Joan Martí, el guarda En el año 75, y sustituyendo a Jordi Sans, el anterior guarda, aparece Joan Martí. Desde aquel mismo instante subir al Pedraforca representó tropezar con él, que no es precisamente un personaje escurridizo y discreto, más bien todo lo contrario, bondad ilimitada y carácter para frenar una tormenta. Un hombre capaz de crear escuela, liquidar todos los mitos del momento, y renunciar a la rutina urbana por una vida pausada pero intensa. Gracias a su clara influencia como escalador clásico, la estancia de Joan Martí en el Pedraforca ha repercutido a controlar el asunto durante un cuarto de siglo largo, y moderar el desmadre ocurrido en otros lugares, con respecto a los temas siempre candentes que iluminan los actuales fórums de internet. "Donde este un buen clavo que se quiten los parabolts", el lema capital que protege la casi totalidad del Pedraforca, salvo la cara sur , un espacio incontrolado donde muchos han hecho lo que han podido o lo que han querido. Su vinculación con la montaña ha contribuido al fracaso de muchas tragedias por negligencias en la mayoria de los casos, que le honran como uno de los guardas más representativos por su excelente labor . No obstante, hubo un día en que el destino casi se tuerce al estrellarse el helicóptero de rescate con Joan en su interior , obligando a sus tripulantes a un salto decisivo antes de la colisión para salvar el pellejo y poder contarlo. Testimonio de ello es la pala maltrecha del rotor de la aeronave, colgada de la fachada del refugio como recuerdo. Sin lugar a dudas, los nombres de Joan Martí del Castillo y Lluís Estasen, quedaran estrechamente ligados para siempre a la historia del Pedraforca. A partir del 2009, Jordi Gallardo "Punky" toma el relevo al frente del refugio Estasen pese a la crisis económica latente, aportando la energía necesaria y el empeño vital para llevarlo adelante, junto a su compañera Roser y el apoyo puntual de Sheila. Apartado actualmente de sus labores como guarda, la ocupación de Joan Martí sigue fiel a sus inquietudes rurales siempre próximas a la montaña, y al Berguedà en especial. De su balance como aperturista nos deja un ajustado repertorio de primeras, principalmente en el "Pedra", cuya estética y elegancia queda patente en sus dos itinerarios más representativos: la vía del Guarda (76) y la vía del Estimball (79), dos joyas imprescindibles del Pedraforca.
Arriba: Joan Martí en la via del Guarda. Foto: Joan Cabau A la izquierda: Eva Sensada en la Choras Piengue. Foto: Joan Cabau
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