Revista El Archivo Nº30 noviembre 2013

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ESPECIAL ALTENSE Una publicación del Archivo Histórico Municipal Año XIII - Nº 30 - Noviembre 2013 DISTRIBUCIÓN GRATUITA www.archivodepunta.com.ar

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editorial

Municipalidad de Cnel. de Marina Leonardo Rosales Punta Alta Dirección de Cultura

autoridades

Ing. Néstor Hugo Starc Intendente Municipal

Fernando Quiroga DIRECTOR DE CULTURA

equipo de trabajo coordinación general Prof. Luciano Izarra

investigación y texto Prof. Fernanda Martel colaboradores Lic. Gustavo Chalier Prof. Guillermo Bertinat Arq. Graciela Britos Prof. Romina Amarfil Lic. Sergio Soler Lorenzo Ramos Norberto “Pichi” Sella diagramación y diseño D.G. Mauricio Rossello impresión ARSA Gráfica

El Archivo ya está en manos del público lector con su número 30. Esta vez presentamos una nota de gran interés para toda la comunidad, pero en especial para los amantes del deporte. Ella trata sobre el mítico equipo que formó el club Altense en las décadas del ‘40 y el ‘50 , de sus siete campeonatos y de su expulsión de la Asociación Bahiense de Básquetbol. Esta historia ha sido contada infinidad de veces en tribunas de los estadios, en bares, en la calle y transmitida de padres a hijos, de entrenadores a jugadores. La transmisión oral hizo que se agrandaran las hazañas, que se olvidaran ciertas circunstancias y que se inventaran otras. Todo esto contribuyó a dar nacimiento a un mito que ocultaba parte de la realidad. La nota de tapa surgió, precisamente, de la necesidad de narrar esa historia, fundamentándola en el trabajo de investigación rigurosa. Por vez primera, se pone por escrito y se conocen las circunstancias exactas que determinaron que la Asociación Bahiense de Básquetbol expulsara a su múltiple campeón. No es ésta la primera vez que la revista se ocupa de temas deportivos. Más allá de su atractivo para los lectores, se pretende poner en relevancia una práctica que dista de ser solamente recreativa o banal. Por el contrario, el deporte integra y confiere identidad. Esto es importante en una sociedad como la nuestra, en la que civiles y militares, puntaltenses nativos y provincianos se reúnen en una cancha y en las tribunas para participar de una actividad que los congrega y apasiona por igual, con el amor por unos colores que no hace distingo de origen o de condición social. Como siempre, vaya el agradecimiento a todos los auspiciantes, colaboradores y la comunidad toda de Punta Alta por posibilitar que la revista El Archivo continúe como medio referente de la historia regional.

sumario

Nota de Tapa | La Máquina de Altense Historia Oral | Miguel Pons Osvaldo Ferretti Novedades Foto de Tapa: La máquina de Altense. Mario Marchesino, Armando Traini, Bartolomé Pons, Osvaldo Ferretti y Miguel Pons. Año 1944.

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Esta revista ha sido declarada de «Interés Legislativo» por la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires - Resolución N° D/2030/04-05, por el Honorable Concejo Deliberante de Cnel. Rosales - Decreto Nº 45/04 y de «Interés Provincial Cultural» por el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, resolución Nº 191/05.

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por Fernanda Martel

La máquina de Altense Cualquier puntaltense que le guste el básquet o juegue en algún club, seguramente sabrá de los siete campeonatos consecutivos que el club Altense supo lograr en tiempos en que aún integraba la Asociación Bahiense de Básquetbol. Y tal vez habrá escuchado de su posterior expulsión, poco más que controvertida, del seno de aquella entidad luego de casi veinte años de afiliación. Aquí intentaremos contar esa parte gloriosa del pasado deportivo puntaltense, que se recuerda con orgullo y que se convirtió, andando el tiempo, en un verdadero mito del básquet local.

Primera CD Club Ciclista Recreativo Puntaltense: Alfonso Parro, Luis Franzoni, Adán Traini, Pedro García, David Bellei, Daniel Menéndez, Adone Modesti, Julio Astiasarán, Manuel Nieto, Julio Bellei. 1923

Los inicios del Club Altense

En sus comienzos, Altense fue una asociación ciclista. En efecto, el 1 de enero de 1923, un grupo de jóvenes puntaltenses aficionados al ciclismo se reunieron y fundaron el Club Ciclista Recreativo Altense. La primera comisión directiva quedó integrada unos días después, de la siguiente manera: presidente Alfonso Parro, vice Luis Franzoni, secretario Adán Traini, prosecretario Pedro García, tesorero David Bellei, protesorero Daniel Menéndez y cuatro vocales: Adone Modesti, Julio Astiasarán, Manuel Nieto y Julio Bellei. El nombre elegido para la entidad, “Altense”, resulta curioso, ya que no existe como palabra. Aparentemente, es un apócope de “puntaltense”. Vale decir que se tomó la última parte del gentilicio sin duda para dar fuerza al nombre y para asociar al club a su lugar de nacimiento. En sus comienzos, el fin deportivo fue el

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fomento del ciclismo, en la época de apogeo de ese deporte en el país. Se organizaron a tal fin carreras de velocidad o resistencia. Frente a la estación Solier habilitaron una pista y se realizaron allí las primeras carreras, en las que participaban los socios del flamante club, como también corredores de Bahía Blanca. Marcovich, Danzini, Ferrú, los hermanos Álvarez, Carmona son los nombres de aquellos corredores que se recuerdan. En 1930 el club incorporó una nueva actividad deportiva: el básquet. Éste era un deporte novedoso en la ciudad, ya que el primero en iniciar su práctica fue Sporting , en el mismo año. Y precisamente frente a los rojinegros hizo su debut “Ciclistas” (así se identificaba a Altense en la época), el domingo 12 de octubre de 1930, con un resultado muy parejo: 10 a 81. Ya en su segunda presentación, en un amistoso contra


Estudiantes, conocieron el sabor de la victoria. “El centroforward altense es quizá el mejor jugador de ellos, por cuanto es un muchacho de elevada estatura, que se mueve con mucha agilidad, sus pases son seguros y sus tiros son certeros. Los zagueros son también discretos. El cuadro en general es bastante bueno y en el campeonato nocturno que se efectuará en Punta Alta estamos seguros que los caballerescos muchachos de Altense demostrarán lo que valen”2, decía el diario bahiense La Mañana. Flamini, Cintioli, Carril, Rodríguez y Álvarez eran los integrantes del flamante equipo. Pocos años después, en 1933, Altense se afilió a la Asociación Bahiense de Básquetbol. Esta entidad había sido fundada el 11 de enero de 1929, y aglutinaba a todos los clubes del partido de Bahía Blanca (del cual Punta Alta formó parte hasta crearse el de Coronel Rosales, en 1945). Su actuación en dicha asociación fue promisoria desde los comienzos. En el periódico local “La Nueva Comuna”, con motivo del 15º aniversario del club, puede leerse: “[…] Altense ejerció de hecho, con verdadero decoro, la representación puntaltense en basket-ball de la zona, y este acierto vese corroborado por los triunfos obtenidos en los certámenes que con la participación de los valores más destacados de este deporte, se han realizado en el último lustro. En efecto, militando en 3º división obtuvo el campeonato de esa categoría en los años 1933 y 1934, siendo tan destacada su actuación que motivó su ascenso a primera categoría en el año 1935. En esta división, en la cual milita hasta la fecha, su labor no ha sido menos proficua, pues luego de los primeros tanteos logró armonizar un cuadro que está conceptuando como uno de los de mayor capacidad deportiva […]”3

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Conflictos con la Liga: la primera expulsión

Los logros deportivos de Altense hicieron aparecer la rivalidad con otros clubes de la Liga, transformándose también una cuestión de competencia entre Bahía Blanca y Punta Alta. El domingo 11 de septiembre de 1938, al finalizar el partido de primera división entre Pueyrredón y Altense, se sucedieron confusos incidentes. Éstos derivaron en enérgicas medidas disciplinarias contra el representativo puntaltense. El referí del partido, Fernando Lunghi denunció haber sido agredido por parte de simpatizantes de Altense, en las mismas instalaciones del club. Por esto, la Asociación Bahiense de Básquetbol determinó la suspensión de la entidad hasta tanto se aclararen los hechos. Al día siguiente, en asamblea extraordinaria, Juan Rodríguez, prosecretario del club Altense, dio su versión de los hechos al resto de la comisión directiva, afirmando que“[…] durante el desarrollo del encuentro pudo apreciar la evidente falta de capacidad del señor Lungi (sic) para dirigir cotejos de primera división, no obstante que en repetidas ocasiones tuvo yerros de consideración que perjudicaron notoriamente a nuestra representación, nadie lo perjudicó en su acción hasta que faltando tan

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Campeón invicto Torneo de 3ª División de la Federación Bahiense de Básquetbol, 1933. Juan Rodríguez, Manuel Pichel, Emilio Cintioli, Enrique Cintioli, Darío Cintioli e Higinio Cintioli (suplente) solo 30 segundos para finalizar el match y en circunstancia de encontrarse el tanteador en igualdad de condiciones otorgó dos tiros libres imaginarios y consecutivos a favor del equipo visitante […]”4 Finalizó diciendo que sólo al término del partido vio que Lorenzo Góngora y Aurelio Álvarez, protesorero y jugador del club respectivamente, profirieron algunas palabras obscenas contra el árbitro. Seguidamente el presidente del club designó al propio Rodríguez, junto a José Blas, para que investiguen el asunto y “presenten un informe aclarando quién o quiénes fueron los protagonistas del incidente para castigar a los mismos […]”5 Pocos días después, a la vez que la Asociación Bahiense notificaba oficialmente la suspensión provisoria de Altense y reclamaba la cantidad de $20 en compensación al señor Lunghi por la rotura de un pantalón producto de los incidentes registrados, Blas y Rodríguez dieron a conocer su informe de los hechos. Según averiguaron, el árbitro Lunghi fue agredido fuera de la cancha, en la esquina de Luiggi y Brown, a casi tres cuadras de las instalaciones del club6, por Lorenzo Góngora y Aurelio Álvarez. Se resolvió entonces separar a Góngora de la comisión directiva, expulsar a ambos como socios del club y notificar al respecto a la Asociación Bahiense de Básquetbol. No obstante, lejos de solucionarse las cosas, la situación de Altense empeoró, puesto que, en vista del informe de la comisión de penas y protestas, la Asociación Bahiense de Básquet-

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bol dictaminó su expulsión. La decisión causó sorpresa y malestar, ya que el club no había podido siquiera expresar su versión de los hechos y sólo el “falso informe”7 que presentara el referí Lunghi, sirvió para que se tomara tan extrema medida. De inmediato los dirigentes de Altense resolvieron llamar a asamblea extraordinaria a fin de apelar el fallo. Para ello se abocaron a conseguir el apoyo de los otros clubes afiliados, puesto que era necesaria la conformidad de un mínimo de siete entidades. Finalmente el día 1º de diciembre se realizó la asamblea, a la que asistieron 16 de los 20 clubes afiliados. La mayoría votó por el levantamiento de la expulsión, excepto los clubes Leandro N. Alem y Liniers. Un dato para destacar es que en aquella reunión el delegado del club Pacífico, Abel A. Bournaud, creó cargos contra el consejo directivo de la Asociación Bahiense de Básquetbol ya que “el mismo no solamente había tratado de buscar el ínfimo detalle para aplicar al club Altense la inmerecida pena de expulsión sino que también para llevar a cabo su premeditado propósito la entidad madre del básquetbol bahiense había realizado con anterioridad al despacho de la comisión de penas, una reunión extraordinaria y secreta a puertas cerradas y de la misma, que se trata de la primera de esta naturaleza que verificara hasta la fecha dicha entidad directris (sic,) surgió la aprobación unánime para expulsar al club Altense” a lo cual “ni el señor presidente ni el representante del consejo in-


tentaron siquiera contradecir las manifestaciones vertidas por el delegado del club Pacífico”8 Finalmente, por voto de la mayoría se resolvió levantar la pena de expulsión contra Altense y aplicar en cambio la pena de suspensión hasta que finalizara la temporada 1939, tanto al club como a los jugadores. Según la prensa local la pena impuesta a Altense seguía siendo demasiado dura, puesto qué, a la luz de los reglamentos no correspondía más que una amonestación9. Los dirigentes del club pensaban lo mismo, por lo que a fines de febrero de 1939 presentaron en la Asociación Bahiense un pedido de amnistía general. Lamentablemente sólo le fue concedida a los jugadores, no así al club y los dirigentes, que continuaron con la pena impuesta. Al respecto, la prensa local opinaba: “[…] la resolución inhibiendo a los jugadores la pena aplicada no es más que una maniobra de ciertos clubs, a fin de aprovechar a los mismos en sus respectivos cuadros, pues es sabido que estando el jugador sin pena es imposible negarle el pase. Extraña por tanto que lo único que se puede tomar a primera vista de beneficio de Altense dentro de todo lo que pudieron hacer, y que en verdad como deportistas estaban en la obligación de hacer, redunda en beneficio propio de quienes lo tomaron […]”10 Todo lo ocurrido llevó a que Altense se reincorporase a la práctica del básquet recién en la temporada 1940, tras cumplir un año de suspensión.

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La máquina se pone en marcha

La suspensión de Altense significó que se desarmara el equipo, puesto que los jugadores pidieron pase a otros clubes: Juan Rodríguez a Argentino, Julio Donatti a Barracas Central, Bartolomé Pons a Leandro N. Alem y Federico Merodio, Salvador Donatti y Miguel Pons a Estudiantes. Pero en 1943 varios decidieron volver, comenzando a rearmar el equipo. Por aquel tiempo, Miguel Pons se encontraba haciendo el servicio militar en Puerto Belgrano y allí, en la preparación de un torneo de la Semana Naval, conoció a un conscripto santafesino llamado Mario Marchesino, que si bien había jugado al básquet, era amante del tenis. Dada su elevada estatura Miguel Pons no dudó en invitarlo a jugar al club.Esa temporada lograron el tercer puesto (detrás de Pacífico y Sportivo Bahiense) y al año siguiente, en 1944, obtuvieron por primera vez el título de campeones del torneo bahiense de básquetbol. La “máquina de Altense”11 empezaba a hacer historia.

PARA ELLAS Y PARA EL

Siete veces campeones

En el torneo 1944, Miguel Pons y su hermano Bartolomé, junto a Osvaldo Ferretti, Armando Traini y Mario Marchesino conformaron un equipo prácticamente invencible, que también integraron Alberto Gutiérrez, Guillermo Alonso, Federico Merodio, Oscar Badiola, Carlos Hauría y Pedro García. De los 20 partidos disputados obtuvo 17 victorias y totalizó 936 tantos a favor y 540 en contra, lo que dio un promedio de 46,8 tantos a 27. Así lograron ganar, con comodidad, el torneo, terminando además con la seguidilla de quince campeonatos repartidos entre Pacífico, Estudiantes y Sportivo Bahiense. De yapa, Marchesino fue el claro goleador del torneo, con 419 puntos, seguido de lejos por De Pietro (de Pacífico) con 308 puntos.

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Campeones del Torneo de Primera, año 1944. Mario Marchesino, Armando Traini, Bartolomé Pons, Osvaldo Ferretti, Miguel Pons y Alberto Gutiérrez. La prensa bahiense reconocía con total franqueza la superioridad de Altense, destacando especialmente la figura de Marchesino: “Altense dejó establecido desde las primeras fechas la solidez de su juego[…] siendo el legítimo vencedor del torneo […] con una figura de perfiles nacionales en plena culminación-como lo es sin duda alguna Marchesino- […] Todos los juicios coinciden en destacar la actuación del correcto jugador santafesino que desde hace dos años milita en Altense y en cuyas filas ha acusado precisamente la evolución técnica que lo señalan como uno de los mejores basquetbolistas argentinos”12 En forma consecutiva, también lograron los campeonatos de 1945, 46, 47, 48, 49 y 50. En los últimos torneos se sumaron al equipo Raúl Sánchez, Héctor Traini, Raúl Giorgetti y José Correa, mientras que Osvaldo Ferretti, por razones personales con los directivos de Altense, no pudo estar en el último campeonato. Los éxitos deportivos no hicieron más que aumentar la rivalidad. En las canchas bahienses todo tipo de objetos eran arrojados desde las tribunas para amedrentarlos, y a pesar de que, como algunos dicen, debían jugar contra el equipo contrario, contra el público y contra los jueces, los albiverdes eran imparables. Miguel Pons corrobora: “Sí, sinceramente fue así, lu-

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chábamos contra todo. Llegamos a los 7 años, con un orgullo, que no lo ha hecho ningún equipo en toda la zona y creo que tampoco lo han hecho en Buenos Aires tampoco. Llegar a los 7 años, y con esa pujanza que teníamos nosotros, de ganar, y a la vez también tenían deseos de ganar los contrarios pero nosotros poníamos todo nuestro empeño para poder lograr traer siempre un triunfo para Punta Alta.”13

El “problema Altense”

Cuando el campeonato de 1950 estaba llegando al final y Altense se perfilaba campeón por séptimo año consecutivo comenzó a circular la versión de que algunos clubes de la Asociación Bahiense de Básquetbol se oponían a que el club puntaltense siguiera afiliado a dicha asociación. ¿Cuáles eran las razones esgrimidas? La primera era la necesidad de ajustarse a las disposiciones vigentes de la Federación de Básquetbol de la Provincia de Buenos Aires, que fijaba las jurisdicciones de cada asociación de acuerdo al mapa político de la provincia. En nuestro caso, con la creación del partido de Coronel Rosales (en 1945), y la existencia concreta de la Asociación Puntaltense de Básquetbol (desde 1940), le correspondía a Altense afiliarse a ésta última. Sin embargo estas disposiciones no eran imperativas y determi-


nantes, pues se contemplaban otros factores de índole deportiva, y en definitiva, cada asociación tenía la facultad de resolver las diferentes situaciones internas. El otro argumento se relaciona con el reglamento interno de la propia Asociación Bahiense. Erróneamente se ha creído que era la obligación de tener instalada la cancha dentro de un radio de 10 kilómetros de la Plaza Rivadavia, pero en realidad el artículo 2º de dicho reglamento determina la obligación de tener la sede social y el campo de deportes dentro del partido de Bahía Blanca. Con esta cláusula Altense aparentemente no tenía opción, aunque en el último párrafo el mismo artículo agrega: “Las disposiciones y obligaciones emergentes del presente artículo no alcanza carácter imperativo para con las entidades que actualmente gozan de afiliación, cualquiera fuera la categoría de ésta en la Asociación Bahiense de Básquetbol”14 Al respecto, la larga trayectoria del club Altense en el seno de la Asociación debía ser un amparo frente a cualquier intento de desafiliación invocando el artículo 2º. ¿Había otras razones para pretender la desafiliación de Altense? Ciertamente, los argumentos antes mencionados no lograron convencer a la parcialidad de Altense, incluyendo a dirigentes, deportistas e hinchas, que advertía que la exitosa campaña albiverde, y los sucesivos campeonatos obtenidos eran la verdadera y oculta razón, y que ciertos clubes buscaban denodadamente desvincular al club puntaltense de la Asociación para acrecentar la posibilidad cierta de salir campeones. A pesar de la subjetividad del caso, la idea no parece descabellada. De hecho, veinte años después el propio Abel A. Bournaud, periodista deportivo y presidente de la Asociación Bahiense de Básquetbol en tiempos de la discutida desafiliación de Altense, lo reconoció en su libro: “¿Eran esos los únicos motivos que impulsaban a los clubes bahienses? Yo creo que no. Creo, también, que había otros y que tenían estrecha relación con la victoriosa campaña del club de Punta Alta, que hasta ese momento nadie había podido frenar.”15

Marchas y contramarchas

Si bien “el problema Altense” era un rumor que sonaba cada vez más fuerte en el ambiente basquetbolístico, se hizo real el 24 de abril de 1951, cuando la Asociación Bahiense de Básquetbol convocó a una asamblea extraordinaria para tratar exclusivamente la situación del club puntaltense. En aquella oportunidad, sometida a votación, por 8 votos contra 6 (y 3 abstenciones) se consideró reglamentaria la afiliación de Altense. Una semana después, los clubes Napostá, Bahiense Juniors, San Lorenzo del Sud, Deportivo Norte, Velocidad y Resistencia, Leandro N. Alem, Sportivo Bahiense y Juventud Unida, que en la asamblea habían votado en contra de Altense, solicitaron al consejo de la Asociación Bahiense que se giraran las actuaciones a la Asociación Regional del Sud, a la vez que promovieron una nueva asamblea extraordinaria, convocada para el día 13 de julio. En aquella reunión se presentó a consideración un proyecto elaborado por el consejo directivo de la Asociación Bahiense que proponía modificar el artículo 2º del Reglamento Interno, que, recordemos, obligaba a los clubes a tener la sede social y la cancha en el partido de Bahía Blanca. Se pretendía pre-

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cisamente suprimir, “por resultar inoperante e innecesario, el párrafo que dice así: las disposiciones y obligaciones emergentes del presente artículo no alcanzan carácter imperativo para con las entidades que actualmente gozan de afiliación, cualquiera fuera la categoría de estas, en la Asociación Bahiense de Básquetbol”16. De esta manera, modificando el reglamento y suprimiendo dentro de él la parte dispositiva que contemplaba su permanencia, por el sólo hecho de no tener su sede social en el distrito de Bahía Blanca, se lo obligaba a Altense a desvincularse de la Asociación Bahiense de Básquetbol para pasar a formar parte de la Puntaltense. La medida fue sometida a votación por parte de los delegados de cada club y fue rechazada. Aclaremos que como se trataba de una reforma reglamentaria, para ser aprobada era necesario lograr los dos tercios de los votos y en dicha asamblea, de un total de diecisiete delegados, once votaron a favor del proyecto y seis en contra. Quedó entonces ratificada, por segunda vez, la afiliación reglamentaria de Altense. Sin embargo, dos semanas después, más precisamente el 30 de julio, los clubes antes mencionados, que ya para ese entonces se perfilaban como el “bloque mayoritario” promovieron una tercera asamblea extraordinaria para considerar la cancelación de la afiliación de Altense, algo que a los ojos de la parcialidad alviberde parecía no sólo “un tácito alzamiento a esas dos decisiones soberanas, sino también un pertinaz e incomprensible encono”17 Estando presentes diecinueve delegados, el representante del club Napostá mocionó por que se cancelara definitivamente la afiliación de Altense por considerarla antirreglamentaria pero a la vez se le concediera la franquicia de continuar jugando hasta tanto finalizara el torneo de 1951, bajo la condición de que los demás clubes decidieran la concurrencia o no a las instalaciones del club Altense en los partidos en que figurara como local, en cuyo caso se designaría otra cancha neutral en Bahía Blanca. Como la moción se trataba de una interpretación del Reglamento Interno o una medida cuyo objetivo era supuestamente poner fin a una situación antirreglamentaria el delegado de Altense sostuvo que la aprobación requería el voto de los dos tercios de los delegados. Sin embargo desde el “bloque” se mocionó para que la decisión de la asamblea fuera por mayoría simple. Sometida a votación, por diez votos contra nueve triunfó la moción del “bloque” y, ya conseguido el procedimiento de votación, se sometió a votación la moción

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de desafiliar a Altense, obteniendo diez votos contra nueve. Altense apeló de inmediato ante la Asociación Regional del Sud, cuyo consejo se expidió dos meses después, avalando el reclamo y considerando carente de validez la resolución de la asamblea extraordinaria del 30 de julio por no haber sido aprobada por los dos tercios de los votos, que el organismo consideraba necesarios para proceder a la desafiliación de un club. La Asociación Bahiense dispuso no acatar la resolución de la Asociación Regional. De esta manera a Altense, ya desafiliado de la Asociación, y de acuerdo a lo resuelto en la última asamblea, sólo se le permitió concluir el campeonato de 1951, cuyo torneo de primera división comenzó el 26 de noviembre. En el primer partido Altense jugó como visitante en la cancha de Sportivo Bahiense al que superó por 43 a 41 y para el segundo partido, en el cual debía jugar como local, la Asociación Bahiense le comunicó que debía elegir un campo de juego neutral, en Bahía Blanca. Altense se negó, en virtud de la resolución de la Asociación Regional, no acatada por Bahía Blanca. Esto desembocó en que, en una cuarta asamblea extraordinaria, la Asociación decidiese la suspensión del club. El ambiente basquetbolístico llegó a un punto crítico que parecía no tener retorno y como si fuese poco, incluso llegó a correr el rumor en la calle de que, con el apoyo de algunos clubes bahienses y de las Fuerzas Armadas, se estaba gestionando la intervención de la Asociación Bahiense. Finalmente la Federación de Básquetbol de la Provincia dispuso, que Altense debía afiliarse a la Asociación Rosaleña de Básquetbol, cerrando así uno de los episodios más conflictivos de la trayectoria institucional de la Asociación Bahiense.

Tres campeonatos más y la revancha

La controvertida y acaso injusta desafiliación de Altense significó el fin de la mayor proeza deportiva en la historia del básquet bahiense: siete campeonatos consecutivos. Miguel Pons recuerda: “Una lástima fue la expulsión que nos hicieron por cuanto nosotros no merecíamos que nos hicieran una cosa como esa.[…] Porque creo que si eso no hubiera ocurrido podríamos haber llegado a los 10 años consecutivos, porque teníamos un equipo muy bueno, éramos muy compañeros, y nadie tenía nada contra otro, y así luchando llegamos a los 7 pero podríamos haber llegado a los 10, como ya lo he dicho.”18 Ya afiliado a la Asociación Puntaltense de


Melón firmado por los jugadores del seleccionado puntaltense, que ganó el 6º Campeonato Regional ante Bahía Blanca, disputado en Tres Arroyos en 1953. Básquetbol el club albiverde continuó cosechando victorias, ganando los torneos de 1952, 1953 y 195419 y completando así, una década de triunfos. Además con su incorporación contribuyó a dar mayor impulso al básquet local. “En básquetbol con la incorporación de Altense a nuestra liga, luego de un bochornoso pleito contra nuestro deporte, hemos salido ganando, pues muchos creían que el básquet perdería interés por la supuesta superioridad del Campeón, pero no ha sido así, los hechos se han encargado de demostrarlo, los modestos equipos nuestros se superaron, elevaron el rendimiento de su juego y le jugaron de igual a igual […] todo ello nos demuestra que estamos pasando por una época de oro de nuestro deporte […]”20 podía leerse en el periódico deportivo local Sucesos. Pero como es de suponer, las cosas habían quedado ríspidas con la Asociación Bahiense de Básquetbol y el torneo regional, disputado en 1953, fue la oportunidad de los hombres de Altense para tomarse revancha. En efecto, el 21 y 22 de marzo de 1953 se desarrolló en Tres Arroyos el 6º Torneo Regional de Básquetbol con la participación de Pigüé, Coronel Pringles, Puan, Bahía Blanca, Punta Alta y el anfitrión. Nuestro seleccionado estaba integrado en su gran mayoría por jugadores del club Altense: Mario Marchesino (capitán), Osvaldo Ferretti, Miguel y Bartolomé Pons, Oscar Badiola, Armando y Héctor Traini, Enrique Giorgetti, José “Titi” Correa, Julio Donati y Alberto Cintioli, al que se sumó Julián Serra, del club Espora. Para orgullo de todos

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los puntaltenses llegaron a la final, enfrentándose ni más ni menos que con Bahía Blanca. Era la primera vez que lo hacían luego de la conflictiva desafiliación, lo que le dio, sin dudas, un condimento muy especial. Por 37 a 27 Punta Alta se consagró campeón, en una histórica jornada que sería recordada no sólo por el triunfo obtenido sino por los incidentes que se produjeron y que tuvieron a Miguel Pons como protagonista principal.

El melonazo

Al finalizar el partido, y en medio de los festejos de los jugadores e hinchas puntaltenses por el triunfo logrado sobre el seleccionado bahiense, Miguel Pons arrojó un melón al palco donde se había realizado la transmisión radial. La cosa pasó a mayores puesto que días después, en una asamblea extraordinaria convocada por el Consejo Directivo de la Asociación Bahiense se decidió, por 9 votos contra 1, romper relaciones deportivas con la Asociación de Punta Alta. Pero, ¿qué pasó verdaderamente? Las declaraciones de José Álvarez del Río, director técnico del seleccionado puntaltense, ante el Tribunal de Penas de la Asociación Regional de Básquetbol, resultan bastante clarificadoras21. Según sus dichos, durante los entrenamientos semanales anteriores al torneo regional, se trató de realizar algunas jugadas tácticas, que en un principio resultaban dificultosas. Cuando un jugador malograba la jugada y perdía la pelota, el entrenador tenía la vieja costumbre de decirle “melón” o “melonazo”. Esto, sumado a la prematura calvicie

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Campeón Torneo Apertura de Primera, año 1946. Mario Marchesino, Armando Traini, Bartolomé Pons, Osvaldo Ferretti, Miguel Pons y Salvador Donatti. que presentaban varios de los jugadores llevó a que se incorporara un melón como símbolo del equipo, el cual a su vez, recibió el mote de “los melones”. Por ello el propio Miguel Pons antes de viajar a Tres Arroyos adquirió un melón, y durante el viaje, le inscribieron sobre la cáscara los nombres o apodos de los jugadores y de algunos dirigentes. La idea inicial era reemplazar el tradicional gajo de limón durante los partidos, pero luego se desistió ante la posibilidad que fuera perjudicial para el estado físico de los jugadores. Entonces resolvieron comerlo a la finalización del último partido que les tocase disputar, que de hecho fue la final del torneo, ante el seleccionado de Bahía Blanca. Pero la alegría del triunfo hizo que olvidaran el melón en el palco de los controles, mientras los jugadores se retiraron al vestuario a festejar la victoria obtenida. Sólo el entrenador José Álvarez del Río advirtió el olvido y regresó a buscarlo. Ya cuando se dirigía al vestuario los jugadores salían a la cancha nuevamente para dar la vuelta olímpica, momento en el cual Miguel Pons le pidió el melón “para regalárselo a alguien como recuerdo de los viejos”, según sus propias palabras. Rodeado de un centenar de personas que pugnaban por llevarlo en andas, Pons se dirigió cerca del palco donde se hallaba la emisora radial transmitiendo el partido realizado. “Tomen este melón de recuerdo para que no sigan macaneando por la radio” exclamó, mientras arrojó el melón al palco. El destinatario del mensaje era el periodista de LU3, y presidente de la Asociación Bahiense de Basquet, Pablo Serrat. Miguel Pons explicó en una oportunidad el porqué de su reacción: “Por una de esas corazonadas que uno tiene de deportista, de sentir

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que viene el público y le dice una cosa, de que han transmitido mal el partido, lo estaban tergiversando, es decir que nosotros íbamos ganando por ejemplo por 20 puntos y por la radio decían que nos estaban apabullando y nosotros ganando por 20 puntos a nosotros no nos podían alcanzar nunca, porque nosotros tratábamos de sacar ventaja y después de lograr esa ventaja aunque ellos nos metieran un doble nosotros tratábamos de meter otro, entonces íbamos doble a doble pero la diferencia siempre era la misma entonces no podían lograr nunca el triunfo. Y eso resultó que llegado el momento al pasar por debajo del palco donde él estaba transmitiendo, que el ya se había ido de ahí, pero él estaba transmitiendo y yo arrojé un melón […]” En la Asociación Bahiense de Básquetbol no estuvieron dispuestos a dejar diluir el hecho, por lo que resolvieron romper relaciones con la Asociación de Básquetbol de Punta Alta. Sostenían que los “los incidentes desarrollados” habían sido “premeditados” y se habían producido “con la complacencia de la dirigencia de la delegación puntaltense”22. Por ello levantaron cargos contra el secretario general Rubén Bugallo, el presidente de la Asociación Puntaltense Alfredo Leoni y toda la afición basquetbolística de nuestra ciudad. Respecto del autor del melonazo, de acuerdo a lo determinado por el Tribunal de Penas, fue suspendido por 90 partidos, los cuales fueron computados en tiempo récord, gracias al apoyo de varios clubes de Punta Alta y Bahía Blanca, que organizaron campeonatos cortos en los que participaba Altense. ¿Y qué pasó con el melón? podrán preguntarse. En el tumulto y la confusión del momento finalmente quedó en manos de uno de los


jugadores de Tres Arroyos, quien lo colocó en la vidriera de su casa de fotografía y lo expuso hasta que acabó por secarse. Una fotografía ha llegado a nuestros días, una imagen que sintetiza, tal vez, a ese genial equipo que hizo historia y perdurará por siempre en lo más alto del básquet local.

El básquet, deporte popular puntaltense

En este artículo se ha rescatado parte de la historia gloriosa del básquet puntaltense y de un equipo recordado. Fueron en esos años cuando se sentaron las bases para que este deporte se conviertiera en uno de los más populares de nuestra ciudad y sirvió de inspiración para todos los clubes puntaltenses en el logro de nuevos triunfos deportivos. Una vez más vemos que a lo largo de nuestra historia el deporte es una herramienta de integración y de identidad para todos aquellos que habitamos Punta Alta.

Ateneo vs Altense. Pueden observarse en la camiseta de Altense las estrellas que representan los 7 campeonatos ganados en forma consecutiva. Notas 1 La Nueva Comuna, 14 de octubre de 1930. 2 La Mañana, en La Nueva Comuna, 4 de noviembre de 1930. 3 La Nueva Comuna, 4 de enero de 1938. 4 Libro de Actas del Club Ciclista Recreativo Altense (CCRA), acta del 12 de septiembre de 1938, folio 77. 5 Idem 6 En aquel entonces la cancha de Altense estaba ubicada en calle Espora al 700. 7 Libro de actas del CCRA, acta del 1 de diciembre de 1938, folio 98. 8 Idem, folio 99. 9 La Nueva Comuna, 28 de febrero de 1939. 10 Idem, 7 de marzo de 1939. 11 Entrevista a Osvaldo Ferretti, 9 de octubre de 2006. El apelativo fue impuesto imitando a la famosa máquina de River Plate, que en esos años también ganó varios campeonatos, por lo que fue considerado por la prensa especializada como el mejor equipo de su era. 12 La Nueva Provincia, febrero de 1945. 13 Entrevista a Miguel Pons, noviembre de 1992. 14 Bournaud, Abel A., “Bahía Blanca capital del básquetbol argentino”. Bahía Blanca, 1972, p. 82 15 Idem, p. 81. 16 Carta del presidente del CCRA Sr. Pablo Álvarez al presidente de la Asociación Regional de Básquetbol del Sud, 2 de agosto de 1951. 17 Idem. 18 Entrevista a Miguel Pons, noviembre de 1992.

19 El torneo de primera de la Asociación Puntaltense se había empezado a jugar en 1946 y hasta la llegada de Altense se lo había adjudicado de manera consecutiva el club Espora. 20 Sucesos, 18 de octubre de 1952. 21 Declaración del Sr José Álvarez del Río al Honorable Tribunal Disciplinario, 26 de abril de 1953. 22 Sucesos, 11 de noviembre de 1 Fuentes: -Carta del presidente del CCRA Sr. Pablo Álvarez al presidente de la Asociación Regional de Básquetbol del Sud, 2 de agosto de 1951. -Carta del presidente del CCRA Sr Pablo Álvarez al presidente de la Asociación Bahiense de Básquetbol, 6 de agosto de 1951. -Declaración del Sr José Álvarez del Río al Honorable Tribunal Disciplinario, 26 de abril de 1953. -Libros de Actas del CCRA, 1923 a 1951. -Periódico La Nueva Comuna, 1930 a 1938. -La Nueva Provincia, febrero de 1945. -Periódico Sucesos, 1953. -El Rosaleño, agosto de 2003. -Periódico Índice del Sur, 6 de agosto de 1996 y 17 de julio de 1996. -Bournaud, Abel A., “Bahía Blanca capital del básquetbol argentino”. Bahía Blanca, 1972. -Entrevista a Miguel Pons, noviembre de 1992. -Seibane, Roberto Oscar, Una base de datos que todos pueden enriquecer, en www.lanueva.com/nuestrobasquet

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Apostillas La alegría de salir campeones en el torneo regional de Tres Arroyos se hizo canción: Súbete al melonero Bahía está muy triste, pues no nos pudo ganar los muchachos de Rosales los volvimos a golear.

Mario Marchesino

Fue el mejor basquetbolista de los años 40 y hasta mediados de la década del 60 cuando se alejó de la práctica deportiva. Su capacidad llegó a desbordar las fronteras locales y le permitió integrar en varias oportunidades la representación bahiense, bonaerense y nacional. Nació en Rafaela, provincia de Santa Fe, el 13 de diciembre de 1922 y llegó a Punta Alta para cumplir con el Servicio Militar en Puerto Belgrano en 1943. Allí conoció a Miguel Pons, quien lo invitó a jugar en Altense. Vistiendo la camiseta albiverde logró diez campeonatos consecutivos (siete en la liga bahiense y tres en la puntaltense). Dicho por sus propios compañeros Marchesino fue el crack de todos los tiempos, además de ser una persona excepcional. Integró en varias oportunidades el seleccionado bahiense y también fue el capitán del equipo representativo de la provincia de Buenos Aires, consagrándose campeones de la copa “Braceras Haedo”. En 1945 formó parte del seleccionado argentino que intervino en el campeonato sudamericano celebrado en Guayaquil, siendo el capitán y uno de los hombres claves del equipo. Tres años más tarde debió participar en el campeonato olímpico realizado en Londres pero se lo excluyó sin justificación alguna. En 1950, Mario fue invitado a practicar con la Selección argentina que finalmente se consagró campeón del mundo en el Luna Park, pero el crack puntaltense no concurrió por razones laborales. Aquí en Punta Alta formó su familia, al contraer matrimonio con la señora Haidee Gutiérrez, con quien tuvo un hijo, Daniel. Falleció el 27 de septiembre de 2001 a los 78 años. En junio de 2012 la ordenanza 3354 fijó el nombre “Pasaje Don Mario Marchesino” a una calle interna del Parque San Martín. Así se cumplió con un merecido reconocimiento al gran deportista que llevó el básquet local a lo más alto. Récords de Mario Marchesino Año

Récords

Puntos

1944

Goleador torneo

419

1945

Mejor registro individual desde 1929

47 en un partido

1947

Goleador torneo

261

12

Punta Alta viene contento, ha ganado el Regional lo ha ganado con altura, corazón y calidad. Marchesino está contento, porque es el capitán Capitán de los melones, campeones del Regional. Don Alfredo está que salta, de pura felicidad por algo es el presidente del Campeón del Regional (por Alfredo Leoni, presidente de la Asoc. de Básquetbol Punta Alta) Miguelito dio las hurras, loco de felicidad, Le regaló un meloncito al comentador radial. (por Miguel Pons) Ferretti no está más triste, ahora se pone a cantar no le importa la melena, es campión del Regional. El “Coco” se ríe con ganas, se ríe y no puede más se cansó de meter goles, en el torneo Regional (por Héctor Traini) “Manija” corrió en la cancha hasta que no daba más, y les llenó la canasta a los pibes de Serrat. (por Oscar Badiola) El “Titi” se dio el gustazo de jugar en el Campeón nos trajimos una copa, les dejamos un melón. (por José Correa) El “Flaco” no es más “Linyera”, ahora está hecho un bacán es el rey de los melones, campeones del Regional. (por Armando Traini) El Chiche está contento, es del cuadro del melón que paseó en Tres Arroyos el título de campeón. (por Alberto Cintioli) El “Quique” se puso alegre, al ganar el Regional le ganamos a Bahía, sin la radio de Serrat. (por Enrique Giorgetti) Donati jugó con ganas, en el torneo Regional, a Bahía con “Aguja” los volvimos a pinchar. (por Julio Donati) El “Colorado” y Serra tuvieron que balconear pero también son campeones, campeones del Regional. (por Bartolomé Pons y Julián Serra) […]


Los siete campeonatos en números Campeonato

1944

1945

1946*

1947

1948

1949*

1950

Fecha

20/8/1944 23/2/1945

1/9/1945 7/3/1946

29/10/1946 11/3/1947

12/10/1947 3/2/1948

19/9/1948 28/1/1949

11/9/1949 24/2/1950

24/10/1950 21/3/1951

Cantidad de partidos

20

14

18

18

20

20

20

Partidos ganados

17

13

18

17

19

20

17

Puntos a favor

936

749

813

803

895

883

798

Puntos en contra

540

479

458

447

510

497

582

Detalle de los siete campeonatos (*) Campeón invicto. Durante estos siete años Altense jugó 131 partidos, ganó 122, perdió 9. Acumuló 4871 puntos a favor y 2513 en contra, con un promedio general de 37,19 % puntos a favor. (Fuente: datos suministrados por Norberto Sella e ing. Roberto Seibane) Agradecimientos: A las autoridades del Club Altense por el acceso a la documentación institucional. Al Ing. Roberto Seibanes de la Asociación Bahiense de Básquet , por su desinteresada colaboración al compartir su valioso trabajo de la historia regional del Básquet. Haydeé Gutiérrez de Marchesino. Familia Pons. Familia Ferretti. Oscar Ferretti. Y el asesoramiento permanente de Norberto “Pichi” Sella.

ESTUDIO INTEGRAL TEL. 02932-427968 · BROWN 67

Julio Amaya ABOGADO

Sebastián Amaya ABOGADO

Germán Amaya

INGENIERO ELECTRÓNICO 10

Guatavo Aranda ARQUITECTO

Carolina Lascano LIC. PSICOLOGÍA

Ana Marcos

TRADUCTORA P. DE INGLÉS

Juliana Tomassini CONTADORA PÚBLICA 13


El señor Miguel Pons fue un destacado deportista, militar y comerciante. Falleció el 10 de julio 2.de 2007 a los 84 años. Esta entrevista fue realizada por el periodista Norberto “Pichi” Sella en noviembre de 1992.

Miguel Pons

Y (fue) después de la suspensión que tuvo el Club Altense, que muchos jugadores nos fuimos a jugar a Bahía Blanca. Fueron dos años de suspensión que le dieron. Entonces nos reunimos, yo estaba haciendo Servicio Militar, Mario también estaba haciendo el Servicio, Lauría también estaba con nosotros en el Servicio Militar. Y bueno, decidimos todos los jugadores que nos habíamos ido del club cuando tuvimos esa suspensión y éramos varios. Mi hermano estaba en el Club Alem, Merodio, Donatti y yo estábamos en el Club Estudiantes. Siempre hablo de Bahía Blanca, ahora. Julio Donatti estaba en el Club Barracas Central. Juan Rodríguez había ido al Club Argentino. Entonces en el ´43 decidimos volver a Punta Alta y formar el Club Altense nuevamente, y fue así que en el ´43 salimos terceros y luego en el ´44 conseguimos la primer victoria. Que es ésta que estamos festejando esta noche. La anécdota del melón, bueno, aquello fue un… estábamos en el vestuario. Había terminado el partido ya, ¿no? O sea que habíamos ganado nosotros el campeonato. Era un regional que

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se jugaba en Tres Arroyos. Y estaba Badiola con un melón que habíamos llevado de acá de Punta Alta, lo tenía en la mano. Entonces cuando vino el presidente del club de Tres Arroyos y nos dijo que teníamos que salir al campo de deporte, para dar la vuelta olímpica y recibir los premios, no tuve mejor oportunidad que cuando salía del vestuario, lo vi a Badiola que estaba con el melón en la mano. Pero el melón lo había comprado yo acá en la plaza de Punta Alta. Era para comerlo durante el viaje, pero resulta que lo firmamos todos al melón y no lo comimos. Quedó de recuerdo. La mascota era. Entonces cuando pasaba yo corriendo debajo del palco oficial y estaba Pablo de Serrat, agarré le tiré el melón a él como para que se lo quedara de recuerdo. Y él se creyó que se lo tiraba a él para lastimarlo. En realidad el melón ese fue la mascota nuestra. Y yo a Pablo de Serrat, nunca le he tenido rencor en nada, así que no puedo explicarme como él tomó esa actitud, para que me suspendieran. Porque en esa oportunidad me suspendieron por noventa partidos. Había muchos clubes de Bahía Blanca que estaban a favor nuestro. Hicieron unos campeonatos relámpago que duraban treinta minutos. Eran quince un tiempo y quince el otro. Pero, al jugar el partido se complicaba. Entonces yo más o menos calculo que en tres meses había cumplido los noventa partidos. Porque todos los clubes de aquí de Punta Alta, Solier, Sportivo Punta Alta, Pellegrini, Los Andes, Rosario, los Boy Scouts, hacían campeonatos relámpago, entonces ahí se computaba el partido. Y así logré los noventa partidos cumplirlos en tres meses calculo… […] logramos hacerlo y así hoy, estamos festejando un primer campeonato que, es un orgullo para nosotros, porque ha pasado tanto tiempo… y aquí nos hemos reunido todos, que muchas veces estamos en el mismo pueblo, pero nunca podemos conversar y reunirnos como nosotros queremos. Así que yo les agradezco, amigo Sella, que me haya entrevistado para saludar a todos los oyentes y a todos amigos que tenemos acá, deportistas de Punta Alta.


El señor Osvaldo Ferretti, fue un destacado deportista, comerciante, sindicalista y político de nuestra ciudad. Falleció el 22 de octubre de 2011 a los 85 años de edad. La presente entrevista fue realizada por Guillermo Bertinat el 9 de octubre de 2006.

Osvaldo Ferretti

Yo integré el equipo famoso de Altense. Yo empecé a jugar al básquet en los Boy Scouts. Después pasé a jugar en la quinta de Altense. Y ya en 1943, a pesar de que todavía recién empezaba y lo que yo practicaba de básquet era muy amateur, integré la primera división de Altense. Cuando llegó a Punta Alta Marchesino. Y ese año hicimos una buena campañita a pesar del equipo que teníamos, porque éramos bastante “rejuntaditos”. […] En 1944 viene a formar parte del equipo Miguel Pons. En ese año formamos el equipo con Armando Traini, Miguel Pons, Marchesino, con el hermano de Pons, Bartolomé y yo y Gutiérrez que era el cuñado de Marchesino. Ahí se integra la famosa “Máquina de Altense” . Y ese año por primera vez ganamos el Campeonato de la Asociación Bahiense de Básquetbol. ´44… ´45… ´46… ´47… ´48…. Y 49, pero yo paro en el ´50. Porque nosotros teníamos nuestras pretensiones. No por plata, porque nosotros nos pagábamos todo, lo único

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que no nos pagábamos era la camiseta, que la pagaba el Club. El básquet fue una tradición de jugar, por el hecho de que nosotros lo hacíamos con toda predisposición y con toda alegría. En el ´49 yo tuve un altercado con la Comisión, porque no teníamos ni agua caliente para bañarnos. Entonces yo tiraba la bronca… yo, Pons. Y por distintas razones me peleé y me fui a Bahiense Juniors en el ‘50. Estuve en el ´50 y ´51 en ese equipo. Y en el ´50 a Altense lo echan de Bahía Blanca porque tiene que venirse a jugar a Punta Alta. En el año ´51, con Bahiense Juniors salimos campeones de Bahía Blanca. […] En aquél entonces había un regional. Entonces el combinado de Punta Alta, teníamos que enfrentar a Bahía Blanca. Punta Alta era un bastión. Y el primer Campeonato Regional que se jugó fue en Tres Arroyos. Y le ganamos nosotros. Después suspendieron a Miguelito Pons y no me acordaba y ahora me acuerdo: Cuando jugamos en Tres Arroyos, entre las cosas que nos entretenían, compró un melón. Lo llevó. Y resulta que en lugar de comerlo, lo puso de mascota. Ese melón iba y venía. ¿Qué ocurre? Cuando se juega la final, íbamos ganando nosotros por más de 10 puntos, la final. Miguelito Pons encuentra el melón que lo tenía el Flaco Páez, lo agarra y era en una cancha que tenía un borde de palcos. Y se pone debajo de donde estaba transmitiendo Serrat y de debajo de la cancha – nosotros ya estábamos festejando- y le dice a Serrat “¡Tomá melonazo! ¡Acá te mandamos el melón que trajimos de mascota!” y se lo tiró. Pero no le pegó ni nada. Pegó en la baranda y cayó al suelo, se rompió. Ese melón, lo sacaron y lo pusieron en un comercio de Tres Arroyos, en una vidriera “Éste es el melón que los jugadores de Coronel Rosales le tiraron al Presidente de la Asociación Bahiense de Básquet.” Pero no lo tocó ni nada. Pero fue como un agravio. Y le metieron la suspensión.

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Reserva Natural de la Defensa Baterías – Charles Darwin Nos es grato anunciar la creación, en septiembre próximo pasado, de la Reserva Natural de la Defensa Baterías – Charles Darwin. La Reserva se ubica en una fracción de terreno de la Base Naval Puerto Belgrano, en tierras asignadas en uso y administración a la Armada Argentina, en el Partido de Coronel Rosales, provincia de Buenos Aires. El área constituye un significativo sitio para la conservación de recursos paleontológicos, arqueológicos, históricos y culturales, que abarca una fracción de la barranca y de playa. Se trata de un sector con un tipo de vegetación que cuenta con el menor nivel de protección en el mundo. Así también, en la reserva viven tres especies amenazadas a nivel mundial; el albatros ceja negra, el flamenco austral y la gaviota cangrejera. Además, posee una gran variedad de flora y aves de gran importancia para la conservación. A nivel histórico, cultural y paleontológico, se trata de una región de gran relevancia gracias a que, entre los años 1832 y 1833, en el denominado Sitio Farola Monte Hermoso, ubicado en la zona de playa y barranca, estuvo el naturalista inglés Charles Darwin realizando importantes descubrimientos que lo llevaron a proponer la teoría evolutiva. También es el lugar de emplazamiento del primer faro terrestre de la costa atlántica argentina.

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