Vyacheslav Shabunin, el hombre que correrá hasta el último día Por Juan Manuel Botella.
ada más atravesar la línea de meta del maratón de Boston-2013, Vyacheslav Vasilyevich Shabunin paró su reloj con un gesto de contrariedad. Su tiempo de 2.21:23, más que sobresaliente para un corredor de casi 44 años, no le decía nada, sin embargo. Nueve meses atrás había hecho 2.18:52 en Duluth, la ciudad de Bob Dylan, y tan lejos como en octubre se había permitido el lujo de llegar primero en el Maratón de Detroit con 2.25:26 en condiciones atmosféricas adversas y jugando al sprint con el favorito, el norteamericano de origen etíope Girma Segni. Así que lo de Boston le supo a accidente. En realidad, nunca estuvo en carrera; pasó la media casi a 1.11. Para más inri, se vio relegado a la segunda plaza en la categoría de veteranos, ganada por el australiano Lee Troop con 2.17:52. Troop, experimentado maratonista de principios de siglo (2.09:49 de MMP en 2003), le había propinado a Shabu-
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mayo/junio 2013 l atletismo español
nin la primera derrota en M40 que sufría en su nueva etapa como especialista en la distancia de Filípides. Quizá por eso Shabunin, escocido, se retiró apresuradamente a su hotel, sin querer saber nada de premios. “Ya estaba en la habitación –declaró a una televisión rusa– cuando escuché dos fuertes estallidos. Tenía puesta la televisión mientras me duchaba, con imágenes de la retransmisión, y entonces me di cuenta de que era un atentado. Sufrí por las personas afectadas. Después pensé qué habría sido de mí si hubiera estado en la zona de meta, como hago muchas veces saludando a la gente después de una carrera”. Sería exagerado afirmar que un rendimiento insatisfactorio salvara el cuello a Shabunin, pero lo cierto es que ayudó a quitarle de en medio, por lo que pudiera pasar, cuando empezaron las explosiones. Ya puede dar gracias a su flojo día bostoniano.
De la misma Generación que Cacho Shabunin nació el mismo año que Fermín Cacho, en 1969, aunque despuntó mucho más tarde que él, y de hecho no empezó a competir internacionalmente hasta 1994, cuando se tomó el atletismo en serio. Antes que eso, había sido un junior de marcas insípidas en 1.500 metros (4:12.7 en 1988) y un promesa del montón, que no logró bajar de 3:40 hasta que cumplió los 23. Pero a partir de la segunda mitad de la década de los 90, Shabunin mejoró y se hizo habitual en campeonatos internacionales y mítines. Estuvo en todas partes: Zurich, Bruselas, Berlín, Mónaco, Niza, Lausana, París, Roma, Londres, Hengelo, Helsinki, Atenas, Madrid, Barcelona, Lievin, y muchas otras ciudades que dibujan el imaginario urbano del atletismo mundial. Llegó a correr en 3:32.28 los 1.500 metros y en 3:49.83 la milla. Sus esfuerzos por mudarse a los 5.000 metros, sin embargo, nunca