1 minute read

Descubriendo en familia Sus problemas ¿mis problemas?

Una de las cosas más difíciles para un padre, es decidir hasta qué punto involucrarse en los problemas de sus hijos, sobre todo cuando se trata de un conflicto con algún niño de su edad. Lo más importante de todo es, primero, hacer un análisis de la situación: Qué tanto tu hijo/a te está involucrando a ti directamente y de qué forma lo está haciendo. Si tu hijo/a te pide ayuda directamente, no actúes de manera impulsiva buscando defenderlo, no olvides que en toda historia existen tres versiones, y muchas veces tendremos acceso solamente a una, por lo tanto, antes de tomar partido y actuar, analiza la “gravedad” del asunto. Si es algo que pueda solucionarse hablando, incentiva a tu hijo a que así lo haga; si es algo que consideras que no es de gravedad, pero sí es necesario que se tomen cartas en el asunto, acércate a la imagen de autoridad encargada de la convivencia en la que está involucrado/a tu hijo/a y pide que participe en la búsqueda de una solución; pero si de verdad crees que es una situación que incluso pueda poner en peligro la integridad física o emocional de tu hijo/a, entonces, ahora sí, no dudes en involucrarte total y directamente. No olvides que es importante que fomentemos en los niños la habilidad de solucionar problemas, de hacerles frente; eso hará que tu hijo/a no solamente se vuelva autosuficiente, sino también seguro de sí mismo, con la total capacidad de sobrellevar adversidades simples, a las que, aunque no lo queramos, siempre estará expuesto/a. Y siempre recuerda mostrarle tu apoyo incondicional, sin importar si toma una decisión incorrecta o si tiene miedo de hacer frente a los problemas, porque tener miedo es lo más normal del mundo, lo que no es sano, es dejar que ese miedo nos paralice, permitiendo que se apodere de nosotros y de nuestra integridad emocional. No subestimemos a nuestros hijos, y que nuestra capacidad de asombro con ellos nunca termine.

Advertisement

This article is from: