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PACO BURGOS, INACCESIBLE AL DESALIENTO
por Alberto Mallado Expósito
Nuestro Paco Burgos es un hombre inasequible al desaliento. La vida lo ha puesto a prueba en ocasiones, como ahora con achaques de salud, pero siempre ha salido victorioso, con el espíritu indestructible, la fe firme y las ganas de luchar intactas, con una sonrisa en los labios que siempre hace fácil acercarse a él. Esa es la clave, Paco Burgos está en posesión de la alegría y por eso ningún revés puede mermar la que constituye la esencia de su persona, la ilusión.
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Por eso Paco es lo que podríamos llamar un cabalgatero perfecto. Tiene los dos atributos que definen a la Cabalgata del día 5: ilusión y alegría. Llega Paco a un sitio y parece que oímos cornetas y tambores. Siempre viene con algo entre manos, con un hervor en la cabeza y con algo que contar. Inagotable. Inabarcable en su desprenderse para los demás. Como una cabalgata, viene regalando, llenando el ámbito con la luz de su ilusión. Investido para siempre ya como rey Melchor en el año 2010, el nombramiento transformó a la persona y asumió el “cargo” como el mayor de los honores y con verdadera vocación de ejemplaridad para el resto de su vida. Ya se quedó en la Cabalgata para siempre.
Este despliegue de energía es posible porque ha sido y es tan sabio que ha sido capaz de mantener intacto el espíritu de aquel niño que nació en 1961 en Ronda. Una circunstancia que pronto enmendó su familia, porque está claro que naciera donde naciese, Paco nació alcalareño. Pocas personas hay con tanto amor por Alcalá como él. Orgulloso de cada rincón de esta tierra, tiene en Alcalá su arcadia. Otro motivo para la alegría, cada día pasea por el lugar que está convencido que es el mejor del mundo. Para él toda costumbre es asombro y encuentra belleza donde otros solo ven el ámbito del día a día.


Un cariño que se hace tangible en frutos concretos, obras son amores. Porque Alcalá es mejor con Paco Burgos. Realmente todo es mejor con Paco Burgos, aquello que toca lo engrandece, a base de trabajo y entrega.
La entrega y el compromiso de un hombre íntegro, la ilusión intacta y una mirada que sigue teniendo la capacidad de los niños para ver sólo lo bueno. Para hacer grande lo pequeño. Un maestro que enseña en las aulas y en los libros, comprometido con sus alumnos más allá de la materia que recoge la programación. Paco además enseña valores. No puede evitarlo. Así lo aprendió de su querido Pepe Mallado, a quien hizo referente de su vida primero, compañero de aventuras luego y de quien fue soporte en los momentos más duros.
La de Paco Burgos es siempre una ecuación con saldo positivo, una contabilidad favorable. No puede ser de otra forma en quien ha puesto sus cuentas en manos de Dios y deja qué Él las vaya ajustando con la confianza plena en que al final, aunque haya momentos difíciles, saldrá ganando. Ya lo dijo Jesús, quienes quieran disfrutar de su presencia habrán de hacerse como niños. Y todos sabemos que la sonrisa de Paco Burgos, su ilusión desbordante, el cariño generoso y entregado que dispensa generosamente son enteramente los de un niño.

Francisco Burgos Becerra nace en Ronda en 1961, pero muy pronto viene a vivir a Alcalá con sus padres y sus tres hermanos. Aquí conoce a su esposa, Cari y tiene a sus dos hijos, José Manuel y Cristina. El fallecimiento cuando era muy joven de su padre, Antonio, hace que tenga que ponerse a trabajar para ayudar a su madre, que luce espléndida sus 92 años. Estudia en la antigua escuela de formación profesional de Alcalá y luego hace la Licenciatura en Ciencia del Trabajo, el Máster Universitario en gestión de empresas, y la diplomatura como Graduado Social. Es profesor, desde hace 37 años y autor de numerosos libros, (diez de ellos junto a Pepe Mallado) sobre gestión empresarial y de la contabilidad. Ha colaborado con innumerables medios escritos, y ha dictado de muchas conferencias en colegios e institutos. Fue director del instituto de Enseñanzas Secundarias “Al Guadaíra”, siguiendo aquí también los pasos de Pepe Mallado.
Persona muy activa en la sociedad civil, entre otras muchas cosas, ha sido parte activa de las asociaciones Alcalá, Cultura y Sociedad, y el prestigioso Foro Oromana. Y ha formado parte de entidades vecinales y deportivas y ha colaborado profusamente con los medios de comunicación de Alcalá. Es también un gran cofrade, nazareno de la Hermandad del Santo Entierro y de la Macarena y devoto de la Amargura y Jesús. En los últimos años ha desarrollado una gran labor en la reactivación de la Sección de Alcalá de la Adoración Nocturna.
