PSICOPEDAGOGÍA DE LAS EMOCIONES

Page 1

Benemérita Escuela Normal Manuel Ávila Camacho. Licenciatura en Educación Preescolar. Estrategias para el desarrollo socioemocional. 4to Semestre. Magdalena Rodríguez Arellano. 11|Febrero|2020.

PSICOPEDAGOGIA DE LAS EMOCIONES. NATURALEZA DE LAS EMOCIONES. CÓMO SE PRODUCE LA EMOCIÓN. Una emoción se activa a partir de un acontecimiento. El acontecimiento puede ser interno o externo. Un acontecimiento interno puede ser un dolor de muelas que anticipa la visita al dentista. Aparte de los típicos acontecimientos que activan las emociones, otros ejemplos son un pensamiento, imaginar un logro que hace ilusión, una fantasía etc. El acontecimiento también se denomina estímulo. El acontecimiento o estímulo a veces recibe el nombre genérico de objeto. Dentro de los objetos que son estímulos que pueden generar emociones están los hechos, las cosas, los animales, personas, etc. La mayoría de las emociones se generan en la interacción con otras personas. EL MECANISMO DE VALORACIÓN. Según la teoría de la valoración automática de Arnold (1960) existe un mecanismo innato que valora cualquier estímulo que llega a nuestros sentidos. Es como una especie de escáner, que detecta cualquier información susceptible de activar la respuesta emocional. Esta valoración puede ser consciente o inconsciente. De hecho, se trata de una reacción tan rápida que, aunque sea cognitiva, en general, no es consciente o cognoscitiva. De hecho, es una valoración automática, tal como indica su nombre; otra denominación para el mismo fenómeno es valoración primaria. En esta valoración está presente el grado en que se percibe el acontecimiento como positivo o negativo. Lo cual producirá emociones distintas. Cuando se habla de emociones positivas es porque el acontecimiento se valora como un progreso hacia los objetivos, hacia el bienestar. Cuando el acontecimiento se valora negativamente (un obstáculo, un peligro, una dificultad, una ofensa, etc.) genera emociones negativas. Influyen en la valoración del acontecimiento muchos factores: significado del acontecimiento, atribución causal, evaluación de las habilidades de afrontamiento,


experiencia previa, aprendizaje, contexto, etc. Esto hace que un mismo acontecimiento pueda ser valorado de forma distinta según las personas. El proceso de valoración (appraisal) es un constructo esencial de la teoría de Lazarus (1991). En la valoración se integran dos conjuntos de variables antecedentes (personalidad y ambiente) en una relación significativa basada en lo que acontece para el bienestar personal. Lazarus (1991) argumenta que, una vez que se ha producido la valoración automática o primaria, se produce de inmediato una valoración cognitiva o secundaria, en la cual nos preguntamos: ¿estoy en condiciones de hacer frente a esta situación? Si la respuesta es afirmativa, la respuesta fisiológica disminuye su intensidad y estoy en mejores condiciones de manejar la situación. En cambio, si valoro que no estoy en condiciones de hacer frente a la situación, la intensidad neurofisiológica se puede ver acentuada hasta el punto de perder el control personal. Si la emoción es muy intensa puede producir disfunciones intelectuales o trastornos emocionales (fobia, estrés, depresión). Scherer (1999) señala que la valoración toma en consideración la novedad del acontecimiento, si es agradable o no, la relevancia respecto a los objetivos, familiaridad, predecibilidad, si es repentino, resultados probables, expectativas, urgencia, control, etc. (Frijda, Roseman, Smith, Ellsworth, etc.) señalan diversos aspectos que se tienen en cuenta en la valoración, los cuales son resumidos en el estudio de Scherer. La implicación psicopedagógica que se deriva de la teoría de la valoración es que se puede aprender a valorar los acontecimientos de tal forma que se relativice el impacto negativo que pueda ocasionar. LOS COMPONENTES DE LA EMOCIÓN. El mecanismo de valoración activa la respuesta emocional. En la respuesta emocional se pueden identificar tres componentes: neurofisiológico, comportamental y cognitivo El componente neurofisiológico consiste en respuestas como taquicardia, sudoración, vasoconstricción, cambio en el tono muscular, secreciones hormonales, cambios en los niveles de ciertos neurotransmisores, etc. El componente comportamental coincide con la expresión emocional. La observación del comportamiento de un individuo permite inferir qué tipo de emociones está experimentando. El lenguaje no verbal, principalmente las expresiones del rostro y el tono de voz aportan señales de bastante precisión.


El componente cognitivo es la experiencia emocional subjetiva de lo que pasa. Permite tomar conciencia de la emoción que se está experimentando y etiquetarla, en función del dominio del lenguaje. La intervención en el componente neurofisiológico supone aplicar técnicas de relajación, respiración, control físico corporal, etc. LA OREXIS: PREDISPOSICIÓN A LA ACCIÓN. Las emociones suelen impulsar hacia una forma definida de comportamiento; ya sea enfrentándonos o huyendo de las situaciones que nos producen las emociones. Esta predisposición a la acción se resume en la expresión fight or fly (lucha o vuela), que refleja los dos comportamientos básicos para asegurar la supervivencia. El comportamiento de lucha se da cuando se valora que estoy en condiciones de hacer frente a la situación; y el comportamiento de huida se produce cuando el peligro se valora como superior a las posibilidades de hacerle frente. La educación emocional tiene como uno de sus objetivos entrenar para dar respuestas apropiadas y no impulsivas. La predisposición a la acción se denomina orexis. La orexis hace referencia a un amplio potencial de respuestas complejas que se puede dar o no. Entre ellas están el control de la propia expresión emocional, la represión emocional, la huida, el ataque, llorar, reír, etc. La dimensión oréctica de las emociones no es una condición necesaria, ni suficiente, en la experiencia emocional. CONCEPTO DE EMOCIÓN. Una emoción es un estado complejo del organismo caracterizado por una excitación o perturbación que predispone a la acción (Bisquerra, 2000). Las emociones se generan como respuesta a un acontecimiento externo o interno. Un mismo objeto puede generar emociones diferentes en distintas personas. La emoción es un concepto multidimensional que se refiere a una variedad de estados, muchos de ellos solapados, pero con distinto contenido. El procesamiento emocional es un fenómeno neuronal propio del cerebro del cual no se es consciente, que se activa a partir de la valoración automática, y que coincide con la componente psicofisiológica. La experiencia emocional, de la cual sí se es consciente y coincide con la componente cognitiva; es la toma de conciencia de la reacción psicofisiológica y cognitiva que acontece en una emoción. La expresión emocional es la manifestación externa de la emoción, lo cual se produce a través de la comunicación verbal y no verbal, como la expresión de la cara. LOS FENÓMENOS AFECTIVOS.


Es tradicional la distinción entre emociones agudas y estados de ánimo. Las emociones agudas se caracterizan por la brevedad. Pueden durar segundos, minutos, a veces horas y días; pero difícilmente una emoción dura semanas o meses. Entonces se entra en los sentimientos y en los estados de ánimo, que sí pueden durar semanas o meses. Un episodio emocional es más duradero que una emoción. Los episodios emocionales son diversos estados emotivos que se suceden y que se ligan a un mismo acontecimiento. Un sentimiento se inicia con una emoción, pero se puede alargar mucho más. De hecho, hay sentimientos que pueden durar toda la vida. Un sentimiento es una emoción hecha consciente. Esta consciencia permite la intervención de la voluntad para prolongar el sentimiento o para acortar su duración. Sentimiento y afecto pueden considerarse como sinónimos a efectos prácticos. Ambos se refieren a fenómenos emocionales duraderos que coinciden con la dimensión cognitiva de la emoción. Conviene añadir que los afectos suelen ser, en general, sentimientos positivos. Pero no siempre es así. Los sentimientos se dirigen hacia una persona o un objeto. Se tiene amor hacia una persona, rabia hacia otra, pena por la muerte de un ser querido, etc. Ejemplos de sentimientos son el amor romántico, la amistad, la felicidad, el patriotismo, etc. Una emoción puede durar desde un minuto hasta varias horas; mientras que los sentimientos y los afectos pueden durar largos períodos de tiempo, incluso toda la vida. Los estados de ánimo son más vagos o imprecisos que las emociones agudas y suelen carecer de una provocación contextual inmediata. Se denominan estados de ánimo o estados de humor (mood). En un estado de ánimo no tiene que haber necesariamente un objeto que lo provoque. Los estados de ánimo son de menos intensidad y de más duración que las emociones. Los estados de ánimo pueden durar desde unas horas hasta varios meses. Las emociones reclaman una respuesta urgente; los estados de ánimo no. Los estados de ánimo tienen que ver con las experiencias de la vida pasada que hacen que uno se sienta perturbado, triste, con una actitud positiva, etc. En la medida en que se tengan estados de ánimo negativos intensos, con una duración mayor de lo razonablemente aceptable se puede entrar en los desórdenes emocionales. Hay múltiples tipos de desórdenes emocionales que deben ser tratados por los especialistas (psicólogos, psiquiatras). De hecho, la psicoterapia es esencialmente terapia emocional. EL ESTILO VALORATIVO.


El estilo valorativo es la particular forma de valorar los acontecimientos y depende de cada persona. Algunas personas tienden a valorarlos positivamente; otros negativamente; otros, objetivamente. El estilo valorativo influye en la intensidad de las emociones. Por otra parte, el estilo valorativo se puede modificar mediante el aprendizaje. Lazarus (1991: 446-448) propone un instrumento para medir el estilo valorativo (appraisal style). Es un procedimiento denominado “respuestas a situaciones”, donde se solicita a los sujetos que hagan juicios evaluativos sobre 12 situaciones hipotéticamente emocionales. Por ejemplo: un amigo te impide participar en una actividad que te interesaba mucho; un profesor alaba un escrito tuyo; oyes que un amigo ha dicho cosas muy buenas de ti. Ante situaciones de este estilo, los sujetos valoran su importancia a través de preguntas como ¿qué importancia tiene esta situación para ti?, ¿en qué medida te sientes responsable de esta situación? Como resultado de todo este proceso se llega a determinar el estilo evaluativo de una persona en situaciones emocionales.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.