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europeo de Ámsterdam

(3:09.19) y rompió el grupo. Diana intentó seguir a las tres primeras, pero no pudo evitar que en el segundo kilómetro la germana se adelantara en compañía de Luiza Gega. La española, que en los últimos tiempos ha tenido molestias en el tendón de aquiles izquierdo, arrojó la toalla en el último 500 y fue perdiendo posiciones hasta acabar octava, todavía en puestos de finalista. Con su victoria, Krause remata en categoría sénior su trayectoria de campeona de Europa júnior y sub-23.

Altura: Ganar y ganar y volver a ganar Lo de esta chica no tiene nombre. Los calificativos empiezan a agotarse y si no se retira pronto (Dios no lo quiera) habrá que inventar nuevas palabras para describir su asombrosa permanencia en la elite mundial del salto. Ruth Beitia volvió a armar el taco. Por primera vez una persona -hombre o mujer- ganaba tres títulos europeos consecutivos de altura. ¡Y con 37 años! Bendita capacidad de

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julio 2016 atletismo español

persuasión la de Ramón Torralbo para reconducirla al pabellón de La Albericia aquel lluvioso invierno del 2012, cuando su discípula se había declarado en retirada. Un salto de 1,98 metros al primer intento convirtió a Ruth en campeona por tercera vez, una gesta sin precedentes también entre los hombres en unos campeonatos de Europa. Beitia añadió una nueva medalla de oro a su colección de preseas internacionales, que ya suma trece. Eso sin contar el oro europeo sub-23, con el que se presentó en la sociedad internacional hace ya quince años en este mismo estadio Olímpico de Amsterdam. Curioso. Pero ella espera que este regreso triunfal al punto donde penetró en la órbita internacional no sea también el punto de cierre para la colección.

“Queremos conseguir algo grande, toca pensar en las medallas”, había dicho tras la ronda de clasificación. Ella siempre habla en plural, pues mete en el mismo saco a Ramón, su cincuenta por ciento. Y dominó la escena desde la pre-

sentación de atletas, cuando, ante la ovación atronadora que suscitó su nombre pronunciado por el locutor, irrumpió corriendo en la pista y se abrazó a la mascota, Adam, el león holandés con el cabello flamígero que recordaba la antorcha olímpica de 1928. En la final no renunció a ninguna altura. Empezó en 1,84, continuó con 1,89 y cometió su primer nulo en 1,93. “Un

pequeño fallo de ajuste, y con viento. Fue un salto muy alto, pero caí sobre el listón”, explicó. Superó esta altura en la segunda tentativa y la cántabra disfrutó de lo lindo porque ya estaba en el podio provisional. Cuando superó los 1,96 seguía tercera, pese a haberlo saltado a la primera, pero ya tenía la “chapa” asegurada. Quedaban en competición, junto a ella, la búlgara Mirela Demireva y la lituana Palsyte, empatadas en el primer puesto. El listón situado en 1,98 dictó sentencia. Ruth lo saltó al primer intento y sus dos adversarias no pudieron hacerlo en ninguno de los tres. No se conformó con la victoria. En lu-


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