Al recibir de manos del presidente de la Academia Nacional de Historia y Geografía, doctor Ulises Casab Rueda, la muceta, venera, pin y diploma que lo acredita como presidente honorario, el rector de la UNAM, puso de relieve su compromiso con los académicos de esta institución de “apoyar el estudio y las investigaciones que tienden al enriquecimiento histórico y cultural de nuestra nación y a propiciar su desarrollo”. El Dr. Casab Rueda, dando su mensaje en el marco de la investidura del Dr. Graue como presidente honorario de la ANHG.
Fue precisamente el respeto a las diversas ideologías y el pensamiento humano, la génesis de la base fundacional de lo que, ya en 1921, dio origen a la Unión que ya había concebido transformarse en Academia Nacional, luego de las sesiones preparatorias para formular su estatuto que se realizaron tanto en el Colegio Inglés de Popotla, dirigido por Teodoro E. Santacruz, como en el despacho de Ernesto Urtusástegui; en las sociedades: Científica Antonio Alzate y Benemérita Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. Así, luego de seis años de trabajos, estudios, encuentros académicos, consultas a los prohombres de la época, finalmente, el 8 de mayo de 1925 se redactó el primer estatuto de la Academia Nacional de Historia y Geografía que llevó por lema: “Por la Raza en Servicio de la Humanidad”, que tiempo después se transformaría en “Por la Ciencia en Servicio de la Humanidad”. Fue el paraninfo universitario del Palacio de la Autonomía, el escenario del nacimiento de esta emblemática institución, cobijada en ese momento por el rector Alfonso Pruneda, quien además de apadrinar a los 32 miembros iníciales de la Academia se convirtió en su presidente honorario, tradición que se conserva hasta nuestros días y que da especial 2 14
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lustre académico a la ya de por sí célebre institución. El Patronato de la entonces Universidad Nacional y dentro del estatuto interno, brindó la ocasión de laborar en su seno, amparados por su prestigio moral. Esta deferencia continúa vigente y reiterada tácitamente por los sucesivos rectores de la hoy Universidad Nacional Autónoma de México. También en ese evento fundacional de la Academia Nacional de Historia y Geografía, el Ingeniero Enrique E. Schulz es nombrado presidente de la misma y el licenciado Luis Rubio Silíceo es reconocido como el espíritu impulsor de la institución. Desde la concepción de la Unión Juventud de Hispanoamérica y hasta nuestros días ha transcurrido casi un siglo en el cual esta insigne institución ha sido presidida por personalidades como Valentín Gama, Luis Híjar, José L. Osorio, Gabriel F. Aguillón, Bernabé L. de Elías, Luis Chico G., Francisco García, Mario Sousa, Carlos Gaytán, Pedro Argü.elles e Ignacio Medina, que evocan los pasos de algunos de los 33 académicos constituyentes. Posteriormente se sumarían a la presidencia de esta noble Academia Nacional de Historia y Geografía otros ilustres mexicanos como don Pascual Ortiz Rubio, Juan Manuel Torrea, Antonio Fernández del Castillo, Jesús Ferrer Gamboa, José O. Ferrer Burgos, Luis Maldonado Venegas, hasta la actualidad en que la preside el doctor Ulises Casab Rueda, quien ha impreso, como cada uno de sus presidentes, un sello que abona a la distinción académica al modificar el lema que hoy ostenta: “La Geografía Nos Une y la Historia Nos Hermana”. Al igual que desde su concepción como Unión Juventud Hispanoamericana,
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