EZM 76-buena:Maquetación 1
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‘Maitagarri night fever’ La sala de fiestas tafallesa se convirtió, hace ahora 40 años, en la referencia musical y de la marcha en la zona norte. Coincidiendo con esta fecha, hacemos un repaso “a la marcha” de la época. A finales de junio se cumplen 40 años desde que abriera sus puertas la sala de fiestas que, con el paso del tiempo se convertiría en un emblema para Tafalla, y la discoteca de referencia en la zona norte. En plena década de los 70, el Maitagarri trajo consigo el boom de los espectáculos, las actuaciones en directo y sobre todo el baile. Y es que el ‘Maita’, como era popularmente conocido por muchos, fue el sitio de moda durante dos décadas. Cientos de parejas se conocieron en sus mesas y en su pista central, donde “las agarradas” eran el mejor indicativo del cortejo. Una época de esplendor del ambiente tafallés que recuerdan dos de las personas que más de cerca vivieron todo aquello: Javier de Carlos ‘el del Maita’ y Manolo Abínzano, ‘Tamborín’. Javier de Carlos, ‘el del Maita’, como terminó por conocérsele, trabajaba de camarero en la costa alicantina cuando un grupo de empresarios, con Félix Liberal a la Cabeza, le contrató para hacerse cargo de una nueva sala de fiestas que estaban a punto de abrir. Tras los años de esplendor de los salones de baile, como la Güesera, se empezaba a extender el concepto de discoteca. Un dj se encargaba de “pinchar” los éxitos de la época, pero eso sí, “siempre alternándolos con las tradicionales piezas lentas, para las que la pista central se llenaba de parejas”, recordaba Javier, encargado de la sala durante 14 años, quien además apuntaba que “era la manera que había entonces de ligar. Si una chica te daba confianza en el baile ‘agarrado’ era que le habías gustado y podías ir más allá. Si no, te podías ir olvidando”. Durante años, se programaban dos se-
siones los sábados (19:00 y 00:00 horas) y otra los domingos, que era la que más gente atraía: “venía gente de toda la Zona Media, pero también de Pamplona y de otras zonas”, recordaba Manolo ‘Tamborín’, que durante años hizo funciones de camarero, recogevasos y portero de la discoteca. Era tal el éxito, que tuvo que ampliarse el local, pasando de una sala de 900 metros cuadrados a otra de 1.400, tan sólo cinco años después, con capacidad para más de 2.600 personas.
Si una chica te daba confianza en el baile ‘agarrado’ era que le habías gustado y podías ir más allá. Si no, te podías ir olvidando”.
Javier De Carlos junto a otro de los camareros del Maitagarri.
que “la discoteca se ponía a reventar semana tras semana, y en fechas especiales, como la noche de reyes, se sorteaban motos y otros premios muy importantes”, relataban los trabajadores del la sala de fiestas.
Los mejores artistas de la época Además de las sesiones habituales de los fines de semana, al menos una vez al mes, se programaban actuaciones estelares en el Maitagarri: “por su escenario pasaron artistas de la talla de Sergio y Estíbaliz, Mocedades, Bigote Arrocet, Tip y Coll o Max B. Todos ellos con cachés elevados, y a quienes había que pagar en metálico”, recordaba Javier, a cuya memoria vienen también “infinidad de anécdotas con cada uno de ellos. Desde el día en que nos quedamos comiendo jamón con Tip y Coll hasta las 8 de la mañana, hasta la vez en que Max B. un cantante similar a Bonny M., no pudo actuar de lo borracho que estaba”. En esa época de esplendor, hasta finales de los 80, llegaron a trabajar en el Maitagarri hasta 15 personas, entre camareros, empleados del guardarropa, porteros etc. Y es
Los pubs, el comienzo del fin del Maita Después de años de esplendor, a mediados de los 80, comenzaron a abrirse los primeros pubs en Tafalla, uno de los factores determinantes de la “decadencia” y el fin del Maitagarri: “la gente empezó a venir más tarde, y también más ‘cargada’… por lo que el ambiente era mucho peor. Poco a poco se fue perdiendo clientela, y aunque se intentaron hacer muchas cosas para evitarlo (no cobrar entrada, barra de cocktails, bocadillos, etc.), finalmente el local cerró a principios de los 90”, declaraba Javier, quien por aquella época ya no era ‘el del Maita’ si no el de ‘los pájaros’, ya que comenzó a trabajar en el Nuevo Casino Español.
Por el escenario del ‘Maita’ pasaron artistas de la talla de Sergio y Estíbaliz, Mocedades, Bigote Arrocet, Tip y Coll o Max B.