En las ciudades GRANDES existen historias pequeñas. Historias pequeñas como la mía y la de mi amiga Camila.
Camila pestañeaba pocas veces y muuuuy muuuuy despacio.
1º
Esta era la primera cosa que me gustaba de ella.
Tenía el pelo fuerte y muy abundante.
Tanto que a veces le tapaba su cara redonda.
Esto era lo segundo que me gustaba de ella. 2º