Balcei 166 web

Page 93

aire azul

Real Zaragoza, 0 – Nàstic, 1 Como esos viejos árboles Manolo Reina y su cohorte de alborotadores hablan de «gestión emocional» del penalty que Lanza ha errado. Hacía mucho tiempo que no leía semejante indignidad y solo espero, por el bien del deporte y de quienes lo amamos, que el futuro haga justicia y acabe esta negrura que nos envuelve. El partido que hoy ha disputado el Real Zaragoza es un capítulo más en esta historia de ignominias y desprecios continuados que el equipo aragonés viene sufriendo desde hace ya demasiado tiempo. Un golpe despiadado a un escudo, a una afición, a una historia que difícilmente puede soportar más ataques. Un árbitro claramente insuficiente e inepto, desbordado por unos acontecimientos que solo pueden ser calificados de vergonzosos y que demuestran que nuestros dirigentes no cuentan con los mejores actores, ha asestado varios golpes de muerte que se suman a los recibidos en otros partidos. A ello añadamos la actitud cuestionable y de muy dudosa elegancia de un técnico, Morales, que se maneja fenomenalmente en las fangosas aguas de las medias verdades y las afirmaciones maliciosas, como lo ha vuelto a demostrar hoy en la rueda de prensa. Un completo, en fin. El atraco sufrido en nuestro propio hogar ha dejado un amargo sabor de boca en una afición que lo ha dado todo por sus colores y como recompensa ha recibido, otra vez más, la hiel de la humillación. Algún día tendrá que acabar este infierno. Algún día sonreiremos porque la vida nos devuelva todo lo que el Mal nos ha quitado. El partido ha empezado con un Zaragoza atrevido, vívido y luchador. Se ha quedado con el balón y ha bloqueado las vías de circulación del Nàstic. Han sido quince minutos de brega, tensión y activo deseo. Luego el juego se ha equilibrado y la mañana ha dibujado un choque de poder a poder entre dos equipos que saben lo que quieren y conocen muy bien lo que se juegan. La banda defendida por Isaac ha sido la más castigada, pues por allí circulaban Emana y Naranjo, pero el andaluz, bien compensado por el trabajo de Ros y Gutián, ha impedido las incursiones catalanas. El Nàstic es un equipo sólido y compensado y de ello ha hecho gala en este tramo del partido. El propio Emana ha amagado con una peligrosa incursión por su zona de influencia que que ha sido contrarrestada con un magnífico chut de Rico que el portero forastero ha despejado bien. Pasada la media hora la Basílica ha contenido la respiración cuando Isaac ha interceptado un peligroso movimiento de Naranjo con un gesto arriesgado. Y a su vez el Zaragoza, por medio de Gutián y, sobre todo, Ángel ha estado a punto de inaugurar el marcador, este con un cabezazo que ha salido fuera por muy poco. La segunda parte ha sido un período mucho más calmado y horizontal. El juego se ha desarrollado en la zona ancha del terreno de juego y la fuerte lluvia caída en esos minutos centrales ha dificultado la circulación sensata del balón. Un par de llegadas por bando y poco más, a la espera de una jugada a balón parado o un contraataque con marchamo de

oportunidad. Pero ninguna de las dos circunstancias se ha producido. Por el contrario, a partir del minuto 83 el cielo se ha desplomado sobre el zaragocismo cuando el árbitro ha activado la palanca de la incompetencia. Ha señalado penalty en una jugada que sobre el campo ya se ha visto que no era. Una decisión incalificable que solo tiene por explicación que haya querido compensar la jugada de Isaac de la primera parte. Mal, muy mal el árbitro castellano. La pena máxima, transformada por Naranjo, ha destrozado el alma blanquilla. Aun así, el equipo se ha recompuesto y ha buscado con fe y tenacidad el empate. Este ha podido llegar cuando Tejera ha desviado el balón con la mano. El penalty, este sí, existente, ha provocado una situación vergonzosa cuando el portero forastero ha amedrentado verbal y físicamente a Lanza en una acción que le inhabilita como jugador y como persona. Mientras tanto, sus compinches destrozaban el punto de penalty y provocaban una situación de violencia injustificable. Ya digo: gestión emocional, lo llaman en Tarragona. Que Lanza haya fallado el penalty ha sido el golpe final. El excelente jugador zaragocista ha lanzado alto el balón y ahí ha muerto la esperanza blanquilla de luchar por el ascenso directo. Ha sido cruel, demoledor. Una mañana dramática en la que ha tenido mucho que ver el siniestro e infausto arbitraje del colegiado. Y así, amable lector, con estas actuaciones administrativas, es prácticamente imposible que el Real Zaragoza pueda decir en voz alta que juega en igualdad de condiciones. Y atención a lo que nos espera el jueves en Huesca, que yo ya me he bajado de la causa de los hermanamientos y el buenrollismo. Así, desde luego, es prácticamente imposible que podamos recorrer el camino de regreso a casa. A Primera.

SD Huesca, 1 – Real Zaragoza, 1 Pobreza y pavor Nadie sabe cómo recordará el zaragocismo este tridente de famélicos partidos que el Real Zaragoza ha disputado en Soria, en Zaragoza y Huesca en tan solo diez días, pero lo que es seguro es que en nuestra memoria negaremos haberlos vivido. Por dolorosos, por miserables. Por injustos. No hay en la historia reciente del fútbol español una afición más castigada, más apaleada, más humillada que la del escudo del león y lo peor es que lo ha sido por directivos, por técnicos, por jugadores y por medios. No la hay. Y ayer se escribió el último capítulo de un relato que apunta a corrosión y a final infeliz. El partido de ayer era muy importante para ambos equipos. El Huesca podía cerrar su salvación y el Zaragoza tenía la oportunidad de acercarse de nuevo a la vida. Se prestaba al sacrificio, a la fiera lucha deportiva, al compromiso infinito. A todo ello se aplicó el equipo altoaragonés, con tan buen resultado que un choque que se le puso muy cuesta arriba con el gol de Dongou y, sobre todo, con la expulsión de Machís acabó convertido en un monumento a la raza y la rasmia. Sin embargo, el equipo de Carreras cumplió un vergonzoso ejercicio de indolencia. Y de insolencia. Indolencia porque la segunda parte del Zaragoza, ante un rival disminuido pero cumplidor y trabajador, fue sencillamente desastrosa. Después de haber cumplido unos aceptables primeros cuarenta y cinco donde estuvo bien plantado en el campo y supo aprovechar la ocasión que Pedro le regaló a Dongou, tras el descanso todo se derrumbó. Si hubiera seguido el guión con que comenzó el partido, con una buena línea de medio campo a cargo de Morán y Dorca y varias acciones correctas de Pedro y Lanzarote, otro habría sido el libreto, pero después de quince minutos aseados apareció Fran Mérida, que quiso enseñarnos cómo se gobierna un partido y cómo se reparte juego y se habilita a los compañeros.

93

Balcei 166

julio 2016

Quien mejor le acompañó fue Machís, que decidió complicarle la tarde a Isaac con sus incursiones y su velocidad. También el propio Mérida puso a prueba a Manu Herrera en el lanzamiento de una falta que detuvo el madrileño con agilidad. No obstante, cosas del fútbol, cuando más equilibrado estaba el encuentro llegó un rápido contraataque que Pedro culminó muy bien con un buen pase a Dongou para que este convirtiese el gol blanquillo. Era un premio que alegraba a la afición del valle y abría las puertas a la ilusión. Además, el Huesca no reaccionó con claridad al golpe recibido e, incluso, vio cómo Machís se ganaba una segunda amarilla en el minuto 44 por una dura entrada a Lanza. Era un buen momento para irse a la caseta a descansar y preparar con holgura y calma una segunda parte que se anunciaba favorable para los intereses zaragocistas. Y ahí llegó el revés del destino. El Huesca saltó al terreno de juego dispuesto a beberse el alma de los visitantes y lo hizo a base de furia, esfuerzo, trabajo y pundonor. Y porque tienen un plan que se lo han aprendido a las mil maravillas y saben ejecutarlo con presteza y aplicación. El día, en fin, frente a la noche en la que se instaló el Real Zaragoza. Anquela decidió retirar a un apagado Camacho y darle entrada a Samu, quien, a la postre, se convertiría en el héroe de la tarde. Su agitación, osadía y voluntad férrea fueron suficientes para desarmar a un Real Zaragoza que vio cómo, con una jugada del madrileño, se le esfumaban todos los sueños que pudieran haberse traído a la Hoya. Carreras trató de reaccionar al gol oscense y dio entrada a Jaime, el añorado extremo que firmó un partido eléctrico y, cuando menos, significativo. Sus carreras, sus desbordes y sus regates dieron a entender que está recuperado para la causa y que puede aportar ese toque de distinción y carácter del que ahora mismo carece el Zaragoza. Así y todo, su aportación fue insuficiente para doblegar a un Huesca que supo muy bien nadar y guardar la ropa e, incluso, asustar en un par de ocasiones al Zaragoza con sus contragolpes y sus galopadas. Así murió el partido, en medio del regocijo del Alcoraz y la indefensión de la afición blanquilla que contemplaba, atónita e indignada, cómo sus jugadores deambulaban por el césped y no oponían ni medio gramo de intensidad a un Huesca que se les comió el ternasco, lo adornaron con una estupenda Trenza de Almudévar y lo regaron con un magnífico Somontano. Todo ello para propiciarle una digestión extremadamente pesada de la que no sabemos cómo se repondrá. Desde luego con algo más de autocrítica de la que hizo gala ayer por la noche Carreras en su rueda de prensa. Y con alguna solución futbolística que le permita afrontar la visita de un deshuesado Oviedo al que hay que derrotar para seguir teniendo la oportunidad de recorrer el camino de regreso a casa. A Primera.

Real Zaragoza, 1 – Oviedo, 0 Cicatrices que enseñan Tres crónicas en un semana, tres balazos al corazón del zaragocismo que se sostiene a duras penas en medio de un maremoto de emociones que tardaremos


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.