
5 minute read
5 años

Para todos ha sido un año difícil, pero para los niños aún más. Esa necesidad de comunicación y de juego se cortó de manera radical de la noche a la mañana.
Advertisement



























Nuestra clase es diferente, pues hay niños de tres, cuatro y cinco años. Al principio solo nos conocíamos entre los de cuatro y cinco años. Pero poco a poco nos fuimos conociendo y adaptando unos a otros. Nos ayudamos entre todos, los mayores ayudando a los pequeños y, los pequeños muchas veces yendo con los mayores porque quieren aprender de ellos. También colaboramos en clase recogiendo los juguetes y aprendemos las normas de aula y a convivir con todos.
Entre todos viajamos por Egipto, atravesando sus pirámides, el río Nilo y cantando el rap de Tutankamón. Después, nos convertimos en superastrónomos y astronautas, surcando las galaxias. Pero antes de eso, descubrimos las partes del cuerpo humano y su funcionamiento.






Nos disfrazamos de elfos, enfermeros y egipcios. Hicimos manualidades, leímos cuentos, visitamos el huerto, bailamos, cantamos y, lo más importante, nos queremos.























Como hay grupos burbuja en el patio, los mayores no nos empujan. Antes éramos más sucios y ahora nos limpiamos mucho.





Hemos estado mucho con la familia.
Todo está más limpio y desinfectado. Y cada uno tenemos nuestras cosas.


He hablado por videoconferencia con mi mejor amiga.


He aprendido a manejar aplicaciones como Zoom, Whatsapp y he aprendido a hacer el cubo de Rubik.
Como estamos más al aire libre, he conocido a nuevos amigos en el parque.
Resistimos el frío mucho más que antes.



Con la mascarilla tenemos menos frío.
Estamos más tranquilos en clase porque hay más espacio. Nos hemos hecho más creativos.


Salimos más al patio a dar clase.
He hecho una amiga nueva. La conocí en el balcón.





Nos hemos hecho más resistentes.
