Editorial

Ahora que volvemos a la tan ansiada normalidad y retomamos todas las actividades que hacíamos antes de la pandemia, creo muy necesario recordar cuales han sido nuestras raíces, para saber hacia dónde queremos ir. Estas son las que nos han permitido llegar hasta donde hemos llegado y nos guiarán para seguir creciendo en el futuro. Dentro de nuestras raíces es obligado empezar por nuestra añorada y anualmente recordada en nuestro concurso literario María de Miguel. Fue la primera directora de nuestro cole y supo transmitir su sensibilidad para las artes y el cuidado del medio ambiente y revitalizó el huerto que ahora lleva su nombre. Aunque la que dio un nuevo impulso a nuestro huerto no fue una profesora, sino una madre, María Victoria, más conocida como Vicky, que colaboró desinteresadamente para dar al huerto la dimensión que ahora tiene. Quiero aprovechar para reconocer el trabajo de todos los miembros que han pasado y están actualmente en el AMPA, actores fundamentales de todas esas fiestas, festivales y actividades extraescolares que estoy seguro se mantienen en el recuerdo de los chicos y chicas que han estado y están en nuestro centro. En este viaje a nuestro pasado no podemos olvidar a las personas que han pasado por la dirección de Centro: María, José Luis, Teresa y Amaya han sido piezas clave para que nuestro colegio sea el que es ahora. No me quiero olvidar de un maestro y escritor que estuvo también en el Tierno. Nos es otro que Javier. Entre otras cosas nos enseñó que no podíamos rendirnos jamás y entrenó como nadie la inteligencia emocional de nuestros hijos e hijas. Sin embargo, la raíz más importante que ha permitido que este colegio sea lo que es ahora han sido sin lugar a dudas todos los alumnos y alumnas y esa sensación de grupo con mayúsculas que sentían al formar parte de la familia del Tierno Galván. Esa sensación de pertenencia y de celebrar todos juntos ya sea Halloween, carnaval o el Día del Libro es la que nos debe hacer crecer como centro y como comunidad educativa.