LA LITERATURA JAPONESA EN ÁVILA. Vicente Llorca

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La literatura japonesa en Ávila



Vicente Llorca

La literatura japonesa en Ávila 中

FOTOGRAFÍAS: ÁNGELES SAN JOSÉ


1ª edición

Diseño: ATTUediciones Coordinación editorial: Fátima Gabriel Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la ley, que establece penas de prisión y/o multas, además de las correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyesen o comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la preceptiva autorización.

Agradecimientos: Francisco García Mayoral y Paula García San José

© Textos Vicente Llorca © Fotografías Ángeles San José ISBN 978-84-616-4383-7 Depósito Legal: S.223-2013 Printed in Spain Impreso en Copimad-2 www.angelessanjose.net www.attuediciones.net




UN POETA JAPONÉS

Tsurayuki ( Osaka 1924 - La Adrada 1968 ) está considerado uno de los poetas más excelsos de la literatura moderna japonesa. En sus conversaciones Tsurayuki siempre manifestó que cualquier poema, o verso, o epíteto, por certeros o bellos que fueran, no eran sino formas desgraciadas de la poesía, que está por encima de esta versión imperfecta y mundana. Él, por su parte, jamás se prestó a tal frivolidad.

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POETAS JAPONESES EN ÁVILA II

El poeta y samurai Otomo no Yakamochi llega al pueblo de Piedrahita en 1749. Venía huyendo de la última revuelta del Shogunato Tokugawa, que acabó con el poder de la casta Bushi en Japón. Aún hoy ignoramos qué caminos llevan de la revuelta Shogun a Piedrahita, pero en su momento debieron de existir. Yakamochi se instala en Cabezuela de Corneja, pequeña pedanía del partido que por aquel entonces - y aún hoy - no contaba con más de ocho fuegos censados.

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No sabemos exactamente qué vida llevó el antiguo samurai en Cabezuela. Pero informaciones posteriores nos hablan de un extraño aumento de consumo de pescado en la alquería. " Todas las truchas e aun tencas e sardas de la comarca se levan a la Cabezuela, que consume los mas de estos animales ", reza un informe censal de la época - incluido, años más tarde, en el famoso Censo de Madoz. Un viajero de la época, Gaspar Núñez, ilustrado y perteneciente a una de las Sociedades de Amigos del País, nos relata no sólo de la costumbre de la pedanía - insólita en la zona - de comer pescado, sino que éste era consumido " crudo y en unos raros cartuchos que sujetan con varillas ". El viajero, con ínfulas

de

historiador,

creyó

atribuir

esta

costumbre a una pervivencia de ritos celtas. A la misma le atribuye también la costumbre de enterrarse los vecinos " con unas raras e largas espadas de un solo filo ". Estas espadas son para él " herencia de la cultura de La Tène, de Centro Europa ".

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UN CASO ENIGMÁTICO. TAKESHI MAEDA

Takeshi Maeda figura en la Enciclopedia de la literatura moderna japonesa de Arthur Watson como poeta en el estilo tradicional del tanka , amén de autor de una monumental monografía sobre la lírica del periodo Heian, monografía que aún no ha sido publicada. Maeda, piloto de combate en la segunda guerra mundial, se refugia en Ávila, en concreto en la población de Cadalso de los Vidrios, a raíz de la derrota de su país en la guerra.

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Dada su habilidad como operador, enseguida consiguió abrir un próspero negocio de reparación de radio e instalación de antenas de televisión en el pueblo. Algunos hablan también de su habilidad para encontrar cursos de agua, por lo que en muchas ocasiones fue solicitado como zahorí en los alrededores. En 1964 Mª Elena Caturla, joven investigadora de la cátedra de Filología Clásica en la Universidad Complutense de Madrid, se propuso realizar una investigación sobre la obra del poeta, con vistas a una futura tesis doctoral, por lo que solicitó entrevistarse con Takeshi. De los informes que la investigadora dirigió al Departamento se deduce que, después de un accidentado viaje por la sierra en la empresa de autocares La Sepulvedana, fue recibida amablemente por el autor en su casa. A las preguntas sobre la supuesta monografía sobre poesía Heian, éste no

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DE AVES JAPONESAS

En una antigua escuela de Canales, partido de Piedralaves, el maestro Yamato Tsunetomo hablaba a un reducido grupo de oyentes. Les contó de la leyenda del Emperador de Occidente. Éste, según la tradición japonesa, una mañana que había salido al jardín de palacio escuchó el raro canto del ugüisi. Dudando entre regresar al castillo, donde ese mismo día debía tener lugar una larga recepción o escuchar el canto del ruiseñor, el Emperador optó por permanecer en el mismo lugar, embelesado por el ave.

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NO MORE HAIKUS

El poeta japonés Natsume Soseki llega a la villa de Lanzahíta en octubre de 1957. Las noticias que se tienen acerca de la estancia del poeta en Lanzahíta las hemos podido recoger de la relación que Don Tomás Pavón, párroco de la localidad, efectúa en sus Memorias de una villa abulense años después. La obra, editada por el propio autor, se distribuyó por el Episcopado de Ávila, con pie de imprenta de 1964. Por lo que Don Tomás cuenta lo primero que hizo Soseki al llegar a la ciudad fue solicitar

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entrevistarse con el Secretario del Ayuntamiento, al que en primer lugar preguntó si en la villa existía el suicidio ritual dentro de la nobleza. Y en segundo si había alguien que compusiera haikus. Don

Arsenio,

secretario

municipal,

pudo

asegurarle que, si bien no tenía constancia de alguna tradición suicida en la nobleza , podía afirmar sin ningún género de dudas que nadie jamás había escrito un solo haiku en toda la comarca y que, según los datos que obraban en su poder, nadie proyectaba componerlos. Al parecer el poeta quedó sumamente satisfecho con esta respuesta porque de inmediato se instaló en la villa, en un antiguo molino situado a las afueras, en la carretera de Arenas. De las informaciones recogidas en las citadas “Memorias… “ deducimos que rápidamente se aficionó a las costumbres locales. Siendo así que al poco tiempo participaba de las reuniones un tanto

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LA PASIÓN DE KENKO

Mucho tiempo después, Yoshida Kenko intentó recordar el itinerario de aquella tarde de agosto. El origen era lo único cierto. Instalado en la localidad de San Pedro del Arroyo desde hacía unos meses, Kenko, calígrafo japonés, había sido invitado por su vecino Tomás a dar una vuelta por los alrededores. A Tomás le acompañaba Ángel, otro agricultor del pueblo. Más tarde, al grupo se sumó Armando, vecino del lugar de actividad incierta. Kenko recordaba la fecha: estaban en mitad del 51


verano, habían terminado de recoger la cosecha y los lugareños se encontraban raramente ociosos. Podía evocar las eras, cargadas con el grano reciente y los camiones que, a diario, partían hacia Extremadura repletos con los paquetes de forraje de un año que, decían, había resultado bueno. Todo estaba ya seco y en el campo sólo restaba el

mustio

color

de

los

espigaderos,

que

permanecerían, pardos y estériles, hasta el otoño siguiente. Kenko

y

sus

acompañantes

partieron

al

atardecer en dirección a Arévalo, por la carretera que, subiendo los tesos del valle del Zapardiel, enlaza más adelante con Sanchidrián y el cruce de la carretera de Ávila. Tomaron unos vinos en San Juan de la Encinilla, un lugar triste, con corrales de ganado sobre la vega y un solo bar en las afueras. Más tarde, repitieron el ritual en otros pueblos

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LA MUERTE DE YORIMASA

" En el sonido de la campana del monasterio de Gion resuena la caducidad de todas las cosas "

Heike Monogatari

El relato ha sido abundantemente recogido por la tradición japonesa. Lo anota Kato en su A History of the Japanese Literature, así como Minner en su monumental The Princeton Companion to Classical Japanese Literature. Aparece asimismo reiterado en el teatro No, esta vez en forma de reflexión moral, con fantasmas que monologan y padecen de remordimientos, antes de desvanecerse. Ha sido profusamente transcrito en la pintura y la iconografía tradicional japonesa. ( Recordemos, a 61



modo de ejemplo, los sobrios grabados de Kikuchi Kosai ). No lo recoge por el contrario Jorge Luis Borges que en su Historia Universal de la infamia habría parafraseado, de manera memorable, el relato sobre el Incivil maestro de ceremonias Kotsuké no Tsuke, de finales de la época Heian igualmente. Entre nosotros aparece citado en la antología El pájaro y la flor de Carlos Rubio. Octavio Paz alude al mismo en su clásico El signo y el garabato. O, posteriormente, aparece recogido en la casi desconocida edición de La poesía japonesa en Ávila del profesor Aurelio Espinosa. Curiosamente

en

esta

última,

de

donde

tomamos las noticias sobre la trágica muerte del samurai Minamoto no Yorimasa, aparece citada la leyenda dentro de un capítulo donde se demora en la práctica de la ocultación como poética esencial. Y el ejercicio casi secreto de la poesía como una tradición, secular y silenciosa, de los poetas 63



DE LOS PAISAJES DE ÁVILA

" Algunas observaciones sobre el paisaje de Ávila. Del informe de la Sociedad Excursionista y Geográfica ".

1. En torno a la C.N. 501 en el tramo de San Pedro del Arroyo a Chaherrero, a la altura del Km. 87, se encuentran unas extensas besanas en ladera, labrantíos que suelen estar sembrados, de acuerdo a la práctica habitual de la comarca de la Moraña, por el sistema de año y vez, habitualmente de cebada tremesina o de seis carreras, según hayan venido los días de San Miguel y la sementera. En lo alto de la besana, y rodeada por las mieses o el rastrojo, dependiendo de la estación, encontramos 69


una amplia piscina de cemento, perfectamente delimitada, con una escalera de hierro oxidado en su extremo Norte. La cual ignoramos si alguna vez ha contenido agua o cualquier otro líquido susceptible de ser utilizado para el baño o el aseo personal. Desconocemos igualmente qué función pueda tener una piscina, en medio de un sembrado extenso, en cuesta y carente de todo tipo de arbolado o camino. No se encuentra aledaña a ninguna construcción ni vivienda rural, y el núcleo de población más próximo, según apunta nuestro colaborador D. Juan García Borrega, se halla a más de quince kilómetros del paraje.

2.

En la carretera comarcal de Ávila al puerto

de Villatoro, a la altura de la pedanía de Muñotello, ha sido descubierto, en la falda de una extensa dehesa de robles, denominada localmente como La

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Índice

Un poeta japonés ………………………….……………

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Poetas japoneses en Ávila I …...………....………..... 11 Poetas japoneses en Ávila II ……………..…….…….

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Hitomaro …………………………………………………. 21 Un caso enigmático. Takeshi Maeda ………...…...

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De aves japonesas ………………………..........….…… 31 No more haikus ………………………….…..…………

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El manuscrito de Yakamochi ………...……..……...

45

La pasión de Kenko ……………………………....……

51

La muerte de Yorimasa ………...……..….….....…...

61

De los paisajes de Ávila ………………….................

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ACABÓSE DE IMPRIMIR ESTE LIBRO EN MADRID, TRES CANTOS, EN LOS TALLERES DE COPIMAD-2. EL DÍA 10 DE MAYO DE 2013, FESTIVIDAD DE SAN JUAN DE ÁVILA



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