Folletín de Poesía 3

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folle tín de poe sía Nº3

Junio 2008

Ultimas noticias anuncian el arribo de los invisibles en masa. (año 1939)


El tiempo en la cama (ítalo Acevedo) Todas las mañanas se levanta a las cinco con treinta de la mañana. Besa a su mujer y se mete a la ducha. Sale quince minutos después y prepara su desayuno. Mientras, lee el periódico. Entra a su habitación para terminar de vestirse y peinarse. Besa nuevamente a su mujer y sale hacia su trabajo. En cuanto él sale de casa ella se levanta. No se baña ni se viste. Prende un cigarro y comienza a pasear por la casa. Entra en la cocina y mira la mesa. Hay una taza para ella lista para servir. Se rasca la cabeza y sigue de largo, hacia una sala que está al fondo de la casa. Allí hay papeles por todos lados junto con sus pinturas. Se detiene en la entrada de la puerta mientras fuma y observa. Él llega a su trabajo a las seis con treinta. Se sienta en su escritorio y observa durante cinco minutos la foto de su mujer que tiene junto al computador. La ama. A veces desea poder pasar más tiempo junto a ella, poder apreciar mejor las sus pinturas. Pasados los cinco minutos, deja la foto a un lado, comienza a trabajar y no piensa más en ella durante todo el día. Elige un par de pinceles y comienza a pintar. Son líneas, trazos plasmados casi al azar. Anoche no pudo dormir. Pasaba su mano por sobre el hombro de su esposo dormido. Con la punta del pincel apenas toca la tela, y siente como él se estremece sin despertar. Se acerca a él suavemente y comienza a respirar en su cuello, en su oído, sintiendo cómo la tela absorbe cada gota de pintura mientras se expande por ella. Cada vez los trazos se van volviendo más gruesos, con más fuerza, y ella sabe que si se acerca un poco a su oído y comienza a susurrar con un leve jadeo su nombre lo despertará; y la tomará con fuerza mientras la pintura desborda por los márgenes. Lo abraza con sus piernas y se aferra a él. Los colores revuelan en su cabeza, y la cama ya no es suficiente para encerrar su pintura.


Comienza a salir de su trabajo y siente que ella habla en su oído. Semidormido toma su rostro y la besa. Presiona su cuerpo contra el de ella mientras sujeta su pierna. Recorre su brazo, hasta llegar a su hombro; allí se detiene y baja del auto en el lugar en donde siempre compra los mismos chocolates para su mujer. Al llegar verá la pintura en la cual está trabajando su mujer. Le dirá que son imágenes íntimas, llenas de trazos cadenciosos, y ella se limitará a separar los labios, inhalando suavemente, como queriendo atraparlo con sólo un suspiro. Ella sabe que basta sólo con gemir su nombre en su oído para que despierte y la ame. Sonó la alarma y ella cerró los ojos, dejando caer el pincel.


ALBERGUE (Juan Santander) Al comenzar en el arroyo breve y de vez en cuando lo hermoso y tanto fuerte oscuro fuego y los pies torpes sobre olores fatigados y de abriles dejados somos el invierno. Que el mar entre sediento y gallardo en lo desnudo en lo que apenas nos hace crujir en lo que nos hace renunciar a la encina en la avena flotando en las orillas. Somos ahora los que vamos al río amamos el arroyo en lo que tiene de mudo y las orillas en lo que tienen de pardas pero ahora somos tremolantes nos negamos a evitar que tiemble el agua no queremos nada de la espuma nada de lo azul retrocediendo nada del albergue vomitado. ¡Oh ruido de tambores que inmolan el albergue! ¡Oh vientos soplando nuestra valentía! caravana de los tiernos ojos llenos somos los que huyeron con lámparas y escobas un día levantados para ver en lo sangriento que la nieve cubrió todas las puertas y estos nudos ya no eran los del río.


Manifiesto humor (César Puentes) Los creadores somos una clase inferior dentro de la raza humana. Moralmente desintegrados y esclavos del rechazo a lo dado, es decir, resentidos, nos drenamos de un exceso de voluntad para acompañarnos con nuestras afiebradas crías y así llenar esta infinita carencia. Explotados somos por nuestros amos, los medio medianos Los cuales, luego de pagarnos el desvelo con la miseria de sus aplausos Sin pudor alguno, llévanse en sus saqueadoras memorias la nunca retornada plusvalía espiritual de nuestro trabajo. Mientras nosotros, retorciéndonos, nos extrañamos de él considerándolo, bajo todo punto de vista vano, absurdo y horrible. Apuntad entonces bien vuestros dedos ¡Somos el sujeto anacrónico de la revolución! Nuestro vacío engloba a todos los demás ¡Vida y muerte compañeros! Pd. ¡Patria o… ¿Porotos con Riendas? Lllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll


1 (Carolina Contino) ya lo sabemos abundan en caprichos las incorregibles amigas de la nada en la antesala de los museos rojos de vanidades y alcoba tejen con paciencia de labradora las filigranas de perder y a veces oh la lá a veces se abre la puerta: tiene la virtud de la sorpresa y a la vez el don de la ubicuidad pareciera el aparecer así como así de las retinas mías / desprendido y de los libros arrancado, corazón! el que deseaste ayyyyy mas no de esta parte en la ribera quedará el que me besó si yo supiera las redes de ajustar,,, vivir desde el principio es separarse dijo Salinas,,, deberíamos saberlo de otra vida y de otro tacto


Reverente tú en mi presencia (Víctor Quezada) Reverente tú en mi presencia no llevó los pétalos quien deshizo flor, que señalas la ventana. Y mira si pienso que serás más mía más que mi propia cabeza que imitas como caballero que sigue al sol lo mismo yo quisiera imitarte. Tal montas las hojas tuyas quisiera montar y embestir o tan sólo si quiera tener tu cabeza flor, que te tengo atrapada tan solo flor que atrapada, quisieras huir.


objetos perdidos (Eduardo Barahona) los poetas juegan con un par de piedras que rebotan por la calle tratan de encontrar una bala esquiva que los mate y los mande a un cajón lleno de objetos perdidos con pelos enredados membranas disueltas trizan la avenida y ellos no pueden encontrar mas que el simple goce de estar totalmente aburridos no pueden tocarse a la vuelta de la esquina sin extrañar lo que desean aparecen cercenados con cortes y fracturas mientras dibujan en el aire algo para escribir quieren que alguien los oscurezca les reduzca las piernas a su tamaño original, mínimo quieren calor de otras partes de manos de cualquier dialogo escapado de rendijas mientras la bala viene de vuelta


AL ALTIVO PREGONADOR (“Misán Tropoléz”) Quedaron en mí conversaciones innombrables La calma y la pena anidaron como huéspedes en mi /alma Se esfumó la pócima que embalsamaba mi risa Legué la infamia a incontables mentecatos Sólo para ser más despreciable que el mejor de los /tesoros Por años el destino de la regla residió en mis ojos La vara corregidora envidiaba la elasticidad de mis /palabras Fue siempre más ridícula de lo necesario Siempre demasiado alejada de alguna certeza Como para no sonrojar ante mis desacatos Hoy recuerdo al asesino inepto Lo recuerdo en su sotana todavía más inepta Con la cabeza en alto y el rabo entre las patas Hoy lo recuerdo y lo olvido tan rápido Que en mi mente queda sólo una imagen irrisoria Quiso tocarme tantas veces con sus consejos /agripados Que olvidó la verdadera naturaleza de mi silencio La que lo abofetearía con toda la elegancia de la tierra Para enseñarle que su mano nunca podría alcanzar /la mía Para evitarle la vergüenza del que cree estar muy alto Y termina mirando hacia arriba como un huérfano Tendría que darles las gracias a los maestros del bien Por enseñarme tan claramente lo ridículo que sería /seguir sus lecciones Tendría que aprender de ustedes La paciencia con que soportan sus propias mentiras Y usarla si me encuentro con alguno de vosotros Marchitadores de todo lo que vuela por encima del /cielo Haríais una fiesta conmemorando la angustiante /batalla del llanto Un día festivo por cada hombre que renuncie a vivir /en la tierra Estériles herejes de la vida hoy termina su reinado Hoy vuelo por encima del cielo


Rompiendo la mordaza: La Bandera de Chile de Elvira Hernández. (Felipe Gamboa)

U

na de las grandes críticas que se le hace a la poesía de los años 80’ es su marcada relación para con el contexto de la época. Si tomamos en cuenta el agudo régimen dictatorial y la fuerte represión ideológica comprenderemos que la alusión al contexto va más allá de una simple “moda escritural”, emergiendo, por el contrario, como una forma de compromiso donde la poesía emerge como la búsqueda constante de un lenguaje arrebatado y amordazado por la dictadura militar, en tanto creación de un lenguaje que de cuenta de la nueva y horrenda realidad dictatorial. En la década de los 80’ emerge además, con mucha fuerza un discurso ideológico femenino. En estos textos son recurrentes las representaciones alegóricas de la


sociedad dictatorial a través de la homologación del cuerpo femenino a otras corporalidades como por ejemplo “la patria” y o a la figura de cristo en tanto cuerpos mutilados. Esta homologación tiene su origen en Gabriela Mistral -quien seguramente se lo copio a alguien- atestiguándose en poemas como Nocturno y La cruz de Bistolfi. El discurso femenino, en base a lo anterior, se amplia en al menos dos vértices: en la reflexión crítica sobre la realidad nacional del país bajo dictadura y el segundo sobre la “propia” calidad de ser mujer en tanto sujeto marginado y subestimado en una sociedad de hombres. Elvira Hernández, lejos de ser una mujer castrada sometida por un sistema machista, abandona la victimización exacerbada que harán algunas de sus compañeras de generación, como Carmen Berenguer, y en 1981 parirá un texto paradigmático para la poesía de la época: “La Bandera de Chile”. Este texto, publicado por vez primera en argentina el año 1991, abandonado su hasta entonces edición informal mimeografiada que circulo de mano en mano toda la década del 80’. Desde las primeras líneas se nos hace patente la actual situación crítica de la “Bandera de Chile” en tanto alegoría de una sociedad amordazada por la dictadura militar carente de lenguaje. La ausencia del nombre y del dialogo se inscribe en tanto efectividad de los mecanismos represores que funcionaron durante la dictadura militar, denunciándose la cosificación de un país a través de los vejámenes sufridos por su emblema patrio y su posterior asimilación mercantilizadora neoliberal, olvidando su trasfondo ideológico forzándola a una función exhibitiva (“Los museos guardan la historia de la Bandera de Chile”), transformando y vendiendo el país como souvenir, inscribiéndola en el olvido: “La Bandera de Chile es extranjera en su propio país”. La Bandera, conciente de su mutilación se revela y en un grito de utópica rebeldía desde sus cenizas intenta reconstruir su emancipación: “La Bandera de Chile escapa a la calle y jura volver / hasta la muerte de su muerte”. Finalmente en las últimas páginas sucede lo inevitable: el grande hace mierda al más pequeño. La muerte de toda una nación, en una alegoría acida y mordaz hacia la sociedad pinochetista imperante en la época. La muerte se nos revela como un silencio amargo que nos recuerda una y otra vez que solo y solamente el lenguaje nos dará libertad.


La Bandera de Chile (fragmento) Come moscas cuando tiene hambre La bandera de Chile en boca cerrada no entran balas se calla ** La Bandera de Chile está tendida entre 2 edificios se infla su tela como barriga ulcerada –cae como teta vieja como carpa de circo con las piernas al aire tiene una rajita al medio una chuchita para aire un hoyito para las cenizas del centro General O’Higgins un ojo para la Avenida General Bulnes La Bandera de Chile está a un costado

olvidada

** La Bandera de Chile es extranjera en su propio país no tiene carta ciudadana no es mayoría ya no se la reconoce los ayunos prolongados serpentina y sonido de trompetas La Bandera de Chile fuerza ser más que una bandera ** La Bandera de Chile sabe que su día es el del juicio **

Dossier: elvira Hernández


Los museos guardan la historia de la Bandera de Chile disuelta anónima encubierta el ojo puede aplicar su ceguera por litro deshilachada es historia ya muerta La Bandera de Chile reposa en estuche de vidrio […] La Bandera de Chile escapa a la calle y jura volver hasta la muerte de su muerte ** […] han borrado del mapa a la Bandera de Chile en cuclillas banderilleada pierde sangre en una carpa de plastico ** La Bandera de Chile no se vende le corten la luz la dejen sin agua le machuquen los costados a patadas La Bandera tiene algo de señuelo que resiste no valen las sentencias de los jueces no valen las drizas de hilo curado La Bandera de Chile al tope ** en la rutina la Bandera de Chile pierde su corazón **

y se rinde

La Bandera de Chile declara dos puntos su silencio

Dossier: elvira Hernández


Poco sabrás amarme (Josefina Correa) Poco sabrás amarme cuando me pudra en tus manos ¿Y qué de la explosión de mi rostro? La faz del tiempo circular se hace presente El cuadro recto obedece a la presión universal Mi cuerpo obedece a su fuerza impulsora A la fuerza circular y revienta en esfera En la esfera del mito te invoco Soy el trozo de carne insurrecta Te quemaré vivo cuando el muerto me visite Las pulsiones atracción y repulsión del círculo en el cuerpo recto El polvo, como un maullido felino Atrae y repulsa dentro del cubo.


En evidencia (Paola Barros) Podría acariciarte gastarte la piel felina me decía un marciano Pensé yo hasta volverme transparente Sublimó la imagen de mis huesos intestinos, cerebro entre sus dedos el estomago estampado de asimetría colmado de aceites me soñaba frotar resbalozo Yo creía entregarle un latido agitado tropezándome con sus piernas fantaseó verlo besandome el insomnio la angustia A nosotras se nos antojo entonces tocarle la palabra con la boca y dormir en un parque con él hasta morir de hipo Volvimos a desteñir los azules a olvidar el papel que nos juega la furia el intercambio de miel nos dejo en evidencia gusana Aunque sea un instante el truco esta en no pensar mañana continuamos odiandolos.


(Alejandra Fritz) La cabeza de mi padre orbita en la mentira el cuello ya no es suficiente nada lo mantiene pegado a su cuerpo Teje historias que solo asiento ya no discuto como antes Debe ser que no está contento que ya nada lo asusta por eso inventa nuevos mundos con colores propios y otras personas A veces me pregunta quien soy como me fue en el colegio como están mis hijos y con frecuencia si el es el hombre que aún /más quiero De vez en cuando creo que es natural que la piel se descascare y las ideas se desordenen como un cubo de colores de esos de juguete Pero se que no es justo la cabeza de mi madre orbita aquí junto a la mía ella aun lo ama y lo único que espera es que cuando llegue a casa la reconozca


CINCUENTA VERSOS (Teresa Allendes) Cuánta rimbombancia tanta seriedad y rinoceroncia el dato detallado respingada la corbata no se habla con la boca llena ballena las palabras se empujan se estrujan se escupen puedes ser amable o muy desagradable usted señor mejor no hable eso de la nariz no es cierto a nadie le crece y vamos mintiendo mírate al espejo y después hablai cuchillito que no corta como moscas a la miel los oídos a la tele usted de dónde llama? y a ti qué te importa con inmenso esfuerzo y dedicación nos hemos repletado los bolsillos la radio puede funcionar con volumen moderado y siempre que ningún pasajero se oponga si no te gusta bájate mierda camino con cuidado para no pisar bolsas negras ratas inmensas tomando impulso se pueden evitar los turbios charcos que lamen la vereda agua santa un altar de plástico corta uñas calcetines antenas maquillaje luz roja indica tragarse todo el humo cigarros sopaipillas tubos de escape rugen furiosas las bestias amarillas cruzo corriendo allí dentro siguen bla bla bee bee por cuanto en tanto me aburro como ostra como burro me como un chocolito a cien kilómetros por hora avanza el bus barato que me lleva lejos un poco se me cierran los ojos pido disculpas si hablo dormida shhht.


II (Juan Manuel Silva) Pareciese que viene agua, mas no cambia Es la forma que los hombres dan a la memoria Un descender lento del cristal partido al zumo Como la carne es al gusano y así el brote. No hay fruto en el árbol que crece hacia los mares Pues crece otro país en lo profundo Es la cordillera que transmite su mensaje por el río Piedra hija de piedras, orgullosa frente al tiempo Envías la fúlgida roca por la senda Volviendo lo permanente a su modo de círculo Te asemejas a la espuma en tu oficio de nimbo Y de noble enseña en esta guerra por el cielo Veo aún la sal en mi cuerpo como enigma Su desinencia y el color de aquellos vados Y recuerdo como una oración hacia la tierra al /lecho: Que el agua vuelva al astro cual vestido Pues mi familia es la raíz de la vida, la más alta Dos manos unidas por la palma con la nieve como /uña El gran templo del juicio entre dos patrias. La morada que en exilio lleva el nombre de /Aconcagua Líbreme y bautíceme de aquesto en que soy libre.


Mi querida Mariel: (Victor López ) Ayer nos despedimos, era tarde. Yo me fui caminando por la calle oscura, detrás de los arbustos hay música rara e insectos de colores que viven en las hojas verdes. En todas partes existe la música -me dije. Todos tenemos en nuestro interior un distinto tipo de música: clásica, pop, experimental. Incluso la de algunos es una especie de chillido, un vaso que se quiebra. Ese tipo de chico soy yo. A veces me duermo en los paraderos y sueño que mis amigos me envían poemas de amor por Internet, yo también les escribo, les hago saber si algún rayo en stereo hiere o no la tranquilidad de mi puerta. Después llego a una casa enorme que no conozco, me saco las zapatillas para no despertar a sus habitantes y camino a tientas tan solo siguiendo el ritmo con mis dedos, sin darme cuenta que hay pequeños cristales en el piso que se me clavan y voy dejando un tibio rastro sonoro por donde camino.


Recopilación: Marcelo Ibacahe / Edson Pizarro / Rodrigo Retamales Diseño: Aracelli Salinas

Ediciones Contrabajo

ítalo acevedo Juan santander César Puentes Carolina Contino Víctor Quezada Eduardo Barahona Misán Tropolez Josefina correa Paola Barros Alejandra Fritz Teresa Allendes Juan Manuel Silva Víctor López / Dossier: Elvira Hernández

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