Isis sin velo I

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H. P. BLAVATSKY

Isis Sin Velo Tomo I

La palabra mágico se deriva etimológicamente de magh, mah o mahâ que significa grande y se aplicó a los sacerdotes versados en la ciencia esotérica. MAGO. – Palabra derivada de Mag o Maha, que significa grande. El Mahatma (gran alma) tenía en la India sacerdotes en los tiempos prevédicos. Los magos eran sacerdotes del fuego, en Asiria, Babilonia y Persia. Los tres reyes magos que, según se dice, ofrecieron al niño Jesús oro, incienso y mirra, adoraban al fuego y eran también astrólogos, pues vieron la estrella de Belén. Al Sumo sacerdote parsi, residente en Surat, se le llama Mobed, palabra que algunos derivan de Megh o Meh–ab y significa grande y noble. Según Kleuker, a los discípulos de Zoroastro se les llamó meghestom. MANTICISMO. – Frenesí mántico o estado en que se actualiza el don de profecía, sinónimo de manticismo, pues tan honroso es el título de mántico como el de profeta. Pitágoras y Platón lo tuvieron en mucha estima y Sócrates aconsejó a sus discípulos el estudio del manticismo. Los Padres de la Iglesia, que tan severamente condenaron el frenesí mántico de los sacerdotes paganos y de las pitonisas, no tuvieron reparo en aprovecharse de él para sus fines particulares. Los montanistas42 emulaban a los manteis o profetas. El autor de la obra Profecías antiguas y modernas, dice que Tertuliano, San Agustín y los mártires de Cartago estuvieron dotados de frenesí mántico y que los montanistas se parecían a las bacantes en el salvaje entusiasmo que caracterizaba, sus orgías. Mucho discrepan las opiniones en lo concerniente al origen de la palabra manticismo. En tiempos de Melampo, rey de Argos, floreció el famoso vidente Mantis de cuyo nombre se derivaría la palabra, pero también pudo arrancar de la profetisa Manto, hija del profeta de Tebas. Cicerón define el don de profecía o frenesí mántico, diciendo que en lo más recóndito de la mente está ocultamente recluida la profecía divina, el divino impulso cuya actuación parece furor, frenesí y locura. Sin embargo, es posible que la palabra mantis tenga mucho más antigua etimología, no advertida por los filólogos, pues las dos copas empleadas en los ritos del misterio Soma, denominadas conjuntamente grahâs, se llamaban cada una de por sí sukra y manti43. En esta copa manti se dice que “despierta Brahmá”. Al beber sobriamente un sorbo del sagrado zumo, el “espíritu” de Brahmá, personificado en el dios Soma, se infunde en el cuerpo del iniciado y se posesiona de él. De aquí el éxtasis, la clarividencia y el don de profecía. El Soma estimula dos linajes de adivinación: la natural y la artificiosa. La copa sukra despierta las congénitas cualidades del hombre, é identifica el

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Prosélitos de Montano, obispo de Frigia, a quien se le atribuyó inspiración divina.

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Aitareya brâhmana, 3, I. 31


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