propio? Pues a que es preferible no emprender hasta no contar con un «colchón» que permita cubrir nuestras necesidades personales mientras el negocio arranca. Y, para ello, hay que ahorrar el tiempo que haga falta antes de lanzarse a la aventura. Por ejemplo, recuerdo que yo esperé varios años para iniciar mi negocio. Hice los siguientes cálculos. Yo, en aquel entonces (año 1996 y sin hijos), podía pasar con 600 euros al mes. Justito, pero pasaba. Lo que hice fue apartar poco a poco una cantidad que me permitiese vivir de mis ahorros durante dos años, incluso en el supuesto de que