punto de partida es prácticamente la base de la Gran Cascada. Los responsables de tal proeza fueron Dabbadie, Gasset, Cereza y Malus. En septiembre del 56, Jean Ravier, acompañado de C. Dufourmantelle, se atreve con la que más tarde se ha convertido en una ruta célebre: la cara norte de la Torre de Marboré. Una inmensa mole que, con el Casco, custodia desde arriba el Circo de Gavarnie. Precisamente es la parte inferior izquierda de la Torre el sector que hoy acoge algunos de los itinerarios más completos de la zona, definiendo lo que se conoce como Tercer Muro, Tercer Escalón o Troisième Étage.
ES TIEMPO EMPLEARSE A FONDO La escalada de las cascadas de hielo de Gavarnie debuta en 1977 gracias a un joven pirineista de Luz St. Sauveur llamado Dominique Julien quien, en el mes de febrero traza la “Voie des Mystiques”, que en su primera parte toma el diedro de la zona izquierda del Mur du Cirque hasta la vira central para, atravesándola hacia la derecha, escalar la segunda parte por la cortina característica del centro de la pared. En esta aventura es acompañado por Rainier Musch “Bunny”, un personaje carismático en los Pirineos. El 15 de marzo ambos se asocian de nuevo para recorrer la Cascade des Banzayous y dar a conocer a la comunidad alpinistica internacional uno de los más bellos lugares para la práctica de la escalada en cascadas de hielo que por aquel entonces compite con rincones de la cadena alpina y las áreas que circundan el valle de La Romanche, cerca de Grenoble. En el año 88 nace uno de los itinerarios más clásicos, Fluide Glacial, así como el que puede considerarse el gran mito del lugar: la vía de l´Overdose, cuyo itinerario sigue la “Grande Cascade”. La ruta, trazada por el propio Julien acompañado por M. Boulang, R. Munch y S. Casterán, obligó a sus aperturistas a vivaquear dos veces antes de alcanzar su punto culminante, que se convierte en el punto de partida de un complicado descenso. En el 79 Julien se encarga, en compañía de C. Ilhero, de La Ruflette, l ´Essui-Glace y Banana Split, vía que años más tarde se convertiría en una de las clásicas del mismo
GAME magazine
8