404
EL
HORNERO
Vol. VIII.
la cabeza en alto, entreabriendo el pico largo y algo corvo, en actitud de oír su propia música, como divo consentido. En Mendoza, de donde proviene el ejemplar de origen, lo llaman Adivino, y según Reed es escaso. En San Juan Picatierra, probablemente por su afición a picar en el suelo. Los autores de habla inglesa caracterizan a los miembros del género diciéneole Earth-creeper, el que se desliza en la tierra. 47. Leñatero. Anumbius annumbi (Vieillot). - Pardo terroso con marcas oscuras, ceja y garganta blancas, negra la cola aguda con borde crema, pardo ocre claro por debajo. Construye un desmesurado nido con ramas largas, arrastra' as trabajosamente en vuelo inclinado hasta el sitio elegido a baja altura. Su canto característico, espaciado y luego rápido, suena « como una bolita de vidrio tirada sobre piso de baldosa », según la exacta definición de alguien. Es el añumbi de los guaranies; suelen llamarlo chinchibirra y también espinero. 48. Cachilote. Pseudoseisura lophotes (Reichenbach). - Conocido en el Plata por Caserote. Parece un t'1mañazo hornero de copete, eréctil a voluntad, de color más o menos pardo castaño. Es constructor de un
Nido de cachilote sobre un molle de beber (Lithraea
molleoides).
(Foto Gavio).
importante nido fabricado con ramas, puesto con frecuencia a baja altura, alrededor del cual el matrimonio gira en el suelo, rezongando entrambos, con un andar patizambo poco airoso. El P,rofesor Gavio me escribe: « Cantan a dúo como el hornero, batiendo al mismo tiempo las alas, pero su voz