

Rizzi, Marcelo
Del cultivo de sí como un árbol de costumbre/ Marcelo Rizzi1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Barnacle, 2022.
58 p.; 21 x 15 cm.
ISBN 978-987-4044-83-9
1. Poesía Argentina. I. Título. CDD A861
Editor General: AlbertoCisnero
Diseño de tapa: AzúcarRamón y MerlinaH.Cisnero
Primera edición: Junio de 2022
(c) 2022, Marcelo Rizzi Buenos Aires- Argentina
ISBN 978-987-4044-83-9
BARNACLE
Libroshomogéneosycomerciales barnacle.cia @gmail.com www.barnacle.com.ar
Impreso en la Argentina
PrintedinArgentina Queda hecho el depósito que previene la ley 11723
Emergemos a menudo de un sueño profundo preguntándonos otra vez qué haremos hoy con esta jaula. La mano, como la de una beata, se torna invisible al abrir la pequeña puerta de alambres. Este día acabará, nos decimos, su azul cobalto devendrá un color que desconocemos, su teatro será la arena de un átomo recogido en la punta de un alfiler. Si con defensas del polvo se gana ya otra minúscula batalla, deja a los dedos sutiles la construcción de nuevas alianzas, hagan que el pétalo elegido caiga dentro del libro, tallen ese glifo del tiempo en otro guijarro, dibujen líneas serpenteantes que nos traigan de regreso al hogar.
Uno indaga a veces al despertarse en cómo se llegó a ese peso exacto para que no se sobrecargue demasiado un solo lado de la balanza. Desde la calma se pueden ver cosas remotas, situadas como en otra galaxia. Acaso esa velada juventud de quien ahora desciende un pie fuera de la cama lo aleje como por sobre una pista de humo a la velocidad de la luz, cargando una sombra con forma de cruz, pensando en cómo hoy mezclará polvo de mármol, cemento, pigmentos rojizos, morados, con arenas como partículas estelares, de las más blancas.
Soñaba Constantino en la vigilia de un drama inaugural con un leño, con esa reverberación de dioses impacientes. Uno que decía que de las plantas procedemos, de la clorofila que viaja por dentro; otro de la primera línea de fuego que marca esa osamenta filial. Máscara había tras la máscara, y tras ésta una tercera similar. Es siempre concéntrica la palabra de todo principio, exorbitado el rostro del insomne de tanto deambular, mohín de la mañana cíclica, sin lugar y sin tiempo.

DEL CULTIVO DE SÍ COMO UN ÁRBOL DE COSTUMBRE de Marcelo Rizzi fue impreso en la nobilísima ciudad de Buenos Aires, año veintidós del siglo. TOLLE, LEGE.



Rizzi, Marcelo
Driftwood/ Marcelo Rizzi - 1a ed. - Ciudad
Autónoma de Buenos Aires: Barnacle, 2020.
68 p.; 21 x 15 cm.
ISBN 978-987-4044-45-7
1. Poesía Argentina. I. Título. CDD A861
Editora General: VerónicaVega
Diseño de tapa: AzúcarRamón y MerlinaH.Cisnero
Primera edición: Abril de 2020 (c) 2020, Marcelo Rizzi
Buenos Aires- Argentina
ISBN 978-987-4044-45-7
BARNACLE
Libroshomogéneosycomerciales barnacle.cia @gmail.com www.barnacle.com.ar
Impreso en la Argentina
PrintedinArgentina
Queda hecho el depósito que previene la ley 11723
Observemos por un instante ese árbol fuera de sí, de la tiranía venial de los conceptos: sin saber que se ha iniciado ya la noche de su devenir, quizá éste haya sido su día más singular. Del tiempo real de nuestros congéneres, descreemos: por la forma de distribuir los platos y los afanes en círculos perfectos, de postular sueños de evasión dichos al oído y por debajo bajo la mesa; de formular principios absolutos para alcanzar apenas la ebriedad.
Cada época se define en torno a un diminuto ideario: a su afuera, a su interior. Si son diversos los jueces que nos juzgan, que se pudra entonces el muelle sin nosotros, que nunca sepamos del todo cuándo la carne finalmente se astilla, y que del árbol invisible cuelgue el fruto más feroz.
¿Q
ué grano de sentido, como mascarón de proa, no es ya su infinita verdad de nave insignia, que se interna en mares tumultuosos, balbuceante de dialectos extranjeros? Seguro habrá en sigilosa pluma, ese animal del destierro, precario siempre entre acierto y error. Y será deseable acaso algún día perdernos en rojos desiertos, convertirnos en rebaño trashumante, en perros de otras furias, mezclar el lodo de la palabra lodo con asuntos de este mundo, con estiércol. Echar mano incluso a nuestra propia sombra como escudo.


