re-views II
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KURTZCARRALDo
O LA VOZ DE LA FIEBRE
OndaSonora
by Sergi Bellver Llamadme Werner. Sabed que también he perseguido siempre una ballena en mis películas y documentales, en todo mi discurso. Sabed que este diario es mucho más que una crónica de rodaje. Conquista de lo inútil es sobre todo una forma de hundimiento en la fiebre, un viaje hacia el corazón de las tinieblas en el que tiró de mí la obsesión hecha soga, mi conciencia como un arpón en aquel leviatán de madera blanca que remontaba una colina, río arriba. Porque era el monstruo quien nos arrastraba por la selva y no al revés. Coppola tradujo el Kurtz de Conrad en Brando, yo quise a Kinski –antes a Jagger, como si cierta geografía del rostro humano pudiera representar la naturaleza hostil– para mi versión del irlandés que soñó con un aria de Caruso en el centro vegetal de la desmesura. El libro de Conrad llevó su realidad un poco más allá para traer más verdad a los lectores. Mi película Fitzcarraldo operó en un sentido parecido, pues así funciona el lenguaje artístico y yo no me dedico a documentar verdades notariales, sino íntimas, como las del sueño que se manifiesta en la vigilia. Al regresar al diario me encontré desnudo y por eso sé que Conquista de lo inútil habla mejor de la fiebre y de mi humilde condición de artista
que el resto de mi obra. Siempre tardo en releer mis diarios. También me tomé más de veinte años para publicar mi peregrinaje sobre el hielo entre Baviera y París, cuando mi paso lento quiso demorar la muerte de una amiga. Hago películas porque sé hacerlas. He probado con la música, ese lenguaje absoluto, dirigiendo Tanhaüsser en Bayreuth, por ejemplo. Pero lo cierto es que me gustaría rodar y componer del modo en que escribo, sin producción ni efectos especiales, guiado por una suerte de delirio consciente, por una poética personal que intento no traicionar nunca ante la esencia contradictoria de las cosas. La escritura en mí es un caldo que hierve lento y deja los huesos limpios, una voz convaleciente que es amiga de la muerte y que, por eso mismo, descubre el lienzo luminoso de la vida.
Conquista de lo inútil • Werner Herzog • Blackie Books
Digitize Me Lonely Drifter Karen by Neill Higgins
los peces de la ira
Viaje al planeta Rojo
TAKIJI KOBAYASHI
ALEXANDER BOGDÁNOV
A veces un escritor trasciende esa función narcótica a la que parece relegarle la industria del ocio y escribe para despertarnos. Kobayashi, como en su día hicieron Gorki, Steinbeck o Zola, lo consigue con Kanikosen. Poco importa la vitola de bestseller espontáneo con que nos llega esta novela, porque lo que de veras cuenta es el compromiso que en ella se respira. Compromiso con los trabajadores de su tiempo, con la denuncia de la injusticia y con la escritura honesta: Kobayashi habló con verdad y riesgo, lo que no tardaría en costarle la vida en un calabozo policial. Pero Kanikosen va más allá del retrato local, ya que la deriva del pesquero japonés tiene hoy plena vigencia como metáfora de este tiempo nuestro de precariedad y de desmanes capitalistas. El primer título de la nueva editorial barcelonesa Ático de los Libros es también un prodigio de literatura artesanal, con un lenguaje crudo y directo pero no exento de lírica, luciendo una factura fílmica que podría pasar por coetánea de Imamura, y a la que algo le deberán escritores como Abe y Oe. Literatura con espinas, para sacudirnos la anestesia.
Como a Herzog –o a Conrad–, lo que a menudo distingue a un creador son sus obsesiones. Como a Kobayashi –o a Kurosawa–, lo que siempre ennoblece a un artista es su empatía con la sensibilidad del otro. En un punto de equilibrio entre singularidad y conciencia se mueve Bogdánov con esta emocionante marcianada marxista, una fábula utópica y precursora del steam-punk que publica por primera vez en castellano la editorial Nevsky Prospects. Quien haya leído a Julio Verne atisbará ese genio visionario en algunos pasajes de Estrella Roja. Quien haya leído El Capital se dará cuenta de hasta qué punto Bogdánov aboga por la cultura y el conocimiento como derechos inalienables del proletariado. No parece casualidad que el escritor fuera también médico –Bogdánov murió al experimentar en sí mismo una transfusión de sangre– y que persiguiera una suerte de sanación integral de la sociedad de su tiempo a través de esta quimérica novela, todo un derroche de imaginación y ternura, una alegoría febril pero bien articulada de una colectividad posible y de un mundo por reinventar, digna de un H. G. Wells transplantado a la estepa rusa, vía Marte.
Kanikosen (El Pesquero) • Takiji Kobayashi • Ático de los Libros
patrocinado por
Estrella Roja • Alexander Bogdánov • Nevsky Prospects
In this whirlwind digital information age, deep-rooted values and ways of doing things can get bewilderingly swept up and scattered hither and thither, leaving us scrambling to pick up the pieces. The contemporary music industry is no exception. Lonely Drifter Karen is one group among many caught in these winds of change. It was a pleasure to engage with them in debate about some of the values that are perhaps still holding together the torn and weathered fabric of the modern music scene.
them live. Do you think that increased accessibility (I’m thinking about Myspace, Spotify, and P2P software) can have a positive effect on musical creativity? LDK: There’s a definite oversaturation in terms of available music nowadays. It’s hard to choose when you have a million options. On the other hand, I also appreciate the democratic nature of the digital age – both musicians and listeners have the opportunity to discover new music that is unavailable via mainstream channels. It certainly has been of creative benefit to me. From mid-April onwards you will be on tour throughout Europe. Do you have to develop resilience and tenacity to “give it all” on stage night after night? lkd: Indeed we do! I feel we’re living a very extreme life. I love being on tour, travelling and all the chaos and excitement that’s involved. In an age where information and music flow so readily between people, what potential does live music have for making a resurgence and being central to the promotion and consumption of music? ldk: On an emotional and personal level, playing live is equally as important to us as recording an album. Financially, we mainly make a living by playing concerts rather than by selling records and I think a lot of bands are in a similar situation. I do find it a pity, though, for music that is more suitable to be experienced on a record. Some electronic acts like The Knife use light shows to create a unique live experience and I think they are successful. But of course, not all bands can afford to do that…
In what ways do you like to share your music with the your public? LDK: Actually, the recording and the live experience are both equally important to us. In recent years, groups such as Radiohead and NIN have distributed their albums free of charge on the Internet. Would you partake in this form of music philanthropy? LDK: For some bands, offering their music for free download can be a clever promotional step. Radiohead sold many more CDs after offering their music free of charge for a certain period. And even unknown bands might benefit from this accessible form of music distribution. But the question for me is why would I do this? Out of philanthropy? I don’t think so. We spent 6 months recording our album. We invested time, energy and money to create an album - like construction workers build a house - and I believe that we deserve to get “paid” for our investment. I think it’s as fair as that. But I don’t blame bands that offer their music for free since today’s market is so competitive and for some bands it’s the best choice to attract a new audience. Do you take advantage of the generosity of others by downloading music without Catch Lonely Drifter Karen live in concert at Apolo on the 29th of April. paying for it? LDK: Sure, if somebody likes to offer their music for free. Why not? However, I think it’s nice to support an unknown band by buying their merchandise or a concert ticket to see