Arquitectura Centro Cultural Tijuana

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ARQUITECTURA CENTRO CULTURAL TIJUANA 30 aniversario


ARQUITECTURA. Centro Cultural Tijuana. 30 aniversario. Tijuana: Centro Cul­ tural Tijuana, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2013. Primera edición, 2013. Armando García Orso, coordinador. Manuel Luis Escutia, coordinador. Si­ nuhé Guevara, asistente de coordinación. Claudia Algara, edición. Luis del Toro, diseño. Médicis Comunicación. 2012 Centro Cultural Tijuana. Paseo de los Héroes 9350 Zona Urbana Río Tijuana. Tijuana, B.C. C.P. 22010 Impreso y hecho en México. Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio, sin la anuencia por escrito del titular de los derechos.


Centro Cultural Tijuana

ARQUITECTURA CENTRO CULTURAL TIJUANA 30 aniversario


DIRECTORIO CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES. Rafael Tovar y de Teresa Presidente CENTRO CULTURAL TIJUANA Virgilio Muñoz Director Abundio Villaseñor Quintero Subdirector de Administración Jorge Enrique Me­dina Padilla Subdirector de Promoción Cultural Armando García Orso Subdirector de Exposiciones Melinda Elizabeth López Romero Subdirectora de Difusión y Relaciones Públicas Frida Espinoza Jaramillo Subdirectora Técnica Daniel Íñiguez Supervisión de Obras Rosa Elisa Rodríguez Huerta Centro de Documentación de las Artes Víctor Magdaleno Gerente de Comunicación COLABORADORES. TEXTOS. Pedro Ramírez Vázquez. Manuel Ro­ sen Morrison. René Peralta. Jorge Ruiz Dueñas. Sinuhé Guevara. FOTOGRAFÍA. Luis García. Alfonso Lorenzana. Mario Porras. Julio Rodríguez Ramos. Jean­ nette Sánchez


ÍNDICE 004 PRESENTACIÓN Virgilio Muñoz 006 INTRODUCCIÓN Pedro Ramírez ­Vázquez 010 INTRODUCCIÓN Manuel Rosen Morrison 014 CINE IMAX [Construcción, Exterior, Vestíbulo, Sala de proyección] 024 EXPLANADA [Construcción, Remodelación, Fuente] 030 EDIFICIO CENTRAL [Construcción, Exterior, Pasillo naranja, Sala de Usos Múltiples, Cecuti, Sala de Lectura, Tienda, Sala de Exposiciones Temporales Planta Baja, Patio inglés, Museo de las Californias, Sala de Exposiciones Temporales del Museo de las Californias] 046 SALA DE ESPECTÁCULOS [Construcción, Interior, Vestíbulo, Cafetería, Sala de Exposiciones Comunitarias, Sala de Video] 052 EL CUBO [Construcción, Exterior, Interior, Sala 1, Sala 2, Sala 3, Terraza superior, Mezanine, Explanada 1, Bodegas] 068 SALA DE CINE CARLOS MONSIVÁIS [Construcción, Vestíbulo, Sala de proyección, Cendoart] 079 JARDÍN BOTÁNICO [Jardín Caracol, Foro Luna, Velario, Acuario, Centro de nutrición infantil Arcoiris] 098 LA HISTORIA DE UNA BOLA René Peralta 102 UN EDIFICIO EMBLEMÁTICO: EL CECUT Jorge Ruiz Dueñas 104 MEMORIA EN PAPEL [Planos arquitectónicos del proyecto original del Cecut] Sinuhé Guevara 108 Créditos fotográficos 110 PLANOS ARQUITECTÓNICOS


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PRESENTACIÓN

VIRGILIO MUÑOZ


La arquitectura es el arte de materializar el trazo de la imaginación; una expresión creativa que, en la aplicación de sus depuradas técnicas, concibe la cadencia de los espacios envueltos que integran el entorno humano para provocar en sus moradores sensaciones de armonía, bienestar e identidad. Tal es el caso del Centro Cultural Tijuana (Cecut), obra concebida por los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez y Manuel Rosen Morrison, cuyas dimensiones, belleza, destino institucional y diseño arquitectónico son reconocidos como la imagen urbana más emblemática y representativa de los tijuanenses. Este símbolo de arraigo e identidad ha motivado la presente edición conmemorativa de su 30 aniversario para ofrecer al lector una obra que recoge en sus páginas la belleza de sus recintos,

pasillos, fuentes y jardines, la funcionalidad de sus áreas, así como los testimonios que hablan de sus orígenes y que explican las cualidades más sobresalientes del conjunto.

Como corresponde a una institución de esta naturaleza, las obras referidas fueron inspiradas en la consideración más amplia de lo humano, según lo evidencia la construcción de rampas en todos los accesos del Cecut que La belleza es poliédrica y se expresa tanto en la facilitan el desplazamiento de personas con Sala de Espectáculos como en el Domo Imax, dificultades motrices. el Museo de las Californias, las salas de exposición de la galería El Cubo y su vestíbulo, al Valga el recuento de la arquitectura de este igual que las obras de rehabilitación y nuevos recinto para privilegiar sus valores estéticos y espacios para el servicio cultural realizados en sociales, observar su desarrollo en el tiempo y los últimos años como: la Explanada y sus fuen- hacer manifiesta su importancia como un estes, la cafetería, el Área de Nutrición Infantil, la pacio para todas las artes y la difusión cultural. sala de cine Carlos Monsiváis, el Jardín Botánico, el Acuario, el Centro de Documentación Nos reconocemos en el Cecut porque la digde las Artes y Mediateca, la tienda del museo, nidad y vocación de sus espacios define nuesel Foro Luna, el Escenario Móvil y la construc- tro tiempo y nos obliga a mantener, por un ción de seis aulas para ensayo; además de la lado, su trazo original y por otro, preservarlo iluminación del propio Museo y del estaciona- como parte fundamental de nuestro patrimomiento subterráneo. nio cultural.


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MEMORIA

PEDRO RAMÍREZ VÁZQUEZ


El entonces Presidente de la República José López Portillo tenía conocimiento de mi parti­ cipación en el Programa Nacional Fronterizo (pronaf) de los años sesenta en el que se proyec­ taron los museos de Matamoros y Ciudad Juá­ rez, de los cuales sólo se realizó el Museo de Arte de Ciudad Juárez (nombra­do inicialmente Museo de Arte e Historia) que tuve el privilegio de proyectar. Debido a esto, la señora Carmen Romano de López Portillo, quien e ­ staba al fren­ te del Fondo Nacional para las Ac­tividades So­ ciales (fonapas), me encomendó el proyecto de un centro cultural en Tijuana manifestando su interés por un espacio de proyección esférico, el Omnimax (hoy llamado Cine imax), idea en la que estuve de acuerdo ya que ese tipo de es­ pacio está acondicionado para presentaciones temporales que permiten un uso continuo y pa­ra su visita constante por la variedad de las proyecciones que ahí pueden exhibirse.

tranjeros, así como de los tijuanenses, para vi­ sitar el interior de nuestro país. La señora Ló­pez Portillo accedió, por lo que contraté el desarro­ llo del proyecto (no me lo podía auto-adjudicar como Secretario de Estado) a la oficina del Arq. Manuel Rosen Morrison. Debía ser una so­ lución vistosa para que llamara la atención del turista y del tijuanense y de una circulación fá­ cil, de ahí el uso de la rampa del Museo de Ex­ posiciones (actualmente Museo de las Califor­ nias), solución que yo ya había empleado en los proyectos de la Escuela de Medicina de la unam en Ciudad Universi­taria, en la Galería de His­ toria de Chapultepec (anterior a la rampa del Museo Guggenheim de Nueva York) y en la Casa Presidencial de la República de Costa Rica. Pos­ terior al Centro Cultural Tijuana he utilizado es­ tas rampas como solución en otros proyectos.

Su ubicación se debió a que debía estar en una avenida importante y, por fortuna, el go­ Me permití complementar sus observaciones bierno federal era propietario del predio. La sugiriendo un área considerable para museo construcción debía ser de una alta calidad, que despertara el interés de los visitantes ex­ ya que el re­ferente que tienen los visitantes

norteameri­canos es de una condición de alta perfección en cuanto a calidad de construcción se refiere. Al ser visualizado y con­cebido como un núcleo comunitario de promoción, difusión de cultura y recreación el Cecut debía tener en su concepción una plaza de acceso, en donde se integran todos los elementos del conjunto, así como servicios: talleres, biblioteca, cafete­ ría, etcétera. El Cecut lleva implícito el interés de manifestar un referente nuevo de identidad nacional para compensar la fuerte influencia del otro lado de la frontera. Es necesario mencionar que esta obra ya forma parte de la identidad tijuanense­, sociedad que lo denomina coloquialmente co­ mo «la bola». La condición del crecimiento urbano, sin prece­ dentes de Tijuana, y su enorme población flo­ tante, por ser la frontera con mayor tránsito en el mundo, exigió este proyecto por lo que, por esta circunstancia, se le puede calificar co­mo un bastión de la Cultura Nacional.


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Construido en lo que se convertiría en el corazón económico de la ciudad, el Cecut fue parte del desarrollo urbano del entorno tijuanense de finales del siglo XX. La imagen está compuesta por tres fotografías unidas y en el letrero se lee: «FONAPAS-SAHOP [Fondo Nacional para las Actividades Sociales-Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas] construyen obra Centro Cultural y Turístico de Tijuana, B.C. Financiado por FONATUR-SECTUR [Fondo Nacional de Turismo-Secretaría de Turismo] en apoyo al arte y la cultura. La cultura permite el desarrollo intelectual y artístico del ser humano. Carmen Romano de López Portillo».


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MEMORIA

MANUEL ROSEN MORRISON


Cuando vine a Tijuana, en 1980, me encontré con una ciudad pequeña. No tenía más desarrollo que la avenida Revolución, en la que se encon­ traban, básicamente, hoteles y negocios tales como restaurantes, comercios, galerías, pros­ tíbulos y cantinas. Fue en esos tiempos cuando Pedro Ramírez Vázquez me dijo que la señora Carmen Romano de López Portillo quería hacer un centro cultural en Tijuana. Ella era muy ami­ ga de la esposa de Roberto de la Madrid, gober­ nador de Baja California, y ambas estaban in­ teresadas en que se hiciera este centro. Pedro Ramírez Vázquez me pidió hacer un programa para este propósito y se me ocurrió lo más ele­ mental: hacer un teatro, un cine, un museo, una sala de lectura y salas de exhibición, además de una cafetería.

viajado a Canadá poco antes, donde me invita­ ron a ver la pantalla Omnimax en las oficinas de esta empresa en Toronto. Habiéndolo visto, le recomendé el sistema a la señora López Porti­ llo, quien lo visitó en San Diego, California, y le pareció muy interesante y adecuado, por lo que decidió que se hiciera así. Una vez enterado de que la pantalla sería esférica, empecé a traba­ jar en el diseño del proyecto. Propuse acusar la geometría de la pantalla esférica en la fachada del mismo, habiéndose logrado así un proyecto muy interesante y original.

Para el diseño del teatro del Centro Cultural Ti­ juana (Cecut), fui a Canadá y Estados Unidos a visitar varios teatros. Allí conocí el estilo conti­ nental de butacas, el cual permite eliminar los pasillos intermedios y dar un mayor espacio En lo que respecta al cine, la señora López Por­ entre hileras, para un rápido desahogo de los tillo tenía mucho interés en hacer uno similar espectadores. En cuanto a la funcionalidad de al de Disneylandia, en formato circular. Yo había accesos, utilicé el sistema de dobles pasillos

laterales, los cuales tienen por objeto evitar que las personas que lleguen tarde distraigan a los demás espectadores. Esto lo logré dejando múl­ tiples espacios abiertos colocados en la sepa­ ración intermedia entre los dos pasillos. Este muro intermedio tiene además la función de servir como elemento acústico. Fue muy atina­ do haberlo resuelto así. Mandé hacer los estu­ dios de acústica y de mecánica teatral a Estados Unidos, mismos que fueron complementados por técnicos mexicanos resultando ser, a la fe­ cha, una de las mejores acústicas que hay en­ México. En el transcurso de mi realización de la emba­ jada de Japón en México, viajé a Dallas, Texas, donde me llamó la atención un aeropuerto en color beige cálido. Era concreto, pero de un co­ lor diferente al gris usual. Pregunté donde po­ día conseguir el aditivo de color y me contesta­ ron que a la compañía de cemento de Texas se


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12 13 le había pasado el cocimiento de éste, dando como resultado ese color. La constructora del aeropuerto decidió aprobarlo porque era dife­ rente al frío cemento tradicional. Terminaron el aeropuerto con ese material, que se llamó desde entonces warm tone, mismo que usé para la construcción de la embajada de Japón. Tratamos de importar ese mismo cemento para el Cecut, pero dado que el terreno donde habría de construirse no era territorio japonés, como la embajada, los impuestos hubieran re­ sultado exagerados. Pensando en cómo resol­ ver el problema del color me enteré que había un aditivo para concreto llamado San Diego bluff, con el cual se podría lograr un efecto si­ milar. Lo probamos, nos agradó y lo usamos. Aunado a la cuestión estética, y dado que el concreto es un material que requiere mantenimien­to mínimo y que no puede perju­ dicarse mayormente, pensamos en usar este material, pues nos habían asustado con que en Tijuana nos iban a llenar el centro cultural de grafiti. Curiosamente, hasta el día de hoy nun­ ca le han pues­to grafiti al Cecut. El museo del Cecut incluye múltiples áreas de exhibición y, además de una gran superficie pla­na a nivel de acceso, cuenta con dos ram­ pas he­licoidales ligadas por una área plana. Éstas están complementadas por una gran escalinata cuya función es poder interrumpir la visita a la mitad del camino. Las rampas, además de permitir una visión a ojo de pájaro de las áreas de exhibición inferiores, permiten gozar de la estructura espacial con la que fue resuelta la techumbre, hecha de acero y sin ninguna columna intermedia. Originalmente, se decidió que las rampas se­ rían utilizadas para exhibir la futura colección permanente del Cecut. Sin embargo, en ese espacio donde hoy se encuentra el Museo de las Californias estuvo, por los primeros cinco años, una exposición de la cultura mexicana desde su origen, con piezas auténticas que nos prestó el Instituto Nacional de Antropo­ logía e Historia (inah). Fue una exposición ex­ traordinaria. Siendo que el fin del museo era promocional, la idea principal era mostrar a los tijuanenses la cultura de su país y al mismo tiempo mostrar a los estadunidenses la cultu­ ra de México.

Los espacios bajo las rampas fueron destina­ dos a áreas de exhibiciones temporales, salas de conferencias y una gran cafetería en la cual se llevaban a cabo comidas para grupos turís­ ticos provenientes de Estados Unidos, así como desayunos de grupos locales. Cabe decir que durante los primeros años de existencia del Cecut venía una gran cantidad de turistas extranjeros en camiones, organizaban comidas en la cafetería y visitaban sus instala­ ciones. Era una maravilla. Gracias a este movi­ miento de turistas empezó a venir la población local, convirtiéndose en un punto de reunión interpersonal, intelectual y político de la ciudad donde concurría todo mundo: políticos, perio­ distas, artistas, universitarios, hasta el gober­ nador. Todos se reunían en la cafetería del Ce­ cut. Por eso pienso que, si volviera a funcionar la cafetería, el Cecut reviviría, no solamente para los niños y estudiantes, sino nuevamente para la población adulta.

Casi no hubo cambios con respecto al proyecto original del Cecut, excepto por el auditorio al aire libre que no se llevó a cabo por falta de di­ nero y que hubiera sido construido donde aho­ ra existe el estacionamiento abierto. El teatro, El museo tiene una superficie de más de cien el cine Omnimax (Domo imax) y el museo siem­ metros de largo, por treinta metros de ancho. pre estuvieron contemplados.

Adicionalmente, al proyecto original se han in­ tegrado nuevos diseños llevados a cabo duran­ te la gestión del maestro Virgilio Muñoz y bajo mi dirección. Éstos incluyen la sala «Carlos Monsiváis», el Centro de Documentación de las Artes (Cendoart), la remodelación del jar­ dín botáni­co, el acuario, la fuente de la expla­ nada y su iluminación; la escuela de artes plás­ ticas y  scé­nicas, y el patio interior. Todos estos nuevos diseños se han integrado al conjun­ to original sin alterar ni afectar su estética sino, por el contario, la han complementado. Originalmente, el Cecut fue la ambición de ha­ cer un edificio de cultura que pudiera funcionar doblemente para los estadunidenses y para los tijuanenses, porque no conocían la cultura mexicana. Ahora esto ya ha cambiado. El Cecut ha ido mejorando con el tiempo. Curiosamen­ te, en cada dirección se le ha hecho algo nue­ vo, y ahora, con el maestro Virgilio Muñoz, se hicieron cambios realmente muy importantes. Por eso hoy en día es una sensación estupen­ da ver al Cecut, treinta años después de haber sido inaugurado por el presidente José López Portillo, más vivo que nunca y convertido en un ícono de la ciudad.



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DOMO IMAX

CONSTRUCCIÓN, EXTERIOR, VESTÍBULO, SALA DE PROYECCIÓN



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Recuperaci贸n del espacio total del vest铆bulo del Domo IMAX


Sala de proyecci贸n del Domo IMAX.


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Concierto de la Orquesta de Baja California con motivo de la remodelaci贸n de la explanada, la cual estrena piso, fuentes danzantes y sistema de iluminaci贸n.


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CONSTRUCCIÓN, REMODELACIÓN, FUENTE

EXPLANADA



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Antigua fuente frente al Edificio central. Al fondo se aprecian las rampas del Museo-Exposiciones.

En medio de la fuente principal luce «El Histrión», escultura del arquitecto Jack Winer donada al Cecut, bañada por un domo de agua y luz.



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EDIFICIO CENTRAL

CONSTRUCCIÓN, EXTERIOR, PASILLO NARANJA, SALA DE USOS MÚLTIPLES, SALA DE LECTURA, CECUTI, TIENDA, MUSEO DE LAS CALIFORNIAS, SALA DE EXPOSICIONES TEMPORALES DEL MUSEO DE LAS CALIFORNIAS



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Pasillo interior del Edificio central del Cecut. Este espacio se diseño para comercios dedicados al ámbito turístico. Con el tiempo fue sustituido por oficinas administrativas.

Sala de lectura

Cecuti, espacio para talleres y actividades infantiles.


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Tienda de artĂ­culos promocionales.



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Construcción del edificio donde se encuentra el Museo de las Californias. El letrero dice: «Como parte del Programa Cultural Fronterizo y por instrucciones de la Presidenta de su comité técnico, Doña Carmen Romano de López Portillo, FONAPAS erige aquí el Centro Cultural (Museo de historia, Sala de conciertos, Caracol para espectáculos, Restaurante, Omniteatro, Jardín Antropológico, Zona de comercios, Zona de estacionamiento). La cultura al servicio del pueblo de Baja California».


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Nueva iluminaci贸n sobre las rampas helicoidales donde se encuentra el Museo de las Californias.



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SALA DE ESPECTÁCULOS CONSTRUCCIÓN, INTERIOR, VESTÍBULO, CAFETERÍA, SALA DE EXPOSICIONES COMUNITARIAS



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EL CUBO

CONSTRUCCIÓN, EXTERIOR, VESTÍBULO, SALA 1, SALA 2, SALA 3, TERRAZA SUPERIOR, MEZANINE, EXPLANADA, BODEGAS


Diseño por el arquitecto tijuanense Eugenio Velázquez Bustamante.


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Pasillo inglés y escultura de Rubén Vizcaíno Valencia realizada por TPM Taller Creativo Integral. En la ventana iluminada se puede apreciar la tienda de artículos promocionales en su nueva ubicación.


Vista de la explanada y del Domo IMAX desde la terraza de El Cubo durante la exposición «Antonio y Antonieta Rivas Mercado. 200 años de pasión por México» . La escultura es una réplica del Ángel de la Independencia diseñado por Antonio Rivas.


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SALA DE CINE CARLOS MONSIVÁIS

CONSTRUCCIÓN, VESTÍBULO, SALA DE PROYECCIÓN, CENDOART



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Centro de Documentaci贸n de las Artes y Mediateca (Cendoart). Inaugurado en 2012.



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JARDÍN BOTÁNICO

JARDÍN CARACOL, VELARIO, FORO LUNA, VIÑEDO, ACUARIO, ÁREA DE NUTRICIÓN INFANTIL ARCOÍRIS



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80 81 Remodelación del Jardín Botánico, el cual exhibe la flora característica de la región de Baja California.


La remodelación del Foro Luna se complementó con la instalación de un velario, permitiendo su uso como escenario para para obras musicales, obras de teatro infantil, recitales de poesía y actividades artísticas diversas.


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84 85 Con su remodelaci贸n, el Jard铆n bot谩nico se expandi贸 a la explanada.



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Área de nutrición «Arcoiris» diseñado por Eugenio Velázquez Bustamante.


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LA HISTORIA DE UNA BOLA

RENÉ PERALTA RAMÍREZ


Maqueta del proyecto arquitectónico final

¿Qué es la imagen o cómo se construye un sím­ bolo arquitectónico? La arquitectura es parte de un imaginario común que crea vínculos en­ tre el espacio social y físico. La producción de los símbolos es una labor muy diferente a la pro­ducción del objeto tectónico situado en el espacio de la ciudad. Los arquitectos producen objetos concretos basados en lógicas cartesia­ nas, sin embargo, la producción de símbolos urbanos no es sólo producto del arquitecto. El espacio social de la ciudad se produce por me­ dio de la interrelación de ideas, vivencias y ex­ periencias de los ciudadanos, que con el tiempo producen e identifican los símbolos dentro de la misma; sin embargo, el quehacer de la arqui­ tectura se considera un acto político que produ­ ce obras dentro del espacio físico de la ciudad (o absoluto, como dijera David Harvey). Estas obras están basadas en ideologías abstractas de la forma (teorías), dentro de la disciplina o de una visión idealista del mundo en que vivi­ mos: simetría bilateral, ejes, órdenes clásicos o superficies. Históricamente, la producción de la arquitec­ tura como símbolo, invariablemente ha estado ligada con percepciones cualitativas: los cami­ nos, los cerros, montañas o el cosmos; vincu­ ladas con acontecimientos cíclicos: tormentas, producción agrícola, eclipses, etcétera; y des­ pués connotada por medio de la representación

abstracta de la geometría arquitectónica. Fue en el siglo xx cuando se promovió la disolución de la carga simbólica en la arquitectura por ideo­ logías de nuevos flujos e intercambios socia­ les que produjeron las economías de un mundo universal e industrial, y que al final origi­nó una arquitectura racional. Como explica Man­fredo Tafuri, a principios del siglo xx se inició el proce­ so de formación del arquitecto como el ideólogo de una nueva sociedad universal y antihistórica (Tafuri, 1976). El Centro Cultural Tijuana (Cecut) está com­ puesto de varios volúmenes que configuran un híbrido entre forma modernista (lógica carte­ siana) y símbolo neoclásico (lo subliminal de Boulle), visiones paradójicas de la arquitectu­ ra en el siglo xx. Es un edificio contradictorio y complejo, como dijera Robert Venturi. Su arquitecto, Pedro Ramírez Vázquez, en co­ laboración con Manuel Rosen Morrison, reitera en su monografía publicada en 1989 que sus obras y uso de la materialidad están basadas en los principios urbanos y tectónicos de las cul­ turas prehispánicas, relacionándose también con los espacios públicos/privados de la época colonial (Galas, 1989). Su obra es nacionalista y posmoderna a la vez, por la integración de los significados apropiados de diferentes épocas de la cultura mexicana, utilizando en ocasiones

un tercer discurso, el racionalista, importado de Europa y de Estados Unidos a México a prin­ cipios del siglo xx. La arquitectura del Cecut fue tan insólita para los tijuanenses como lo fue el estilo mudéjar del casino Agua Caliente, diseñado por Wayne McAllister en 1928. Los estilos de la arquitec­ tura de la ciudad fueron siempre eclécticos, construcciones de madera y algunos edificios seudomodernistas (Piñera Ramírez, 1985). En Tijuana, lo más cerca que estuvimos de la ar­ quitectura mexicana fue en el Instituto Salk de Louis Kahn en La Jolla, California, donde el ar­ quitecto jalisciense Luis Barragán le propuso a Kahn mantener la plaza principal sin vegeta­ ción, creando así uno de los espacios más su­ blimes en Norteamérica. Teo-Tijuana Pedro Ramírez Vázquez se inspiró en construc­ ciones de nuestros antepasados en donde se brinda culto a los dioses de la lluvia, la luna, el sol, etcétera. La pirámide de Mesoamérica es la estructura que apunta hacia el cosmos en ofrenda por la sobrevivencia de una cultura. El Cecut lo utiliza como un símbolo reciclado —¡un remix teotihuacano en la frontera!—. «La Bola» al centro del proyecto es una ofrenda tec­


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98 99 tónica donde se simula el cosmos por medio de un sofisticado sistema de proyección. A Tijuana no sólo la mexicanizaron sino también le adap­ taron una cultura precolombina, —¡el Aztlán del siglo xx, ese! El Centro Cultural y Turístico de Tijuana (su razón social) fue el toque final de una propuesta nacio­ nal para la recomposición urbana de la ciudad. El proyecto urbano impulsado por el gobierno federal y trazado por el arquitecto Pedro Mocte­ zuma fue el intento por mexicanizar Tijuana, ya que por ubicación geográfica y desde su concep­ ción Tijuana sufría de una falta de mexicanidad, como bien lo resaltó el escritor Raymond Chan­ dler en su novela The Last Goodbye: «Tijuana is not Mexico». Actualmente vemos que la traza urbana de lo que hoy conocemos como la Zona del Río fue un eje importante para la colocación de héroes nacio­ nales en glorietas semejantes a las del Paseo de la Reforma en la capital de país. Tijuana por fin reconoció su mexicanidad. Junto con el canal de concreto más grande construido en el país, Tijuana ahora lucía lista para su modernización, su imagen era impulsada por visiones centralis­ tas y una arquitectura de Estado, como explica el investigador Tito Alegría: La virtud de Ramírez Vázquez consiste en haber reutilizado formas y principios surgidos en las batallas anti-historicistas, amalgamados con conceptos de origen prehispánicos, para darle a la arquitectura del poder el consenso necesario para que la gente sienta solucionada su necesidad expresiva y el Estado ejecute presencia en el territorio a través de la arquitectura, es decir, una finalidad aún histórica. (Alegría, 1987). La Bola cosmo-política Revestido en concreto y organizado en simples volúmenes, ¡el Cecut pesa! Su materialidad se impone sobre la historia arquitectónica de la ciu­ dad, después del casino Agua Caliente, es una de las inversiones más importantes que se han dado enla ciudad.

Inicios del Cecut. Tomada a principios de la década de 1980, la fotografía revela la peculiar estructura de uno de los edificios más icónicos de la ciudad.

El museo y la sala de espectáculos configuran una «l», que forma una plaza donde se ubica La Bola, que funge como sala de proyección omnimax en forma esférica. La Bola, como la bautizaron los ciudadanos, muchas veces se ha relacionado con la obra de Étienne-Louis Boullée y su proyecto para el Cenotafio a Newton. Comparativamente


con la obra de Boulle, el omnimax proyecta el cosmos sin representar los ideales neoclásicos del arquitecto francés (lo sublime), La Bola, en tanto, tiene más parecido a una obra de Béton brut, parte del movimiento arquitectónico que decribió el crítico inglés Rayner Banham como brutalista. La Bola hace referencia a su funcio­ nalidad y en conjunto es ubicada al centro de la plaza limitando la congregación interrumpida de los usuarios como en los zócalos tradicionales, La Bola es, pues, el elemento ordenador del Ce­ cut, todo lo demás es un intersticio.

ensamblan todo tipo de productos para el mun­ do; por una noche La Bola obtuvo rostro pero no fue el de un diosa mexica o de algún revolucio­ nario, sino el de los ciudadanos que viven en la periferias pobres de Tijuana, más alejados geo­ gráficamente del Cecut. ¿Dónde quedó La Bola?

Desde su fundación hace treinta años, el Cecut ha estado trasformando su significado, primero se construyó como un bastión de la mexicanidad, después lo adoptaron como lugar donde la cul­ Las caras de la Bola tura fronteriza legitima sus procesos locales por medio de confrontaciones con la curaduría y con El Cecut se ha convertido en la plataforma ar­ el edificio mismo. Finalmente, intenta por medio tística local, representado la contrariedad entre de un cambio arquitectónico —con la construc­ lo nacional y lo fronterizo, donde las visiones de ción de El Cubo y la cineteca Sala «Carlos Monsi­ una realidad urbana y una imagen nacional han váis»— construir un nuevo diálogo con la cultura tras instituciones tendrán que descentralizarse discutido su convivencia. En 1994 el artista tijua­ local. y dejar de ser sólo el lugar de la élite —el lu­ nense Marcos Ramírez erre participó en el evento gar para ser visto como en la gran escalera de artístico binacional InSite, con la obra de instala­ Para el ciudadano común todavía es una incóg­ la ópera de Garnier— y extenderse por la ciudad ción titulada Century 21, consistente en una casa nita lo que pasa o puede pasar en el Cecut. Una de forma virtual creando un fuerte lazo entre las construida con material reciclado y residuos pro­ encuesta llevada a cabo en 2012 por un semana­ comunidades que le falta por convencer. venientes de Estados Unidos, como las miles de rio local (con muestra de 400 entrevistas), indica viviendas que se encuentran en la periferia de la que el 45.5% de los ciudadanos encuestados no ciudad; viviendas para trabajadores de maquilas visitan el Cecut porque no les llama la atención y Fuentes que ganan sólo lo suficiente para construir una sólo el 47.5% supo que había dentro de la Bola. casa de madera. La obra de erre se contrapone La incógnita de los tijuanenses es un sentimiento Alegría, Tito, «El Centro Cultural Tijuana: Crítica de a la visión centralista (externa) e institucional común en la crisis de la institución del museo arquitectura», Esquina Baja, núm. 2, Tijuana, México, con la realidad de los procesos de crecimiento a nivel global. El efecto Bilbao de la década de Asociación Cultural Río Rita, 1987. informal de la ciudad y de la memoria del forzoso los años 90 intentó presentar la arquitectura del desalojo de Cartolandia, favela instalada sobre el museo como parte de la rehabilitación urbana Galas, Miguel, Ramírez Vázquez, México, García Va­ Río Tijuana antes de su canalización. En el catá­ de la ciudad post-industrial. En muchas otras ladez Editores, 1989. logo más reciente del artista se describe la obra ciudades del mundo se inicia una confianza en de esta forma: la imagen de la arquitectura estelar, ya sean García Canclini, Néstor, Hybrid Cultures: Strategies museos, estadios o bibliotecas, produciendo en for Entering and Leaving Modernity, Minneapolis, La instalación fue colocada en la explanada muchas ocasiones la incongruencia del deseo de mn, E.U.A., University of Minnesota Press, 2001. principal de Centro Cultural Tijuana (Cecut) la construcción de la modernidad por encima de creando una yuxtaposición entre la mo- tejido urbano social desprotegido. Piñera Ramírez, David, Historia de Tijuana. Semblannumentalidad y solidez de la arquitectura za general, Tijuana, México, Universidad Nacional institucional mexicana y la fragilidad entre La función de los museos del México moderno Autónoma de México/Universidad Autónoma de Baja una estructura nómada, simbólica de un in- era conservar y recontextualizar el patrimo­ California, 1985. surgente y flexible urbanismo. (Sanromán y nio histórico a través de una política de Estado, García, 2011). como menciona el sociólogo Néstor García Can­ Sanromán, Lucía, y César García, Marcos Ramírez clini: «Los museos en México tuvieron la tarea de ERRE, México, Instituto Nacional de Bellas Artes, No sólo los artistas locales, sino también los ex­ proponer una monumentalización y ritualización 2011. tranjeros han utilizado al Cecut como referente nacional de la cultura» (García Canclini, 2001). El de la contradicción representada por la imagen Cecut se encuentra en tiempo de transformar­ Sánchez, Osvaldo (ed.), Fugitive Sites: InSite 2000urbana de Tijuana, una realidad inevitable de se en una institución abierta que promueva la 2001, San Diego, ca, E.U.A., Installation Gallery, 2002. reconocer. En otra edición de InSite, en el año cultura local, que de alguna forma ya es parte 2000, el artista polaco Krzysztof Wodisczko pro­ de la actividad nacional, aquí en Tijuana se han Tafuri, Manfredo, Architecture and Utopia, Boston, yectó sobre La Bola imágenes de los rostros de formado no sólo artistas sino también promoto­ mit Press, 1976. mujeres trabajadoras de la industria maquilado­ res culturales que han llevado su conocimiento ra que narraban en vivo su testimonio sobre su a otras partes del país y de América Latina. El Focus Investigación de Mercados. «Conocen el Ce­ condición familiar, abusos laborales, entre otras edificio tiene sus límites, su espacio absoluto; su cut, pero no van», El Informador de Baja California, realidades que viven cientos de trabajadoras que desarrollo debe ser tecnológico y ubicuo, nues­ No. 161 Tijuana, México, 2012


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UN EDIFICIO EMBLEMÁTICO: EL CECUT JORGE RUIZ DUEÑAS


Esta imagen fue utilizada para ilustrar las tarjetas telefónicas de cincuenta pesos de Teléfonos de México (TELMEX) y los billetes de lotería del 30 de octubre de 2007, con motivo de la celebración nacional del 25 aniversario del Cecut.

El proceso de identidad es un misterio que flu­ ye por la sangre y por el espíritu de la gente. Cuando la imagen de una forma, un paisaje urbano, la cadencia de las líneas recortando el espacio externo se vuelven parte de nuestra propia identidad. Es verdad, se requiere algo más que el tiempo y la nostalgia para lograr la encarnación. Hemos visto crecer entre las ve­ nas de agua del río Tijuana, donde la margina­ lidad social de antes ya no se recuerda porque nuevas generaciones han formado su historia personal con esa llamativa y cálida imagen que es el Cecut, una impronta compartida frente a todos los ocasos de la ciudad, día tras día, con la perfección de los trescientos sesenta grados. Un edificio cálido y vivo, que dice de nosotros y nuestros afanes y aspiraciones en el concierto de lo que prevalece: la cultura. Los arquitectos han explicado la historia material y las virtu­ des constructivas de una obra proteica que ha crecido con la ciudad misma. En efecto, a lo largo de estas décadas con cambios paulatinos y diversas gestiones la perspectiva icónica ha mantenido sus principales formas y color. Así como la noche mantiene el telón de fenómenos astrales, el edificio igual a la bóveda celeste cambia cada día ante nuestros ojos dispuestos a la permanencia de lo propio.

misma, tierra yerma y nueva como la nuestra, constituye como el Cecut un espacio vivo para las artes y la difusión cultural. Ahora, cuando se hace el recuento de cuánto se alberga en ese edificio multifuncional: el gran domo, la explanada y su nueva fuente como fue­ go de agua nocturna, la rampa helicoidal que se transformó también en su interior museístico, la gran sala de espectáculos teatrales y musi­ cales, el jardín botánico con los especímenes de nuestra flora, el gran cubo, los jardines de los espacios internos acondicionados para las funciones diversas de un amplio inmueble construido con la intención de albergar todo lo que somos en una arquitectura que mantiene la solidez de nuestra herencia precolombina (has­ ta el poco afortunado pero bien intencionado círculo escultórico de culturas disímbolas); la gran plaza exterior como las ágoras de todas las construcciones de Anáhuac para reír, feste­ jar o protestar con la inflamada voz ciudadana;y terrazas inesperadas que ven hacia la tarde inextinguible desde donde el mar lanza los últi­ mos destellos de la tarde. Ahora, digo, también se reproducen como los hongos alucinógenos de María Sabina otras instancias interiores. Y uno se pregunta de dónde en este laberinto ca­ leidoscópico, mágico y múltiple como nuestras esencias, nos surge una flamante cineteca que resguarda y exhibe el último arte cinético de este pueblo cinéfilo, precedido por el (siempre) gran formato mural de Juan Ángel Castillo que nos presenta antes de preguntar con “La tie­ rra prometida”: esa Jerusalén reinventada a la que ha llegado desde hace un siglo la migración interna de nuestra patria con valores íntimos que conformaron el mexicano nuevo nacido hoy al borde de la patria. Cómo aparece de pronto un acuario para los ojos absortos de todas las edades biológicas, con las especies de nuestras profundidades bañadas por corrientes milena­ rias desprendidas desde el más boreal de los puntos del planeta. Y, para dejar testimonio de nuestra evolución de primitivos acercamientos territoriales herederos de los buscadores de las Siete Ciudades de Cíbola y peregrinos de la fe, la vid y del olivo; las aulas para las artes plásticas y escénicas, un Centro de Documentación de las Artes y la Mediateca del Centro Cultural Tijuana que han de resguardar, preservar y difundir lo que hemos sido y somos como ingrediente sa­ lutífero de un cultura bullente y propia.

Podemos afirmar que todas las ciudades, nue­ vas o antiguas, tienen un inmueble que las identifica y éste tatúa la identidad citadina de los lugareños: algo produjo la adopción de la Tour Eiffel, abominada en 1889 por los más conspicuos intelectuales y amada desde hace más de un siglo por los ciudadanos de a pie al borde del río Sena. Un Cristo de brazos abiertos, igual al que ve hacia la bella Lisboa, representa a todos los cariocas. La torre del Parlamento de Londres, con previo o nuevo nombre, atrae el recuerdo de la ciudad del Támesis. El Coli­ seo con su historia de dolor y persecución nos lleva a Roma y el Golden Gate Bridge colgado de péndolas sobre las penínsulas de San Fran­ cisco es algo más que una ruta sobre el Océano Pacífico. Cómo no pensar en el viejo San Juan con la imagen del Castillo de San Felipe del Mo­ rro viendo hacia las azules Antillas. En nuestra capital política, la columna de la Independen­ cia a fuerza de concentrar ahí nuestras furias políticas y nuestros triunfos efímeros, se ha constituido en símbolo de la ciudad. Pero, cu­ riosamente, todas estos inmuebles correspon­ den a espacios de democracia ritual, vestigios, religiosidad o momentos de desvarío ingenieril. ¡Una alegría íntima me invade aquí, es este edi­ Pero, sólo la Sydney Opera House (hasta don­ ficio símbolo emblemático, peninsular y tijua­ de puedo recordar) que representa a Australia nense, donde inicia el desierto jubiloso!


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MEMORIA EN PAPEL LOS PLANOS ARQUITECTÓNICOS DEL PROYECTO ORIGINAL DEL CECUT SINUHÉ GUEVARA FLORES


Expectativas sobre un espacio

dado del Centro de Documentación de las Artes (Cendoart), con el fin de que investigadores, es­ El plano arquitectónico es la evidencia gráfica tudiantes y público interesado puedan consul­ de un espacio imaginario. A pesar de que existe tarlos y elaborar sus propias conclusiones. como objeto, refiere algo que no se encuentra en ninguna parte, una idea que no se ha concre­ Los gestores y sus interpretaciones de cultura tado y que revela su contexto. Esta idea puede e identidad nacional trascender al papel y materializarse si recibe el apoyo y el financiamiento adecuado. El pro­ El proyecto del Cecut tuvo su origen el 22 de pósito de este artículo es describir las expec­ septiembre de 1980, cuando se constituyó la tativas que fundamentaron el proyecto original Compañía Operadora del Centro Cultural y Tu­ del Centro Cultural Tijuana (Cecut), a partir del rístico de Tijuana, S.A. de C.V. Dicha compañía análisis de sus planos arquitectónicos. Se trata fue financiada a través del Fondo Nacional para de exponer lo que los diseñadores manifiestan, las Actividades Sociales (Fonapas), programa a través de los planos, explícita e implícitamen­ federal presidido entonces por la esposa del te. En este artículo se estudiarán brevemente presidente de la república, Carmen Romano de las interpretaciones de cultura e identidad que López Portillo. Esto ocurrió dos años antes de expresaron los gestores del proyecto y el públi­ su inauguración, el 20 de octubre de 1982. co para el que fue realizado el diseño. Romano encomendó el diseño del proyecto al Los planos aquí analizados reflejan los intereses titular de la Secretaría de Asentamientos Hu­ que el gobierno federal tenía, a principios de la manos y Obras Públicas (sahop), el arquitecto década de los años ochenta, sobre el desarrollo Pedro Ramírez Vázquez, quien contrató a su cultural, artístico, social y educativo de Tijuana. colega Manuel Rosen Morrison, con quien ha­ Constituyen evidencias documentales de estos bía trabajado anteriormente.3 El ingeniero en­ procesos y son un referente fundamental para cargado del proyecto fue Guillermo Castañeda.4 el análisis de sus discursos y la construcción de Para los gestores del proyecto la región carecía, la memoria institucional. Su recuperación nos no sólo de un espacio donde promover las dis­ permite conocer la evolución que ha sufrido el ciplinas artísticas y culturales, sino de una cul­ Cecut y reconocer sus aprendizajes. tura relevante (Centro Cultural Tijuana, 1994).5 En palabras de Rosen: Con motivo de la celebración del 30 aniversario de la institución, la Subdirección de Exposicio­ No haré referencia a los estados del Norte nes se propuso rescatar los planos originales de México, y menos aun [sic] a las ciudades del estado de deterioro en que se encontraban, fronterizas, ya que estas zonas han estaasí como clasificarlos de acuerdo con los in­ do expuestas por mucho tiempo más a los ventarios previamente establecidos por la Ge­ rencia de Servicios Generales1 y resguardarlos 3  Manuel Rosen Morrison diseñó varios de los proyectos para su conservación.2 La posibilidad de observar y asir los objetos representa una experiencia sensorial que am­ plifica la percepción y que funciona como un elemento didáctico: en este caso se trata de decenas de maduros, fotocopias e impresiones digitales. Este conjunto se encuentra bajo cui­ 1  Denny Rennie Alcántar Vargas, gerente de Servicios Generales, fue quien rescató los planos y realizó el primer inventario. El segundo inventario, la clasificación y teorización del material documental, se hizo bajo la gestión de la otrora investigadora de la Subdirección de Exposiciones, Miriam Gabriela García Aguirre. 2  En la clasificación y conservación de los planos participaron los alumnos de la Universidad de las Californias (udc): Gisel Sánchez Gutiérrez, Jesús Arturo López Juárez y Sebastián Cabrera Gutiérrez; y de la Universidad Autónoma de Baja California (uabc): Bruno Barush Galindo Zendejas.

que tanto el presidente José López Portillo como su esposa Carmen Romano encomendaron a la SAHOP, la cual dirigía Pedro Ramírez Vázquez. De todos ellos, sólo la Alberca y el Gimnasio Olímpicos en la Ciudad de México, el Museo y Monumento Fray Antón de Montesinos en Santo Domingo, República Dominica y el Centro Cultural Tijuana se efectuaron. Los proyectos del Museo del Niño, el Centro de Convenciones y el Centro de Espectáculos (todos en la Ciudad de México), nunca se realizaron. Fuera del trabajo estatal, Rosen trabajó con Ramírez Vázquez cuando el primero invitó al segundo a participar en el proyecto de la Embajada japonesa en la Ciudad de México. 4  IE-18 Alumbrado planta nivel +7.65, 3.B Museo y Exposiciones. Contactos, 1980, Archivo del Centro Cultural Tijuana (en adelante: Archivo Cecut). 5  Los planos y textos de los que diseñaron el Cecut evidencian el concepto de cultura propio del gobierno federal a principios de la década de los años ochenta. El Cecut “se creó con la finalidad de fortalecer la cultura nacional en la frontera norte y promover el desarrollo cultural de la región, respondiendo a una genuina demanda tijuanense”.

EUA que a México mismo, y aparece una cultura híbrida que va cambiando. La gran cultura de México se vuelve sumamente importante y rica a partir de la zona central del país y hacia el sur (Rosen, 2005). La gran cultura a la que se refiere Rosen se ma­ nifiesta en las construcciones prehispánicas y coloniales del centro del país, el arte y la arqui­ tectura que el Estado posrevolucionario de la década de los años treinta instituyó como histo­ ria nacional, y pasado único de todos los mexi­ canos. Esta cultura no tenía el mismo arraigo e historia en Tijuana, como en otras partes del país, por lo que de acuerdo al proyecto del Ce­ cut era necesario transportarla como parte de las funciones del gobierno federal. Hablamos de transporte porque la exposición que inau­ guró el museo-exposiciones del Cecut, llamado entonces Museo de Identidades Mexicanas, fue una muestra de piezas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (inah) que duró hasta 1986. Es decir, literalmente, se transportaron hacia Tijuana piezas desde el centro que mani­ festaran la cultura nacional. Es posible observar, en los planos de todo el diseño arquitectónico, la forma en que Ramí­ rez y Rosen plasmaron su concepto de cultu­ ra nacional. Los grandes bloques de concreto asemejan los usados en las construcciones prehispánicas:6 Son materiales sencillos y duraderos, escogidos por color y textura, pero tomando en consideración un concepto duradero para una geografía o región donde los presupuestos para mantenimiento en los edificios públicos son muy limitados. Beige rosado ‘San Diego Bluff’ es el color del concreto como material dominante tanto en el exterior como en el interior. Al envejecer adquiere tonalidades de pesada piedra en sillares y especial textura. El corte de piedra, de grandes rectángulos en las fachadas, recuerda quizá la época maya de los bloques de piedra arenisca […] Dentro de estos espacios el sentir es rico y atractivo, como si lo abrazaran a uno los siglos de México mismo (Rosen, 2005). La plaza de acceso entre el edificio del Omnimax (hoy llamado Domo imax) y el de Gobierno

6  A1-10 Fachadas edificio Gobierno y Comercios, 1. Arquitectónicos, 1980, Archivo Cecut.


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104 105 y Comercios7 “recuerda la arquitectura preco­ lombina de nuestro país” (Rosen, 2005). y la composición de las plazas coloniales. Gobier­ no e Iglesia separados por el espacio público. En la visión del diseñador, el Omnimax –pieza angular del conjunto– es el templo del centro cultural. El color arena y su forma esférica son similares al sol sobre el cual gravitan el resto de los edificios.

portancia de “que los niños de Baja California pudiesen entender las líneas generales de la Historia llamada ‘Nacional” (Rueda, 2010). Este fue el eje pedagógico y cultural de los artífices del Cecut, quienes consideraron el proyecto como un éxito, ya que lograron “un acerca­ miento al origen y herencia precolombina del país, al encuentro de los habitantes de la zona y, en consecuencia, a un mayor conocimiento de su propia cultura” (Rosen, 2005), la cultura Curiosamente, ni Rosen ni Ramírez hacen men­ nacional. ción alguna de uno de los elementos más icóni­ cos del México prehispánico y más obvios den­ Espacio de comercio y sitio turístico. ¿Hacia tro del diseño arquitectónico: las anteojeras de qué público estaba dirigido el proyecto? Tláloc que componen las rampas helicoidales del Museo-Exposiciones.8 Ambos aseguran que Desde la década de los años setenta, el gobier­ funcionan como elemento museográfico, otor­ no federal mostró interés por desarrollar urba­ gándole circulación, dinamismo y movilidad a la nística y económicamente la región. La puesta sala, además de que “permiten una circulación en marcha del Programa de Industrialización fluida para peatones, así como para sus visitan­ Fronteriza (1965) y el inicio de la canalización tes en sillas de ruedas” (Rosen, 2005). Sin em­ del río Tijuana (1972) son evidencia de ello. La bargo, tomando en cuenta las referencias pre­ planeación del Cecut y de las otras instituciones hispánicas del diseño arquitectónico, es difícil públicas de carácter pedagógico e investigativo pensar que la composición de las rampas sea surgidas en esos años,10 debe observarse como una mera coincidencia. Rosen menciona que parte de las políticas educativas y económicas incluso el “jardín interior de las oficinas9 es un que el Estado desarrolló en Baja California. espacio prehispánico, pero también [refiere a la] Colonia, a manera de claustro” (Centro Cul­ Al momento de diseñar el Cecut, bastión de la tural Tijuana, 1994), por lo que se deben consi­ política cultural federal en el noroeste del país, derar las rampas como un elemento simbólico. las concepciones sobre cultura e identidad nacional fueron tan relevantes como lo fue la Sea cual fuere el caso, estas referencias exhi­ atracción del turismo, especialmente extranje­ ben los íconos que el gobierno federal conside­ ro, considerado como un factor clave en el de­ ró pilares de la identidad mexicana a principios sarrollo económico de Tijuana.11 La ubicación de la década de los años ochenta. Refieren a un geográfica del proyecto tan cercano a la garita México homogéneo, que perdura a través del Tijuana-San Ysidro, básicamente a la entrada tiempo, y con un pasado común derivado de la de México, indica mucho del perfil de público historia del centro del país; también a un Méxi­ que se buscaba. co imaginario y descontextualizado de la penín­ sula bajacaliforniana de finales del siglo xx. Es importante mencionar que el diseño original contemplado a principios de la década de los El gobierno posrevolucionario impulsó la cons­ años ochenta sufrió modificaciones. El audito­ trucción de una identidad mexicana que fortale­ rio al aire libre, su puente de acceso peatonal ciera el discurso nacionalista y lo hizo a través y su distribuidor vial nunca trascendieron el de la educación pública. En el momento del papel y en su lugar quedó el estacionamiento. diseño del Cecut, esta idea continuaba siendo El puerto de autobuses a la entrada del museoun objetivo. En una entrevista, Salvador Rueda (asesor del Consejo Nacional para la Cultura y 10  En 1982, el año de inauguración del Cecut, se inauguró las Artes, para la formación del discurso histó­ también la Escuela de Humanidades de la Universidad Aurico del Museo de las Californias) señala la im­ tónoma de Baja California, El Colegio de la Frontera Norte y 7  AG-4 Planta de conjunto, 1.D Arquitectónicos de conjunto, 1980, Archivo Cecut. 8  IH-4/16 Planta Museo y expo. N+3.00, 5. Instalación Hidráulica, 1980, Archivo Cecut. 9  A1-1 Planta Servicios Generales sótano, 1. Arquitectónicos, 1980, Archivo Cecut.

la Universidad Iberoamericana. Un año después comenzó a funcionar el Centro de Investigaciones Históricas unam-uabc.

11  “Tijuana, la ciudad más visitada del mundo”, es uno de los principales eslóganes publicitarios que los gobiernos locales utilizan para representar el alcance del turismo en la ciudad. Ver: 20 Ayuntamiento de Tijuana, Información turística, en <http://www.tijuana.gob.mx/turismo/Index.asp>, consultado el 15 de octubre de 2012.

exposiciones (la cual se encontraba de frente a la glorieta de la avenida Paseo de los Héroes) fue sustituido por el Jardín Caracol (actual­ mente la sala de exposiciones El Cubo).12 La en­ trada al conjunto sería el museo-exposiciones y la afluencia de visitantes era una de las princi­ pales preocupaciones. Era importante que des­ de la entrada del Cecut pudiera visualizarse el Monumento a México,13 que curiosamente era el logotipo de la compañía Promotora de Desa­ rrollo Urbano de Tijuana. No es casualidad que en 1983, cuando Fonapas desapareció, el Cecut pasó a depender de la Secretaría de Turismo (aunque fuera por unos cuantos meses). Debido a sus condiciones históricas y geográ­ ficas, Tijuana carece de construcciones monu­ mentales. La ciudad no se caracteriza por edi­ ficaciones que alcancen el grado de patrimonio (al menos no se caracterizaba en la década de los años ochenta), ni por ser sitio de turismo histórico. Al igual que a inicios del siglo xx, Ti­ juana tuvo que fabricar y adecuar prácticas, ob­ jetos y monumentos para venderlos al turista (García, 2010).14 El Cecut se ideó como un monumento prehis­ pánico en medio de la mancha urbana de Tijua­ na, en el cual podía encontrarse, visualizarse y asirse la historia nacional. Fue pensado para el visitante deseoso de conocer el México pre­ hispánico difundido por las estrategias de pro­ moción turística del gobierno federal y para la población escolar bajacaliforniana, la cual ne­ cesitaba, a juicio de los gestores del proyecto, consolidar su identidad mexicana. Evolución institucional A través de un breve análisis documental de 12  AG-4 Planta de conjunto, 1.D Arquitectónicos de conjunto, 1980, Archivo Cecut. 13  Conocida comúnmente como “Las Tijeras”, este monumento es obra de Ángela Gurría y se ubica en el cruce de las avenidas Paseo de los Héroes e Independencia. Ver: Gobierno de Baja California, Nuestro Estado, Municipios, Tijuana, Monumentos. http://www.bajacalifornia.gob.mx/portal/ nuestro_estado/municipios/tijuana/monumentos.jsp (Último acceso: 18 de octubre de 2012). 14  En las primeras décadas del siglo XX, cuando el desarrollo económico del sur de California se expandía hacia la frontera, el comercio tijuanense comenzó a preocuparse por venderle al turista extranjero la idea del Old México, aquel país representado en las películas que simulaba un “viejo oeste”, en el cual confluían todos los estereotipos del mexicano: corridas de toros, mariachis, charros, curiosidades mexicanas, etcétera. Elementos que no son propios de la historia de la región o de las prácticas de sus habitantes.


los planos arquitectónicos del Cecut, podemos afirmar que el proyecto original no contempló el contexto local, la historia regional o los fac­ tores de identidad social de Baja California para su edificación. Las referencias prehispánicas y las exposiciones que lo inauguraron (El pueblo del Sol fue la película inaugural del Domo imax y estuvo en proyección más de una década) bus­ caron consolidar la identidad nacional sobre la identidad local, tanto en el turista como en el bajacaliforniano (especialmente los niños). Se pretendió demostrar que en Tijuana también se podía observar la “gran cultura mexicana”, de la que hablaba Rosen, y que el gobierno fe­ deral era un actor activo en la producción cul­ tural del noroeste de México. Todo ello motivó a que diversos actores sociales de la región pre­ sionaron a la institución, una vez cimentada, para que se enfatizaran los símbolos locales, los cuales habían sido omitidos del proyecto. Así, poco a poco el Cecut ha ido abriendo espa­ cios para la construcción de una identidad lo­ cal. El espacio que alguna vez ocupó el Museo de Identidades Mexicanas alberga, desde hace más de una década, el Museo de las Califor­ nias (Aguilar, 2010)15, lo cual demuestra que la transformación del uso del espacio se debe a los cambios en la visión institucional y a las ne­ cesidades del público receptor (Torres, 2009);16

ciertas exposiciones y eventos institucionaliza­ dos han hecho hincapié en el factor regional y existe un esfuerzo actualmente por el rescate y la documentación de la escena artística local. Se puede afirmar que el Cecut ha evolucionado a partir de su interacción con el contexto baja­ californiano, en un espacio donde la identidad local se construye sobre la base de una identi­ dad nacional. Fuentes

Torres, Sergio. Entrevista en Tijuana, B.C., 24 de no­ viembre de 2009. Realizada por José Manuel Her­ nández Chávez. PIDPC-Cecut. PIDPC PE2 E JMHSergio Torres 1122009. Bibliográficas Centro Cultural Tijuana. Centro Cultural Tijuana. En el centro de la cultura, México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1994.

Documentales A1-1 Planta Servicios Generales sótano, 1. Arquitec­ tónicos, 1980, Archivo del Centro Cultural Tijuana (en adelante: Archivo Cecut).

García Searcy, Enrique. Una década de crecimiento poblacional: Análisis de la estructura demográfi­ ca de Tijuana (1940-1950). México: El Colegio de la Frontera Norte, 2010.

A1-10 Fachadas edificio Gobierno y Comercios, 1. López Ruiz, Maya Lorena. “Patrimonio material e Arquitectónicos, 1980, Archivo Cecut. inmaterial. Reflexiones para superar la dicotomía”, en Patrimonio cultural y turismo. Cuadernos 9: Pa­ AG-4 Planta de conjunto, 1.D Arquitectónicos de con­ trimonio cultural oral e inmaterial. La discusión está junto, 1980, Archivo Cecut. abierta. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2004. IE-18 Alumbrado planta nivel +7.65, 3.B Museo y Ex­ posiciones. Contactos, 1980, Archivo Cecut. Rosen Morrison, Manuel. Arquitectura. México: Cen­ tro Cultural Tijuana/Grupo Editorial Noriega/ Sun­ IH-4/16 Planta Museo y expo. N+3.00, 5. Instalación road Enterprises/Museo de Arte Latinoamericano, Hidráulica, 1980, Archivo Cecut. 2005. Entrevistas

15  Juan Manuel Aguilar, quien fuera gerente de actividades museográficas y montajes de exposiciones del Cecut, afirma que el Museo de las Californias tiene el propósito de representar la identidad de la península, así como cumplir con una función educativa, al describir los procesos históricos por los que ha pasado Baja California.

dez Chávez. PIDPC-Cecut. PIDPC PE2 E JMH-Salva­ dor Rueda 12032012.

Aguilar, Juan Manuel. Entrevista en Tijuana, B.C., 29 de enero de 2010. Realizada por José Manuel Hernández Chávez. Programa de Investigación y Divulgación del Patrimonio Cultural, Centro Cultu­ ral Tijuana. PIDPC PE2 E JMH-Juan Manuel Aguilar 16  A decir del museógrafo de la Subdirección de Exposi- 290110. (En adelante PIDPC-Cecut).

Electrónicas 20 Ayuntamiento de Tijuana, Información turística, en <http://www.tijuana.gob.mx/turismo/Index.asp>, consultado el 15 de octubre de 2012.

Gobierno de Baja California, Nuestro Estado, Munici­ pios, Tijuana, Monumentos, en <http://www.bajaca­ ciones, Sergio Torres, el diseño arquitectónico de las rampas lifornia.gob.mx/portal/nuestro_estado/municipios/ helicoidales estaba contemplado para una galería, sala de Rueda, Salvador. Entrevista en Tijuana, B.C., 12 de tijuana/monumentos.jsp>, consultado el 18 de oc­ conferencias y restaurante, no para una sala de exposición marzo de 2010. Realizada por José Manuel Hernán­ tubre de 2012. permanente como lo es el Museo de las Californias.


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