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Mayo 2015
¿Qué comen los loros y cotorras en la Ciudad de Buenos Aires? POR NORBERTO H. MONTALDO Ingeniero Agrónomo, Cátedra de Botánica General (FAUBA). Aves Argentinas.
Semillas de palo borracho rosado, de rosa de Jericó, de anacahuita, de crespón y de muchos otros árboles son consumidas por estas aves cuyo robusto pico les permite romper frutos muy duros, como la nuez pecán.
Un pico fuerte y gran capacidad de manipulación
Roberto Güller
Utilizando sus patas los Psitácidos manejan con destreza alimentos difíciles de procesar. El robusto pico es un verdadero rompenueces que les permite extraer semillas, a veces de frutos muy duros, como ya se ha
mencionado. El loro hablador rompe los frutos del pecán y la catita chirirí perfora los del palo borracho. También los frutos del paraíso son un preciado alimento porque dentro del carozo (que parten) hay varias semillas negras. El calancate ala roja se las ingenia para consumir las dos semillas que por lo general se encuentran dentro del fibroso fruto de la tipa, diseñado para ser llevado por el viento (una sámara). Treinta años atrás, en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores habitaba solo la cotorra, pero desde hace unos años se han sumado otras especies de Psitácidos: ñanday, chiripepé cabeza verde, catita chirirí, calancate ala roja y loro hablador*. Estas aves tienen orígenes diversos (mascotas, ejemplares escapados de aviarios, individuos decomisados y puestos en libertad) pero todas son especies subtropicales que consiguieron consolidar poblaciones locales, lejanas de su distribución original en el país. Con respecto al loro hablador, en marzo de 2014 en la Facultad de Agronomía de la UBA se contaron simultáneamente 72 individuos dentro de los cuales había al menos un juvenil que aleteaba solicitando comida a un adulto. Este año los grupos que se concentran al atardecer parecen ser aún de mayor magnitud.
Los detalles de su dieta A continuación se enumeran las plantas de las que se alimentan las especies mencionadas, indicando en lo posible qué parte ingieren. Para ello se hicieron observaciones en el predio de la Facultades de Agronomía de la UBA, con una superficie aproximada de 64 ha donde, con excepción del chiripepé cabeza verde, son comunes las restantes especies**. Esta lista es solo una muestra norberto montaldo
onsiderando las aves que manipulan los frutos sobre las plantas (no las que se alimentan de frutos caídos), los Psitácidos son una de las principales familias depredadoras de semillas, es decir que las destruyen y no favorecen su dispersión. La subfamilia Arinae incluye las especies americanas, en cuya dieta se ha reportado un sinnúmero de frutos y, si bien existen excepciones, sus integrantes se comportan fundamentalmente como consumidores de semillas, pero también pueden comer brotes, flores, hojas tiernas y la pulpa de los frutos. En gran medida la alimentación de los Psitácidos se basa en frutos no adaptados para la dispersión por aves, como los que caen por simple acción de la gravedad o los que son diseminados por el viento. Cuando se alimentan de los que están adaptados a ese proceso (ornitocoria) suelen consumir las semillas porque tienen mayor contenido nutricional que la pulpa. Estos son frutos carnosos y entre ellos se encuentran varios conocidos en botánica como drupas, que tienen un endocarpo duro (carozo) y sus semillas, en general una por fruto, se encuentran muy bien protegidas. Son inmunes a otras aves destructoras de semillas (Colúmbidos y Fringílidos), sin embargo muchos loros y cotorras pueden quebrar dicha defensa.
C
Conos de ciprés, entero y deteriorados por el ñanday. Se observan las semillas que contienen.