
1 minute read
Estación de Bomberos Ave Fenix
En el año 2000, un 20 de noviembre la discoteca Lobohombo en la Avenida de los insurgentes se quemó hasta los cimientos por un corto circuito llevando consigo la tragedia y muerte de decenas de personas. Seis años después, tras el concurso propuesto por el Go- bierno de la Ciudad, los profesionales de AT 103 llevaron a cabo el proyecto arquitectónico de Ave Fénix, una estación de bomberos que intenta renacer de las cenizas a manera de tributo y como recordatorio de la tragedia a través de un simbólico gesto y promesa de lo que no volverá a suceder
De esta forma la Arquitectura se propone como herramienta para enmendar el pasado, enfrentar el presente y prometer el futuro, tal como el arte más allá del hedonismo. Y en homify quisimos ver cómo lo lograron.
Advertisement
La Idea
Ave Fenix Fire Station AT103 Espacios comerciales Edificios de Oficinas
AT103
AT103
Tras la tragedia viene la calma y como dice el dicho ’después del niño ahogado, tapar el pozo’ y algo similar pasó por la mente del Gobierno de la Ciudad de México frente al predio que solía emplazar la discoteca Lobohombo.
Decididos, llamaron a concursar a varias firmas y estudios arquitectónicos para crear un espacio simbólico como promesa de que la tragedia jamás volvería a suceder más allá de los límites físicos. Los ganadores fueron los profesionales de AT 103 quienes en 4500 m² proponen la Estación de Bomberos Ave Fénix.
El concurso requirió que la estación de bomberos contuviera un programa de dos actividades distintas: la estación por un lado y el espacio de consulta y capacitación para el público en general por el otro, el cual incluye una bomberoteca o biblioteca de bomberos. Sin embargo, ambas actividades no podían concurrir en ningún momento previniendo el entorpecimiento de sus funciones.
De esta forma, al exterior el inmueble se propone como una caja recubierta de aluminio y elevada sobre el nivel de la calle, lo que da la ilusión de elevarse y flotar casi desapareciendo gracias a los reflejos producidos por el material. Como si fuera un espejo, la fachada se apropia del contexto urbano y se mimetiza en el contexto desde el interior del patio de maniobras extendiéndose como un tejido de luz hacia la calle y viceversa.
La caja flotante alberga en su base el patio de maniobras y el estacionamiento de los coches bomba el cual se extiende hacia la calle trayendo el espacio exterior al interior y extendiendo el interior hacia afuera proponiendo una continuidad.
En esta caja cromada se organizan los espacios públicos y privados a través de planos con perforaciones de distintos diámetros como se observa en la imagen que generan comunicaciones verticales y horizontales que demarcan la circulación, sirven como iluminación, vistas cruzadas y usos al compartir el espacio a través del patio cívico.
