Informe complementario de la cartografía geológica y geomorfológica (1:25.000), de la Cuenca del Lago Atitlán (Guatemala)
Toba Panajachel (Tpt) Una segunda toba muy distintiva, es la Toba Panajachel. Se trata de brecha muy compacta, que da lugar a paredes verticales o escarpes (Figura 5), que se puede observar en las laderas al norte de la actual caldera, en los municipios de Panajachel, Santa Catarina Palopó y San Antonio Palopó. Está formada por abundantes fragmentos angulares riolíticos de grano fino, fundidos o compactados, en una matriz producto de desvitrificación de grano fino (Figura 5). Algunos de los fragmentos se encuentran bandeados y contienen vetas de cristales finos de cuarzo que se han desarrollados paraleas a la foliación. Estos dos tipos de clastos raramente aparecen en el mismo afloramiento y no se han observado intergradados. Donde la brechificación ha cortado las densas bandas de clastos o foliación, indica que los clastos se encontraban en estado sólido durante la misma. Unos pocos clastos grandes de brecha están redondeados por relativamente pequeños fragmentos angulares, como si los pequeños fragmentos hubieran roto los clastos grandes. Esta relación indica que la brechificación estaba ocurriendo todavía en el momento del emplazamiento fina (Newhall, 1986). El origen de esta toba es enigmático. Según Newhall, una explicación posible es que con la erupción subaérea los flujos de cenizas viajarán hasta el lago de la caldera Atitlán I, donde fueron consolidados por las altas temperaturas, el peso de las cenizas y el agua. Después de que estos depósitos fueran consolidados pero todavía generaran vapores calientes, puede haberse generado la explosión que provocó la brechificación del flujo in situ. Es sabido que muchos vapores provocan fracturas en las rocas, en erupciones freáticas o freatomagmáticas. Una segunda explicación es que el domo se destrozaba por explosiones hidromagmáticas, enviando flujos de fragmentos calientes al suelo del lago. Al menos existe un domo de riolita bandeada en el noreste del filo de la caldera I. Todavía existe una tercera posibilidad que consiste en que la toba consolidada fuera depositada en el anillo de caldera y se fuera acumulando dentro de la caldera como brecha de colapso (Newhall, 1986). Se trata de una toba muy consolidada, pero afectada por procesos estructurales, que junto con su morfología, en paredes verticales, la hacen muy propensa a desprendimientos.
Figura 12: Afloramientos y muestra de la Toba Panajachel.
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