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Andrea Riccardi, invitado en las X Jornadas de Católicos y Vida Pública
cristianismo para un mundo más humano Simpático, cercano y curioso. Así se mostró a su paso por Bilbao, el fundador de la Comunidad San Egidio, promotor de la educación en pro de la paz y protagonista en la resolución de algunos conflictos sangrientos como el de Mozambique. Saludó y sonrió a los participantes en las Jornadas, se interesó por la imagen de la `Amatxu´ que presidía el estrado del salón habilitado para la ocasión y reflexionó en profundidad sobre el papel de los cristianos en la globalización. El profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Roma comenzó su reflexión refiriéndose a una efeméride del día. “Hoy 24 de abril, aunque no sea el tema de mi conferencia, siento la obligación de recordar que se cumple el primer centenario del inicio de la masacre de los armenios y de los otros cristianos en el imperio otomano y que involucró a más de un millón de personas”. Tras esta llamada al recuerdo “porque lo hemos olvidado durante demasiados decenios”, abordó el tema propuesto.
yectos compartidos- y el desarraigo - faltan puntos de referencia seguros-, fueron otros temas sobre los que se detuvo en su intervención.
catos, los partidos o la política que nos llevan a “una silenciosa, pero profunda revolución antropológica”. Choque de civilizaciones
Se refirió al fortalecimiento del sentimiento individual de la vida y la crisis de formas comunitarias como los sindi-
El denominado choque de civilizaciones y religiones, que surgió tras los ataques del 11 de sep-
Al abordar la globalización desde la perspectiva del cristianismo “que estructuralmente es una organización global” reclamó vivir una nueva espiritualidad “que sea capaz de responder a nuevas proximidades”.
Habló de las fronteras “que son un límite, que protegen, pero al mismo tiempo se han abierto”.
Se preguntó si el fenómeno de la globalización ha sido una sorpresa grande para los cristianos negando la mayor porque “la Iglesia fue poco consciente de la dimensión universalista del Concilio”.
Se refirió a la victoria del mercado “que ha prevalecido sobre lo demás” y se detuvo en el mito de los más optimistas sobre la globalización providencial que pensaban que aportaría desarrollo y cultura pero que ha sido “duramente” desmentido. “Porque la democracia está en crisis. Tanto es así que aparece una nueva figura: la democratura: la dictadura del pueblo”, matizó. La sensación de inseguridad - ausencia de pro-
tiembre, fue a su modo de ver, un intento de explicar la complejidad del mundo global “porque se necesitaba saber de dónde venía la amenaza”. Lo que ocurrió, en cambio, fue que la globalización llevó a una “dramática fragmentación del mundo islámico”.
Para Andrea Riccardi la Iglesia “se ha distraído” sobre la reflexión porque “está básicamente centrada en ella misma y a la defensiva”.
andrea riccardi saludando al papa francisco
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Ante esta actitud reclamó leer la globalización basada en la comunión de fe. “El catolicismo es una comunidad concreta de hombres y mujeres que tienen relaciones