Revista Diplomacia diciembre 2015 nº 130

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DICIEMBRE 2015

incluyen, por ejemplo, ingenieros, académicos, expertos en tecnología informática, científicos, estudiantes de posgrado, empresarios, artistas y escritores, personas relacionadas con los medios de comunicación y la tecnocracia de los gobiernos y profesionales de las organizaciones internacionales. Esta elite internacional de migrantes crea sus propios “circuitos” de migración y “ecosistemas” profesionales que favorecen su movilidad internacional”.3 Tradicionalmente esta emigración de elite ha sido catalogada como “fuga de cerebros” y ha generado especial preocupación porque implica una pérdida de personas con educación superior o poseedores de capacitación avanzada al momento de emigrar. Los países de origen al vivir esta situación están comprometiendo su propio desarrollo humano y en muchos casos en áreas en que tienen carencias, como son las de salud, educación, tecnología, ingeniería y científica4. La noción de “fuga” se hace patente en la medida que la persona que emigra y posee estas condiciones a menudo pierde el interés de retornar a su país de origen y, por tanto, junto a la decisión de permanencia definitiva en el Estado de acogida se consolida la noción de pérdida para el primero. Particular atención debe darse a la creación de programas de retorno especialmente orientados a aquellas personas que han salido de sus países en etapa de formación para obtener perfeccionamiento en sociedades con estándares más avanzados en las respectivas disciplinas. Aun cuando no se ha tenido acceso a datos más actualizados, Solimano5 entrega los que posee la Fundación 3

Solimano, A. Migraciones internacionales en la era

de las crisis y la globalización: Implicancias para América Latina, Op. Cit., págs. 7y 8.

Nacional de Ciencias de Estados Unidos respecto de los estudiantes extranjeros que se mantienen trabajando en el país después de graduarse. En dicho estudio se indica que cerca del 47% de los estudiantes extranjeros con visas temporales que completaron doctorados en 1990 y 1991, trabajaban en Estados Unidos en 1995. Normalmente las personas que son originarios de países en vías de desarrollo con formación en los

Tradicionalmente esta emigración de elite ha sido catalogada como “fuga de cerebros” y ha generado especial preocupación porque implica una pérdida de personas con educación superior o poseedores de capacitación avanzada al momento de emigrar. niveles indicados – incluidos los latinoamericanos – emigran a naciones industrializadas, atraídos por sus condiciones de mercado laboral demandante de competencias específicas.6 Entre las razones

4

SICREMI 2011, op. cit., pág. 25-27.

y permanecía trabajando en el país en 1995 un 79% y un 88%

5

Solimano, A. Migraciones internacionales y mercado

respectivamente. En cambio respecto a los subcoreanos sólo

de trabajo globalizado: la experiencia latinoamericana, op. Cit.,

un 11% se mantenía en igual calidad en el año mencionado,

pág. 23. El estudio de la Fundación hace una pormenorización

particularizando en las personas que habían obtenido doctorados

respecto a Asia concluyendo que la mayoría de los extranjeros

en ciencias e ingeniería.

que se doctoraron entre 1990 y 1991 procedía de India y China

6

Martínez Pizarro, J. Globalizados, pero restringidos.

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