—Por supuesto que sí —dijo Pedro—. Tengo muchísimas ideas geniales. —Yo también —dijo Claudia—. ¿Dónde está Octavio? Es parte de nuestro equipo. No podemos empezar sin él. —¿Por qué no? —dijo Pedro—. Probablemente se sentará y no hará nada, como hace en clase. Después de eso, Pedro comenzó extender un largo rollo de tela. Cada grupo debía decorar la pancarta con algo relacionado con la protección del medio ambiente. Luego, marcharían con ella en el desfile local del Día de la Tierra. —Tienes razón —asintió Claudia—. ¿Quién necesita a Octavio? ¡Manos a la obra!
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