Capítulo I
Características de las disoluciones
2. Las disoluciones químicas Las disoluciones o soluciones químicas son mezclas homogéneas, las cuales se componen de un soluto (fase dispersa) y un disolvente (fase dispersante). Aquellas disoluciones donde el disolvente es agua se denominan disoluciones acuosas. Estas son muy importantes desde el punto de vista químico, ya que el agua es capaz de disolver un gran número de sustancias. Por ejemplo, el suero fisiológico es una disolución acuosa constituida por diferentes sustancias; entre ellas, el cloruro de sodio.
Conceptos clave Soluto: Sustancia que se disuelve en un disolvente para formar una disolución. Disolvente: Sustancia que está presente en mayor cantidad en una disolución.
2.1 El proceso de disolución Conexión con...
Un aspecto importante en el proceso de formación de una disolución es el de las atracciones intermoleculares que mantienen unidas a las moléculas en líquidos y sólidos. Cuando una sustancia (soluto) se disuelve en otra (disolvente), las partículas del primero se dispersan de manera uniforme en el disolvente, proceso que puede ser acelerado mediante la agitación de la mezcla. Las partículas del soluto ocupan posiciones que estaban pobladas por moléculas del disolvente; esto se lleva a cabo en tres etapas, tal como se puede visualizar en la siguiente figura:
Biología
El agua es un líquido de gran importancia debido a que es el medio en el cual se desarrollan los procesos vitales. Todos los seres vivos contienen agua y, por lo general, es el componente celular más abundante; su proporción oscila entre un 60 y un 90 %. La mayoría de las sustancias químicas están disueltas en agua; además, en su rol de disolvente, permite el desarrollo de importantes reacciones químicas en el organismo.
1. Se produce la separación de las partículas del disolvente.
Primera etapa Disolvente Tercera etapa
Disolución Segunda etapa Soluto
2. Luego, las partículas del soluto comienzan a disociarse dentro del disolvente.
18 • Unidad 1: Disoluciones químicas
3. Finalmente, las moléculas del disolvente y del soluto se mezclan, formando la disolución. Las etapas 1 y 2 requieren de energía para romper las fuerzas de atracción intermoleculares.