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Holy Grail 2.0: el camino hacia un eficiente reciclaje de plásticos

La iniciativa, liderada por la Fundación Ellen MacArthur, tiene el objetivo de mejorar la separación y reciclaje de resinas en todo el mundo. Este proyecto es crucial para abordar los desafíos en la cadena de reciclaje y reducir la dependencia del uso de materiales no renovables.

El reciclaje de resinas y materiales plásticos sigue siendo un desafío para la industria y el medio ambiente. A pesar de los esfuerzos por fomentar un uso más sostenible y responsable de los materiales, la separación eficiente y la identificación precisa de los diferentes tipos de resinas son obstáculos significativos para el reciclaje exitoso.

Uno de los mayores retos para el reciclaje de plásticos es la falta de tecnologías eficientes para la separación de materiales. Esto hace que sea difícil para los recicladores separar los diferentes tipos de plásticos y, como resultado, la mayoría de los plásticos reciclados terminan siendo quemados o enterrados en los conocidos vertederos.

Es en este contexto que nace la iniciativa Holy Grail. Impulsado por la Fundación Ellen MacArthur, es un proyecto que busca abordar estos desafíos y mejorar los procesos de reciclaje de resinas. Holy Grail tiene como objetivo desarrollar un sistema global de etiquetado y codificación de resinas que permita una separación eficiente y una identificación precisa de los diferentes tipos de resinas durante el proceso de reciclaje.

Le contamos en detalle en qué consiste la iniciativa, sus dos fases de proyecto y el impacto que tendrá en los procesos de reciclaje a nivel global.

Problemas más comunes en la separación de materiales

Actualmente, el reciclaje de resinas plásticas cuenta con múltiples variables que se deben tener en cuenta para tener procesos de reciclaje eficientes y de alta calidad.

La falta de una identificación precisa en el posconsumo y una separación eficiente de los diferentes tipos de resina, es uno de los problemas más recurrentes a los que se enfrentan recicladores y transformadores.

Los envases muy parecidos (PET o PE, muy usados en la industria) pero de productos distintos (alimentos, cuidado personal, cuidado del hogar) suelen generar confusión, pues en ocasiones no hay cómo diferenciar para qué producto fue utilizado el empaque, por lo que suele desecharse de-

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bido al temor de que un plástico que tuvo contacto con sustancias tóxicas sea introducido como material reciclado para contacto con alimentos. En consecuencia, la normativa para material reciclado en contacto con alimentos es aún precaria en algunos países.

EXISTEN VARIOS EJEMPLOS EN LOS QUE EL DISEÑO DEL ENVASE PERTURBA EL RECICLADO, COMO LA CLASIFICACIÓN NEGATIVA DE UNA BOTELLA DE PET PORQUE LA MANGA ESTÁ HECHA DE OTRO MATERIAL, LO QUE SIGNIFICA QUE EL PET NO SE DETECTA.

La falta de tecnologías en este ámbito no proporciona la información suficiente sobre el envase, dejando así los envases prácticamente sin identificación. Además, hay que tener en cuenta que cada fabricante utiliza sus propios materiales y procesos, lo que hace que esta tarea sea más retadora. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por mejorar los reciclaje de plásticos, los países en vías de desarrollo, al no contar con infraestructura adecuada, enfrentan desafíos significativos en sus cadenas de reciclaje.

La falta de un sistema de clasificación uniforme de los plásticos también contribuye a la dificultad en la separación de materiales. Los plásticos son etiquetados con diferentes códigos de reciclaje, lo que hace que sea difícil para los recicladores saber qué tipo de plástico están manejando.

Esto es especialmente importante para los residuos plásticos, ya que algunos tipos de plástico, como el PET, tienen una tasa de reciclaje muy alta, mientras que otros tipos, como el poliestireno, tienen una tasa muy baja.

Un ejemplo de esto son los empaques multicapa o multimaterial: es más complicado introducir en la cadena de reciclaje un empaque multimaterial, pues esa mezcla de plásticos podría echar a perder todo un lote de material recuperado si no son compatibles.

Otra problemática es la amplia variedad en diseños de empaques, pues existen muchas combinaciones de materiales y las actuales tecnologías de clasificación no son capaces de reconocer todas las propiedades o los espectros infrarrojos de diferente absorción para algunos polímeros.

En Europa, cada año se producen 46 millones de toneladas de material reciclable que van al relleno sanitario o son incinerados porque los consumidores no saben dónde deben ir.

Eso es una suma de 1.864 millones de euros al año.

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Dispone el material reciclable en la basura

Dispone residuos en la bolsa blanca sin saber si pueden ser reciclados

Existen varios ejemplos en los que el diseño del envase perturba el reciclado, ya sea por hacer “invisible” alguna propiedad (por ejemplo, las bandejas negras de PET no pueden ser identificadas por los detectores) o dando lugar a falsos positivos/negativos (como la clasificación negativa de una botella de PET porque la manga está hecha de otro material, lo que significa que el PET no se detecta).

Holy Grail 1.0

La Fundación Ellen MacArthur, a través del Consorcio para una Nueva Economía del Plástico (New Plastics Economy Consortium) fue la encargada de facilitar este proyecto que buscaba reunir a grandes actores de la industria para encontrarle una solución a los desafíos ya mencionados.

En esta primera fase, conocida como Holy Grail 1.0, se exploraron diferentes métodos de codificado o marcado invisible que permitiera mejorar la detección y clasificación automatizada. Existen muchos métodos para hacer esta codificación, siendo las marcas de agua digitales y el uso de rastreadores químicos las opciones que más llamaron la atención.

Las marcas de agua digitales pueden ser impresas en la etiqueta (funda retráctil, etiqueta, etiqueta, papel u otro material) o físicamente incorporado como un patrón sutil en relieve en el propio plástico. La otra alternativa consiste en aplicar productos (rastreadores) químicos a la etiqueta, la manga o al objeto de plástico.

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No tienen claridad sobre si el empaque puede o no reciclarse

De los europeos desean tener mejores instrucciones de reciclaje en el empaque

De los europeos verifican el empaque para entender las instrucciones de disposición

Fuente: “Consumer Sustainability Insights Study Amcor – Junio de 2020”.