Josep Manuel Anglada Pasión por todo aquello que vale la pena explorar Con 77 años, Anglada no para. Sigue con sus actividades predilectas y recuerda perfectamente su trayectoria por el Pedraforca como si fuese ayer. De tanto en tanto, vuelve a esta singular montaña a disfrutar de su mágico entorno, y repetir alguna de esas aventuras que protagonizó de joven. Muchos no lo reconoceran, pero seguro que han escalado muchas de sus vías y le tienen una gran admiración. Por supuesto se la merece, en nombre de todo el colectivo que tarde o temprano acaba de cara a la pared.
Foto: Jaume Altadill
J. M. A.: Lo de Robbins en el Pedraforca es una larga historia. De vuelta de los Andes del Perú en 1963, me quedé un mes en Estados Unidos, y con Royal Robbins, fuímos a Yosemite. Hicimos varias vías. La más destacada el Espolón E del Gran Capitán. Posteriormente le invité a Barcelona. Escalamos en Montserrat, y un fin de semana fuímos al Pedraforca. El itinerario que escogí para que conociera la pared norte fue la ruta de entrada Cerdà-Vergés y la vía del Gran Diedro hasta la cumbre. Fuímos muy rápidos hasta la base del Gran Diedro, y al llegar a este punto teníamos muy cerca, el inicio de una angosta chimenea/diedro que subía hacia el Calderer. Recuerdo las palabras de Royal: ¿Porque no subimos por aqui? Hacía dos años que unos amigos lo habían intentado pero no habían superado los primeros 40 metros. Entonces quedó claro, que si habían pasado dos años nos tocaba a nosotros hacer el nuevo intento. Este primer largo, el más difícil de la vía, Royal lo atacó con una gran técnica Yosemitica. Ví como superaba aquellos 40 m utilizando el empotramiento del brazo y las piernas, y sin tocar a penas los hierros que dejaron los del primer intento. Robbins era realmente un fuera de serie, un artista. T erminamos la vía alternando los largos hasta la cumbre. Quedé muy satisfecho de haber abierto aquella magnifica vía con un escalador que siempre he admirado. GM: ¿No crees que la vía Homedes abierta en el año 35 fue una verdadera hazaña comparando con la del Cavall Bernat de Montserrat, a la cual siempre nos referimos como el máximo exponente de aquella época?
Game Magazine: ¿Que representa para ti el Pedraforca? J. M. Anglada: Para mi el Pedraforca represento en aquella época la montaña que más se parecía a las paredes de las Dolomitas. Caliza gris, pared importante, posibilidad de abrir vías, ambiente de alta montaña, bosques y prados, un refugio bien situado. Un lugar ideal. GM: ¿Con la vía del Gran Diedro abierta con Guillamón en el año 57, el Pedraforca consigue atraer tu atención durante los dos veranos siguientes. Fueron estas campañas un entrenamiento para futuros proyectos? J. M. A.: A pesar de que la aproximación era larga y complicada, el objetivo valía la pena. Al principio ir al Pedraforca significaba ir en tren o bus a Guardiola y hacer auto-stop con los camiones de las minas de carbón de Saldes. Más adelante cuando tuve una moto, era salvar unos caminos infernales hasta Saldes. Después quedaba el camino a pie hasta el refugio, una buena excursión y además casi siempre de noche. En la cara norte el trazado del Gran Diedro era evidente y llamaba la atención. Fue mi primera apertura de vía en el macizo. Me gustó tanto aquel diedro y aquella roca, que quedé atraído a repetir y abrir otras rutas. GM: ¿Después de Montserrat, el Pedraforca ha sido el lugar donde más vías has abierto. Representó su lejanía una mayor facilidad a la hora de escoger y sumar objetivos?
J. M. A.: La vía Homedes abierta en el 35 fue durante muchos años la escalada más difícil del Pedraforca. Tuve la gran suerte de conocer a uno de sus aperturistas con el que me unió una gran amistad durante muchos años, Bernat Boixeda, que luego se instaló en Andorra, fue una gran hazaña ya que no se trataba solamente de una escalada corta como el Cavall Bernat (aunque también tiene su gran merito), sinó que fue explorar una pared virgen de 400 m y por una vía arriesgada y difícil. Desgraciadamente al llegar a la cumbre un relámpago mató a uno de la cordada. GM: ¿Hubo cierta discrepancia con lo de la Directísima Pany-Ferrera, abristeis la Directa Anglada-Guillamón como respuesta al tema? J. M. A.: Referente a la Directísima Pany-Ferrera hubo una discrepancia lógica, parte de la base de la pared, pero ya en el inicio se dirige en diagonal hacia la derecha para volver más tarde a la izquierda y así sucesivamente hasta la cumbre. Lo que abrí con Guillamón sale de lo alto de la pirámide en la base de la pared, y recto hasta la cumbre del Calderer. Recuerdo que escribí un articulo describiendo nuestra vía y dando detalles de la diferencia. Un tal Ignacio Miró escribió un articulo furibundo defendiendo a Pany-Ferrera en la revista "Montaña" nº 60, pero que no tenía sentido ya que "Directísima" se entiende recto de abajo arriba y obviamente no lo era. Yo trataba de aclarar un concepto lógico sin ganas de polémica. Además eran mis amigos. Desistí de contestar.
J. M. A.: Montserrat debido a su cercanía a Barcelona era la zona donde más nos movíamos. En aquellos años, la gran mayoría trabajaba el sábado por la mañana y algunos incluso todo el día. Por consiguiente el fin de semana era corto. A pesar de ello, de las malas carreteras y del camino hasta el refugio, con una moto se podía subir al Pedraforca, escalar el domingo y regresar de noche a Barcelona.
GM: ¿Después de tantos años, como has visto la trayectoria de esta gran escuela?
GM: ¿Existió rivalidad entre las cordadas de las diferentes entidades en el afán de trazar nuevos itinerarios en el Pedraforca?
GM: ¿Crees que mucha gente es reacia a escalar en el Pedraforca por falta de parabolts, o más bien por falta de instinto para leer el lenguaje de la pared y no perderse en el intento?
J. M. A.: Rivalidad, rivalidad no había prácticamente ya que la mayoría de las paredes de los macizos tenían muchas posibilidades de nuevos itinerarios. Incluso había paredes que no se habían tocado aún. El Pedraforca no era una excepción. GM: ¿Como fue que Royal Robbins desvelara la fisura más llamativa del sector principal del Calderer?
GAME magazine
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J. M. A.: Han pasado más de 50 años desde que puse los pies en el Pedraforca por vez primera, y veo con admiración que los jóvenes alpinistas han abierto nuevas vías muy interesantes, muy bellas y mucho más difíciles. Me enorgullece que sea así.
J. M. A.: Por falta de parabolts no será, la roca del Pedraforca con sus múltiples grietas permite clavar pitones o introducir los friends con relativa facilidad. Actualmente se conocen nuevos macizos de escalada, a veces con una aproximación más corta, y los escaladores desean conocer nuevos lugares, se reparten y dejan de concentrarse en un solo macizo.