COMPOSTELA
Año 2019
ACOGER AL PEREGRINO O LA HOSPITALIDAD SIEMPRE ACTUAL Segundo L. Pérez López Deán-Presidente del Cabildo de la S.A.M.I. Catedral de Santiago
E
n toda peregrinación, nos dice el papa Francisco, se viven muchas experiencias: entusiasmo por llegar a la meta, alegría, cansancio, esperanza, incertidumbre, sacrificio, duda, dolor… pero sin duda uno de los aspectos más gratificantes es el encuentro y la hospitalidad como verdad que llega a lo más hondo de la personalidad humana. Se requiere voluntad y esfuerzo para realizarla. Además es una experiencia de misericordia, de compartir y de solidaridad con quien hace el mismo camino, como también de acogida y generosidad por parte de quien hospeda y asiste a los peregrinos1. La experiencia de la peregrinación es vista por el Papa como un gran símbolo de la vida humana y
cristiana. Cada uno de nosotros puede ser «errante» o «peregrino». El tiempo en que vivimos contempla a muchas personas «errantes», porque carecen de un ideal de vida y a menudo son incapaces de dar sentido a los sucesos del mundo, y la hospitalidad es símbolo de que no estamos solos sino que siempre hay casa y hogar para nosotros. Con el signo de la hospitalidad mostramos la voluntad de no ser «errantes». Nuestro camino está en la historia, en un mundo en el que los confines se amplían cada vez más, caen muchas barreras y nuestros caminos están unidos de modo cada vez más próximo al de los demás2. Afirma Francisco que en la peregrinación podemos encontrar a Dios viviendo una vida espiritual intensa que se hace concreta en los momentos fuertes de oración y en la vivencia de su presencia en nuestra vida cotidiana; así, toda situación, ya sea de dolor o de alegría, cobra sentido cuando vamos descubriendo qué nos quiere decir Él, en ellas. La peregrinación es “una experiencia de misericordia, de compartir y de solidaridad con quien hace el mismo camino, como también de acogida y generosidad por parte de quien hospeda y asiste a los peregrinos”. En el siglo XIV, en el libro sobre la vida de Cristo del teólogo bizantino Nicolás Kabasilas, encontramos una definición preciosa, si cabe la expresión, acerca del verdadero deseo nostálgico del ser humano hacia ese “algo” que la sociedad tecnológica ha dejado vacío: “Hombres que llevan en sí un deseo tan poderoso que supera su naturaleza y que desean y braman por más de lo que al hombre le conviene aspirar. Estos hombres han sido alcanzados por el mismo esposo: Él mismo ha enviado a sus ojos un rayo ardiente de su belleza. La profundidad de la herida revela ya cuál es el dardo, y la intensidad del deseo deja entrever Quién ha lanzado la flecha”3.
FRANCISCO, Homilía de la primera Misa celebrada como Obispo de Roma, 15 de marzo de 2013; FRANCISCO, Mensaje a las Academias Pontificias con motivo de la Asamblea Plenaria “Ad Limina Petri”, 11 de noviembre de 2015. 2 FRANCISCO, Discurso a los participantes en la peregrinación de la orden ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, 13 de septiembre de 2013. 3 N. KABASILAS, en “La Belleza es Bondad”. Mensaje del Cardenal Ratzinger para el meeting sobre el lema “El sentimiento de las cosas, la contemplación de la belleza”. 1
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