29
fiestas mayores baile, yo me dirigí a la pensión y me acosté. Sin embargo, a él la fiesta se le apoderó y, ¡claro!, ¿dónde iba a ir? Pues tuvo que recurrir a su cama. Y en seguida sentí que aquel cuerpo estaba sudoroso y maloliente de lo más. ¿Cómo amanecí? Contagiado de una resaca indescriptible que no era mía. Conocí a la familia de mi futura compañera, a sus amigas, a los chicos y chicas del grupo de jota, del que formaba parte M.ª. Carmen, la hermana de mi novia, y a más personas. Ahí están Ángeles y Carmen, cuya amistad ha ido ganando quilates con el paso del tiempo. Eran las Fiestas Patronales y la camaradería y la convivencia eran el tono de la calle. ¡Qué entrañable me pareció el baile en la Plaza de los Arcos! ¡Cuántos susurros y roces amorosos no guardaría! El baile de la Plaza bien lleno, ¡son las Fiestas del Pueblo! Recuerdo que una noche los chicos determinaron hacer una queimada después del baile. Yo tenía ciertos temores: «Estos mozos igual me quieren emborrachar». Pero no, todo transcurrió con normal y sana alegría. En aquellos tiempos yo era ciertamente más bien tímido; pero me sentí completamente acogido y cómodo. Y así se trenzaron los primeros pasos de mi vida en este lugar. Vine con «sueños de enamorado reflejados en la mirada». Mirada dirigida entonces a mi novia, pero que fue abriendo su abanico hacia todos. Y al hilo de la estrofa, que nombra a los adolescentes, les dirigiré unas palabras: Adolescentes alcorisanos, estad atentos a las nuevas amistades que vuestro confiado corazón os presente; pero no os ofusquen los cantos de sirena que ahora, como en tiempos de Ulises, os presenta una sociedad demasiado consumista. Aprovechad las Fiestas para la sana celebración en la calle. Como habéis hecho en las Carrozas. Así se hace; sí, señor. Aprovecharé también para felicitar a las majas, por ellas y por la representación que ostentan. Sois la juventud de nuestro pueblo, y, a no muy tardar, tendréis en vuestras manos como presente lo que ahora es futuro. En vuestro título de majas está nuestra confianza en vosotras y en vosotros. ¡Ánimo y adelante!
Balcei 120
habéis dedicado muchos días y días. Bravo por los tres días extra antes de las Fiestas y por las actividades especiales del día grande, 14 de septiembre, para rendiros homenaje con ronda de nuestro Grupo de Jota y comida. Muchas gracias y que seáis felices. Volteo de corazones Al latir de las campanas; Silbo de las ilusiones De los cohetes que estallan. Gallardetes de alegría, Balcones de par en par; Ríos de pueblo en la calle, Banderolas de amistad.
Corrida sin picadores.
mezcla y fuente de fantasía y realidad, miedo y atrevimiento. Padres, abuelos, tíos, todos a colaborar para llevar a los niños a las ferias y al teatro infantil. Pero no deleguéis esta tarea completamente en los abuelos, porque también ellos necesitan tiempo para disfrutar de sus actos festivos. Los abuelos, las personas mayores, representan además la experiencia y la sabiduría de la vida. Y es bien merecida la atención que se les dispensa en nuestras Fiestas. Felicito con todo cariño a sus representantes aquí: los Abuelos del Año. Sois la expresión del Tiempo de Paz, del Tiempo de Serenidad, tan necesarios en esta nuestra sociedad rápida y alocada. Nos
Fiestas de pueblo con sabor especial. Más cercanas. No hay que ir de fiesta porque estás dentro de ella. Los sonidos festivos nos envuelven, sean campanas, cohetes, músicas, … Con el volteo de las campanas algo se conmueve dentro de nosotros. Es la llamada, es el anuncio. Pero Alcorisa escucha algo más. ¿Y ese campanico de la montaña? ¿Qué tiene su latir que hace voltear los corazones? Es la campana del Calvario. Y el día 15 de septiembre todo el mundo a la ermita. ¡Hasta los Gigantes! Es la fiesta del Sepulcro Glorioso … Sepulcro Glorioso … Latir de las campanas … Volteo de corazones … De vosotros lo aprendí. Paradojas de palabras para expresar vuestra fe: Alcorisa y el Calvario, Pasión por mi Tierra. Fiestas de pueblo: alegría, acogida, la calle de todos y la amistad. Lo vi en los amigos, en mi futura familia, en los vecinos. No podía imaginar entonces que mi vida iba a unirse, también profesionalmente, a este pueblo. Tras doce años en Andorra, localidad de la que guardo un gratísimo recuerdo, nos trasladamos aquí. Mis compañeros, mis alumnos, sus padres y los alcorisanos en general hicieron que toda la familia, mi
Algarabías gigantes, Ternura de cabezudos, Aventuras de zurriagas, Cancioncillas de chavales. Añoranzas de dulzaina A ritmo de tamboril, Infancias en remolino Tras flautistas de Hamelín. Desde el balcón de la c/ Mayor pude saborear la emoción de los críos y crías esquivando en remolino los zurriagazos de los Cabezudos. Y los Gigantes, acompasado su ritmo por la dulzaina y el tamboril, convertidos en nuevos flautistas de Hamelín. Su comparsa ha enriquecido esta feliz tradición,
noviembre 2008
En la ermita del Calvario.