ASIDECLARO25

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Éste fue el segundo momento en que se jodió el Perú, motivando el retiro momentáneo del poder de la plutocracia guanera, dejando la carga inicial de la reconstrucción nacional al héroe de La Breña, el general Andrés Avelino Cáceres, del Partido Constitucional, hasta que nuevamente civilistas y gamonales de la sierra ganados a esta causa, una vez muerto su jefe Manuel Pardo, convocaron a un viejo enemigo, Nicolás de Piérola, del Partido Demócrata, quien entró con sus victoriosas montoneras a Lima en 1895.

Una oligarquía que aprendió de sus errores de antaño

Piérola cerraba con esa contrarevolución el ciclo de la República Autocrática para dar pase a lo que se ha venido a llamar la República Aristocrática (1895-1930) basada en el mercantilismo costeño agro-exportador y los enriquecidos gamonales serranos. Pero, mal que bien el Perú convaleciente se recompuso de las pesadas cargas de la guerra, y las ilusiones y sueños nacionales “iban a la par con la libra esterlina de Londres” , y por donde se mire había esperanza y recursos, aunque las plutocracias retornarían ávidas al asalto de las arcas de la hacienda pública. Fue Víctor Andrés Belaunde el que con más precisión definió a los tres nuevos poderes fácticos: La plutocracia costeña, el caciquismo serrano y la burocracia militar. El historiador Jorge Basadre ha tratado de ubicar, en estos años, la concreción de una fuerte institucionalidad del Estado, pero la realidad lo contradijo, no sólo por el caos y las interminables rencillas entre lo estertores del civilismo, el pierolismo y el cacerismo, sino porque un civilista rebelde –Augusto B. Leguía- asumió el poder en 1919, dando al traste con esa etapa aristocrática.

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Un civilista rebelde –Augusto B. Leguía- asumió el poder en 1919, dando al traste con esa etapa aristocrática. El siglo XX, tan rutilante en cambios e intiempo efímero allende 1945, en la ola defluencias propiciadas por las revoluciones mocratizadora posterior a la Segunda Guerra mexicana y rusa, y por la gradual primacía inpara después sublevarse nuevamente contra ternacional de la economía norteamericana el gobierno del Frente Nacional que había en reemplazo de la inglesa en los años ayudado a forjar y triunfar con José Luis Busque siguieron a la Primera Guerra Muntamante y Rivero a la cabeza. dial, trajo la modernización de una Lima siempre más cercana a los perfumes y Estos hechos anidaron un odio irreconciliamodas parisinas que al “Perú profundo”, ble, anulando a las dos fuerzas populares –el así definido por José Carlos Mariátegui. Apra y el Ejército- en el desarrollo de sus proyectos nacionales, dejando a la Si el crack de la bololigarquía el campo abierto para su sa de Nueva York en accionar. Alguien dijo que la nueva 1929 ayudó a legitioligarquía habría aprendido de sus mar el nacimiento del errores de antaño, apareciendo inaprismo y el comucluso con mayor realismo político, nismo, ¿cómo es que por su condición minoritaria, negánla oligarquía, basada dose en todo momento a constituir en las mismas fuerzas un partido político, prefriendo acmercantiles del antituar como una red invisible de integuo régimen aristocráreses y favores de clientela, ejercientico, no logró constido una labor de equilibrio y fiel de tuir un partido raigal? la balanza entre el Apra y el Ejército. ¿Por qué el Apra, con toda su fuerza auroral, tampoLuego, fue el gobierno del general co forjó la siempre esquiva Oscar R. Benavides uno de los que la institucionalidad del Estado? ¿Qué oligarquía usó para tales fines. Un Benavides pasó con la tercera fuerza, el Ejército? policiaco, sin embargo, trató de insuflar un régimen de estabilidad jurídica que se proyecAl exportar los métodos violentos y anartó, como una razón de Estado, en el gobierno quistas de la Europa de entreguerras, el Apra civil de José Luis Bustamante y Rivero, quien fracasa en la sangrienta revolución de Truadministró el país entre 1945 y 1948, hasta jillo de 1932. Y comete contra el Ejército que el caos y la algarada aprista coadyuvaron un crimen que lo marcó de por vida: el asepara un nuevo retorno del poder militar de sinato del caudillo de las armas, el general facto con el general Manuel A. Odría, que insSánchez Cerro. Esto lo llevó a la clandestinitauró el famoso ochenio hasta 1956. dad y las catacumbas, de las que salió por


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