Martín Fierro

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Odia de muerte al cristiano, Hace guerra sin cuartel; Para matar es sin yel, Es fiero de condición; No golpia la compasión En el pecho del infiel.

Se cruzan en el desierto Como un animal feroz; Dan cada alarido atroz Que hace erizar los cabellos; Parece que a todos ellos Los ha maldecido Dios.

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Tiene la vista del águila, Del león la temeridá; En el desierto no habrá Animal que él no lo entienda, Ni fiera de que no aprienda Un istinto de crueldá.

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Todo el peso del trabajo Lo dejan a las mujeres: El indio es indio y no quiere Apiar de su condición433; Ha nacido indio ladrón Y como indio ladrón muere.

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Es tenaz en su barbarie: No esperen verlo cambiar; El deseo de mejorar En su rudeza no cabe; El bárbaro sólo sabe Emborracharse y peliar.

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El que envenenen sus armas Les mandan sus hechiceras; Y como ni a Dios veneran, Nada a los pampas contiene: Hasta los nombres que tienen Son de animales y fieras.

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El indio nunca ríe, Y el pretenderlo es en vano, Ni cuando festeja ufano El triunfo en sus correrías; La risa en sus alegrías Le pertenece al cristiano.

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Naides puede imaginar Una miseria mayor; Su pobreza causa horror; No sabe aquel indio bruto Que la tiera no da fruto Si no la riega el sudor.

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Y son, ¡por Cristo bendito!, Los más desasiaos del mundo: Esos indios vagabundos, Con repunancia me acuerdo, Viven lo mesmo que el cerdo En esos toldos inmundos.

V 497

Aquel desierto se agita Cuando la invasión regresa Llevan miles de cabezas De vacuno y yeguarizo; Pa no afligirse es preciso Tener bastante firmeza. 498

Aquello es un hervidero De pampas –un celemín434–. Cuando riunen el botín Juntando toda la hacienda, Es cantidá tan tremenda Que no alcanza a verse el fin. 499

Vuelven las chinas cargadas Con las prendas en montón; Aflige esa destrucción: Acomodaos en cargueros435 Llevan negocios436 enteros Que han saquiao en la invasión.

434 435 433

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Apiar de su condición: rebajarse, desmerecer.

436

500

Su pretensión es robar, No quedar en el pantano; Viene a tierra de cristianos Como juria del infierno; No se llevan al Gobierno Porque no lo hallan a mano. 501

Vuelven locos de contento Cuando han venido a la fija; Antes que ninguno elija Empiezan con todo empeño, Como dijo un santiagueño, A hacerse la repartija. 502

Se reparten el botín Con igualdad, sin malicia; No muestra el indio codicia, Ninguna falta comete: Sólo en eso se somete A una regla de justicia. 503

Y cada cual con lo suyo A sus toldos enderieza; Luego la matanza empieza Tan sin razón ni motivo, Que no queda animal vivo De esos miles de cabezas.

Un celemín: múltitud, gran cantidad. Cargueros: caballos de carga. Negocios: tiendas, comercios.

JOSÉ HERNÁNDEZ


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