación de comprar yo pensaba que no era cierto y me fui a con la tarjeta una botella de vino, comprar para ver si era verdad que nos cigarros u otra cosa que no sea indisiban a dar lo que decían. Nos dieron pensable. “Hay que saberse administrar s. peso 500 y no malgastar la ayuda”, dice. dejó ía Mar Rosa Desde aquel día Y explica su secreto: “Ella (Rosa María) de peregrinar por las tiendas y los compra la despensa, frijol, arroz, aceite; y ano cerc más r súpe al metí me : ados merc yo, con mi tarjeta, carne, pan, leche”. En y “compré mandado, puro mandado, concreto, dice: Ella compra la despensa sopa, aceite, me surtí de todo. y yo lo de diario. ados cerc ojos los en a punz le oria mem La José continúa dando consejos: “No hay de arrugas, sus ojos se humedecen, pero que comprar la fruta en los centros no amargan la sonrisa que la sorprende comerciales porque es muy cara y allí junto al siguiente recuerdo, ése de la se nos va buena parte del dinero”. Con una ció ofre le que a hach muc la de voz la tarjeta alcanza hasta para darnos un “ayudita”. gustito. “Ora si que nos alcanza hasta n. biaro cam que las anas mañ sus Fueron para dar limosna”. • Ya no habría que pensar si esta vez le pediría algo a los hijos o si tendría

EēęėĊěĎĘęĆ

La tarjeta nos cambió la vida

D

220


EēęėĊěĎĘęĆ

Cuando más la necesitábamos, llegó la ayuda BĊĆęėĎğ Ğ BĊēďĆĒŃē

Derechohabientes de la Tarjeta de la Pensión Alimentaria

E

n el Pedregal de Santo Domingo, en la delegación Coyoacán, un viacrucis similar vivía Beatriz. Fueron 30 años de precariedades. Primero, porque llegó con Benjamín, su esposo, de Michoacán, a una colonia donde “todo era cuevas, pura piedra. Yo hasta lloraba porque ya me quería regresar a mi tierra”. A sus 82 años recuerda cómo Benjamín, apenas tres años mayor que ella, se “partió el lomo” picando roca volcánica para poder construir la casa, en la que nacieron sus hijos y la mayoría de sus nietos. A la preocupación de no tener dinero para comprar cemento o ladrillos había que sumar la angustia de los días que no alcanzaba ni para comer.

Uno a uno los hijos fueron creciendo y abandonado el hogar. “Nos fuimos quedando solos” y como único ingreso la pensión de él, que es insuficiente. Para Beatriz era penoso pedir dinero a sus hijos. “Ellos tienen sus propias preocupaciones” y la deprimía convertirse en una carga para ellos. Pero desde hace más de 10 años, la alegría de vivir llegó de nuevo a este matrimonio. Un buen día, dos mujeres tocaron a la puerta y nos dijeron que, “por nuestra edad, teníamos derecho a recibir una pensión del Gobierno del Distrito Federal. Nos anotaron en una lista y se fueron”, recuerda ella. Meses después regresaron y nos entregaron, a cada uno, “nuestra tarjeta”. Con ella pueden adquirir lo necesario para cubrir sus necesidades de alimentación y parte de la pensión la ahorraban “para los detallitos que aún faltaban a la casa: aplanar un piso o una pared, que “por falta de dinero no se había podido realizar. “Es una bendición de Dios. Cuando más lo necesitábamos llegó esa señorita a ofrecernos esta ayuda, que nos impulsa a seguir viviendo y a disfrutar de nuestros hijos y nietos, sin sentir que somos una carga para ellos”, dice ella con los ojos vidriosos, mientras aprieta la mano de su compañero de toda la vida. •

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Prevención, detección y atención de la violencia. Un abordaje integral DR. A NA GAMBLE

La descripción cronológica de las acciones realizadas en el Gobierno del Distrito Federal de 2005-2011, relacionadas con la violencia en las personas adultas mayores, tanto en el ámbito público como en el privado o familiar, tiene como objetivo compartir una experiencia exitosa que se ha ido consolidando y que puede ser un ejemplo a replicar. El Distrito Federal es la entidad con el mayor porcentaje de personas adultas mayores, un punto porcentual arriba de la media nacional, con 10.5 por ciento9. Este grupo etéreo se caracteriza por vivir una serie de desigualdades que acentúan su vulnerabilidad y afectan 9

222

INEGI, Censo de Población y Vivienda, 2010


su calidad de vida. Estas desigualdades, aunadas a una imagen social negativa, han traído como consecuencia el abuso y el maltrato hacia las personas adultas mayores. La violencia es definida como las acciones, o la falta de ellas, que pueden causar daño y que ponen en riesgo la integridad física, emocional, su autonomía o cualquiera de los derechos fundamentales de una persona o grupo de personas, ya sea que pueda constatarse a simple vista o sólo sea percibida por quien la recibe10 . Tanto el abuso como el maltrato en los viejos pueden presentarse en contextos como el familiar, el comunitario o el institucional. La definición anterior implica que el daño que se provoca, afecta “su bienestar e impide que la persona ejerza su derecho de ser tratada con respeto”. La violencia puede ser ejercida por familiares, vecinos o desconocidos, con o sin intención de hacerlo; puede darse en la familia, en la comunidad o por parte de las instituciones. A veces ni siquiera la notamos, por desconocimiento, porque llegamos a acostumbrarnos a ella o por falta de sensibilidad11.

10 OMS/INPEA. Voces ausentes. Opinión de las personas mayores sobre el maltrato al mayor, 2002. 11 Guía para la formación y fortalecimiento de redes de apoyo social para personas adultas mayores”, elaborada en la Coordinación de Gerontología de la Dirección de Promoción de la Salud y Atención al Adulto Mayor. Participaron: el personal de Educación en Salud Comunitaria, Ana Gamble Sánchez-Gavito, Santa Adriana Ambriz Asbell y Varinia Herrera Castro.

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“La violencia es un problema presente tanto en lo privado como en lo público, con frecuencia no es detectada o se mantiene en silencio por temor a las consecuencias de una denuncia o por censura social. Se acentúa por la situación de riesgo en que un número importante de personas adultas mayores se encuentra: pobre red social, soledad, depresión, presencia de varias enfermedades, disfuncionalidad, sumándose el género, la edad y la indiferencia social.” En definitiva, la violencia contra las personas adultas mayores debe ser tratada en forma amplia, con una perspectiva integral y de derechos humanos, la cual requiere de un trabajo interinstitucional para su prevención, detección y atención12. 12

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Figura 1. Tipos y contextos de la violencia en personas adultas mayores.


Para el Gobierno del Distrito Federal la violencia hacia las personas adultas mayores ha sido un tema prioritario y ante la necesidad de comenzar a conocer sobre esta situación, se incluyeron en la Cédula de identificación de riesgos de salud en las personas adultas mayores 200313 dos preguntas: ¿Alguna persona cercana o familiar lo trata mal, es grosera o le hace sentirse mal? Respondió sí 5 por ciento, y ¿Alguna persona lo maltrata físicamente? La respuesta afirmativa fue en 0.7 por ciento de los casos. Cabe señalar que estas preguntas y sus resultados, en su momento fueron las únicas hechas específicamente para personas adultas mayores14. Aunado a la falta de un diagnóstico sobre la violencia en personas adultas mayores, estaba el desconocimiento de cómo atenderla, motivo por el cual en muchas ocasiones los servidores públicos subestimaban la denuncia, la desincentivaban y/o veían como única salida para terminar con ella, sacar a la persona adulta mayor violentada de su casa, de la cual en muchas ocasiones era propietaria, victimizándola doblemente15.

13 Cédula de identificación de riesgos de salud en las personas adultas mayores, 2003. Servicios de Salud Pública del D.F.-Secretaría de Salud del D.F. 14 Cuadro 1. Fuentes de información sobre violencia en personas adultas mayores. 15 Cabe señalar que el estudio y conocimiento del tema del maltrato y la violencia en personas adultas mayores es muy nuevo, en los países desarrollados comenzaron a trabajar en él a partir de los años 70.

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El gran interés, sumado al poco conocimiento que se tenía, motivó a las instancias a buscar las estrategias y herramientas para poder atender este problema, por lo que a principios de 2005 se conformó el Grupo de trabajo interinstitucional de atención y prevención de la violencia contra las personas adultas mayores, cuyos participantes representaban a las dependencias del Gobierno del Distrito Federal, a las delegaciones políticas, asociaciones civiles, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores, el cual es coordinado desde los Servicios de Salud Pública, que era la dependencia del GDF responsable de llevar el

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Programa de Atención Integral a las Personas Adultas Mayores. Las actividades y primeros resultados de este grupo de trabajo fueron: un diagnóstico de lo que hacían todas la instituciones participantes y un curso de capacitación para conocer los temas relativos a las personas adultas mayores sobre los tipos de violencia y los contextos en los que ésta se da, así como los alcances institucionales y las estrategias para la referencia y contrarreferencia. Con estos antecedentes, en febrero de 2006 todas las instancias del GDF llevaron a cabo un esfuerzo coordinado, motivado por los asesinatos de mujeres adultas mayores que venían dándose desde varios años atrás y que requirió del tratamiento policial, la participación de todos los actores de la sociedad por medio del programa Redes solidarias de protección al adulto mayor, cuyo lema fue: “Abatir problemas tan importantes como el abandono y el maltrato es una tarea que nos incluye a todos los miembros de la sociedad”. Se hizo un trabajo intenso en la promoción de la cultura de la vejez, de protección a las personas adultas mayores, buscando involucrarlas como actores activos en este proceso. Cabe mencionar que la parte operativa de este trabajo 227


estaba en el Programa Parques, Jardines y Centros Comerciales, coordinado por Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria técnica del Gabinete de Gobierno y Seguridad, y Víctor Hugo Moneda Rangel, director general de Investigación Criminal en Fiscalías Centrales, de la Policía Judicial del Distrito Federal. Como una táctica innovadora de este programa, se integran seis grupos multidisciplinarios, cada uno formado por: Ministerio Público, Policía Judicial y Preventiva, peritos y Seguridad Pública. Se establece una guardia diaria que se alternan estos seis grupos, con la colaboración estrecha de los Servicios de Salud Pública del DF, cuyo personal fue responsable de la capacitación y sensibilización gerontológica de este equipo. PĆėĆđĊđĆĒĊēęĊ ĘĊ ĎĒĕđĊĒĊēęĆėĔē đĆĘ ĘĎČĚĎĊēęĊĘ ĊĘęėĆęĊČĎĆĘ: •

Se formaron redes de apoyo social en todo el DF, en su mayoría por medio de Asambleas Ciudadanas.

Se elaboró material informativo sobre temas como: derechos; violencia, tipos y contextos en los que se da, así como de algunos mecanismos de protección comunitaria16.

Se elaboraron diversos carteles alusivos a las personas adultas mayores con diseños del monero Trino.

Se informó y sensibilizó a casi 2 mil servidores públicos sobre diversos temas del envejecimiento y la formación de redes.

Se realizó difusión en medios de comunicación de una cultura de respeto y solidaridad con las personas adultas mayores, porque “Se trata de un movimiento para reestablecer los lazos”: Asa Cristina Laurell.

Todo este trabajo dio muchos frutos, entre ellos la captura de Juana Barraza, asesina de mujeres adultas mayores, y sus cómplices; así como la sensibilización de un gran número de personas. Sin embargo, no se había

16 Cuadernillo: “La ciudadanía y las personas adultas mayores. Una red de protección ciudadana” Los contextos y tipos de violencia, derechos de las personas adultas mayores, algunas estrategias de organización, respeto y solidaridad, un directorio de instituciones y de los servidores públicos comunitarios y sobre la importancia de formar redes de apoyo social para las personas adultas mayores. Posteriormente se elaboró la “Guía para la formación y fortalecimiento de las redes sociales de apoyo para las personas adultas mayores, la cual se distribuyó a todo el personal que trabajaba en comunidad”, Servicios de Salud Pública del D.F., 2006.

228


podido consolidar de manera formal la relación entre las diferentes instancias, y mucho menos contar con mecanismos de coordinación para atender de manera adecuada las diversas situaciones de violencia y maltrato a las que se enfrentaba este grupo de la población. Por esta razón, el Instituto para la Atención de los Adultos Mayores en el Distrito Federal, responsable de garantizar la difusión, reconocimiento y ejercicio de los derechos de las personas adultas mayores y de promover ante las dependencias y entidades competentes las acciones y programas que aseguren el mejoramiento y fortalecimiento de sus condiciones sociales, de salud 229


y la elevación de su calidad de vida, se propuso como objetivo general consolidar los mecanismos de coordinación interinstitucional para favorecer soluciones concretas y efectivas a las distintas situaciones de violencia contra las personas adultas mayores. A partir de 2009, el IAAM retoma la coordinación del Grupo interinstitucional para la prevención, detección y atención de la violencia en las personas adultas mayores, al cual se integran las instancias del GDF que atiende a las personas adultas mayores: Locatel, Inmujeres, DIF-DF, Instituto de Asistencia e Integración Social (IASIS), Coordinación General del Gabinete de Gobierno y Seguridad Pública, Centro de Atención a Riesgos Victimales y Adicciones (CARIVA) de la PGJDF, Dirección General de Igualdad y Diversidad Social, la Consejería Jurídica y de Servicios Legales, por medio de la Defensoría de Oficio, y la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal LĔĘ ĔćďĊęĎěĔĘ ĘĔē:

230

1.

Prevenir, detectar y atender la violencia contra las personas adultas mayores.

2.

Definir y difundir los tipos de violencia y los contextos en los que se da.

3.

Promover una cultural del envejecimiento y la vejez, de respeto, de solidaridad y reconocimiento social.

4.

Fortalecer a las personas adultas mayores como sujetos de derecho.

5.

Garantizar un ambiente seguro y digno en el ámbito familiar, comunitario e institucional.

6.

Conocer las acciones de intervención que las diferentes instituciones están realizando ante las denuncias de casos de abuso y maltrato de adultos mayores.

7.

Definir los procedimientos de referencia y contrarreferencia de cada dependencia o institución y los procedimientos que las involucra a todas.

8.

Elaborar material de apoyo didáctico y de difusión.

9.

Capacitar y sensibilizar a todo el personal que trabaja con las personas adultas mayores sobre


los temas afines a ellos y sobre la violencia que los aqueja. 10.

Generar un banco de información sobre los tipos de violencia que atiende cada institución, los indicadores de proceso y de impacto.

11.

Crear un modelo de atención de la violencia específico para este sector de la población.

12.

Proponer una legislación especializada.

Se realizó la matriz que concentra la información de las acciones que realiza cada institución para la detección, prevención y atención de la violencia contra las personas adultas mayores, en la cual se plantean las fortalezas 231


y los alcances de cada una de las instituciones. Para coordinar y fortalecer las acciones se elaboró un primer borrador para el Manual de Procedimientos. a partir de lo cual se logra que las instituciones se coordinen y colaboren para atender y referir de manera más precisa a las personas que lo requieren.

HĆĘęĆ Ċđ ĒĔĒĊēęĔ, Ċē Ċđ GĔćĎĊėēĔ ĉĊđ DĎĘęėĎęĔ FĊĉĊėĆđ ĘĊ ęĎĊēĊē: •

Experiencia, por el trabajo realizado durante todos estos años.

Fuentes de información.

Una legislación útil, aunque no especializada 17.

Instituciones y personal sensibilizado.

Voluntad para que la política pública se construya con transversalidad de derechos humanos, equidad de género y sin discriminación.

Aunado a todo lo anterior, durante 2010, en la administración de Rosa Icela Rodríguez Velázquez al frente del IAAM, se lleva a cabo un trabajo para fortalecer y consolidar institucionalmente la prevención, detección y atención de la violencia en las personas adultas mayores. Y con la colaboración de Miguel Ángel Mancera Espinosa, titular de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, crean la Red por los Derechos de las Personas Adultas Mayores. Mancera Espinosa, como parte de sus atribuciones como procurador general, tuvo a bien expedir el acuerdo A/009/2010, publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal de fecha 9 de abril de 2010, por el que se crea la Agencia Especializada para la Atención de Personas Adultas Mayores Víctimas de Violencia Familiar, adscrita a la Fiscalía de Procesos en Juzgados Familiares, vigente a partir del 16 de abril mismo. “Esta agencia, única en México y en América Latina, tiene como objetivo brindar atención integral a las personas que tengan más de sesenta años de edad que se encuentren involucradas en hechos que pudieran ser 17 Al 2009: Ley de los derechos de las personas adultas mayores en el Distrito Federal, Código Penal y Código Civil para el Distrito Federal, Ley de Asistencia y Prevención de la Violencia Familiar para el D.F. y Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Distrito Federal.

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constitutivos del delito de violencia familiar, proporcionando asesoría jurídica gratuita, proponiendo medios alternativos de solución a conflictos o, en su caso, iniciar e integrar las indagatorias correspondientes. Proporciona asesoría jurídica y apertura expedientes conciliatorios sobre conflictos de carácter familiar en los que se encuentren involucradas personas adultas mayores, como un medio alternativo de solución, mediante acuerdos o convenios que redunden en beneficio de las mismas, quienes evitan someterse a juicios de carácter familiar o al inicio de averiguaciones previas, así como a desgastes económicos y emocionales”18. Su personal sustantivo: agentes y oficiales secretarios del Ministerio Público, a quienes se capacitó y sensibilizó para proporcionar la atención que requieren las personas adultas mayores, por medio del Taller de Especialización para la Atención de las Personas Adultas Mayores, impartido por el Instituto de Formación Profesional de la PGJDF, conjuntamente con el Instituto para la Atención de los Adultos Mayores en el Distrito Federal. A un año de su creación había atendido a más de 2 mil 500 personas. Aunado a ello, en junio de 2010 se creó Línea Plateada, del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia del Distrito Federal, que consiste en un servicio de atención telefónica operada por jóvenes sicólogos(as) y abogados(as) para brindar una atención de calidad a las personas adultas mayores que lo soliciten. Tiene como objetivo brindar apoyo de manera especializada cuando las personas adultas mayores han sido víctimas de algún delito como robo, extorsión telefónica y secuestro. Así como abuso de autoridad por algún servidor público. La Línea Plateada es, además, un espacio de confianza en el que por medio de la reflexión y el diálogo las personas adultas mayores pueden expresar sus problemas, sus experiencias, dudas y sentimientos de soledad; así también, denunciar situaciones de abandono, maltrato o despojo por sus familiares. Su personal fue capacitado y sensibilizado mediante el curso-taller Atención integral 18 Gómez González, José (2010) Informe de actividades, abril-mayo 2010. Agencia Especializada para la Atención de las Personas Adultas Mayores Víctimas de Violencia Familiar, PGJDF. XXXVII Sesión Ordinaria del Consejo Asesor para la Integración, Asistencia, Promoción y Defensa de los Derechos de las Personas Adultas Mayores.

233


a las personas adultas mayores, impartido por personal del IAAM. Con todo ello se va consolidando una política de atención integral, dirigida a prevenir y atender la violencia familiar, el maltrato, la soledad, el abandono o el despojo de que son víctimas un número considerable de personas adultas mayores. Un ejemplo es el proyecto de Apoyo Social a Personas Adultas Mayores, bajo la responsabilidad de la Coordinación de Gerontología, mediante el cual se atienden o refieren los casos denunciados desde diferentes áreas o instancias, esto es, detectados por personal del IAAM que está en campo, denuncias de las propias personas adultas mayores, de ciudadanos, de familiares, de otras instancias del GDF o el Consejo Ciudadano por medio de Línea Plateada, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y de diferentes medios de comunicación. Por su gravedad, además de su atención, muchos requieren de un seguimiento continuo y de la 234


colaboración de otras áreas del IAAM o instancias del GDF: Coordinación de Gerontología y Geriatría, la Dirección de la Pensión Alimentaria, la Dirección de Operación Territorial, Agencia Especializada y CARIVA de la PGJDF, IASIS, Asistencia Jurídica del DIF-DF, Consejería Jurídica y Servicios Legales (Defensoría de Oficio y Dirección Ejecutiva de Justicia Cívica), Secretaría de Salud, Instituto de la Vivienda-DF, entre otras. En la mayoría de los casos, antes de referir a una persona adulta mayor a cualquiera de las instancias mencionadas, es valorada de manera integral por las Coordinaciones de Gerontología y de Geriatría, y dicha información se brinda como un antecedente y respaldo. Desde 2009, dichos casos han sido registrados para su atención y seguimiento, sumando a la fecha casi 500 personas, en su mayoría con problemas de maltrato en el ámbito familiar. En algunos casos este maltrato está relacionado con los vecinos. Cabe destacar que

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el maltrato institucional, sobre todo el relacionado con las autoridades civiles o penales, es vivido por las personas adultas mayores como una discriminación que los lastima y ofende, muchas de las cuales buscan el apoyo y la asesoría del IAAM. En los casos atendidos por el IAAM la violencia más frecuente es la sicoemocional, con 70 por ciento; seguida de la violencia física, 10 por ciento, y la patrimonial y económica, 10 por ciento.

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Además de su atención se da seguimiento, sobre todo, a los casos que están en mayor riesgo por su pobre red familiar y social, disfuncionalidad, edad avanzada, salud y situación económica precaria. Desde la evaluación inicial gerontogeriátrica se decide el tipo de atención y seguimiento que se va a brindar y las áreas del IAAM que participarán. Así también, el acompañamiento y apoyo cuando la responsabilidad principal ha pasado a otra instancia del GDF. Se evalúa si la persona adulta mayor está mejor, esto es, se encuentra más tranquila, si las situaciones de maltrato han disminuido o desaparecido, si ha mejorado su salud, sus redes familiares y o sociales, o si ya se encuentra en un albergue o espacio digno. A manera de conclusión cabe destacar que se ha logrado dar salida a muchos casos de violencia familiar contra las personas adultas mayores, a través de medios alternativos de solución, mediante acuerdos o convenios, para evitar someterse a juicios de carácter familiar o al inicio de averiguaciones previas, a las cuales se niegan la mayoría de las personas adultas mayores, por temor a represalias, pero sobre todo por el efecto protector que mantienen los padres sobre sus hijos y nietos. Dichos acuerdos y convenios están respaldados por instituciones con una gran autoridad legal, la cual, en conjunto con otras instancias, supervisa y da seguimiento para evitar que el maltrato se siga dando. Estas alternativas fortalecen a las personas adultas mayores como individuos y como grupo de la sociedad. Y por último, asegurar que se ha avanzado mucho en la construcción de una política social integral para las personas adultas mayores, la cual, además de sus programas y acciones, está respaldada por una legislación que los convierte en derechohabientes de una pensión alimentaria universal, de atención médica y medicamentos gratuitos en el domicilio de las personas, en los centros de salud y hospitales, con una atención al maltrato y al abandono especializada y coordinada, entre muchos otros. Todo ello gracias a que el Gobierno del Distrito Federal desde 1997 ha dado continuidad a su política de bienestar social, aunada a una progresividad en los derechos, convirtiendo a la ciudad de México en una ciudad de vanguardia a escala nacional y en América Latina. •

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Educación: Escuela de Mayores A su llegada a la dirección general del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores, Rosa Icela Rodríguez Velázquez se planteó como meta desarrollar un proyecto educativo al que denominó Escuela de Mayores, cuyo principal objetivo es integrar este sector de la población en comunidades en las que decidan qué y cómo se aprende, en función de sus necesidades y/o conocimientos Rodríguez Velázquez explica que el modelo imperante en el mundo moderno pretende convertir la vejez en una etapa improductiva, idea que no comparte el Gobierno del Distrito Federal, por lo que tomó la decisión de promover acciones para recuperar el papel protagónico de este sector de la sociedad. Esta idea cristalizó en 2010 al fundarse las primeras 20 escuelas, repartidas en las 16 delegaciones políticas, con el apoyo de 40 educadoras y la participación de 480 adultos mayores. Se formaron grupos de 15 a 25 personas, cuyas edades iban de 68 a 95 años. Su lema es “Compartir lo que sabemos, aprender lo que necesitamos, transformar lo que vivimos”. 240


Una vez a la semana, las y los adultos se reúnen dos o tres horas con las educadoras para realizar desde manualidades, ejercicio o paseos, hasta pláticas con especialistas en derechos humanos del adulto mayor o en temas ambientales, entre otros. Rocío Bárcena Molina, responsable del programa, define a la Escuela de Mayores como espacios educativos en donde los adultos comparten lo que saben y construyen conocimientos a partir de sus necesidades. Con base en la experiencia obtenida en los últimos años, Bárcena refiere que muchos de los adultos estaban olvidados. “Los mismos familiares lo dicen, algunos estaban deprimidos, otros enfrentaban el rechazo de sus hijos o nietos, o no salían a pasear. En la escuela ellos logran redescubrirse, acercarse a cosas nuevas, aceptan que les queda mucho por vivir y crecer como personas”, acota. El coordinador académico de la Escuela de Mayores, el profesor José Arellano Pérez, señala: “al principio las personas mayores dicen ‘es que yo no sé nada’, pero lo que realmente sienten es que ya no son útiles; nosotros les tenemos que demostrar que sí saben y que pueden seguir realizando actividades productivas y desarrollándose”.

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Puntualiza que la prioridad de estas escuelas es que los adultos mayores se sientan importantes, a gusto, y promover la tolerancia, pero sobre todo terminar con “el mito de que ya no pueden hacer cosas”. La educadora Karina Aureoles Torres reflexiona: “cuando escuchamos la palabra escuela siempre la asociamos con niños o jóvenes, butacas, salones, pizarrones, etcétera, etcétera. ¿Por qué no pensar en que esos salones sean ocupados por personas adultas mayores?” Advierte que en la etapa de la vejez la educación se ha convertido en un tema poco hablado y ejercido. “Como consecuencia de los estereotipos negativos que estigmatizan y marginan a la población envejecida, que en su mayoría no tiene concluida la educación básica y en muchos casos no tuvieron acceso a ningún tipo de escolaridad”. Aureoles Torres resume: “los conocimientos y la cultura representan para la población adulta mayor una oportunidad más, y si los aunamos a sus experiencias de vida tenemos a una persona adulta mayor informada, autónoma y capaz de ejercer sus derechos como persona”. Sobre los logros más importantes que se han tenido, Bárcena desmenuza: “la construcción de una base social (los adultos mayores participantes) que da sustentabilidad y viabilidad al proyecto de Escuela de Mayores en el Distrito Federal; la formación de una red de 60 educadoras que, al atender directamente las escuelas, desarrollan sus capacidades y mejoran la calidad de atención del IAAM-DF”. Entre las enseñanzas del primer año resaltan: es posible desarrollar propuestas que fomenten el envejecimiento activo, se puede mejorar la vida del adulto mayor integrándolo a procesos colectivos de aprendizaje, y crear contextos favorables en donde se desarrolle la autonomía, la solidaridad intergeneracional y la independencia. Los temas más abordados son: derechos de los adultos mayores, alimentación sana, red de protección para el adulto mayor, medicina alternativa, manualidades, asesoría jurídica, alfabetización, tanatología, primeros auxilios, gimnasia cerebral, juegos didácticos, autoestima, dinámicas y técnicas grupales, organización de paseos, prevención del delito, activación física, idiomas, fomento 242


a la lectura, envejecimiento exitoso, artes plásticas, apreciación del arte, aprender a escuchar, generación de confianza y expresión oral y escrita. En diciembre de 2010, el secretario de Educación del Distrito Federal, Mario Delgado Carrillo, apadrinó a los 400 alumnos y alumnas que concluyeron el primer ciclo escolar de la Escuela de Mayores. En marzo de 2011 arrancó la segunda generación, con una matrícula de más de mil alumnos en 40 planteles distribuidos en las 16 delegaciones. • 243


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Difusión y transparencia La apuesta del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores en el Distrito Federal va más allá de la consolidación de la Pensión Alimentaria y los servicios complementarios alrededor de la integralidad de la atención a los adultos mayores. La promoción y difusión de este quehacer, para hacer efectivo el ejercicio de los derechos de los adultos mayores, es una tarea prioritaria. La divulgación de los derechos plasmados en la Ley para los Adultos Mayores del Distrito Federal y la Ley de la Pensión Alimentaria para Adultos Mayores de 68 Años Residentes en el Distrito Federal, así como el establecimiento de una cultura del envejecimiento, servirán a la población derechohabiente y a la sociedad en general para recordarle al Estado en todo momento la obligación que tiene.

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Es así como el IAAM-DF articuló una política de comunicación con el objetivo principal de promover dichos derechos. En ella se utilizan todas las herramientas que la comunicación pone a disposición, tanto en medios impresos como electrónicos. Desde 2009 se elaboran periódicamente comunicados con información estadística, médica y de los nuevos servicios; también se elaboran trípticos y folletos para dar a conocer a los adultos mayores y sus familiares las campañas del Gobierno del Distrito Federal, así como las medidas sanitarias y de protección civil. Se abordan también temas coyunturales, como acciones preventivas en temporadas de invierno y calor para cuidar la salud de los derechohabientes. Por otra parte, se busca que los medios electrónicos retomen la misma información, con lo que se busca la promoción en noticieros y programas de radio y televisión. Para replicar la información se incorpora al portal de Internet del Gobierno del Distrito Federal, y a partir de julio de 2010 también es subida a la página web del instituto: www.adultomayor.gob.mx. 248


Al respecto, es importante comentar que la obligación del IAAM-DF ante el Instituto de Acceso a la Información Pública del Distrito Federal, de contar con un portal de transparencia, significó una oportunidad para crear un sitio web de los adultos mayores de la ciudad de México, porque, además de cumplir con la transparencia, hemos buscado enriquecer el portal con información diversa para los adultos mayores. A finales de 2010 nació la revista especializada en adultos mayores Letra Plateada, que es un vínculo entre el instituto y los derechohabientes de la Pensión Alimentaria, en ella se abordan temas relevantes como el de las personas centenarias, la polifarmacia y el décimo aniversario de la Pensión Alimentaria. Pero también es un espacio en el que los adultos mayores pueden expresarse. La administración actual tiene la intención de posicionar al Instituto para la Atención de los Adultos Mayores en los medios de comunicación, ya que existe la certeza de que, al lograr difundir la cultura del envejecimiento entre la población del Distrito Federal, se logrará tener una sociedad más justa y equitativa para los adultos mayores. •

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El iaam-df comparte experiencia Por ser un programa emblemático, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, encomendó a la directora del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores, Rosa Icela Rodríguez, la tarea de compartir con todas las entidades que así lo requieran las experiencias de trabajo que hacen posible elevar la calidad de vida de los adultos mayores de la ciudad de México. En lo que va de 2011, el Instituto para la Atención de los Adultos Mayores en el Distrito Federal ha proporcionado información sobre los mecanismos de operación de la Tarjeta de la Pensión Alimentaria para las personas mayores de 68 años a los responsables de este sector de la población de los estados de Puebla, Guerrero y Oaxaca. Para ello, el instituto diseñó un curso-taller de sensibilización, en el que se da a los interesados los elementos necesarios para brindar una atención de calidad con una perspectiva integral. El objetivo es proporcionar a los interesados los elementos conceptuales necesarios para promover una cultura de la vejez y el envejecimiento, en la cual las personas adultas mayores sean consideradas como sujetos socialmente activos y en la que el envejecimiento sea visto como un proceso normal, como parte del ciclo vital. Con base en la consulta a las páginas oficiales de los gobiernos federal y estatales, a escala nacional existe el programa 70 años y más, que considera otorgar un apoyo mensual de 500 pesos a los residentes en localidades rurales de hasta 2 mil 500 habitantes. Dos años después se amplió a personas que viven en asentamientos de hasta 30 mil. Además de la pensión económica, los adultos mayores participan en grupos de crecimiento y jornadas informativas sobre temas de salud y se les brindan facilidades para el acceso a servicios y apoyos de instituciones como el Inapam. 252


En 2010 el padrón activo del programa 70 años y más ascendió a 2 millones 25 mil 551 personas, mientras en la ciudad de México, al 31 de enero de 2011, era de 465 mil 998 personas de 68 años o más. Son pocos los estados que cuentan con una pensión para sus adultos mayores, en todos los casos los apoyos se focalizan a zonas de pobreza o vulnerabilidad social. Por ejemplo, Sonora cuenta con el programa CreSer con el Adulto Mayor, destinado a personas de 65 a 69 años que se encuentren en condiciones de pobreza o vulnerabilidad social. Anualmente se les entregan cuatro apoyos bimestrales por un monto de 250 pesos.

253


En Chihuahua, por medio del Programa Vive a Plenitud se ofrece una beca económica mensual de 862 pesos, la cual se deposita en una tarjeta de débito y se otorga al comprobar 70 años o más cumplidos, así como condiciones de pobreza. Coahuila otorga apoyos económicos a adultos mayores para que puedan solventar algunas de sus necesidades básicas como alimentos, medicamentos y transporte. Nuevo León cuenta con un programa focalizado a personas mayores de 70 años o más en situación de pobreza y vulnerabilidad, mediante el cual se les otorga 254


un apoyo de 700 pesos al mes por medio de una tarjeta electrónica. En el estado de México, la pensión alimentaria para los adultos mayores de 70 años es de 400 pesos mensuales y se destina a las personas que no gozan de servicios de seguridad social y se encuentran en niveles de alta marginación. Jalisco, Michoacán, Querétaro, Chiapas y Tamaulipas cuentan con programas de apoyo a los adultos mayores, en su mayoría en especie y pocos con dinero. •

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Transporte gratuito En los diez años del programa, la calidad de vida de este sector de la población ha mejorado, pero “aún está en construcción, no está acabado, aun cuando se ha logrado que cuenten con otros apoyos, como el acceso gratuito al transporte público, llámese Metro, Tren Ligero, trolebuses, autobuses de la Red de Transportes de Pasajeros, y ahora el Metrobús. En la actualidad uno de cada 10 pasajeros, en promedio, son adultos mayores que residen en el Distrito Federal y acceden gratuitamente a las 11 líneas del Metro, 10 rutas de trolebús, 91 rutas de la Red de Transporte de Pasajeros, al Tren Ligero, los dos corredores Cero Emisiones y las tres líneas de Metrobús. La gratuidad, seguridad y atención que reciben de los operadores “los ha hecho usuarios frecuentes del trolebús y la RTP en sus servicios ordinario, exprés o Atenea, sin que ello afecte los ingresos de las empresas, pues en el subsidio otorgado por el gobierno capitalino se considera este apoyo”. 258


Lo mismo sucede con el Metro, donde tienen un “plus”, que es la rapidez de llegar a su destino, al igual que el Metrobús. Es una política social universal que debe seguir como una forma de pagarles por el esfuerzo realizado en el desarrollo de la ciudad y no verse como un lastre o un programa electorero, cuando ha mostrado sus bondades y permitido a miles de adultos mayores salir de sus casas, visitar a sus familiares y conocer nuevos lugares. •

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L A PENSIÓN ALIMENTARI A EN EL DISTRITO FEDER AL, CERC A DEL IDEAL DE BIEN PÚBLICO EXTENSIVO: CEPAL La pensión alimentaria en el Distrito Federal es quizá el programa que más se acerca al ideal de un bien público extensivo, dado que no existe jurisdicción geográfica o de otro tipo en relación con la unidad política que lo implementa: el gobierno de la ciudad de México, reconoce la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en un análisis comparativo sobre los programas para adultos mayores en México. Explica que en el caso de los programas del gobierno federal, la jurisdicción existe, aunque en dimensiones diferentes. Por un lado, el programa Oportunidades para adultos mayores tiene como universo de aplicación quienes cumplen con los requisitos requeridos para la focalización y viven en localidades donde éste opere; por otro, 70 años o más beneficia a todos los adultos mayores en localidades

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de hasta 30 mil habitantes. En las conclusiones del análisis, publicado en 2010 en la serie Políticas Sociales, se asegura que la cobertura de la seguridad social en México, particularmente entre los grupos más vulnerables, es insuficiente, ya que sólo 27 por ciento de los adultos mayores perciben un ingreso proveniente de una pensión o jubilación, mientras que entre la población en el quintil más pobre, es prácticamente nula. Aunque se reconoce que estos apoyos, incluyendo la pensión alimentaria en el Distrito Federal, cubren un vacío importante en la política pública, se advierte que son soluciones fragmentadas, descoordinadas, incompletas e inconsistentes a un problema creciente a la luz del envejecimiento de la población y de la incapacidad del sistema de seguridad social de garantizar un ingreso a los individuos al final de su vida productiva. La CEPAL ejemplifica que si

vive sola, sin importar si cuenta con una pensión, podría recibir mensualmente transferencias de programas de adulto mayor equivalentes a mil pesos si vive en una localidad con menos de 30 mil habitantes, o mil 644 pesos si es residente en el Distrito Federal, esto representa 71 y 87 por ciento, respectivamente, de las líneas de pobreza extrema rural y urbana. Si la pareja de adultos mayores viviera en una zona urbana diferente a la capital, con cobertura de Oportunidades y fuera elegible, recibiría 975 pesos, es decir, 51 por ciento de la línea de pobreza extrema urbana. Advierte que aunque pareciera haber duplicidad sistemática de beneficios de los distintos programas, uno de cada tres adultos mayores no recibe una pensión, se encuentra en los cuatro deciles más bajos de ingreso y tampoco es beneficiario de un programa de adulto mayor. Califica de preocupante “la situación de las mujeres que no reciben una pensión –probablemente

cuidado de sus hijos y del hogar fuera de la economía formal– y tampoco son beneficiarias de algún programa dirigido a la población adulta mayor”. A marzo de 2011 el padrón de beneficiarios del programa de pensión alimentaria del Distrito Federal asciende a 469 mil personas mayores de 68 años, quienes reciben 897 pesos mensuales, con una cobertura de 94 por ciento. El 80 por ciento de tarjetahabientes son mujeres, muchas de las cuales por primera vez reciben un ingreso fijo. El programa comenzó con un padrón de 250 mil beneficiarios que recibían 600 pesos mensuales, mientras que este año se destinarán 5 mil 100 millones de pesos, y se prevé entregar 13 mil tarjetas adicionales. En diez años, el Gobierno del Distrito Federal ha invertido alrededor de 36 mil 754 millones 439 mil 410 pesos en la pensión alimentaria para adultos mayores, lo que significa el presupuesto de varias entidades del país, según

una pareja de adultos mayores que

por el hecho de haber trabajado en el

cifras oficiales. •

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Ucillent enianderum inihictotat latem volor rerepta volupta epereris exerum net facerum re modit eatur sitatest lantis quas il in et rem dolorestem eos volectatur? Qui reium nobitatem quis voluptam eaqui abor aut et imagnimusa non coreica tiisto eos dissi nimet modit eum nonsed eos etur aceribusam esequat urerum con eos ut es et modicati delestiusci dolut quia sinvene mporeri venient quia perum rest latecuptas vero torro tem eturit aceperum ra ea dem vid ulparum ipicabo reperiam labores sandiss itionseque nusaerestor sit a volupta nis ent quo tem. Ga. Nequam quatia consequis verum eaque listendae ne maios doluptaquas nus porepturerum idebis excest il mo tem que enimoditiate nus, con nist am sume prestia sequis este pratatia consed ut volore vitata quas evercitParumquid evellique et prat es aut alitat hitium quatet veligent, consequas evelige ndaecabo. Os ut quamus imagnis cuptio. Harum audae nosapedit optatent, quament re possimusapis aliquiati deremo milia ditiis dolupta conet magnimet veliquid que dolorerum nusdand untiori ssinum et eaquiatur? minvel idiatur as es miliqua tendist iuntiatio. Et endit enempor empeliquodi nam rerum dolor minulle ctecesto quatior as dit, ipsam, nobis ant.

2 262


263


se estaba logrando la finalidad del programa, que cada vez estaba mejor organizado y decidimos prorrogar por todo 2011 el pago de testamentos a 400 pesos para los adultos mayores”. En ese contexto, dice Pullian Aburto, se han hecho alrededor de 14 mil testamentos del adulto mayor a bajo costo. “Sentimos que a raíz de este programa se ha incrementado la presencia de los adultos mayores en las notarías para regularizar su situación. Antes EėĎĐ SĆđěĆĉĔė PĚđđĎĆē AćĚėęĔ este sector de la población sabía de la Presidente de El Colegio de Notarios importancia de este documento, pero no tenían un conducto para acercarse asta antes de 2009, en la a las notarías para obtenerlo”, añade ciudad de México los adultos Pullian Aburto. mayores sólo tenían acceso a los El presidente de El Colegio de Notarios programas notariales de que gozaba toda no deja de reconocer que para un adulto la población, es decir, derecho a la Jornada mayor el costo de un testamento es muy Notarial, con algunos descuentos. importante, porque repercute directarios Nota de gio Cole El de te El presiden mente en su economía. ador Salv k Eric ral, Fede rito Dist del “Es por eso que pensamos que haber Pullian Aburto, explica que a finales aceptado la propuesta del jefe de de 2009, el jefe de Gobierno capitalino, Gobierno nos permite dar un mejor Marcelo Ebrard Casaubon, hizo un serv icio a los adultos mayores”. llamado para dar auxilio a los adultos –¿Tienen un estimado de cuántas mayores de 68 años en adelante, los personas mayores de 68 años carecían cuales reciben la Tarjeta de la Pensión de un testamento hasta antes del inicio Alimentaria. de este programa? Tras un acuerdo, dice, se estableció que –No tenemos un estudio específico a todos los adultos mayores en el DF sobre los adultos mayores, pero este sólo se les cobrarían 400 pesos por la sector de la población estaba básicaelaboración de un testamento, lo que mente en las mismas condiciones que “es verdaderamente sólo el costo de los habitantes de la ciudad de México, recuperación”. donde sí tenemos estudios genéricos Esto, apunta, se hace con el fin de que los El Colegio de Notarios ha hecho varias adultos mayores que ya tienen su patriencuestas: monio regularizado, el día de mañana, En 2005, la tasa de personas que tenían cuando fallezcan, tengan la seguridad testamento apenas alcanzaba 9 por de que los bienes van a pasar a quienes ciento de la población, una cantidad ellos determinen. muy baja. Sin embargo, en la última En un principio este convenio tenía encuesta de 2010 avanzamos a 17 por vigencia hasta noviembre de 2010. Y ciento. cuando ese plazo estaba por vencer, “Aunque se mejoró la situación, hay El Colegio de Notarios se replanteó si mucho por hacer todavía, estamos lejos el programa había sido benéfico y si de alcanzar una medida en la que nos se estaba logrando una acción de gran gustaría estar. Lo ideal es que el ciento impacto social. por ciento de la población tuviera este “Nos dimos cuenta de que así era, que

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El testamento, documento imprescindible

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documento. Sabemos que es una meta difícil de alcanzar, pero tenemos que hacer esfuerzos para llegar ahí”, aseg ura. El presidente de El Colegio de Notarios enfatiza que es especialmente importante que este sector tenga testamento, debido a su edad, ya que los riesgos, estadísticamente, de fallecer, son mayores. Sin embargo, explica, el testamento no sólo incluye una cuestión patrimonial. Cuando los hijos son menores de edad, el testamento también sirve para designar tutores si no opera lo que dice la ley: que se consideraría a los abuelos en primer lugar, y esto muchas veces ya no es viable. Consideraciones legales El notario es el responsable de cerciorarse de la capacidad de las personas. Si el solicitante ya no tiene la capacidad cognitiva para hacer un testamento, el notario se abstiene de elaborarlo. El testamento es un acto solemne en el que el testador debe estar sólo con el notario. Si existen presiones, el testador puede hacerlo saber en ese momento al notario y éste actuará con prudencia para hacer que se cumpla la voluntad estricta del testador.

Todo eso entra dentro de la responsabilidad del notario. En los casos donde la lucidez, la memoria o la decisión son dudables, la prudencia del notario es la que debe de imperar. Pullian Aburto explica que en el caso de las personas con falta de capacidad congnitiva, lo que procede para llevar a cabo la distribución de sus bienes es la sucesión intestamentaria, contemplada en el Código Civil del Distrito Federal. Este tipo de sucesión establece un orden familiar para entregar los bienes, en el caso de que no existan personas designadas específicamente. A saber: primero se considera a los hijos; si los hay, esto excluye a todos los demás. “Aunque el dueño del patrimonio quisiera dejar el dinero a otra persona o sólo a un hijo, esto ya no se puede. Así que hay que tomarse tiempo para hacer este trámite. El problema se resuelve, pero a lo mejor no de la manera que le hubiera gustado al autor de la sucesión. Por eso es tan importante que los adultos mayores hagan testamento”, recomienda el abogado. •

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México, D.F., 15 de marzo de 2011 ĕĆđĆćėĆĘ ĉĊđ JĊċĊ ĉĊ GĔćĎĊėēĔ ĉĊđ DĎĘęėĎęĔ FĊĉĊėĆđ, MĆėĈĊđĔ EćėĆėĉ CĆĘĆĚćĔē, Ćđ ĊēĈĆćĊğĆė đĆ ĈĊėĊĒĔēĎĆ ĕĔė Ċđ ĉĴĈĎĒĔ ĆēĎěĊėĘĆėĎĔ ĉĊ đĆ PĊēĘĎŘē AđĎĒĊēęĆėĎĆ ĕĆėĆ AĉĚđęĔĘ MĆĞĔėĊĘ, Ċē Ċđ AĚĉĎęĔėĎĔ NĆĈĎĔēĆđ Muchas gracias por estar aquí distinguidas, distinguidos invitados, estamos el día de hoy muy, muy contentos y explico por qué. Este es el programa emblemático del Gobierno de la Ciudad de México, con el Programa de Adultos Mayores se empezó a construir un gran edificio que hoy en día hace que nuestra Ciudad de México sea la número uno a nivel nacional de desarrollo humano. Y, ¿por qué de desarrollo humano?, porque es en donde más se está invirtiendo para protección y bienestar social, invirtiendo; hechos, no palabras. Es en donde se está destinando la mayor parte del presupuesto para que tengamos una sociedad justa y lo primero que tenemos que hacer, nos preguntábamos, nos planteábamos hace 10 años. Lo primero que tenemos que hacer es apoyar a los que están en situación más desfavorable y los que están en situación más desfavorable son los adultos mayores. Entonces, hoy se cumplen ya 10 años de este Programa, estamos hablando de que estamos apoyando a casi medio millón de adultos mayores. Más adultos mayores apoyamos en la ciudad, que el tamaño de varias capitales de estados de la República. Con eso, en primer lugar se demuestra que sí se puede, que sí se debe, que sí es posible invertir los recursos públicos para tener una sociedad justa y en donde todos, todas, tengamos nuestro lugar, tengamos 268

dignidad, no estemos olvidados, no seamos excluidos, ni seamos atropellados. Una forma de atropello es el olvido, otra forma de atropello es la pobreza; otra forma de atropello, de exclusión es simple y llanamente que no sea visible las aspiraciones, los problemas de un sector, un colectivo de nuestra sociedad. Entonces, se emprendió un camino que nos lleva el día de hoy, les decía yo a ustedes, a que nuestra ciudad sea la que más invierte en todo México y América Latina para proteger a la mayoría de la sociedad, para cambiar las condiciones en las que vivimos, para que cada día tengamos menos pobres, no más pobres. Para que cada día tengamos una ciudad donde se apoya a medio millón de adultos mayores, pero también a 70 mil personas con discapacidad, pero también están becados 200 mil jóvenes en escuelas públicas de Educación Media Superior, 200 mil, toda una generación completa.


Pero también es una ciudad en donde hay uniformes y útiles gratuitos para todas las niñas y niños de primaria, secundaria. Y también esta es la ciudad en donde el Metro es el más barato del mundo; en ningún país del mundo el Metro cuesta tres pesos, sólo en nuestra ciudad, porque yo sé y lo sabemos que quienes usan el Metro son los trabajadores, son quienes necesitan, son los que están en pobreza también. Entonces, compañeras, compañeros, hoy conmemoramos toda una década de una política social que es la más amplia, la más profunda y la más consistente de todo México. Y durante 70 años se dijo que no se podía, se dijo que no se podía dar pensión a los adultos mayores, no sé si se acuerden ustedes, que era imposible, que iba a quebrar el gobierno, que no era factible, nos dijeron de todo, pero hoy se demuestra a 10 años de distancia, que tenemos razón, que sí se puede y que sí se pudo. Y claro, si ustedes se preguntan, bueno, ¿por qué en la Ciudad de México no tenemos problemas tan graves como tienen otras entidades federativas?, o ¿por qué en la Ciudad de México se tiene o se puede tener una convivencia social diferente?, a pesar de lo que nos falte por hacer. ¿Por qué en la Ciudad de México ustedes pueden el domingo irse a caminar en Reforma y no les pasa nada?, o ¿por qué en la Ciudad de México tenemos vida nocturna?, o ¿por qué en la Ciudad de México hay todas las ideologías, religiones, preferencias?, todo y todos convivimos. ¿Por qué?, porque se ha construido se ha construido una política social amplia profunda para promover la justicia y si eso hiciéramos en todo México no tendríamos la violencia que hoy está viviendo México, no tendríamos eso. Entonces, amigas, amigos, compañeras, compañeros, este es el Programa que más queremos, este es el programa que más nos

emociona y cuando terminemos nuestras tareas de gobierno, para ser simplemente otros ciudadanos, siempre diremos nuestra más grande tarea en el Gobierno de la Ciudad de México fue hacer crecer los programas sociales. Fue tener medio millón de adultos mayores, 200 mil jóvenes, cinco millones de usuarios del Metro, 70 mil personas con discapacidad, 120 mil niñas y niños de primaria que tienen beca, el Programa de medicamentos gratuitos más grande de América Latina, tres millones 800 mil personas incluidas con medicamentos gratuitos. Y tener también en eso la construcción de una sociedad diferente que siempre ha sido nuestro sueño, nuestra convicción y nuestros actos. Por eso, nosotros decimos: el Gobierno de la Ciudad de México es el gobierno que representa la política de Izquierda en el poder; invertir para la mayoría, usar los recursos públicos para cambiar la desigualdad en nuestra sociedad. Y todos los días ganarle la batalla a la pobreza, a la desesperanza, a la exclusión y al atropello. Eso es lo que representamos, eso es lo que es la Ciudad de México y por eso les decimos a todas y a todos, esta es la Ciudad de Vanguardia, y seguirá siendo la Ciudad de Vanguardia, la Ciudad de México. Amigas, amigos nos da mucho gusto el día de hoy cumplir lo que ha sido la decisión que está en la ley de mantener y hacer crecer nuestro Programa de Adultos Mayores; hoy les entregamos sus tarjetas, ya esta en la ley, pero es la convicción principal de este gobierno defender sus programas sociales, de seguir adelante, perseverar y a ustedes les digo, hoy les reconocemos todo lo que han hecho por nosotros, lo que han hecho por su país, lo que han hecho por su ciudad y aquí en la Ciudad de México los adultos mayores tienen el respaldo de su gobierno, de su sociedad y el cariño de todas y de todos.

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PARA LA ABUELA, QUE HABLABA CON PÁJAROS CREYÉNDOLOS ÁNGELES I La Abuela abría las puertas de la mañana; entraba el sol por el balcón cerrado y un rayo se pegaba a sus gafas solares. El día andaba ya por los corredores abrillantando las plumas del pájaro ciego, jugando un rato con los peces anhelantes en su marecito engañoso, y con el caracol de filos negros en su playa de cristal. La claridad giraba por los cuatro vacíos y se escondía entre las cortinas. De las gafas de la Abuela brotaba el día y bajo mi cama se enroscaban los vientos. Cerraba los ojos y regresaba al sueño. Las sábanas me daban una noche que sólo existía ahí y que se prolongaba por unas horas, mientras la mañana maduraba y se caía a pedazos en las calles de color naranja y en el cielo azul y tonto de los trabajos para vivir.


II Un polvo limpísimo, casi más fino que el aire de esta mañana, se levantó cuando abrimos la tumba de la Abuela. La caja se deshizo, y el cráneo que tenía aún su blanca trenza cayó con tanta gracia, que la tierra se negó a entrar en él. ¡Quién lo dijera!; tú que tanto temías morirte sola has pasado diez años en la tumba hablando con tus ángeles, percibiendo las voces de tantas insolentes primaveras. “La muerte es grande”, dices, y la vida se concentra en tu trenza. No hemos perdido nada. La mañana sigue entrando a la casa; entrando sin cesar. Si nada cesa tú nunca cesarás. La muerte grande te besó en las mejillas y nosotros lloramos y reímos. Estábamos contigo. Tu memoria no se detuvo nunca.


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