2016. Segundo premio: Benítez, Javier. Transparencia, confianza y democracia

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Concurso 2016

#EnsayoAVAPOL GOBIERNO Y TRANSPARENCIA

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Transparencia, confianza y democracia

Que la vida iba en serio lo descubrimos leyendo a Jaime Gil de Biedma. Que la política era y es imperfecta, lo hemos descubierto a través también de nuestra propia experiencia. Nunca llueve a gusto de todos, pero además los representantes de la ciudadanía no han sabido estar a la altura de la confianza depositada en ellos.

La crisis de la política se ha trasladado, a su vez, a las instituciones, incluso a la democracia. Todo está en cuestión, en muchas partes del mundo. El bienestar se ha derrumbado, las expectativas no se han cumplido, y la frustración de los ciudadanos amenaza los propios cimientos de un sistema que ha funcionado bien durante muchos años, que ha conseguido logros fundamentales, pero que ahora luce averiado y a punto de caducar.

En

este

contexto,

surgen

como

soluciones

conceptos

como

“transparencia”, “buen gobierno”, “acceso a la información” o “gobierno abierto”. Todos son diferentes, pero comparten una virtud: la de renovar el sistema. Es urgente recuperar la confianza de la ciudadanía, y todas estas recetas se afanan en conseguirlo.

Sin embargo, y de la misma manera que ya sabemos de la imperfección de la política y la democracia, conviene interrogarse acerca de la transparencia, sus usos, límites y posibilidades. Como todo concepto instrumental, las bondades de la transparencia dependerán de la finalidad con que se use. Y eso requiere objetividad, rigor, y análisis de los puntos débiles de un proceso que está en boca de todos, pero que también merece ser sometido a discusión.


El filósofo de origen coreano Byung-Chul Han, por ejemplo, apunta que “la sociedad de la transparencia es una sociedad de la desconfianza y de la sospecha, que, a causa de la desaparición de la confianza, se apoya en el control”. Sostiene el autor que “la potente exigencia de transparencia indica precisamente que el fundamento moral de la sociedad se ha hecho frágil”, lo que conduce a la sustitución de los valores morales (como la honradez y la lealtad) por “la transparencia como nuevo imperativo moral” 8Han, 2013, p. 92). Un extremo peligroso, que invita a la reflexión.

El sociólogo estadounidense Amitai Etzioni, por su parte, se ha preguntado por “los límites de la transparencia”, y también ha cuestionado que la transparencia, como se viene repitiendo, sea el mejor desinfectante, como la luz que penetra en los rincones oscuros. Etzioni (2010 y 2014) repasa las críticas ya conocidas a la transparencia y las posibilidades y dilemas de la democracia representativa –desde la ausencia de tiempo y formación del ciudadano medio hasta los evidentes riesgos de caer en el populismo- y aporta una certera advertencia con respecto al papel reservado para la propia administración pública, y que tiene que ver con el riesgo creciente de sustituir la regulación por la transparencia. Nada mejor para implantar unas correctas políticas públicas que una regulación adecuada, porque de lo contrario la forma estará suplantando a los fines.

Una tercera señal de alerta la ha emitido la investigadora suiza Sandrine Baume. La investigadora helvética llama la atención sobre la creciente “mediatización de la política”, que a su juicio juega un papel negativo. De hecho, los medios comerciales están más tentados a exhibir elementos sensacionalistas, como por ejemplo la vida privada de los altos cargos, que a proceder a investigar asuntos con conclusiones menos explosivas, viene a decir en sus artículos (Baume, 2013, pp. 11-12). Una conclusión relevante y que pone el foco sobre el papel de los intermediarios –medios de comunicación, pero también asociaciones con intereses de parte o la propia oposición política- en el correcto uso de los instrumentos que deben contribuir


precisamente a objetivar el debate público, serenarlo y dotarlo de contenido y rigor.

Una última reflexión tiene que ver con las posibilidades adánicas de la transparencia para articular un proceso limpio y primigenio de toma de decisiones, honesto por partir del pueblo directamente, a través de procedimientos de democracia directa o deliberativa. En un texto reciente, Eva Sáinz ha recordado los riesgos de este tipo de política, citando a Stephen Tierney: la posible manipulación por las élites del proceso y sus resultados; la tendencia a agregar prejuicios, más que a formar opiniones; y finalmente la consolidación de mayorías en perjuicio de las minorías. Cuidado, pues, con las soluciones mágicas y simples a problemas complejos.

Todo esto nos lleva a formular, quizás, la pregunta de otra manera. En vez de inquirir si es posible una Administración con paredes de cristal, puede ser relevante decidir primero si es deseable una Administración con paredes de cristal. Someterlo todo al criterio no siempre bien formado de una mayoría infalible puede tener consecuencias imprevistas, y no deseadas, sobre el lánguido estado de salud de la democracia y de sus instituciones representativas, con la propia Administración pública a la cabeza.

Defiende Daniel Innerarity (2015, p. 24) que “si es malo el elitismo aristocrático también lo es el elitismo popular”, y que, por lo tanto, “la crisis política en la que nos encontramos no se arregla poniendo a la gente en el lugar de los gobernantes, suprimiendo la dimensión representativa de la democracia”. Un diagnóstico interesante que puede hacerse extensivo sin dificultad al propio ámbito de la Administración pública y sus servidores. Entonces, digamos que “transparencia sí, pero no así”: si aceptamos que todo poder necesita de un contrapeso, entonces también el poder purificador de la transparencia lo requiere.


Bibliografía

 Baume, Sandrine (2013): Does Transparency Engender the Confidence of the Governed? A Contrinution to Political Thought. Paper submitted to therd Global Conference on Transparency Research, HEC París, October 2013.  Etzioni, Amitai (2010): Is Transparency the Best Disinfectant? The Journal of Political Philosophy, pp. 1-16.  Etzioni, Amitai (2014): The Limits of Transparency. Public Administration Review, vol. 74, Issue 6, pp. 687-688.  Han, Byung-Chul (2013): La sociedad de la transparencia. Herder, Barcelons, 95 páginas.  Innerarity, Daniel (2015): La política en tiempos de indignación. Galaxia Gutenberg, Barcelona, 357 páginas.  Sáenz Royo, Eva (2016): La regulación y la práctica del referéndum en Suiza: un análisis desde las críticas a la institución del referéndum. Revista de Estudios Políticos, número 171, enero/marzo 2016, pp. 71104.


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