LA VIDA NO TIENE NOMBRE - Marcio Veloz Maggiolo

Page 10

habían encendido. Para mí que aquella propaganda perniciosa era preparada por el alto comando de los americanos situado en la capital. Recuerdo el revuelo que hubo en todo el Este cuando se supo que los yanquis entraron por Samaná a fuego y sangre. Luego supimos que bajaron hasta Santiago y La Vega. Fusilaran allí a treinta o cuarenta estúpidos que se dejaron coger traníja ilamente. Lo mismo sucedió en Haina, cerca de Sant o Domingo, donde cok-a ron por las dedos a seis dominicanos y luego de col-ge >a; 1>35 pasaran a bayoneta limpia, lado eso y más lían hecha el) s, y ahora gritan cuando cuatro gavilleros descuartizan a liii miago en tal o cual vereda. y(1555 en el Lste tocía el mando espe ml a can ansiedad. Cae: 1 lían aren sus ira’ as lCr dimos la batalla, sara ii~~ jstidi— 12)0; Omíctir con aaaella ~ertilkria deseosa de arrasarlo todo. Pu ; cuantas lías 1 ení > al ni un e y are anizanías 1 ma las ara le Inca canina las Li 2?> r. s. ¿era casi nadie nos aatidai a. Ta— (1 5 teíían mseda de que los americanas los baquetearan camí us— topa (3 les marcaran las espaldas con un hierro al rojo vivo. Yo me encontraba con Simián, en Guasa, un poblado situado entre ≥lacerís y La Romana. Abandoné a Simián y dmarante mucho tiempo no la vi. Cuando regresé la encontré muy enferma, pero las persecuctones no me dejaban man minuto para descansar. Todo era huir, quemar, fusilar a los indecisos y robar cuando estábanaos en apuros. Aquellas pueblas de mi tierra que tanta protesta levantaron euanao las gringas pisaran nuestro suelo, pronto se acostumbraron a servirles, pronto cayeron en eí servilismo que durante tanto tiempo nos ha hecho a los dominicanos unos payasos que bailan para el que mas comida ofrece. Daba pena ver aquello. Muchachas entregadas por sus madres y cosas como esas. Nosotros llorábamos de rabia, pero no podiamos hacer nada. Pronto llegaron a er eerse que éramos unos salvajes y que ellos eran los reyes del país. Pronto nadie salió después de las seis de la tarde y los americanos se hicieron canto de las tabernas y de las mejores mujeres de cada pueblo. Así de triste era aquella vida por la que me desangré.... Así de triste. Hoy he dormido poco y el canapé que me sirve de cama está en desorden. El reloj del ingenio debe naarcar alguna hora de la madrugada. Yo siento un turbio olor a melaza que me descompone los intestinos, porque cuando era pequeño, la miel de purga era uno de las remedios que me daba Simián y desde entonces no puedo ni olerla. Se acerca la hora de mi fusilamiento. Me quedan días, pocas días. Dentro de poco tiempo man sargento dirá el famoso “fire” que ha quitado del medio a tantos dominicanos buenos. Desperté muy sobresaltado, como empujado por la desesperación. He soñado con papá. ¡ No me va a dejar morir en paz el recuerdo de este sinvergúenza! Dentro de una hora tendré la acostumbrada visita de Jonas, cabo de la Armada. Es mexicano y dice que Wilson ha sido uno de los grandes hombres de la tierra. Wilson es o fue el presidente de los gringos. Como Jonás se metió en las fuerzas de los americanos traicionado a sus amigos, ahora quiere decirme que hay un americano bueno y que ese americano se llama míster \Vilson Como Jonás es el único que habla en dominicano por todos estos contornos, tengo que escucharlo. Al fin y al cabo dentro de unos días me partirán el alma y no volveré a conversar con nadie.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.