64 minute read

SUMARIO

FINTECH

IA en el mercado financiero

Advertisement

MI BRÓKER ES UN ROBOT

La automatización pisa cada vez más fuerte en el mundo de las finanzas. Ya existen softwares que operan sin descanso según instrucciones para cumplir su objetivo. Cuáles son las ventajas de esta tecnología.

Opinan:

Nicolás Galarza - Paul Detry Pablo Juanes Roig

El uso de la tecnología que hace el mercado financiero global y local no es nuevo, pero las últimas herramientas permiten profundizar este camino en pos de lograr menor cantidad de errores humanos, más eficiencia y, a largo plazo, ahorrar costos. A pesar de que el negocio es pequeño en la Argentina, se encuentra en franco desarrollo, y cada vez son más los brókers y jugadores del sistema que apuestan a sumar machine learning, inteligencia artificial y bots para la relación con los clientes y para el día a día puertas adentro de las compañías.

En un mercado volátil, cambiante y de mucho riesgo, el análisis más preciso que pueden realizar este tipo de innovaciones facilita el trabajo de los recursos humanos de las compañías y genera una mayor fidelización frente a la cartera de clientes. Con el volumen de datos adecuado, se pueden generar mejores comunicaciones, recomendaciones de inversión y hasta agilizar los procesos de consultas, que anteriormente se hacían de manera manual.

Dónde se están implementando

En la Argentina el desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial y machine learning está creciendo a paso firme. Los utilizan cada vez más empresas, sobre todo en el segmento bancario y del mercado de capitales, que comprenden a estas herramientas como aliadas a la hora de ser más escalables para abarcar a un gran número de clientes. Incluso a pesar de que se traten de grandes inversiones, con un repago que no se observa en el corto plazo, pero que, luego, pueden generar grandes ventajas.

Quiena, por caso, es una de las fintechs que cuenta con su propio “robot” que asesora a los inversores sobre cuál es el producto indicado para cada perfil, de acuerdo con el rendimiento que posea. Según datos de la empresa fundada por Nicolás Galarza, el 78% de los usuarios prefieren Quiena Automática, un sistema automatizado de la plataforma que calcula matemáticamente el portfolio con el menor riesgo posible. “Este sistema robótico, que está ganando adeptos

en todo el mundo, arma una cartera bien diversificada donde el nivel de riesgo asumido dependerá de cada inversor”, afirman en la empresa.

Según Galarza, todavía existe mucho potencial de automatización en la Argentina, incluso a pesar de que se trata de un mercado financiero muy pequeño y poco desarrollado. Además de implementarlo en el asesoramiento, la fintech también pone en marcha esta tecnología a la hora de direccionar su publicidad online, hacer campañas de marketing y analizar cuáles son los perfiles de cada usuario y en qué producto se puede interesar.

“También usamos inteligencia artificial para entender el momento en que el cliente se registra, seguir el proceso durante el tiempo previo a que empiece a depositar fondos, momento en el que hacemos un seguimiento para darle información sobre lo que considere comprar“, explicó el ejecutivo. A su vez reconoció que sirve para entender cuál es el horario óptimo para enviar esos e-mails. “La automatización hace todo el trabajo más escalable”, opinó.

También existen inversiones que agilizan los procesos pero que son más simples y menos costosas. Un ejemplo de ello son los bots, que ya están desarrollados en los bancos tradicionales y que las fintechs están utilizando hace mucho para brindar una respuesta rápida a sus usuarios, que no quieren tener que llamar o acudir personalmente a una sucursal para resolver un problema.

De esta manera, la atención vía WhatsApp, con un bot detrás de cada chat, se convirtió en una herramienta relevante para las empresas financieras con un gran volumen de clientes. “Esto nos hace bajar los costos muchísimo”, explicó Galarza sobre un resultado que se observa casi de inmediato.

Ahora, durante mayo, Quiena comenzará a utilizar inteligencia artificial para el alta del cliente y el monitoreo de la cuenta, para prevenir fraudes y situaciones de lavado de activos. “Esto es algo que normalmente se hace a mano o con sistemas antiguos, que lleva mucho tiempo y recursos, y el costo se traslada al cliente”, señaló el fundador de la firma que tiene 400.000 cuentas comitentes abiertas en la Argentina.

Paul Detry, CTO de Balanz, considera que sin automatización no hay escala, sin escala no hay datos y sin datos no se pueden tomar buenas decisiones. Por eso, en la compañía utilizan modelos predictivos con inteligencia artificial y machine learning. “La idea es evaluar distintas situaciones para anticiparnos a las necesidades de los inversores”, sostuvo el especialista.

Detry reconoció que el mercado pequeño es una traba en la búsqueda de esos grandes volúmenes de datos que requieren las tecnologías de IA. “La Argentina tiene la limitación de que estadísticamente hablando nos falta escala, pero hay que trabajar más”, dijo en este sentido. Así y todo, las herramientas existen y ya es posible investigar y probar distintos modelos para encontrar cuál es el más acorde a la realidad de cada empresa.

Como resultado, en Balanz se han encontrado tendencias en cuanto al comportamiento de los clientes. “Entendimos cuánto tardan en fondear la cuenta, cuánto tardan en hacer la primera operación, cuál es el punto de contacto, cómo se correlaciona con la edad, entre otras cosas que proba-

mos”, enumeró Detry sobre el uso que se le da. De esta manera, el área de tecnología dentro de la empresa creció notablemente, y hoy el 10% de la dotación se dedica a este segmento.

En total, Balanz cuenta con más de 150.000 clientes, y Detry cree que el próximo paso es seguir profundizando este camino, ya que la automatización tiene muchas aristas. “Al tener más automatizaciones hacia afuera podremos detectar mejor el comportamiento del consumidor, y más variables tendremos para analizar, como cuáles son los disparadores para invertir, entender bien el perfil de la persona, sugerirle la primera inversión, entender el contexto, etcétera”, aseguró.

Otra de las fintechs que aplican herramientas de IA y machine learning es Banza. Lo hace según el tipo de producto: Banza Individuos, Banza API Broker y Banza Partners. En el primero, destinado a personas

“La automatización hace todo el trabajo más escalable. Procesos que normalmente se hacen a mano o con sistemas antiguos, llevan mucho tiempo, y el costo se traslada al cliente.”

“Al tener más automatizaciones hacia afuera podremos detectar mejor el comportamiento del consumidor, y más variables tendremos para analizar, como cuáles son los disparadores para invertir, entender bien el perfil de la persona, sugerirle la primera inversión, entender el contexto, etcétera.”

que quieran abrir una cuenta en el mercado de capitales y operar de manera directa sin intermediarios, se automatizó tanto el cash in como el cash out.

Dentro de este producto la firma lanzó hace seis meses el módulo de ahorro, que automatiza las inversiones de las personas en una cartera recomendada en función del objetivo de ahorro que el cliente pone, ya sea con una fecha o con un monto específico al que busca llegar. Así, la cartera se distribuye y rebalancea de manera automática según el rendimiento a través de machine learning.

Además, hace tres meses se agregó el bot para la atención al cliente, lo que les permitió disminuir el volumen de consultas. “El 80% de las consultas se responden automáticamente, y el promedio de respuesta es de 20 minutos”, describió Pablo Juanes Roig, CEO de la compañía.

Por su parte, API Broker es un producto 100% tecnológico, con un modelo business as a service (BAAS), con el que se ofrece una suite de API para que cualquier fintech o billetera virtual pueda usar su tecnología y ofrecer servicios financieros en su plataforma, con una propuesta B2B.

“Acá el concepto en sí mismo apunta a la automatización, porque el producto como tal le permite a cualquiera conectarse, abrir una cuenta y operar en el mercado totalmente online, sin intervención humana”, agregó. Por último, Banza Partners es una plataforma 360º para quienes se quieren convertir en asesores financieros independientes. Apunta principalmente a los asesores de seguros, para que además de vender productos aseguradores también incorporen herramientas financieras y generen un ingreso extra. En este segmento se realiza business intelligence, para retroalimentarse de la información de los clientes y puedan recomendar carteras de producto para mostrarles a los asesores financieros qué tan desviados se encuentran sus clientes de la matriz de riesgo, eso les permite tomar decisiones en tiempo real para acomodar esos desvíos.

Las ventajas

En un mercado financiero que necesita desarrollarse como el argentino, toda herramienta que apunte a facilitar la llegada de nuevos inversores resulta positiva para los jugadores del sector. Eso es, principalmente, a lo que apunta Quiena, ya que Galarza asegura que la automatización amplía el universo de gente en el mercado de capitales.

“Hay mucha gente que tiene pesos en la cuenta congelados o en plazos fijos, que están por debajo de la inflación. La gente no se traslada al mercado de capitales porque no hay un producto simple y con marketing masivo. Ese es nuestro target objetivo”, señaló el ejecutivo. “Sin esta tecnología no podemos darle asesoría personal a pequeños o medianos ahorristas, además se ahorran costos”, agregó Galarza a la hora de hablar de los beneficios de implementar estas innovaciones.

Según Paul Detry, la automatización permite segmentar los mensajes e ir con ofertas más dirigidas, analizar cuál funciona mejor y lograr una menor cantidad de contactos, pero más certeros.

“Si no son precisos los mensajes se desgasta la comunicación. Así, la relación sale fortalecida”, analizó Detry. A la hora de fidelizar, el CTO detalló que actualmente hay un 20% más de activaciones de cuenta, aunque no se lo adjudica exclusivamente a las herramientas de IA, sino a que todo el proceso se hizo más fácil.

Para Juanez Roig las ventajas para el cliente final se observan en la velocidad de implementación y en la escalabilidad que pueden lograr, ya que pueden desarrollar sus objetivos más rápido y con menos recursos. En tanto, para Banza, lo positivo está en el mejor manejo de la información. “Se pueden encontrar datos interesantes de los perfiles para tomar decisiones más sabias del negocio”, interpretó.

Asimismo, en términos de seguridad, la tecnología también aparece como una aliada. “Estas herramientas hacen más seguro a cualquier sistema, está todo digitalizado, lo cual hace más fácil autenticar todo, hacer reconocimiento en el log in de las cuentas, entre otras cosas”, concluyó el CEO.

SUSTENTABILIDAD

Aprender a cambiar

Qué le depara a la humanidad la pospandemia

La pandemia trajo consigo una de las mayores crisis que enfrentó la humanidad en la historia. Se aceleraron cambios y se profundizaron desigualdades políticas, económicas y sociales.

Opinan:

Andrés Malamud - Nicolás José Isola Bernardo Kliksberg

La aparición de la pandemia de COVID-19 representa una de las peores crisis de salud pública de la historia y supone un reto para la continuidad del sistema económico y político. En definitiva, una amenaza que pone en peligro la permanencia del orden mundial actual.

A lo largo de la historia, desde la Grecia antigua hasta el siglo XX, pandemias anteriores alteraron el curso de la humanidad y dieron lugar a grandes revoluciones. Provocaron cambios radicales en los hábitos y las rutinas de la población, que derivaron en nuevas formas de producción y comercialización, entre otras cuestiones.

Frank Snowden, uno de los más prestigiosos historiadores de la medicina, postuló, en diversos escritos, que las enfermedades infecciosas moldearon la evolución social tanto como las guerras y las crisis económicas.

En 2020 también se aceleraron procesos. Avanzó la interacción remota, como la educación y el trabajo a la distancia. Pero la virtualidad no se limitó sólo al aprendizaje y el desarrollo profesional, sino que alcanzó otras esferas de la vida cotidiana.

Los vínculos sociales, el ocio, el consumo y los pagos diarios también se trasladaron a las pantallas.

No toda la población atravesó estos cambios. Mientras que algunos experimentaron la vida cibernética, otros ni siquiera alcanzaron a conectarse a Internet. Se agravaron las diferencias, con una profundización de la desigualdad y la pobreza. Una brecha que expone las distintas realidades entre los polos opuestos: entre los segmentos de altos y bajos ingresos, entre los chicos con acceso a la educación digital y los que quedan fuera del sistema, entre los empleados registrados y los trabajadores informales.

Las primeras vacunas disponibles se reparten, gradualmente, en un planeta poco igualitario. Primero arribaron a las naciones más poderosas. A la larga, lo harán al resto de los países, en un procedimiento que algunas organizaciones estiman que recién se completará en unos años.

“En Occidente observaremos una bifurcación entre países desarrollados y países en desarrollo. Los primeros aumentarán sus capacidades estatales y buscarán reducir las desigualdades sociales. Los segundos se verán debilitados, con desigualdades consolidadas y la informalidad económica profundizada.”

Interrogantes sobre el futuro

¿Cuán duraderas serán estas transformaciones? ¿Qué sociedad se configurará? ¿Qué valores éticos predominarán? ¿Qué rol ocupará la tecnología? ¿Qué liderazgos se encumbrarán y qué posición ocuparán los incipientes colectivos? ¿La distribución y la legitimidad del poder acentuará el conflicto en la relación entre China y los Estados Unidos o catapultará al podio a otras potencias que les disputan el trono? ¿Llegará un nuevo New Deal en el que la sustentabilidad y la lucha contra la desigualdad serán las claves?

Numerosos son los interrogantes sobre las consecuencias que dejará la emergencia sanitaria y cómo será el mundo pospandemia. Pero todavía no hay respuestas definitivas ni pronósticos acertados. Hay quienes aseguran, de forma optimista, que la etapa

“Hoy, se observan transformaciones aceleradas, como las que vivieron las empresas tecnológicas y los bancos, que se volcaron furiosamente a la digitalización. Lo paulatino hubo que hacerlo inmediato.”

que viene será mejor. Otros, más pesimistas, creen que será peor. Y no faltan los escépticos, que piensan que las cosas seguirán igual, pese a todo.

Pero sí hay un punto en el que los analistas coinciden: la lección que deja esta crisis es que ya nada volverá a ser como antes. Según los especialistas, nacerá un paradigma que obligará a los gobiernos, las empresas y las sociedades a convivir bajo nuevas reglas, con un virus que dejará como saldo una “nueva normalidad”.

En su informe periódico sobre los escenarios plausibles que tendría que enfrentar el mundo en las próximas décadas, el Consejo Nacional de Inteligencia de los Estados Unidos (NIC, por sus siglas en inglés) no parece muy optimista y vaticina un futuro sombrío. “La pandemia está acelerando las fisuras sociales y económicas ya existentes, con lo cual aumenta el riesgo de más y más desafíos globales en cascada”, detalló en su último reporte Global Trends 2040: A More Contested World (Tendencias globales 2040: un mundo más reñido).

Los autores describen la pandemia como “la disrupción global más significativa y singular desde la Segunda Guerra Mundial” y la ven como un prólogo de la crisis que se avecina. Así, la humanidad deberá lidiar en los próximos 20 años con brotes de enfermedades y crisis financieras con más frecuencia e intensidad. Los estragos del cambio climático y los efectos negativos de las nuevas tecnologías también se acrecentarían.

“En Occidente observaremos una bifurcación entre países desarrollados y países en desarrollo. Los primeros aumentarán sus capacidades estatales y buscarán reducir las desigualdades sociales. Los segundos se verán debilitados, con desigualdades consolidadas y la informalidad económica profundizada. Los mercados ilegales (el narcotráfico, el contrabando y la extorsión) competirán con los Estados en la producción de bienes privados y orden público”, reflexionó Andrés Malamud, investigador principal del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa.

Efectos económicos

El Premio Nobel de Economía 2010 y académico de la London School of Economics, Cristopher Pissarides, disertó en una conferencia global a fines de 2020. Él está convencido de que los viajes de negocios no volverán, de que las videoconferencias llegaron para quedarse y de que, al menos, el 20% de la jornada laboral será en casa en lugar de las oficinas, lo que obligará también a repensar el diseño de las ciudades, para ofrecer más servicios en los barrios.

Entre sus proyecciones, resaltó que la creación de empleo será menor: si antes de la COVID-19 las estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pronosticaban que el 15% de los puestos de trabajo podían perderse por la automatización en los próximos diez años, la pandemia aceleró ese fenómeno. Ahora, habría que añadirle otro 5%.

Los trabajadores que sean expulsados del sector donde se desempeñaban deberán buscar reinsertarse en rubros y roles diferentes, de acuerdo con el experto. En su ponencia, destacó que la mayor parte de los empleos creados antes del coronavirus exigían un contacto social. Ahora, según él, sólo los puestos vinculados a servicios esenciales, como la industria sanitaria y de asistencia social, seguirán desarrollando sus tareas bajo este formato, a la par de que la gran mayoría adoptará el teletrabajo, como parte de un esquema que llegó para quedarse.

Para el premio nobel de Economía, estos cambios profundizarán el gap que existe entre países ricos y pobres, que, en un contexto de eventos catastróficos como el actual, se evidencia aún más. Es que no todos los Estados se encuentran en condiciones de impulsar nuevos contratos laborales, por lo cual, advirtió que el declive más dramático no se dará dentro del ámbito del empleo formal, sino en el trabajo informal, precario o independiente, frecuente en los sectores más golpeados, como el comercio minorista, el esparcimiento y la gastronomía.

“Ya estamos en ‘uno de los después’. A veces lanzamos la piedra muy lejos. Lo rígido ya está quebrado. Hoy se observan transformaciones aceleradas, como las que vivieron las empresas tecnológicas y los bancos, que se volcaron furiosamente a la digitalización. Lo paulatino hubo que hacerlo inmediato. Quienes fueron conservadores quedaron pulverizados. La pandemia significó cinco años de aceleración digital en uno. Difícilmente haya vuelta atrás para esos procesos. La velocidad digital de aquí en más seguirá siendo vertiginosa, en especial para los que se demoren en llevarla a cabo. Habrá que ver cómo se reacomodarán los sectores erosionados por la coyuntura. Economías altísimamente dependientes del turismo, por ejem-

plo, deberán plantearse cómo generar otras fuentes de ingresos”, consideró Nicolás José Isola, filósofo y con grado posdoctoral de la Universidad de Campinas que, desde Barcelona, se desempeña como coach ejecutivo y especialista en storytelling.

Ante la ausencia de un verdadero régimen de emergencia, las empresas que componen estos rubros, de acuerdo con Pissarides, desaparecerán o recuperarán, en el mejor de los casos, una parte de lo perdido. “Sin políticas laborales activas, en la pospandemia anticipo menos empleo, menos ocupación y menos retribuciones, con un salario real deprimido y desigual”, adelantó.

En este sentido, Malamud aseguró que “la principal lección que deja la COVID-19 es que la tecnología no terminó con la historia”. Y especificó: “Pandemias, guerras y hambrunas siguen siendo posibles, incluso inevitables. El coronavirus constituirá una acelerada más que un volantazo. Impulsará tendencias preexistentes, como la emergencia china, la digitalización de la economía y el desacople de la globalización, en vez de torcer el rumbo”, sostuvo Malamud.

Crisis y oportunidades

El escenario actual representa una oportunidad en términos de sustentabilidad, donde los ciudadanos y el medioambiente cobran protagonismo. “La crisis puso a las personas en el centro. Las áreas de recursos humanos fueron fundamental para acomo-

dar el esqueleto organizacional ante este choque sin airbag. La pandemia deja en claro que debemos ir hacia algún tipo de equilibrio entre la vida laboral y familiar. Y que las compañías tienen que preocuparse por encontrar ese punto medio que genere una mayor sensación de felicidad”, comentó Isola.

Para el coach ejecutivo y consultor en storytelling, “sería interesante” el surgimiento de una especie de nuevo New Deal. “La sustentabilidad se incrementará, sin lugar a duda, y eso debería conducirnos a repensar nuestros ecosistemas sociales, en pos de la generación de una mayor equidad”, agregó.

Bernardo Kliksberg es considerado el “padre de la gerencia social” y gurú internacional en responsabilidad social empresarial (RSE). Actualmente, vive en Nueva York y es asesor de diversos organismos internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Para él, la pandemia fue un catalizador del cambio climático que puso de manifiesto el destrato irresponsable hacia el medioambiente.

“En los últimos meses, las emisiones de dióxido de carbono alcanzaron un récord histórico. El calentamiento global se acerca al temido umbral de 1,5% más que los niveles registrados en la era previa a la Revolución Industrial. En diversas regiones del globo, incluso, ya se superó esa cifra”, indicó.

Y describió: “El calor está achicando rápidamente el Ártico. Los mares se calientan y desbordan. Su temperatura es superior a la de los 30 últimos años. Un 30% de los corales, base de la vida marina, fueron aniquilados. Aumenta la violencia y la estadía en tierra de los huracanes, y la duración y la frecuencia de las inundaciones. Por otro lado, los suelos se secan, las sequías son más prolongadas, disminuye la cantidad de agua disponible y caen las cosechas. Los bosques, grandes absorbedores de dióxido de carbono se autoincendian por la elevada temperatura y la sequedad. Se pierde biodiversidad. Desaparecieron un millón de especies vegetales y animales”.

Ganadores y perdedores

En este contexto, de acuerdo con Kliksberg, la destrucción de ecosistemas naturales favorece la diseminación de virus y epidemias, que damnifica, principalmente, a las naciones más vulnerables. “Los países en desarrollo son los que menos emisiones de carbono envían a la atmósfera, pero los más afectados. Si la temperatura global asciende 2,6 grados en 2050, como se prevé, por ejemplo, el PBI de India caerá en 35%, el de Indonesia en 40%, y los de Malasia, Filipinas y Tailandia en 50%”, adelantó Kliksberg quien lleva publicadas 66 obras.

Además, puntualizó que el cambio climático ya provocó un aumento del 25% de las desigualdades entre países ricos y pobres. “Las economías pobres se achican y las ricas crecen, apoyadas en la explotación de energías sucias contaminadoras. Según diversos economistas, se está dando la mayor transferencia regresiva de ingresos de la historia”, alertó.

Asimismo, Kliksberg se refirió a la conferencia que convocó recientemente el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, para analizar la crítica situación medioambiental junto con mandatarios de otros 40 países. “Biden advirtió que estamos en peligro y exhortó a afrontar drásticos cambios. Se trata de un imperativo moral y económico. El líder subrayó que los Estados Unidos se propuso como meta recortar las emisiones de gases de efecto invernadero en un 50% con respecto a las alcanzadas en 2005. Redobló el objetivo planteado por el ex presidente Barack Obama”, explicó.

En esta línea, el experto destacó las iniciativas europeas que llevan adelante países pioneros en el desarrollo de energías limpias, como Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia y Alemania, y recomendó tomar cartas en el asunto urgente. “La humanidad se halla al borde del abismo. Quedan pocos años antes de que los daños ecológicos sean irreversibles”, sentenció, de forma contundente, Kliksberg.

El secretario general de la ONU, António Guterres enfatizó recientemente: “La COVID-19 es la crisis del momento, pero el cambio climático es la crisis del siglo”. Al respecto, el pasado 22 de abril, en el marco del Día de la Tierra, el Papa Francisco advirtió a los fieles: “Hemos llegado al límite”.

En conclusión, no habrá un mundo mejor sólo por desearlo. Para transformarlo, hay que poner manos a la obra. El Estado no es el único responsable ni la sociedad la única culpable. Aun cuando las consecuencias no sean duraderas, el desafío que la pandemia deja es aprender a cambiar y trabajar para alcanzar consensos, porque el coronavirus no desaparecerá en lo inmediato. Incluso, posiblemente, nuevas epidemias llegarán pronto.

CIBERSEGURIDAD

Escudo digital

Lo que viene en ciberseguridad

Con el trabajo remoto se incrementó la exposición a ciberataques. Sin embargo, el sector financiero es uno de los más maduros en materia de seguridad. Qué hacen bancos y aseguradoras para estar protegidos y que soluciones ofrecen las grandes empresas de tecnología.

Opinan:

Dimitry Bestuzhev - Luciano Meléndez Enrique Rubinstein - Daniel Manrique

La cantidad y el tipo de información de clientes al que bancos y aseguradoras tienen acceso las convierte es un objetivo jugoso para el ataque de ciberdelincuentes. Con la mayoría de los colaboradores trabajando desde sus hogares se incrementaron los riesgos, y tanto bancos como aseguradoras debieron aumentar las medidas de protección frente a potenciales ataques.

En ese sentido, un estudio de Kaspersky señaló que el ataque al protocolo de escritorio remoto (RDP, por sus siglas en inglés) que utilizan los empleados para acceder a los recursos corporativos de forma remota, es uno de los más populares.

Los atacantes prueban diferentes nombres de usuario y contraseñas hasta encontrar la combinación correcta para acceder. En comparación con el período prepandemia, esta práctica creció significativamente durante 2020. En Argentina puntualmente se registraron 19,8 millones de ataques.

Sólo entre febrero y marzo del año pasado los ataques se incrementaron un 400%. Pasaron de 353,071 ataques a 1,7 millones. Los meses de abril y mayo registraron las tasas más altas con 2,7 y 2,3 millones de ataques, respectivamente.

Los países de América Latina en donde se registró el mayor número de ataques en 2020 fueron: Brasil con 373,4 millones, México con 98 millones y Colombia con 91,6 millones. En total, la región recibió más de 654 millones de ataques durante el año pasado.

Según el equipo de prevención de fraude de Kaspersky, en 2020 una de cada dos transacciones fraudulentas en el sector financiero se debió al robo de cuentas corrientes. Entre enero y diciembre del año pasado, la proporción de estos incidentes aumentó del 34% en 2019 al 54% en 2020.

En el 12% de los incidentes fraudulentos se utilizaron indebidamente herramientas legítimas de administración remota (RAT),

como TeamViewer, para intentar acceder a las cuentas de los usuarios.

Lo cierto es que el trabajo remoto complicó todavía más el escenario en materia de seguridad. En ese sentido, Dimitry Bestuzhev, director del Equipo Global de Investigación y Análisis en Latinoamérica de Kaspersky, explicó que las organizaciones brindan acceso remoto a sus empleados a través de su red privada virtual (VPN) y los atacantes pueden reconocer esos servidores a través de Internet y atacarlos.

“Los cibercriminales están explotando las vulnerabilidades de gateways o VPN, utilizan mensajes de spear fishing con los empleados. En este último caso envían un mensaje y cuando el colaborador da clic comienza el proceso del atacante en la red. Con estas metodologías pueden robar información y pedir rescate, robar activos o inhabilitar el servicio a través de ransomware y extorsionar a la empresa a cambio de dinero”, agregó Bestuzhev.

Luciano Meléndez, business development manager de Seguridad de Logicalis, sumó que el problema más grave que está sufriendo el sector financiero en los últimos años tiene que ver con el phishing y todas sus variables como smishing (SMS) o vishing (falsos centros de atención telefónica).

“La gente es el eslabón más débil en la cadena de un ataque, el objetivo más sensible y fácil de abordar, pero también hay ataques a las páginas institucionales.

Ahora que los bancos redujeron los puntos de atención personal y se está utilizando más el homebanking pueden darse ataques de denegación de servicios. Esto ocurre cuando se generan muchas consultas en simultáneo a un destino puntual que no tiene la capacidad de absorber toda esa carga y deja el servicio incapaz de dar respuesta”, puntualiza Melendez.

Sin embargo, el ejecutivo agregó que el homebanking es una aplicación que se ha venido desarrollando a lo largo del tiempo y creció en infraestructura. Mientras que los servicios de acceso remoto tuvieron que habilitarse de la noche a la mañana cuando la gente comenzó a trabajar desde sus casas.

Lejos de la idea de un grupo de hackers que desde un garaje intentan boicotear la infraestructura crítica de una empresa, detrás de estos ciberataques existen verdaderas organizaciones criminales. Según Bestuzhev existen clusters en Europa Oriental.

“Es un negocio cibercriminal muy bien estructurado. Los cabecillas pueden estar en algún país de la ex Unión Soviética y los afiliados en cualquier otro país del mundo. Pueden recibir un 80%, o más, de comisión por cada ataque, mientras que en el mundo de los negocios convencionales un partner puede obtener 15 o 20%”, agregó.

“Se ha robustecido el esquema de autenticación que permite a los empleados acceder de manera segura. Periódicamente se testean los sistemas y dispositivos de red con el fin de prevenir posibles ataques que dañen a nuestros clientes, empleados y accionistas.”

¿Está protegida la industria?

La inversión en seguridad varía en función del banco o aseguradora, incluso de país a país. Sin embargo, durante el 2020 las empresas mostraron una mayor preocupación por el tema. Según un estudio de Canalys, la inversión en ciberseguridad superó a otros segmentos de la industria y tuvo un incremento del 10%, equivalente a 53.000 millones de dólares. Según la consultora, la crisis de violación de datos comprometió más registros en los últimos doce meses que en los quince años anteriores. Sobre el tema, Bestuzhev opinó que, en Argentina, el presupuesto de las empresas, suele comprometer la inversión en seguridad.

En ese sentido, algunas compañías eligen arriesgarse y, en caso de ser atacados, afrontar la pérdida cuando el valor es menor que lo que representa el gasto en soluciones de cibeseguridad.

“La inversión en seguridad debiera ser inferior al activo que estoy queriendo proteger. Nadie va a gastar en proteger un activo, más de lo que ese activo vale”, agregó Melendez. Según el ejecutivo el año pasado en Argentina se reportaron 800 ataques corporativos. Si bien no es una cantidad significativa con respecto a mercados como México o Brasil, que tienen un promedio mayor, para el mercado argentino, salvo para su sector financiero, el impacto suele ser mayor.

Para Luciano Meléndez hay un cambio de abordaje, de la seguridad basada en el perí-

“Es muy importante que todas las empresas, más allá de los productos de seguridad que tengan, utilicen metodologías para monitorear y comprender patrones de comportamientos de los atacantes.”

metro, a la seguridad basada en el dato. Así, se propone proteger la información sin importar el recorrido que realice.

“Existen diferentes tendencias, pero el concepto de conectarse remotamente a un sitio, como una VPN, y garantizar que ese sitio esté disponible va quedando en desuso, en reemplazo de un servicio en la nube, SASE (secure access service edge), que permite trabajar en forma remota sin acceder desde varios dispositivos a un punto común. Nos aseguramos de que determinados perfiles de empleados puedan acceder a determinada información crítica, no importa donde esté almacenada, siempre que el dispositivo sea seguro y se pueda garantizar que la información crítica está resguardada”, explicó Melendez.

Desde Kaspersky proponen un enfoque basado en la inteligencia de amenazas, un conjunto de prácticas que las compañías pueden incorporar para protegerse. Según define la empresa en su portal, se trata de un proceso de cribado que se lleva a cabo entre montones de datos.

Consiste en examinarlos de forma contextual para detectar problemas reales e implementar soluciones específicas para los problemas detectados.

“Vemos muy importante que todas las empresas, más allá de los productos de seguridad que tengan, utilicen esta metodología para monitorear y comprender patrones de comportamientos de los atacantes. Sirven para detectar si hay una amenaza escondida en la red”, agregó Bestuzhev.

Protección para aseguradoras y bancos

Las principales amenazas que sufren los bancos tienen que ver con el robo de identidad y con los datos sensibles de los clientes. Se realizan transferencias fraudulentas, compras con tarjetas de crédito robadas y obtención de préstamos con datos de otra persona.

Por eso es que los bancos son las organizaciones que más invierten en seguridad, entre un 4% y 6% del presupuesto total de tecnología. Trabajan de manera continua en la innovación e incorporación de procesos a sus esquemas de protección, explicó Enrique Rubinstein, responsable de Seguridad de la Información del ICBC.

El ejecutivo reconoció que la pandemia trajo nuevos hábitos y necesidades que, a su vez, generaron brechas de seguridad que impactaron en un crecimiento exponencial de casos. Para abordar esta problemática, los bancos proveyeron a sus empleados de laptops con protecciones de seguridad tales como antivirus, antimalware, firewall, IPS y encriptación activados.

“Se ha robustecido el esquema de autenticación que permite a los empleados acceder a las aplicaciones de una manera segura. También se reforzaron las políticas de seguridad y los procesos relacionados con la actualización de seguridad de las maquinas. Periódicamente se testean los sistemas y dispositivos de red, buscando brechas de seguridad, con el fin de prevenir posibles ataques que dañen a nuestros clientes, empleados y accionistas”, explicó Rubinstein.

Y agregó que las compañías deben realizar todos los años un análisis para evaluar cuáles fueron la amenazas que afectaron su negocio y, en función de eso, armar una planificación de temas a abordar, como nuevos procesos y la adquisición de nuevas soluciones de protección.

Además, el tema es abordado regularmente en las reuniones de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA) y cada banco envía de manera semanal a sus clientes comunicaciones para que recuerden las pautas de cuidado para no ser víctimas de ciberdelitos.

Daniel Manrique, jefe de Seguridad Informática de Sura, explicó que en la compañía hacen un trabajo diario de análisis de los riesgos a los que están expuestos para minimizarlos. La filial argentina invierte 500.000 dólares al año en ciberseguridad, más lo que se destina a nivel regional para todas las filiales.

Con el trabajo remoto, la frontera de cuidado que la compañía tenía de sus sistemas se expandió a la casa de cada colaborador. Para llevar seguridad implementaron a nivel regional una estrategia de defensa en profundidad que utiliza inteligencia artifi-

cial (IA) para detectar cosas que el antivirus tradicional no puede ver. Según el ejecutivo, una de las tendencias en seguridad es la prevención automatizada de amenazas en las redes, servidores, computadoras de los colaboradores y sistemas en general. “Un informe de Check Point señala que el 80% de las organizaciones reconocieron que tienen mucha demanda de ciberseguridad y pocos recursos para poder cubrirla. Lo que se necesitan son analistas para poder evaluar los riesgos y mitigarlos pero, al haber un aumento de ataques, no es suficiente. Por eso se recurre a soluciones automatizadas que procesan la información y luego es el analista quien toma las decisiones”. Durante la pandemia, en Sura vieron un crecimiento del 200% en la demanda de ciberseguros. “Eso nos da la pauta de que hay un interés por proteger los activos informáticos, tanto de empresas como de particulares”.

La pandemia cambió inesperadamente la manera de hacer las cosas en todos los niveles, pero, sobre todo, cambió la forma de trabajo y los modelos de atención, que fueron reemplazados por nuevos esquemas virtuales. Los ciberdelincuentes aprovecharon las circunstancias para desplegar nuevos métodos de ataque.

Afortunadamente, bancos y aseguradoras tienen un nivel de madurez suficiente para enfrentar los nuevos desafíos en materia de ciberseguridad, para cuidar el negocio y a los consumidores.

BANCOS

Itaú Alianza entre Itaú y Rappi

El banco Itaú anunció durante marzo de este año una alianza estratégica para ofrecer soluciones financieras de forma ágil y digital. El objetivo es promover una mayor inclusión financiera y propiciar la digitalización. Ahora el CEO del banco, Gabriel Moura, encabezó una conferencia virtual para analistas donde adelantó algunos detalles. Con este acuerdo, más de 1,6 millones de usuarios de la app de delivery podrán acceder a productos financieros del banco a partir del tercer trimestre de 2021. El objetivo estratégico es llegar a la emisión de un mínimo de 100.000 tarjetas en el rango de un año en Chile, país de donde es oriundo su director ejecutivo.

Ualá Inversión de Ualá

El CEO de la fintech Ualá, Pierpaolo Barbieri, anunció que invertirá 5.700 millones de pesos con el objetivo de expandir sus operaciones en la Argentina y en la región. Parte de esa inversión consiste en generar nuevos puestos de trabajo hasta llegar a tener 1.500 empleados. Las áreas donde planera generarlos es en tecnología, sistemas, producto digital, customer experience y atención a clientes. Barbieri afirmó: “Nos enorgullece apostar por el talento argentino en la economía del conocimiento. La inclusión financiera es un objetivo latinoamericano que construimos desde Argentina para toda la región”.

BNA Financiación del agro

El Banco Nación informó que destinará 10.000 millones de pesos para financiar a pequeños y medianos productores de trigo, cebada y legumbres. De esta manera podrán atender la siembra y gastos conexos de granos en el marco de la Campaña Fina 2021/22. La línea alcanza a mipymes de hasta 200 hectáreas de todo el país y contempla la compra de insumos, semillas, fertilizantes, combustibles y gastos conexos. El presidente del banco, Eduardo Hecker, expresó: “Esta iniciativa apunta al aumento de la producción de manera sustentable y a elevar los estándares de calidad de los granos, así como al incremento en el abastecimiento interno”. En detalle, los préstamos son en pesos, con una tasa de interés fija del 29% nominal anual.

BBVA Capacitación para empleados

El banco BBVA presentó The Camp, una nueva propuesta de reskilling y upskilling para sus empleados de BBVA. Funciona a través de un ecosistema formativo para actualizar y profundizar sus conocimientos en capacidades consideradas clave para impulsar la transformación y el futuro de la entidad. Se hace un uso intensivo de herramientas de gamificación, que permite diseñar experiencias más cercanas y atractivas para los empleados y que incrementa su nivel de compromiso durante el proceso de aprendizaje. Pilar Concejo, responsable global de Formación en el banco, explicó: “Hoy, con más intensidad que nunca, nos enfrentamos a un entorno social y económico cambiante. El reto para garantizar la supervivencia de las organizaciones pasa por adaptarse y tener la suficiente flexibilidad para que los equipos puedan navegar en esta incertidumbre”.

SUSTENTABILIDAD

Tendencias

La sustentabilidad ingresa en la era COVID-19

La pandemia reconfiguró las prioridades en materia de responsabilidad social y el mercado asegurador no quedó fuera de la tendencia. Cuáles son las principales demandas de la sociedad y los nuevos objetivos de sus políticas de RSE.

DOSSIER

Opinan:

Betina Azugna- Silvina Vazón - Adriana Arias Exequiel Arangio - Federico Bravo Juan Martin Devoto

Las aseguradoras llevan adelante un trabajo cotidiano y constante desde sus áreas de RSE, con objetivos de largo plazo en muchos casos, para ayudar a resolver algunas demandas de la sociedad y de la comunidad en la que están insertas.

Frente a la pandemia su rol tomó una mayor relevancia todavía, en tanto las necesidades del entorno se hicieron mucho más urgentes y palpables. En ese escenario, afectados también por una realidad que debió demandar grandes esfuerzos operativos puertas adentro, salieron a hacer frente al contexto con medidas específicas para paliar la crisis generada por la COVID-19.

La respuesta, rápida y concreta, incluyó desde la donación de barbijos y máscaras de protección, hasta la asistencia psicológica gratuita para ayudar a sobrellevar el estrés. La pandemia todavía continúa, pero en un contexto de mayor desgaste económico, político, social y anímico.

Ante esta situación, las aseguradoras redoblan su apuesta para seguir acercando soluciones a la sociedad, con la experiencia acumulada durante el primer año de pandemia a su favor. En esta nota se aproxima un panorama que intenta definir dónde están paradas las aseguradoras en materia de sustentabilidad a través de tres interrogantes: ¿Cambiaron sus prioridades, qué acciones están desplegando y cómo se proyectan para la pospandemia?

La pandemia redefine las prioridades

Las experiencias fueron diferentes en cada aseguradora porque los ejes centrales de sus estrategias de RSE difieren entre sí.

Betina Azugna, gerente de RSE de Sancor Seguros, explicó a NBS Bancos y Seguros que la estrategia troncal de la compañía sigue la misma línea de trabajo sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030.

Sin embargo, a raíz de la pandemia están haciendo mayor hincapié en algunos temas. Específicamente, venían trabajando fuerte en salud y empoderamiento de la mujer. También comenzaron a enfocarse en disminución de la pobreza, desigualdades y en la generación de alianzas para avanzar en el cumplimiento de los objetivos.

“Hacerle frente a la pandemia se nos hizo fácil porque ya estábamos trabajando en temáticas de salud, de prevención y de cuidado. Eso nos permitió lanzar muchos productos que necesitaban nuestros clientes, productores y empleados, como el servicio de telemedicina y microseguros, o seguros accesibles para los sectores más desamparados, por ejemplo”, explicó.

Tal como sucedió en otros sectores de la economía, la transformación digital que ya estaba en marcha, se aceleró con la pandemia y permitió una rápida adaptación al contexto. Ese fue el caso de Río Uruguay Seguros (RUS), que destacó como principal contribución poder seguir acercando productos y atención a sus asegurados y PAS en forma digital.

“El 2020 fue desconcertante, pero nunca tuvimos dudas de que nuestro compromiso social iba a seguir presente porque somos una cooperativa comprometida con la comunidad desde que nacimos”, señaló Silvina Vazón, responsable de la Gestión de RSE de RUS.

Lo primero que hicieron fue acompañar al capital humano de la compañía. Antes de que se decretara el aislamiento de manera oficial, los colaboradores de RUS comenzaron a trabajar desde sus casas con sillas ergonómicas y computadoras portátiles provistas por la compañía. A eso sumaron la distribución de barbijos y máscaras faciales que la aseguradora fabricó con una impresora 3D.

En Zurich, la responsabilidad social está enmarcada en su estrategia de sustentabilidad que implementan en el país a través de productos, servicios e iniciativas dentro de diferentes ejes de trabajo. En ese sentido, Adriana Arias, jefa de Comunicaciones de Zurich Argentina, explicó: “La pandemia no ha modificado nuestro foco, aunque sí nuestro modo de hacer, y aceleró nuestra transformación, al mismo tiempo que destacó nuestra vocación de proteger”.

Con la llegada de la pandemia, Grupo San Cristóbal implementó un plan de contingencia para adecuarse a la nueva situación laboral y proteger la salud de sus colaboradores, a la vez que pusieron a disposición de sus PAS herramientas digitales de autogestión para que pudieran mantener un contacto fluido con sus referentes comerciales en cada sucursal. “Hacerle frente a la pandemia se nos hizo fácil porque ya estábamos trabajando en temáticas de salud, de prevención y de cuidado. Eso nos permitió lanzar muchos productos, como el servicio de telemedicina o seguros accesibles para los sectores más desamparados.” Betina Azugna

“El 2020 fue desconcertante, pero nunca tuvimos dudas de que nuestro compromiso social iba a seguir presente porque somos una cooperativa comprometida con la comunidad desde que nacimos.” Silvina Vazón

Como parte de las tareas de readecuación de infraestructura para dar soporte a la demanda generada, la compañía habilitó 1.340 conexiones VPN, y se conformaron grupos de capacitación remota y chats grupales para sobrellevar la coyuntura, explicó Exequiel Arangio, jefe de Comunicaciones Corporativas y Sustentabilidad de Grupo San Cristóbal.

Las aseguradoras se propusieron no sólo darle continuidad a los programas que tenían en marcha, sino hacer todavía más para llevar alivio a la sociedad. En esa línea, desde MetHelps, el programa corporativo de MetLife, desarrollaron diferentes iniciativas para mitigar el impacto de la pandemia.

“Junto a Fundación MetLife donamos cuatro respiradores de última generación al Hospital Fernández y, a través de la Fundación Trauma, otorgamos veinte becas destinadas a capacitar en cuidados intensivos al personal de salud. También donamos fondos al programa Seamos Uno, que llevó productos de higiene y alimentos a más de 4 millones de personas”, dijo Federico Bravo, director de RRHH, Legales & Compliance de MetLife Argentina.

Juan Martin Devoto, gerente general de Insur, explicó que cuando comenzó la pandemia, la prioridad fue garantizar la salud tanto física como mental, de sus colaboradores. “Para nosotros es un objetivo que la gente esté bien, garantizar que tengan un buen entorno y ayudarlos a desarrollarse. El home office dejó expuestas las necesidades de cada uno y priorizamos estar a la altura”.

Iniciativas en curso

Entre los muchos desafíos que las aseguradoras debieron enfrontar en todos los frentes, darles continuidad a las acciones de RSE que estaban en marcha, a pesar de las restricciones que limitaron la presencialidad, fue una preocupación central.

En Sancor Seguros debieron transformar su emblemático programa Rutas en rojo y el recorrido del móvil por todo el país fue reemplazado por la realización de tests cognitivos y de aptitudes psicofísicas en las empresas aplicando los protocolos de prevención.

Los talleres y capacitaciones presenciales pasaron a la virtualidad y se priorizaron los sectores más castigados por la pandemia, para los que diseñaron seguros inclusivos desde el punto de vista económico y también enfocados en mujeres.

El lanzamiento del Centro de Innovación Tecnológica Empresarial y Social (Cites) fue un paso importante para impulsar a pequeños emprendedores y cooperativas. Lo hicieron a través de capacitaciones o de la inyección de capital para el desarrollo de productos que puedan aliviar el impacto de la pandemia.

Además, agregó Azugna, siguieron trabajando en su estrategia medioambiental. “Podría pensarse que, como somos una empresa de servicios, no generamos tanto impacto en el medioambiente, como cualquier otra industria. Sin embargo, entendemos que podemos reducir el impacto de nuestros siniestros y darles un destino sustentable a las piezas recuperadas a través de alianzas con otros organismos que se encargan de reciclar esos productos. Así, reducimos el uso de papel y digitalizamos nuestros procesos”.

Para Zurich la innovación también es un factor relevante. Por eso, el año pasado la Argentina se sumó al concurso global Zurich Innovation Championship, del que participan startups y otras compañías con el objetivo de identificar soluciones nuevas con potencial para transformar la industria de seguros.

Una de las empresas argentinas participantes fue Deep Agro, que presentó una solución

para minimizar el uso de herbicidas a partir de un sistema de pulverización selectiva, y resultó finalista.

En materia de inversión social, continuaron trabajando con su programa de voluntariado, VoluntarioZ, y migraron a modelos digitales.

Una de las acciones que tuvo relieve durante el 2020 fue la entrega de un millón de cajas de alimentos y productos de higiene a familias de sectores vulnerables en Buenos Aires, junto a la Fundación Forge.

La aseguradora también apareció en el Dow Jones Sustainability Index 2020 y se comprometió a evitar 5 millones de toneladas equivalentes de CO2 por año a través de sus inversiones de impacto y a que su portfolio sea net zero en 2050.

“Zurich fue la primera aseguradora que firmó el compromiso 1,5 °C Pledge en 2019 y es miembro de RE100 para llegar a utilizar energía 100% renovable en sus operaciones para fin de 2022. A eso se suma que es neutral en carbono desde 2014. Ello impacta en nuestro negocio y nuestros grupos de interés y da lugar a algunas de las múltiples iniciativas en las que estamos trabajando coordinadamente con las operaciones de todo el mundo para implementar la estrategia de sustentabilidad”, comentó Arias.

Algunas de las acciones que desarrollaron en San Cristóbal estuvieron puntualmente enfocadas a aliviar el impacto de la pandemia, como la donación de mobiliario, camas y cobertura de Accidentes Personales para voluntarios del Hospital Modular de Emergencia emplazado en el Hipódromo y en el predio de la Sociedad Rural.

Además, colaboraron con el proyecto Un respiro impulsado por Inventu SRL y la Universidad Nacional de Rosario, para el desarrollo de un dispositivo de emergencia, de bajo costo, escalable, y con licencia liberada para afecciones respiratorias específicas por COVID-19.

Colaboradores y PAS también se involucraron en algunas acciones como la iniciativa Una sola hinchada, impulsada por el Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE) y los clubes de la Asociación del Futbol Argentino (AFA), que colabora con la adquisición de kits de alimentos y de higiene personal destinados a Caritas y a la Red Nacional de Bancos de Alimentos.

Por su parte, el de RUS es un proyecto a largo plazo, pero cada año fijan un eje prioritario en el cual focalizarse. Este año será el de seguridad vial y todos los equipos internos de la compañía, que trabajan en diferentes temáticas, tomarán el tema para incluirlo en alguna actividad.

“Desde el principio nos propusimos no perder ningún espacio donde estuviéramos trabajando y seguir con los objetivos de estar presentes junto a las distintas organizaciones vinculadas con nuestros ejes de acción. En la mayoría de los casos esas actividades pasaron a la pantalla. Pero también detectamos que en los barrios faltaban alimentos y visitamos más de 30 comedores a los que llevamos comida”, explicó Vazón.

MetLife tiene seis pilares que hacen a su estrategia de RSE. Cada uno de ellos se enfoca en una problemática social diferente: educación, sustentabilidad, empoderamiento, comunidad, pro bono. El año pasado lanzaron el de mascotas, cuyo objetivo es promover que los empleados ofrezcan su casa para ubicar un animal rescatado de la calle mientras se busca una familia definitiva.

MetHelps, del que forman parte el 80% de los colaboradores, recoge las iniciativas e inquietudes que ellos traen, las demandas de la sociedad y, en función de eso, van definiendo líneas de acción. El año pasado hicieron más de 600 barbijos en sus casas y los donaron a una fundación.

“Los clientes esperan que seamos los mejores en todo lo que hacemos, y esto incluye la sustentabilidad. En un mundo en constante movimiento, la innovación, la tecnología y el conocimiento tienen que estar al servicio de la sociedad y del planeta para asegurar un mañana más sostenible”. Adriana Arias

DOSSIER

A través del programa de asesoría legal pro bono cubrieron 240 horas de asesoramiento sobre temas legales vinculados a la pandemia. La ayuda económica comprometida en todas las acciones desplegadas desde que comenzó la pandemia representa 10 millones de pesos.

Acciones para los sectores más postergados

Muchas de las necesidades que se reflejaron en la sociedad a raíz de la pandemia estuvieron vinculadas con la salud y la educación, pero los sectores más postergados fueron quienes tuvieron mayores carencias.

Allí estuvieron las aseguradoras para llea raíz de la pandemia se establecieron nuevas prácticas laborales que son más sustentables desde el punto de vista del bienestar y del clima. También los consumidores demandan soluciones más sostenibles en la industria minorista de alimentos, bebidas y la automotriz.

“Entendemos que los clientes esperan que seamos los mejores en todo lo que hacemos, y esto incluye la sustentabilidad. En un mundo en constante movimiento, la innovación, la tecnología y el conocimiento tienen que estar al servicio de la sociedad y del planeta para asegurar un mañana más sostenible”, enfatizó Arias.

En la misma línea, Arangio agregó que durante 2020 tomaron mayor relevancia la

“Donamos cuatro respiradores de última generación al Hospital Fernández y, a través de la Fundación Trauma, otorgamos veinte becas destinadas a capacitar en cuidados intensivos al personal de salud.” Federico Bravo

gar con algunas de sus acciones. En ese sentido, Azugna explicó que a raíz de la situación económica que atraviesa el país la estrategia de RSE de Sancor tiene la mirada puesta en los sectores más vulnerables y ahora, además, también están ofreciendo soluciones desde el negocio a través de seguros inclusivos.

Sobre este tema, Vazón agregó que en RUS reciben muchas demandas de instituciones de todo el país, que trabajan con comedores, en temas de discapacidad, adicciones, ancianidad y educación.

“Mucho tiene que ver con la pobreza. Las escuelas nos piden desde un termómetro digital para tener las clases, hasta resmas de papel para imprimirles la tarea a los chicos que no tienen conectividad”.

Para atender parte de esa demanda, la aseguradora está desarrollando el segmento de microseguros en barrios pobres y ya tienen dos locales en La Juanita y en el Barrio 31, donde ofrecen seguros inclusivos.

Por su parte, desde Zurich destacan que ética, la transparencia, la diversidad, la inclusión, el consumo, el uso eficiente de recursos y el rol que las organizaciones tienen como actores sociales.

“En Grupo San Cristóbal nos aseguramos de tratar cada una de estas temáticas como una prioridad y trazamos un plan de acción que incluye distintos programas de acuerdo al grupo de interés que queremos impactar y al valor que deseamos agregar en ellos”.

Desde Insur manifestaron que conciben la RSE como una herramienta de transformación. Atentos a las necesidades de la comunidad en la que se desenvuelven, durante la pandemia se enfocaron en proyectos relacionados con la provisión de insumos como gafas y barbijos para los trabajadores en la primera línea de contacto.

En marzo organizaron una donación para colaborar con las más de 200 familias que perdieron sus casas en los incendios en la Patagonia argentina. En Semana Santa compraron huevos de pascua de la Fundación Albricias, un emprendimiento de la Obra

“Para nosotros es un objetivo que la gente esté bien, garantizar que tengan un buen entorno y ayudarlos a desarrollarse. El home office dejó expuestas las necesidades de cada uno y priorizamos estar a la altura.” Juan Martin Devoto

San José Providente que brinda educación y contención a más de 250 niños y jóvenes. Para ayudar a los sectores más postergados también colaboran con la Colecta Nacional Más por Menos.

Pensar en la pospandemia

La pospandemia o “la nueva normalidad” todavía no terminan de ganar terreno frente a la crisis sanitaria que continúa y golpea al mundo con su segunda ola. Sin embargo, las aseguradoras persisten en su afán de acercar soluciones a la comunidad. En este camino, sin duda, la experiencia de 2020 juega a su favor para mejorar las acciones o llegar con nuevos proyectos a otros segmentos.

La violencia de género es uno de los temas que se incrementó y tuvo visibilidad durante la cuarentena, así como el teletrabajo puso de manifiesto la falta del cuidado compartido de la casa y de los hijos. Este es uno de los temas que preocupan a Sancor y sobre los que genera conciencia entre sus grupos de interés.

“Estamos entrando en una segunda ola, no sabemos qué va a pasar, pero seguimos trabajando como lo hicimos durante todo el 2020. Lanzamos tres productos nuevos: Home Office, COVID-19 y Vacacionar, porque identificamos las necesidades de nuestros clientes, sus expectativas y queremos llevar soluciones prácticas para colaborar con la situación”, sostuvo Azugna.

La crisis sanitaria tendrá consecuencias muy negativas en la sociedad. En ese sentido, Arangio, adelantó que entre las estrategias que trabajan a futuro desde San Cristóbal seguirán acompañando iniciativas de articulación público-privada con foco en la comunidad.

Parte de ese trabajo incluye la revisión de su política de ambiente, seguridad e higiene que da marco a la gestión ambiental del Grupo y sienta las bases de los documentos que integran la gestión, como el Manual de uso eficiente de recursos naturales y el Plan de acción.

“Esta guía orienta nuestras directrices para la correcta gestión de los recursos naturales. Incluye temáticas como energía eléctrica, gas natural, gases refrigerantes, combustibles, agua, papel y residuos”, ejemplificó.

En lo que respecta a la ética, trabajan con un enfoque preventivo para detectar riesgos a lo largo de toda la cadena de valor. Además, cuentan con el Comité Corporativo de Prevención del LA/FT (lavado de activos y financiación al terrorismo) y con la Gerencia de Prevención del LA/FT. Además, adecuaron todas las unidades a las nuevas normativas con criterios unificados e integrando los controles en un único sector.

Por último, el ejecutivo agregó: “Buscamos desarrollar un negocio en donde se consideren las condiciones de seguridad y salud laboral como un derecho del empleado. Integramos la gestión de seguridad y salud en todos los procesos, cumplimentando los estándares nacionales e internacionales a los que el Grupo adhiere”.

Las restricciones que todavía continúan exigen el replanteo de la modalidad en la que se desarrollan algunas acciones. Tal es el caso del programa TC2000 va la escuela, de RUS, que desde el año pasado se realiza en forma virtual y seguirá así durante 2021.

La aseguradora este año comenzó a trabajar en una célula de sustentabilidad, un espacio de debate de ideas sobre el impacto social del negocio.

Mientras que MetLife seguirá poniendo el foco en su programa de voluntariado, que ofrecerá diferentes alternativas para que todos los colaboradores puedan involucrarse en el programa y ayudar a los demás según la preferencia de cada uno.

“La idea es dar muchas opciones. Y tratamos de generar conciencia de lo importante que es que todos ayudemos. Trabajamos en sustentabilidad en el sentido amplio y nuestra mirada es de largo plazo, también en salud y educación”, opinó Bravo.

DOSSIER

REPORTE

ASEGURADOR

Innovación en el mercado asegurador

La economía digital aceleró las transformaciones

El nuevo modelo del seguro fluctuará entre entornos físicos, virtuales y digitales. Conceptos como inteligencia artificial y automatización son clave para impulsar el cambio que tiene en el centro a un cliente mucho más exigente e informado.

Este artículo fue elaborado por:

Por Lorena Lardizábal Socia de KPMG, especialista en seguros

Como la gran mayoría de los sectores productivos y de servicios, la industria de seguros está pasando por un profundo proceso de transformación de cara a la nueva economía digital, cuyo tiempo se aceleró a partir de la pandemia y la crisis general. Es un momento de importantes desafíos que configura un contexto en el cual se hace imperativo que las compañías de seguros busquen anticiparse, adaptarse y gestionar los riesgos del negocio definiendo su estrategia de una forma diferente a como lo venían haciendo hasta ahora.

Conceptos claves como reacción, resiliencia, recuperación y nueva realidad, se han impuesto definitivamente como protagonistas excluyentes de este inevitable proceso de transformación. Es así como la nueva agenda de desafíos por abordar está conformada por otros temas que hasta hace muy poco no estaban en el radar de las organizaciones. Por ejemplo, el relacionado a la llamada “era de la biología”, en la que la tecnología juega un rol central. Esta era plantea la construcción de la inmunidad de la organización a través de la biología y su equilibrio con la economía. Medidas tales como trabajar desde el hogar y planificar un retorno paulatino conservando el distanciamiento, resultan lo recomendable hasta tanto se logre la inmunización a través de la vacunación masiva de la población.

En cuanto a la fuerza laboral es necesario orientar su formación con un perfil versátil y adaptable, con un uso de la tecnología cada vez más marcado. Es probable que el trabajo remoto se vuelva más permanente, que la gestión de reclamaciones (siniestros) y los centros de contacto se redefinan a medida que se introduzca más automatización y los clientes se sientan más cómodos con las interacciones digitales e, inclusive, que en algunos mercados se produzca desempleo y cierre de oficinas.

Modelo de negocios e innovación

Está claro que los modelos de negocios están cambiando muy rápidamente. Por eso el modelo del seguro debe ser “ambidiestro”, tendrá que fluctuar entre entornos físicos, virtuales y digitales. La adaptabilidad es una nueva competencia central para permitir el paso de un entorno en persona a un modelo virtual. Conceptos tales como inteligencia artificial (IA) y automatización serán la clave para impulsar el cambio.

Asimismo, para garantizar la libertad de maniobra en este contexto es necesario mantener suficiente liquidez y capital para continuar operando. La gestión del incremento de cos-

tos en términos laborales es un aspecto fundamental a tener en cuenta en un momento particularmente incierto y crítico para tomar decisiones financieras.

Por otra parte, transformarse hoy es innovar y por eso se esperan olas radicales de innovación a medida que las aseguradoras se adapten al entorno actual. Invertir en innovación puede ayudar a capturar mayor participación de mercado. El nuevo ecosistema de empresas innovadoras será la próxima ola para las aseguradoras. El acceso a las últimas tecnologías y nuevos talentos será fundamental a medida que las aseguradoras se centren en la excelencia operativa, la IA y la automatización. En este sentido, la digitalización de la organización debe estar impulsada por un pensamiento centrado en el cliente y que actúe sobre los modelos operativos y comerciales. La brecha entre las expectativas de los clientes y las capacidades de las aseguradoras está impulsando la interconexión entre los sectores de las organizaciones. Asimismo, se requiere una sólida seguridad cibernética y protección contra el fraude a medida que aumentan los riesgos. Por último, otro tema de la nueva agenda de la industria del seguro es el cambio climático. El calentamiento global sigue en aumento y genera un riesgo para la economía global, la ecología, y la salud y el bienestar humano. Las crecientes exposiciones a eventos climáticos catastróficos, hasta los riesgos de una pandemia, se están convirtiendo rápidamente en una nueva realidad, porque desafían los resultados finales. Ante este contexto, los seguros pueden generar resiliencia socioeconómica para permitir el desarrollo económico y las vías empresariales para lograr los objetivos y metas del cambio climático.

Resilencia, incertidumbre y oportunidad

Los desafíos y las transformaciones necesarias para ser competitivos y crecer en el mercado tienen sus riesgos pero, al mismo tiempo, superarlos implica aprovechar las nuevas oportunidades que ofrece la economía digital en marcha. En este nuevo mundo las compañías se encuentran transitando diferentes etapas de su evolución, aunque vale reconocer que no todas están en la misma etapa. Una gran mayoría aún vive en la etapa de la resiliencia o en la de recuperación del mercado perdido. Esto depende de varios factores, como la geografía, la línea de negocio de seguros en la que opere y qué tan lejos ha llegado en el camino hacia la digitalización.

Por eso, ahora más que antes, es fundamental digitalizarse de verdad. El objetivo debe ser lograr una resiliencia sostenida frente a la incertidumbre que continuará en el futuro e, inclusive, puede que nos acompañe casi como un estado permanente. Por lo tanto, alcanzar la nueva realidad no es un punto final. Es en sí mismo una etapa de evolución.

Las empresas exitosas son aquellas que contemplan su futuro en el contexto de los temas macro que las rodean, no sólo de las tendencias dentro de su propio sector. De esta manera, la digitalización resulta fundamental. La pandemia nos ha llevado a la interconectividad de múltiples fuerzas. No obstante, se debe continuar desarrollando en formas digitales de trabajar y originar negocios que impulsen la velocidad, la eficiencia y una mejor experiencia del cliente.

Para prosperar las aseguradoras deberán estar más conectadas que nunca entre sus sectores comerciales, técnicos y administrativos. La planificación estratégica y la toma de decisiones no deben estar en silos, sino que deben abarcar a toda la cadena de valor y estar centradas en el cliente. Aunque varía en grado entre líneas personales y corporativas, los clientes exigirán cada vez más flexibilidad, diversidad de opciones, velocidad y servicio personalizado. Todos los aspectos de las operaciones de una aseguradora tienen que estar orientados a cumplir con esto. Y, por eso, la digitalización es fundamental para lograr este objetivo. También deben continuar abordándose aspectos fundamentales como seguridad y privacidad de los datos, ciberresiliencia y buena gestión de riesgos. Los clientes necesitan una compañía en la que puedan confiar, y que estará en el momento de necesidad. La resiliencia financiera y una gestión sólida a largo plazo son fundamentales. Rara vez la agenda de transformación ha sido tan urgente. Sin embargo, a pesar de todo esto, la industria debe afrontar la tarea con confianza. Una de las grandes lecciones que produjo la pandemia fue que las empresas, incluidas las de seguros, son capaces de hacer mucho más, y mucho más rápido de lo que probablemente alguien creyó. Las aseguradoras lograron una transición masiva al trabajo remoto en sólo unas semanas. No fue sencillo, pero se superaron y se logró una razonable adaptación. Este conocimiento debería ser la inspiración para mirar hacia el futuro. No hay duda de que pueden hacer frente a los desafíos, aprovechar los cambios necesarios y las oportunidades que ofrece la nueva realidad que marcan estos tiempos y los que vendrán. Para prosperar las aseguradoras deberán estar más conectadas que nunca entre sus sectores comerciales, técnicos y administrativos. La planificación estratégica y la toma de decisiones no deben estar en silos, sino que deben abarcar a toda la cadena de valor y estar centradas en el cliente.

SEGUROS

Impulso a los seguros de vida

Los cambios que dejó la pandemia en el mercado asegurador

La crisis de COVID-19 acentuó la búsqueda del modelo consumer centric. Las herramientas tecnológicas dan lugar a procesos más ágiles que brindan más cercanía y accesibilidad al cliente y a los canales de venta.

Opinan:

Santiago Bonfiglio - Alfredo Turno - Gabriela Bordato

La pandemia de coronavirus significó un antes y un después para los consumidores. En la industria aseguradora el cliente también se encontró ante un nuevo escenario, de mayor incertidumbre en riesgos como los de salud y vida, pero con más tranquilidades a la hora de contratar una cobertura de auto o de hogar.

Esto se tradujo también en nuevas necesidades y exigencias, lo que convirtió al tradicional usuario en un consumidor racional e hiperatento a las cláusulas de las pólizas. Así, conceptos como el de consumer centric, tan utilizados en otros negocios, pasaron al primer plano en las compañías de seguros.

En la Argentina, la recesión empujó a muchos clientes a buscar alternativas con primas más baratas. Al principio del aislamiento las compañías salieron con fuertes promociones para mantener la cartera, pero pronto se reinventaron con nuevas propuestas ad hoc.

La telemedicina, el seguro de auto por uso, las coberturas de movilidad –ya sea en auto, monopatín o bicicleta– y las pólizas armadas según la necesidad de cada cliente ganaron participación. Además, se le comenzó a prestar atención al seguro de vida, una rama poco desarrollada en el país.

Según un estudio realizado por Chubb para América Latina, el 60,5% de los consultados programó una consulta médica virtual o presencial en los tres meses previos a la investigación y el 52,2% de los participantes adquirió multivitamínicos y dispositivos médicos, como termómetros, en los últimos meses.

En tanto, en el hogar, el auge del home office implicó una mayor preocupación por la cobertura de los objetos utilizados para el trabajo diario. Una muestra de ello es que, de acuerdo con los datos de Chubb, el 94% de los encuestados aseguró artículos como las computadoras, el celular y el televisor durante el año pasado.

Por otra parte, el fuerte avance en las herramientas digitales permitió superar el excesivo papeleo, típicamente requeridos en las coberturas de vida. En cambio se agilizaron los procesos a la hora de diseñar y contratar el seguro.

Santiago Bonfiglio, director de Producto y Desarrollo de Negocio de Metlife en diálogo con NBS Bancos y Seguros destacó: “Con la llegada de la pandemia a las personas les pasaron varias cuestiones. La principal es una mayor sensación de vulnerabilidad, lo que naturalmente hace atractivos los seguros de vida, que no siempre están tan presentes en la mente de los consumidores”.

El ejecutivo agregó que hoy el número de consumidores que se comunica por medio de canales digitales se ha incrementado. Entre ellos, gente con interés en contratar, y particularmente en los segmentos más jóvenes. “Es una novedad que comiencen a notar en edades más tempranas su vulnerabilidad. Entre los 25 y 35 años el aumento de contactos fue de un 16% en métricas pospandemia, y entre los 36 a 45 años del 11%. Uno mira otras industrias que tienen dificultades, pero en nuestro caso tuvimos la suerte de que este producto ha capitalizado su significado a partir de una mayor importancia social”, señaló.

Alfredo Turno, gerente Comercial de Vida y Retiro de SMG Seguros, destacó que la pandemia puso de relieve a los seguros de personas en general y les dio más visibilidad como herramienta para cubrirse ante determinadas eventualidades como salud, sepelio, accidentes personales, retiro: “Específicamente el de vida, en el que históricamente primaba la sensación del ‘a mí no me va a pasar´. La pandemia vino a mostrar que todos somos vulnerables, que aun sano y joven se puede estar expuesto a este tipo de cosas. Entonces, desde ese lado se activó mucho al mercado”.

En su opinión, en el debe está que muchas personas bajaron sus ingresos. Así se vieron obligados a repensar si podían asumir un costo extra. Sin embargo, en SMG aseguran que ese fenómeno no los afectó en cuanto a volumen de operaciones. Por el contrario, la compañía indica que se incrementó la venta de seguros de vida en el 2020 a partir de la pandemia.

Por su parte Gabriela Bordato, gerente de Desarrollo Comercial, Vida Individual de Prudential señaló que el contexto ayudó a que la gente empezara a pensar de manera distinta sobre cuestiones de las que antes no eran tan conscientes: “No tenían tan en mente el valor de la vida o la salud, y la pandemia hizo que la gente estuviera más receptiva y atenta a estas cuestiones. Ya con nuestra estrategia de antes, pero ahora más visible, reforzamos el objetivo de crear conciencia aseguradora en el país. Vimos un aumento del interés que intentamos capitalizar con procesos más agiles de suscripción”.

Tecnología en el rubro de Vida

Tratándose de coberturas que típicamente requieren mucho trámite y presencialidad, la mayor disponibilidad de herramientas tecnológicas y digitalización de procesos implicaron cambios radicales a la hora de cotizar y contratar.

Gabriela Bordato sostuvo que todo lo que anteriormente era presencial, ahora se realiza a través de videollamadas: “Para ese canal, contamos con fuerza de venta propia y exclusiva altamente capacitada para que puedan asesorar a los clientes sobre la base de sus necesidades concretas y puntuales. Ya veníamos poniendo al día nuestro modelo de venta hacia un modelo virtual. Creemos que ese impulso lo tenemos que seguir aprovechando y trabajar para comunicarlo, y llegar masivamente con estos productos. Para nuestra fuerza de venta si bien estamos en un contexto más restrictivo, esto abrió otros caminos, como por ejemplo la posibilidad de vender a cualquier provincia en forma remota. En ese aspecto fue muy positivo”.

Por su parte, Santiago Bonfiglio explicó que tuvieron que armar procesos que pu-

dieran sostener una contratación virtual. Eso implica pensar también cómo se hace con los análisis médicos, la firma de papeles, que ahora se resuelven teniendo en cuenta las posibilidades de circulación.

“Tuvimos que reacomodar los procesos para adaptarnos a esta nueva realidad, y estuvo muy bueno. Recorrimos muchos años en pocos meses en cuanto a adaptación en procesos y tecnología. Por ejemplo, en el rubro de vida colectivo, al ser un seguro que se contrata a través del empleador, antes se realizaba de manera presencial en una sala de la empresa y hoy tuvimos que adaptarnos, lo hacemos de manera virtual y nos funciona muy bien. Pero tenemos que seguir recorriendo ese camino porque la adaptación no terminó, la realidad sigue evolucionando”, agregó.

En este sentido, Turno aportó que los primeros 45 días de cuarentena se vieron obligados a reformular todos los procesos de

“Recorrimos muchos años en pocos meses en cuanto a adaptación en procesos y tecnología. Pero tenemos que seguir recorriendo ese camino porque la adaptación no terminó, la realidad sigue evolucionando.”

“El seguro de vida siempre tuvo una parte administrativa un poco engorrosa y con el paradigma de que debía ser presencial para llegar emocionalmente al futuro cliente. Pero todo esto nos obligó a repensar procesos. Habilitamos ventas bajo formas no tradicionales. Se abrió un camino donde gran parte de estas nuevas formas van a persistir en el tiempo.”

venta. Así, los canales comerciales se acostumbraron a otra modalidad de venta, de entrevistas y de contacto con el cliente. “A partir de mayo empezamos con un muy buen nivel de venta. Incluso para muchos hasta fue más beneficioso. Los productores encontraron que bajo esta nueva modalidad les rindió más el tiempo, fueron más productivos. El seguro de vida siempre tuvo una parte administrativa un poco engorrosa y con el paradigma de que debía ser presencial para llegar emocionalmente al futuro cliente. Pero todo esto nos obligó a repensar cosas que si no pasaba esto, posiblemente hubieran tomado mucho más tiempo, logramos que los procesos sean más simples, habilitamos ventas bajo formas no tradicionales. Creo que se abrió un camino donde gran parte de estas nuevas formas van a persistir en el tiempo”, señaló.

Nuevas estrategias y desafíos

Teniendo en cuenta el contexto económico más complejo, las compañías apuntan a estrategias de llegada a clientes y potencial clientela ofreciendo diferenciales y nuevos canales de comunicación.

Bonfiglio comentó: “Creo que hay que seguir en el camino de adaptar procesos digitales, y llegar a la gente que ya no está, ni circula de la misma manera que antes. La principal estrategia en este sentido es estar cerca de lo que le está pasando al cliente”.

Ejemplos de esta estrategia son el uso de las redes sociales y nuevas herramientas para el contacto con los clientes. Además, se sumaron algunos diferenciales como telemedicina o asistencias farmacéuticas, que en algunos productos hacen más atractiva la oferta. “Es importante explorar canales nuevos para acercarse a los clientes, como las páginas de nuestros sponsors, por ejemplo en bancos a través del homebanking, encontrarlos a través del teléfono, del e-mail. Eso que nos permite multiplicar la llamada y también elaborar una propuesta que se ajusta más a lo que necesitan”, explicó.

En esta línea, Turno señaló: “Estamos más presentes en redes sociales, como campañas en Instagram con influencers, con el objetivo de romper con los mitos sobre seguros y hacer conocer sus ventajas”.

La compañía empezó a informar sobre este tipo de coberturas. Detalles como si se pueden deducir del impuesto a las ganancias o si incluyen cobertura contra COVID-19 fueron las estrellas de la comunicación. El objetivo es trabajar en la concientización de los asegurados. “Tuvimos que comunicar tanto a los canales como a los clientes que el seguro que ya tenían vigente cubría esta contingencia, así como también los beneficios de los seguros de vida que posibilitan capitalización. Al tratarse de un producto a largo plazo, es importante generar confianza desde la institución, mantener presencia y la motivación de compra viva, y que ese cliente ayude a difundir las ventajas de los seguros de vida”, agregó Turno.

Gabriela Bordato destacó que el año pasado diversificaron la oferta en distintos canales. La idea era tener propuestas beneficiosas para grupos de afinidad, con ajuste de primas y sumas aseguradas. “Ofrecemos asistencia por servicios complementarios como en salud y a través de la asociación con la plataforma Vitality. Nuestros asegurados pueden hacer uso de esta herramienta que motiva a tener una vida más sana y permite ganar puntos, premios e, incluso, descuentos en primas de acuerdo a la categoría que obtengan en el programa. También a todos nuestros clientes ofrecemos sin cargo una asistencia médica virtual. La idea es anclar esta cobertura al concepto de la vida, no de la muerte, a la salud, priorizando nuestra cartera y creando un espacio para comunicar más y mejor”, explicó Bordato.

Perspectiva positiva

Si bien la perspectiva de la economía sigue incierta, los ejecutivos esperan que se mantenga la tendencia en ascenso para este tipo de coberturas.

“Creo que el principal dato que usamos para ver el impacto de la pandemia es la sensación de la gente que piensa sostener sus productos con nosotros. Lo consideramos muy relevante en un escenario donde el bolsillo se pone tenso. Si a eso le sumamos el crecimiento del interés en los jóvenes, son dos datos que nos hacen mirar el futuro con mucha expectativa”, explicó Santiago Bonfiglio.

A modo de resumen, Gabriela Bordato remarcó que en la Argentina no hay mucha cultura de seguro de vida, y que por lo general son percibidos para un determinado segmento etario, “Pero hoy, aunque la situación económica es compleja, hay más conciencia de la necesidad de estas coberturas en general. Esperamos que en tanto la economía se estabilice un poco, lo que para productos de largo plazo es aún más acuciante, nos encontremos con buena perspectiva del desarrollo de estos productos”, concluyó.

This article is from: